Eva Ryjlen: “Hacer canciones responde a una necesidad de expresión interna”


Por: Javier González. 

Hoy nos acercamos a una exultante “Venus en Llamas” llamada Eva Ryjlen. Semanas atrás editó su tercer trabajo en solitario, un decidido paso adelante donde se ha tomado toda la libertad del mundo a la hora de entregar once composiciones que nos la muestran en un más que dulce momento creativo. 

Un intercambio de canciones crudas y aguerridas, nocturnas y bailables, minimalistas e íntimas que nos muestran las distintas caras de Eva, fundiéndose a las mil maravillas para dar forma a un disco que no cesa de crecer a cada escucha, reafirmándonos en la creencia de que es uno de nuestros mayores talentos femeninos de la escena musical estatal.

Hace unos días realizamos una videollamada con ella, apareció al otro lado tan decidida y risueña como la recordábamos, quizás más reflexiva y calmada que nunca, mostrando su mejor cara, quizás sabedora de que ahora tiene una jugada ganadora bajo la manga con la que está dispuesta a hacernos arder. 

Acabas de editar tu tercer trabajo en solitario, “Venus en Llamas”. ¿Cómo estás? ¿Qué tal va todo, Eva? ¿Cómo te sientes tras un parto tan largo? 

Eva: La verdad que ha sido largo. Me siento en parte aliviada y en parte con responsabilidad. Sería más fácil sacar el disco y olvidarme que tener que promocionarlo y contar de qué va esto. Lo de las canciones responde a una necesidad interna de expresión, llevarlo luego a otros sitios, me cuesta, no me resulta fácil, la verdad. 

“No me siento parte de la industria, hago canciones” 

Sabemos que esta colección de canciones te lleva rondando bastante tiempo y que has trabajado en ellas con mucho tacto y mimo hasta darle la forma definitiva. ¿De qué manera se lidia con los tiempos que impone el consumo y producción actual de la música para dar vida a un trabajo tan meticuloso? 

Eva: No sé si tengo la clave. Por suerte o desgracia, no me siento dentro del sistema. Me siento como un panadero que hace panes o un alfarero que hace jarrones. No me siento parte de la industria, hago canciones. Me agobia muchísimo, no me permitiría crear con libertad ni expresarme. Hacer canciones de esa manera es bajo demanda, por mantenerte y darte visibilidad. A mí me da igual, no quiero mantenerme en ningún sitio. No voy a mentir, a todo el mundo le gusta que escuchen su trabajo, lo haces con amor y responde a una necesidad interior, que conecte con otra gente es de lo más bello que puede pasar. Que alguien te diga “Eva, esta canción me ha acompañado” te llena a tope. Sin embargo, no siento ahora la necesidad de hacer composiciones como churros, quiero hacerlas porque salgan de dentro, si no, no me interesan. 

“Con este trabajo quería poner de manifiesto a todas las mujeres que habitan en mí” 

Dicen algunos compañeros y compañeras tuyas que un disco nunca se termina, sino que se abandona. ¿Ha sido el caso? 

Eva:
No ha sido tan abandono por mi parte, sino que Jave me ha dicho “no te soporto más” (risas). Es quien ha producido el disco, es la primera que hemos trabajado juntos desde Idealipsticks, hemos hecho las canciones en el estudio que tenemos en casa, algo que era nuestro sueño. Me vi con una libertad inmensa, tanto que partía de 37 canciones y en el proceso iban saliendo más. Tenía claro que quería que el disco tuviera 11 por lo que fuera. He ido armando un puzle, quitando unas y poniendo otras. Hubo un momento donde me planteé sacar un Ep que incluyera “Verbenas”, “Aquelarre” y “Nueva Era”, pero formaban parte de la historia que cuento en “Venus en Llamas”. Ha sido un proceso largo, donde he pasado por un montón de sensaciones y emociones. Con este trabajo quería poner de manifiesto a todas las mujeres que habitan en mí, sin cerrarme a nada, dejando salir sin juicios ni prejuicios, en la forma en que saliera. Había cosas que entraban en la historia y otras que me gustaban, me seducían, pero no formaban parte del relato. A Jave le he torturado, ha sido así. Un día me dijo “tienes que cerrar esto, tienes que decidir”. 

“Sigo manteniendo una punk dentro, pero ponerse etiquetas es limitarse” 

Eva, has pasado de punk alcarreña a hippie con este disco conceptual. 

Eva: Me estoy volviendo un poco hippie, sí. Es un disco conceptual que versa sobre un tema muy concreto. Sigo manteniendo una punk dentro, pero me he dado cuenta que no me tengo que limitar. Hay muchas más yo que necesitan salir y expresarse. Amo el punk, pero me gusta mucho experimentar. Soy una persona muy curiosa. Ponerse etiquetas es limitarse. 

