Por: Juanjo Frontera.
Anteriormente conocidos como The Ramblers, la banda barcelonesa liderada por el batería, productor y compositor Antoni Jarl, Rambalaya, goza de una más que sólida reputación en directo. Resulta, por tanto, paradójico que su debut discográfico tuviera la mala suerte de toparse de bruces con el encierro subsiguiente a la pandemia mundial de 2020 y no poder ser presentado en condiciones. Algo que han ido remediando incansablemente con giras posteriores a la vuelta a la normalidad. No obstante, quedaba la espina de tener material fresco con el que nutrir el setlist. La espina se la quitaron con un segundo álbum, "Only In My Dreams" (2023), que fue saludado con entusiasmo.
Tocaba ya, por tanto, el tercer movimiento, que como en todas las grandes obras musicales debe rematar la faena de consolidarlos. Ese tercer acto de la vida de Rambalaya recibe un nombre tan conmovedor como "Plays For The Brokenhearted" y, claro, tiene la difícil papeleta de igualar, o incluso superar, a su predecesor, cuya sombra aún colea en los aficionados a la mejor música de inspiración norteamericana, ya sea de raíz negra o blanca. Sobre todo, cuando se trata de combos que cultivan tales disciplinas con estilo propio, como es el caso.
A Rambalaya podríamos compararles con numerosos artistas del rhythm and blues primigenio, como Bobby Bland, del rock and roll más blanquinegro, como Dion Dimucci, del soul más urbano, como Willy Deville, o del country más elegante, como Charlie Rich, pero sobre todo, a través de todas esas influencias, lo realmente importante es que agitan un cóctel genuino y con sobredosis de alma. Alma pura, que ellos en este tercer trabajo, además, han ralentizado en la que es su versión más romántica hasta la fecha.
La apertura con el single que sirvió de adelanto, “Take your own advice”, ya lo deja claro: esa épica tan propia de los artistas de lo que dio en llamarse heartland rock (Springsteen, John Mellencamp) nos introduce a unos Rambalaya renovados. Los efluvios mucho más festivos de los dos anteriores álbumes dejan paso aquí a una madurez introspectiva que alumbra temas tan cuajados como la oscura “Shadow”, la intensa “Under a jaded sky”, la preciosa balada deep soul “Broken heart”, o ese pequeño-gran tributo a Roy Orbison que es “Because of you”. Todas se benefician, además, de la voz que derrocha ese portento de vocalista que es Jonathan Herrero.
Pero no teman, la banda no ha olvidado cómo bailar. Números de soul como “Telephone” o “The border”, coqueteos con el jazz como “Buzzing alarm”, trallazos country como “Loaded” o de puro rock como “Let me get out of this place” así lo corroboran en un conjunto más que sólido que deja la guinda, por supuesto, para el final: un “Last train home” tocado por el espíritu country soul de Solomon Burke que no hace otra cosa que hacer desear a quien lo escuche poder presenciar su interpretación en directo. Así que no se los pierdan, puesto que andan de gira, ahora que no hay pandemias (al menos de momento), presentando estas estupendas canciones. Y si ya son buenas aquí, sobre un escenario tiemblo sólo al pensarlo.