Por: Antonio Gomariz.
Son unos días muy especiales y emocionantes en el seno de King Sapo, con un nuevo disco recién salido y una gira de presentación a punto de comenzar. Aunque, eso sí, nada nuevo para unos tipos que, tal y como nos cuenta su cantante, Jesús Trujillo, siguen “al pie del cañón”, como llevan haciendo toda la vida. Un tercer álbum que, pese a tener detrás un proceso de creación largo, intenso y muy inmersivo, no puede haberse materializado en un momento más oportuno. De rabiosa actualidad, "El Dios de América" es el trabajo más directo y descarnado de unos King Sapo que exponen sin contemplaciones su visión de “un mundo que se intoxica de odio, envidias, codicia, enfermedades mentales, ruido y guerra”.
Una arrolladora dosis de puro rock con un sonido crudo, poderoso y auténtico para la que además han sumado a la causa a ilustres colaboradores del panorama nacional como Carlos Tarque de M-Clan y Gabriel de la Rosa de Shinova. La presentación del disco, que tuvo lugar el viernes 28 de marzo en la Sala El Sol de Madrid, da el pistoletazo de salida a una gira que llevará a King Sapo por Galicia, Alicante, Castellón, Bilbao o Logroño, entre otras fechas.
¿Qué os motivó en 2019 a emprender esta nueva aventura que es King Sapo?
King Sapo: Supongo que lo mismo que me motivó a formar mi primera banda cuando ni siquiera me afeitaba… Nosotros simplemente hacemos lo que somos y lo que necesitamos ser. Todos los proyectos anteriores que hemos tenido son bagaje, son escuela y son anécdotas de las que nos seguimos riendo a carcajadas. Considero que nuestro recorrido ha sido bonito y positivo y es lo que desemboca en lo que hacemos hoy, que es King Sapo. No abandonamos ni vamos a tirar la toalla nunca. Vamos a morir, como se suele decir, con las botas puestas.
¿Qué tiene de especial respecto a otros proyectos en los que os habéis embarcado?
King Sapo: Es una pregunta que yo preferiría que respondiera la gente en lugar de nosotros mismos. Yo estoy demasiado metido dentro del proceso y es muy complicado para mí porque quizás los árboles no te dejan ver el bosque… En cualquier caso, estoy orgulloso de todo lo que hemos hecho, de haber estado en tantos proyectos y en la vida de tantas personas. ¿La música? Que la valoren los que nos escuchan y que sean ellos los que digan lo que sienten.
Cuéntame un poco sobre las colaboraciones que hay en el disco con Carlos Tarque y Gabriel de Shinova.
King Sapo: Conocemos a Tarque desde hace un montón de años, lo podemos considerar un amigo, y lo puso todo muy fácil. Él estaba encantado porque le gusta la banda y a nosotros nos gusta él, por supuesto. Le mandamos tres canciones cuando estábamos empezando a trabajar el disco y eligió ‘Hasta nunca’. No pudo ser más sencillo contar con su buen hacer y su buena disposición. Gabri de Shinova, que es amigo de la infancia de Rami, nuestro batería, está en ‘Tren en una postal’… La música es vida y los amigos son vida. A medida que va pasando el tiempo hay amigos que se van marchando, a mí me ha pasado recientemente, por lo que encuentro super relevante que los amigos estén dentro de tu vida siempre.
Entrando en materia del disco, ¿qué o quién es ese Dios de América al que aludís?
King Sapo: América es simplemente una palabra para representar la codicia, el ansia de poder y la psicopatía que estamos viviendo hoy. Estamos rodeados de sociópatas y de narcisistas cada vez más individuales que copian a la gente que nos está gobernando que, nos guste o no, son una representación de lo que somos. Sin ser un disco conceptual, sí que tiene como hilo conductor esta sociedad llena de problemas mentales y en la que cada uno mira por su ombligo. Somos animales sociales y nos están quitando algo que yo considero importantísimo, como es que sigamos siendo tribu.
En este mundo que describes, ¿seguir haciendo un estilo de rock tan alejado de las tendencias imperantes se entiende únicamente como un acto de fe o de militancia pura?
King Sapo: Las modas son efímeras y están hechas para morir. Yo creo que la música que perdura, la literatura que perdura y el cine que perdura es la que encuentra su unicidad. Nosotros lo que queremos es encontrar en nuestra manera de ser, con nuestras influencias, pero sin pensar demasiado, y creo que nadie debería, en lo que está en ciernes.
¿Cómo se busca esa unicidad haciendo rock en español en 2025 con un bagaje de referentes tan importantes y la influencia que ha ejercido y sigue ejerciendo todo lo anglosajón?
