Por: Nuria Pastor Navarro.
¿Quién decide qué creencias son reales y cuáles falsas? ¿Quién nos mira desde arriba, Zeus y toda su corte o un único Dios? ¿Por qué no pueden las sirenas y los unicornios estar tan vivos como los peces o los caballos? Mother Mother, como ha hecho desde los últimos veinte años, se ha desmarcado de la corriente general y ha abierto las puertas de su propio mundo, desafiando esa línea que nos empeñamos en dibujar entre fantasía y realidad.
Precisamente por su fuerte personalidad, es muy difícil describir el estilo de la banda. Los hermanos Ryan y Molly Guldemond, junto a otros integrantes que han ido cambiando a lo largo de los años, comenzaron su historia en 2005 con un sonido acústico que poco a poco fue saliendo de su natal Canadá. Su espíritu indie se fue mezclando con otros colores, dando lugar al característico aire rock (¿con acercamientos al punk o al heavy de vez en cuando?) de los ahora míticos Mother Mother. Sus pegadizas canciones, que a menudo incluyen ingeniosas críticas sociales, pronto determinaron la identidad del grupo y de sus seguidores.
Y es que son muchos los miliarios que han plantado poco a poco en su camino y que, efectivamente, han ido forjando su dirección hacia el lado más emo de la música. Es imposible pasar por alto éxitos como el que supuso el segundo álbum, “O My Heart”, lanzado en 2008, que incluye temas tan increíbles como “Burning Pile”, “Body” o “Hayloft”, siendo este último el verdadero cohete a la fama para los jóvenes músicos gracias a su viralización en redes sociales… ¡doce años después de su lanzamiento!
Para entonces Mother Mother ya acumulaba bastantes más discos y muchas canciones populares, destacando sobre todo “Hayloft II”, incluida en el álbum “Inside”, de 2021. Efectivamente, esta canción continuaba la historia (y el videoclip) del gran himno de la banda, y la década que separaba ambos temas parecieron no importar a los fans: Mother Mother había resucitado su lado más salvaje. Sus recientes versiones de villancicos al estilo heavy metal o su colaboración con el cantante Cavetown reimaginando “Devil Town”, uno de sus temas más conocidos, no hacen más que colocar al grupo entre los favoritos de los adolescentes con el armario a rebosar de prendas oscuras.
Y aquí siguen, veinte años después de sus inicios y con la misma vitalidad en sus guitarrazos, gritos y grandes conciertos, pues personalmente no he escuchado volumen semejante (ya sea proveniente de los instrumentos o del entusiasmo del público) al de la última función en Madrid de Mother Mother, y eso que he asistido a eventos mucho más multitudinarios…
“Nostalgia” hará cumplir la decena de álbumes a la banda, y hasta que nos permitan escucharlo en junio debemos contentarnos con el primer sencillo, titulado “Make Believe”. Haciendo justicia al título del disco, son muchos los elementos de este tema los que precisamente provocan nostalgia: la voz irreverente de Ryan acompañada de los agudos coros burlones de Molly y Jasmin, las cadenas de acordes frenéticos y pegadizos, el puente con fuertes guitarras eléctricas… ¿Y qué querrán decir, al fin y al cabo?
Quizá “Make Believe” sea una invitación a la libertad, valor que el grupo siempre ha llevado por bandera. Ya sea en la forma de vestir, de expresarse, de sentir, de amar o de simplemente existir, Mother Mother siempre ha animado a sus fans a ser ellos mismos y no verse condicionados por lo que generalmente se acepta como “normal”. La canción “Normalize”, de su anterior álbum “Grief Chapter” (2024) ya tomaba ese camino, y ahora “Make Believe” alienta a no perder las creencias propias. A creer en la magia, en la fantasía. En esa chispa, diferente para cada uno, que te amuebla la cabeza y te llena de ilusión.
“I believe in make believe / I don´t believe in what you believe, but I believe / I believe in make believe”, declara cual trabalenguas el estribillo. La letra es también, en su lado más filosófico, una interesante reflexión sobre las creencias que son aceptadas y las que no, y cómo y por qué unas se desechan y otras se convierten en realidades. Pero más allá de todo ello, lo que hay es una gran canción, muy introductoria hacia una nueva (y nostálgica) etapa del grupo canadiense.
Para entonces, los doce temas del nuevo álbum ya estarán publicados y escuchados, pero una buena oportunidad de poder disfrutarlos en vivo será en el festival Mad Cool el próximo julio, y yo sólo digo que seguramente toquen “Hayloft”…