Por: Antonio Gomariz.
Fotografía: Dominic Walsh.
Podrás sacar a The Reytons del barrio, pero nunca podrás sacar el barrio de The Reytons. Podría ser una buena forma de sintetizar la trayectoria de una de las últimas grandes sensaciones del indie rock británico. El cuarteto de Rotherham, compuesto por el cantante Jonny Yerrell, el guitarrista Joe O'Brien, Lee Holland al bajo y Jamie Todd como baterista, debutó en 2021 con Kids Off The Estate, toda una muestra de su modo de entender la música y la vida.
Así, si uno de sus primeros hits rezaba aquello de “Clifton Park era Disneyland”, The Reytons alcanzaron todo un hito personal dando su mayor concierto hasta la fecha ante 20.000 fans y vecinos en el citado parque. El mayor evento musical albergado por su ciudad natal, Rotherham, desde el concierto de T-Rex en el mismo lugar en 1971. Héroes locales, números uno de las listas británicas y con un firme e innegociable compromiso con su condición de independientes, The Reytons arrancan su primera gira de salas por España y nos atienden antes de su paso por Barcelona, Madrid, Málaga y Valencia del 28 al 30 de marzo.
¿Qué supone para vosotros la independencia que os da autoeditar vuestros propios discos?
The Reytons: Para nosotros, ser independientes significa tener el cien por cien del control sobre cada aspecto de nuestra banda. Muchos artistas dicen ser independientes, pero al mismo tiempo están firmando con una discográfica, tienen respaldo financiero para grabar y promocionar sus álbumes, a menudo sin escatimar gastos… Además de lo problemático que es el enorme porcentaje que se llevan las discográficas, algo de lo que nunca se habla lo suficiente. Nosotros hacemos todo por nuestra cuenta. Desde escribir una maqueta hasta grabar y lanzar el álbum, dirigir los videoclips, diseñar la portada del disco y el merchandising: todo lo hacemos nosotros. No hay proceso de aprobación más allá de lo que decidimos nosotros y, en última instancia, lo que quieren nuestros fans.
¿Cómo lo organizáis desde el punto de vista logístico y operativo? Para una banda que ha crecido tanto como vosotros en los últimos años, imagino que, además de vosotros cuatro, será importante contar con personas de confianza en el entorno sobre las que poder delegar.
The Reytons: Nuestro equipo está construido sobre confianza y pasión, no sobre las normas que impone la industria. Por ejemplo, conocimos a nuestro mánager Rich cuando solo organizaba pequeños conciertos. Nunca había gestionado una banda antes, pero terminó siendo el encargado de la producción de nuestro show en Clifton Park para 20.000 personas. Nuestro ingeniero de sonido no trabajaba en arenas antes de unirse a nosotros. Nuestro equipo de iluminación y producción nunca había hecho giras, y aun así logró sacar adelante la locura que fue nuestro tour por Reino Unido el mes pasado. Nuestro jefe de equipo estaba arreglando lavadoras hace no mucho tiempo… Te puedes hacer una idea de que cada persona en nuestro grupo entiende nuestra visión y por eso siguen con nosotros pese a lo que hemos crecido.
¿Y qué impacto tiene esa independencia en vuestra música y en vuestras letras? ¿Es una cuestión innegociable en el seno de la banda?
The Reytons: La independencia es una parte enorme de nuestra identidad, pero más que nada, queremos representar a la gente normal, de clase trabajadora, como nosotros. Escribimos canciones que ofrecen a las personas una escapatoria del día a día, algo en lo que puedan sumergirse durante un par de horas. Nuestra autonomía es innegociable. Reytons siempre será Reytons.
Pese a todo, nada os impidió llegar al número uno con What’s Rock And Roll (2023) y casi repetirlo con Ballad Of A Bystander (2024) (hay cierta controversia respecto a ese #2). ¿Os lo esperabais? ¿Qué supuso para una banda como vosotros?
The Reytons: Conseguir el número uno fue algo surrealista. Definitivamente sentimos un poco de síndrome del impostor cuando íbamos por el edificio de la BBC Radio 1 con un álbum en la cima de las listas después de años intentando abrirnos paso. En cuanto al número dos, es lo que es. Sabíamos que después del primer número uno, no estaban muy interesados en dejarnos repetirlo y menos de la manera en que lo hicimos… Pero fue buenísimo ver a todos aquellos tipos trajeados sudando en su sala de juntas. Algunos tuits eliminados demostraron que incomodamos a las personas correctas esa semana… En cualquier caso, más que la posición en las listas, lo que importó fue cómo llegamos allí. Pasamos toda una semana, todos los días, atendiendo nuestra propia tienda en el centro de nuestra ciudad natal, viendo pasar a miles de fans. Eso significó más que cualquier trofeo, ya sea de oro o plata.