Venías de “Onírica”, un trabajo donde te quedaste a gusto y jugaste a no ponerte un solo límite. ¿Crees que has saltado por encima de aquel listón? 

Eva: Ya me paso todo por el toto (risas). Es lo que intento. Es muy bonito decir “no me pongo límites ni me juzgo”, pero ojo, forma parte de la condición humana el juicio. Lo que se puede hacer es como en la meditación, escuchar los pensamientos y dejarlos ir. Las dudas aparecen, pero puedes hacerlos caso u obviarlos. 

Como ya has comentado, la producción ha corrido a cargo de tu amado Jave, al que nosotros queremos mucho también. ¿Qué ha aportado al resultado final del disco su sabia mano? 

Eva: La verdad es que Jave ha hecho un trabajo bonito y muy generoso. Él me entiende a la primera. Soy una persona muy abstracta al plantear las cosas a veces digo: “quiero una intimidad de ciudad”. Él sabe a qué me refiero y ayuda a buscar el sonido que hay en mi cabeza. Hace más fácil el camino. Es un tío que, aparte de ser melómano, ha estudiado muchísimo de sonido, tiene los conocimientos que personalmente no tengo. Suelo quedarme en la parte emocional de la música. Creo que hacemos un buen tándem porque juntamos la emoción con lo práctico. Ha tenido una enorme paciencia. Hemos ido descartando cosas grabadas porque no me cuadraban con un disco redondo. Tenía en mente lo que quería, no he metido canciones de relleno. Me daba igual cuánto tardara en acabar el trabajo. No quería hacer un disco con singles, sé hacerlos, quería temas con una implicación. Ha sido un trabajo arduo y tormentoso sobre todo para él. 

Es un disco muy personal, donde probablemente entren todas las “Evas” posibles, puesto que no te has cortado lo más mínimo a la hora de dar rienda suelta a tus impulsos, tocando géneros de lo más diverso. ¿Estamos en lo cierto? ¿De qué manera se consigue la unidad entre cortes tan distintos? 

Eva: El secreto es la escucha, escucharme. No ponerme etiquetas ni limitarme. Soy todo lo que aparece. He dejado salir todas mis partes sin miedo. Cuando llevas mucho tiempo haciendo música, si eres curioso, no te quieres quedar en lo conocido, buscas experimentar. En “Onírica” llegó a mis manos “Atrapa un Pez Dorado” de David Lynch, donde cuenta cómo llega a las ideas a través de la meditación. Y el resto del truco es no ponerse barreras. Los límites nos los ponemos nosotros. Hay que buscar lo que necesitas hacer ahora y hacerlo. “Hay mucha belleza en lo vulnerable” 

En estas canciones mezclas muchas dualidades, ya que suenas segura, valiente y aguerrida, pero a la vez dulce, frágil y sensual. ¿Qué parte te cuesta más sacar adelante? 

Eva:
La vulnerable, evidentemente. Es un proceso que se inició con “Onírica” donde abracé mi vulnerabilidad. No siempre me siento segura y no pasa nada por sentirme vulnerable, ni por tener miedo y dudas. La parte guay es bonita mostrarla, pero lo otro cuesta más. Cuando somos pequeños nos hacemos una herida y la lucimos con orgullo, sin embargo, al ser adultos las escondemos porque no queremos que nadie vea que somos vulnerables. Hay mucha belleza en lo vulnerable, mostrar que no eres infalible. No pasa nada. Somos lo que somos, no lo que las expectativas quieren de nosotros. 

Podría citar muchas canciones de este disco, pero me la voy a jugar con cuatro. Arrancando por “Flores Salvajes” y la proto punk “Metafísica”. Dado que sé que no te gusta desvelar de qué tratan, te pido que cuentes lo que te dé la real gana. 

Eva: “Flores Salvajes” simboliza el momento en que estás hasta el coño de todo y decides empezar a escucharte, a partir de ahí las cosas cambian. Al ponerte delante y escuchar lo que sale de ti dejas de ser esclavo de la sociedad, familia y de las expectativas ajenas, algo que siempre acaba haciéndose bola. Habla del momento en que dices “hasta aquí”, te das prioridad y brotan flores de ti muy interesantes. “Metafísica” habla de bucear en la herida, métete hasta el fondo, sin botas ni guantes, lánzate al barro. La única forma de atravesar un proceso es bucear en él, meterse hasta las trancas y darte cuenta que lo puedes solventar. 