King Sapo: Si hablamos de referencias culturales, una que nos es mucho más cercana es El Quijote, que posiblemente sea la primera novela de carretera y que influyó en tantas road movies como puede ser la misma Easy Rider. Claro que estamos influenciados por toda esa cultura del siglo XX de tinte anglosajón que hemos mamado, como puede ser la de los poetas beat en mi caso. Pero el mimetismo es tan solo una parte del proceso y del camino, lo malo es dormirte ahí y no tener el culo inquieto. Aunque estés haciendo una música que ya se hacía en los años 50, tienes que intentar que sea algo propio, único y con personalidad. Soy bastante generoso con las bandas y con mis compañeros, entre los que me incluyo, que están buscando eso.
En vuestro caso, que os presentáis como “una banda de rock que actualiza el sonido puente entre los 70 y los 90”, ¿cómo intentáis lograr un equilibrio entre lo clásico y un sonido más actual?
King Sapo: A la hora de componer, de verdad que pensamos muy poco. Se lleva un esqueleto al lugar de ensayo, trabajamos sobre eso y vamos incorporando las cosas que nos influyen a nuestro alrededor, como puede ser la sociedad. Este disco es bastante social, así que lo que nos afecta lo escupimos y ya está. Nosotros sabemos que vivimos en el 2025 y este disco desde luego que está totalmente asentado en el momento actual.
En ese sentido, ¿qué lugar crees que ocupa hoy día el rock, no solo en la industria, sino en la sociedad?
King Sapo: A mí me parece que el rock, con sus derivaciones como el punk, es probablemente el género con mayor capacidad de comunicación. El rock perdió la relevancia social que tuvo en la segunda mitad del siglo XX, pero a mí me gusta que pase a la oscuridad y al underground, que es donde las cosas funcionan. Cuando se vuelven demasiado mainstream, empiezan a hacerse efímeras y superficiales. A mí me gusta que el rock vuelva al garito, al sudor y a no callarse la boca. El que quiera ser rico que se compre un traje y se meta a política… Yo creo que el rock está en un buen sitio. No tengo ningún problema con que el rock no sea la música más famosa. Ninguno. Estoy encantado con estar en la basura, no me importa. Es ahí de dónde vengo y es ahí a dónde voy. No quiero parecer más auténtico que nadie, porque no va de eso, sino de hacer algo que se siente y en lo que creemos.
¿Es posible para el rock crecer tanto sin renunciar a ciertos principios o a esa esencia que se promulgan desde abajo?
King Sapo: Desde luego que no lo es. Hay veces que una banda crece y hay gente que está trabajando con la banda y te preocupas por la gente que está trabajando contigo, está ganando sueldo, etc. Y yo lo entiendo. También respeto, cómo no, que una banda quiera crecer, y yo quiero que King Sapo crezca, pero no quiero perder el ser quien soy. Yo vengo de una cloaca y ahí estoy bien. Lo bueno de una cloaca es que ahí se distinguen bien a las ratas... Si crecemos y puedo hacer el bien para los demás, perfecto. ¿Yo lo necesito? Lo justo.
¿Cómo ves el panorama que se viene?
King Sapo: El otro día escuché a Noel Gallagher decir que cuando uno escucha Nevermind de Nirvana está escuchando el futuro del rock. Es una frase que me parece interesantísima para aplicar a eso de que “el rock está muerto”. Y yo soy todavía más drástico porque cuando alguien me dice que el rock está muerto, lo que pienso es que el que está muerto es él. Los discos siguen estando ahí. La música sigue estando ahí.
¿Cómo se consigue hacer música que perdure al paso del tiempo en un momento en el que se produce más que nunca y todo se orienta a lo digital sobre lo físico?
King Sapo: Si encuentras tu forma de ser único, vas a perdurar porque tú eres eterno. Todos los grandes artistas, incluso cualquier persona, que encuentran su manera de ser únicos son los que perduran. Si estás sujeto a distracciones y a corrientes que llevan a desiertos, entonces sí estás abocado a la nada.
En mitad de todo este panorama que hemos descrito en la entrevista, ¿qué futuro imaginas para King Sapo?
King Sapo: El mejor futuro que imagino es que podamos seguir haciendo la música que nos que nos guste y que podamos seguir siendo nosotros mismos. Esto último, especialmente, creo que depende de nosotros. Todo lo demás está fuera de mi control, pero tratar de hacer buena música y de ser nosotros mismos sí que está en nuestras manos. Lo otro no me preocupa. Por eso, en lo que nosotros nos centramos con King Sapo es en hacer cosas que tengan visos de perdurabilidad. Que el día que yo me vaya, si tengo nietos, puedan decir: “¡Cómo molaba el puto viejo este!”.