¿Sentís presión por facturar hits que os permitan repetir o manteneros cerca de esa cima?
The Reytons: Siempre hay presión, pero en este momento no se trata tanto de intentar hacer canciones que puedan sonar en la radio, sino de hacer lo correcto para nuestros fans y para nuestros conciertos. En la radio pondrán lo que quieran o, mejor dicho, lo que las discográficas les paguen por poner. Así es como funciona. Nosotros sentimos que la mayor presión es el tiempo: escribimos, mezclamos y masterizamos Ballad Of A Bystander en cinco semanas. What’s Rock And Roll se hizo en cuatro. No analizamos demasiado ni dejamos reposar las cosas durante seis meses. Confiamos en nuestro instinto y esa honestidad en todo el proceso, en nuestra opinión, hace que la música sea mejor.
En España solemos decir que “nadie es profeta en su tierra”. Sin embargo, parece que todo el mundo adora a The Reytons en Rotherham. ¿Realmente os sentís así de queridos en vuestra casa?
The Reytons: El amor que recibimos de Rotherham es increíble. Tocar en Clifton Park y escuchar a 20.000 personas cantando “Clifton Park was Disneyland” fue como estar en un sueño. Había familias allí, con niños que tal vez nunca tengan la oportunidad de ir a Disneyland, y nosotros pudimos traer nuestra propia versión a casa. Es el punto culminante de nuestra carrera. Rotherham ha tenido su buena dosis de mala prensa, pero es una buena ciudad con buena gente. No importa cuánto crezca esta banda, siempre tendremos un lugar en casa.
Vuestras, además, letras tienen un fuerte componente social y de historias cotidianas del barrio y de vuestra ciudad.
The Reytons: Absolutamente. Nuestra primera canción, Slice Of Lime, trataba sobre la cultura de los pubs. Kids Off The Estate capturó nuestra infancia. En nuestro último álbum, Ballad Of A Bystander, hemos seguido escribiendo sobre Meadowhall, Greasbrough y el autobús de la ruta 116 en Market Street. Está bien intentar escribir un álbum conceptual sobre un submarino amarillo, pero la realidad es que nada nos inspira más que lo que está justo delante de nosotros, frente a nuestras ventanas.
¿Os sirve, de alguna manera, como recordatorio para tener siempre presente el lugar de dónde venís por muchos viajes y baños de masas que os deis aquí y allá?
The Reytons: Todavía nos encontrarás en un pub local o en una fiesta en South Yorkshire, no te preocupes por eso.
¿Y a la hora de intentar conseguir un sonido propio y distintivo? ¿Tenéis en mente el intentar diferenciaros y que no se os encasille a la estela de los grandes referentes del indie rock británico que os han precedido?
The Reytons: Siempre habrá comparaciones, hagas lo que hagas. Escribimos On The Back Burner deliberadamente para que sonara como aquello con lo que nos comparaban, solo para reírnos. Pero sinceramente, escribimos lo que queremos escribir. Cada tema está en el álbum por una razón. Queremos generar conversaciones y hacer que la gente se mueva en los conciertos. Eso es todo.
¿Cómo enfocáis vuestra gira de salas por España? Tuve la suerte de veros en vuestro paso por el FIB, pero en un festival con una parte del cartel tan enfocada al público british, aquello debió sentirse como estar jugando de local.
The Reytons: El FIB fue una locura, uno de los conciertos más calurosos que hemos tocado, aún más porque accidentalmente llegamos un día antes (no preguntes). Pero nos encantó el ambiente, y llevaremos esa misma energía a las fechas de la gira, si no más loca.
Además, la experiencia en sala poco tiene que ver con el gran festival de verano…
¿Dónde os sentís más cómodos?
The Reytons: En cualquier lugar donde haya gente que ame la música y entienda de dónde venimos. Podrían ser los 20.000 en Rotherham o 200 en Tombuctú. Si estamos en un escenario con guitarras en nuestras manos y un público listo para darlo todo… ¡Qué se preparen para sudar!
Por si todavía queda alguien dudando sobre si ir a veros en concierto. ¿Qué hace de un concierto de The Reytons una experiencia que nadie debería perderse?
The Reytons: Mucha energía. Pasión. Guitarras ruidosas. El mejor espectáculo de luces que podemos llevar más allá de nuestra isla. No pasa nada si este no es tu rolo... Pero no dudes en venir si quieres echarte unas risas.