“De niños y niñas somos listos, luego nos volvemos gilipollas” 

Y luego me la voy a jugar con las dos que me han roto los esquemas por su desarrollo: “Contra las Cuerdas” y “Mientras el Viento me Peina”. ¿Hay miedo a la hora de saltar a un vacío nuevo en tu universo? 

Eva: Sí, claro que ha habido miedo, concretamente en las dos. Y también en “Stendhal”. “Mientras el Viento me Peina”, es la de necesito intimidad de ciudad. A lo mejor te ríes, porque soy muy sinestésica, pero creo que empieza en tonos granates-naranjas y acaba muy verde-azul. “Contra las Cuerdas” se vuelve muy orgánica cuando las bases del beat se tornan palmas flamencas, pasando de los sintes y del beat, a palmas y guitarra. Es como una especie de confesión, asumiendo lo que soy. Abriendo puertas y ventanas para iniciar un nuevo camino. Quería acabar el disco con “Mientras el Viento me Peina”, es una forma de mostrar que puedes volver a empezar en cualquier momento. Me la llevé a un terreno más infantil, tenía en la cabeza “I´m Sticking with You” de la Velvet Underground con el toque infantil, quería conectar también con esa esencia. Cuando somos niños y niñas somos listos, luego nos volvemos gilipollas, perdemos conexión con el juego. Hay que volver a acordarse y conectar para darte cuenta que puedes volver a empezar. 

“Quiero ponerme en el alambre, sentir riesgo y jugar” 

¿Qué planes e ideas manejas para las presentaciones en directo? ¿Tienes fechas de la gira ya cerradas? 

Eva: Varias cosas. Quiero que lo que suena en el disco pueda contarlo en directo. No sé cómo de viable va a ser lo que tengo en mi cabeza. Habrá conciertos de presentación, claro está, pero no he planteado todavía una gira como tal. No sé si es lo que quiero. Sigo en el proceso de la escucha. La realidad de la música es muy dura. Una gira de presentación es muy arriesgada, hay gente que le viene de cuna y tiene suerte de hacerlo, estupendo. Lo que quiero hacer está planteado de una forma artística. No quiero tocar por tocar. Quiero hacer algo de lo que esté orgullosa. Me permito a mí misma no salir de gira, lo haré cuando pueda contar lo que quiero de la forma en que quiero. Tengo la suerte de tener una banda que está volcada, el disco lo han grabado las mismas personas que grabaron “Violencia Posmoderna” y “Onírica”, personas generosas que están conmigo a partir un piñón. Me han dicho que lo que haga falta, pese a lo poco que cobran. Están concienciados con la propuesta artística. Somos la resistencia. Vamos a hacer conciertos de presentación, vamos a jugar y hacer lo que queremos hacer. Habrá alguna cosa en formato trio acústico. No quiero hacer conciertos al uso, me aburro. No quiero hacer lo que llevo haciendo toda la vida. Quiero ponerme en el alambra, sentir riesgo y jugar. No voy a hacer conciertos como churros, algo que me llene y me obligue a tener resaca emocional. Tenemos el 24 de mayo en Guadalajara, abril en Toledo y la propuesta de gira como tal, si es que la hay, será después del verano. Hay más conciertos, pero al no haberlos anunciado, no estoy en disposición de ponerlos anunciar. 

Tanto Jave como tú os dedicáis en exclusiva a la música, ¿verdad? Es decir, ¿es posible mantener una familia con hija exclusivamente de la música? 

Eva: Ahora mismo él tiene el estudio en casa, graba a grupos y se dedica por entero a la música. Yo también, pero partiendo de lo dicho antes, aclaro que lo compagino dando clases de música y canto. También organizo conciertos en Cabanillas del Campo y ayudo a desarrollar carreras de otros artistas. Me encanta hacerlo, me estimula e inspira. Me dedico solo a la música, pero en mil facetas. Se puede, pero hay que tener compromiso con lo que haces. 

La verdad es que personalmente os quiero mucho, ya lo sabes. Hace tiempo coincidimos un par de veces con Jave y contigo, recuerdo una sesión de fotos muy divertida y una visita a mi casa donde compartimos cervezas y charla musical. Me apetece preguntarte una última cosa. ¿Qué queda de aquella Eva alocada que conocí en los tiempos de Idealipsticks? 

Eva: Nos hemos visto poco, pero también te tenemos mucho cariño. Esa Eva está ahí, forma parte de mí y cuando tiene que salir, sale. Está un poco más relajada, cosa que da la edad. Hay muchos juicios que he ido quitando han ido saliendo otros que necesitaban su espacio. Convivimos todas en el mismo avatar. Me gusta mantener vivas a todas las mujeres que habitan en mí.