Dean Wareham: "Escribir canciones debería ser fácil, pero no lo es"


Por: Àlex Guimerà

Pocos artistas de la música independiente han sabido capturar la melancolía y la belleza como Dean Wareham. Desde sus inicios siendo adolescente con los seminales Galaxie 500, una de las bandas pioneras del slowcore, nos demostró que el pop podía tener un lenguaje que no fuera necesariamente divertido y bailable. Luego se reinventó con Luna y cambió de tercio abordando guitarras enmarañadas, sonidos etéreos y mucha energía, lo que le llevó a codearse con lo mejor del indie americano de la época (Pavement, Yo La Tengo, Sonic Youth…). Wareham ha ido manteniendo viva a Luna a lo largo de las décadas a través de unos conciertos tan electrizantes como hipnóticos, pero dejando espacio para su proyecto Dean & Britta, junto a su también talentosa esposa Britta Phillips, y para sus discos en solitario y bandas sonoras.

Charlamos con él con motivo de su gira española en abril y con motivo de su nuevo álbum, el cuarto en su carrera, y nos encontramos con alguien sincero, auténtico y sencillo. A pesar de que uno no duda sobre su grandeza e influencia en muchas bandas, él no deja de mostrarse como alguien normal, como un trabajador de la música, humilde y muy satisfecho haciendo lo que hace. 

El 28 de marzo se publicó "The Price of Loving", tu cuarto disco en solitario. Hemos tenido la oportunidad de escucharlo y nos parece un trabajo fantástico. Además, el álbum marca el regreso de tu colaboración con Kramer, el productor de Galaxie 500, después de 34 años. ¿Cómo surgió la idea de volver a trabajar juntos? 

Dean Wareham: Bueno, era una idea que llevaba tiempo rondando. Cada vez que hablaba con Kramer me decía que era una locura que no hubiéramos hecho otro disco juntos desde entonces. Durante la pandemia, mezcló una canción para Britta e hizo un gran trabajo, y en ese momento pensé que ya era hora de hacerlo de una vez. Hablar es fácil, pero al final lo que cuenta es tomar acción. Además, el tiempo pasa y no vamos a estar aquí para siempre. Que yo sepa, nadie está rejuveneciendo, especialmente Kramer. Así que un día decidí reservar tiempo en el estudio. Es lo que realmente me impulsa a trabajar: ponerlo en la agenda, invertir dinero, hacer un depósito... ese tipo de cosas. 

¿Cómo fue el proceso de grabación? ¿Sentiste que la química creativa entre Kramer y tú seguía intacta? 

Dean Wareham: Sí, fue muy parecido a cuando trabajamos juntos en 1988, 1989 y 1990. Trabajamos increíblemente rápido. Algunas personas entran al estudio y pierden tiempo debatiendo, posponiendo decisiones o evitando trabajar. Con Kramer es todo lo contrario: él toma el mando y avanza sin titubeos. Siempre dice: yo soy el productor, yo tomo las decisiones, lo cual, en cierto modo, es liberador. Simplemente sigues adelante.

A Kramer le gusta la espontaneidad. Yo había hecho demos de las canciones, pero él no quiso escucharlas. Prefirió enfrentarse a ellas directamente en el estudio. Eso hace que cualquier idea que surja en el momento sea más interesante. Si escucho demasiado una canción, mis ideas tienden a volverse más aburridas. Lo mismo ocurre con mis solos de guitarra, a veces quiero hacerlos 10 o 20 veces, pero él me detiene y me dice que lo haga solo una o dos. Por eso el álbum tiene un tono que recuerda a Galaxie 500.

¿Esa similitud con Galaxie 500 fue intencional o simplemente una consecuencia natural de trabajar con Kramer de nuevo? 

Dean Wareham: Creo que solo un par de canciones recuerdan realmente a Galaxie 500, como "New World Julie" y "Dear Betty Baby". Tal vez el tono de mi guitarra sea similar, pero mi manera de cantar ha cambiado. En este disco, las voces son más íntimas, estoy más cerca del micrófono. Kramer no quería que sonara como Galaxie 500, así que evitó usar el mismo tipo de reverberación o efectos. 

"Lo emocionante del estudio es cuando una canción se transforma y se convierte en algo completamente distinto"

¿Hay alguna canción del álbum que sientas especialmente personal o significativa? 

Dean Wareham: Mi favorita es "Bourgeois Manqué", que es una expresión francesa. Es curioso porque cuando fui al estudio pensaba que ni siquiera era una canción. Me parecía que no tenía nada, solo dos acordes. Pero lo emocionante del estudio es cuando una canción se transforma y se convierte en algo completamente distinto. Desde el momento en que la empezamos a tocar, sonó genial.

Kramer me dijo que tocara la guitarra acústica de manera simple, como si fuera Willie Nelson. Esa dirección le dio un aire especial a la canción, que además es bastante larga. Pero, en realidad, me gustan todas las canciones del disco. Estoy muy contento con el resultado. Britta cree que es mi mejor álbum en solitario. No sé... podría ser. Pero eso es algo que realmente no me corresponde decir a mí. ¿Cómo describirías el sonido y la atmósfera de "The Price of Loving" en comparación con tu trabajo anterior, por ejemplo, con el fantástico "I Have Nothing to Say to the Mayor of LA"? Sí, a mí también me gusta mucho ese disco. Creo que "The Price of Loving" suena más costoso de lo que en realidad fue. Lo grabamos en un estudio increíble, aunque solo estuvimos allí seis días. Aprovechamos al máximo el tiempo y logramos un sonido realmente especial. 

"Por alguna razón, la música de Galaxie 500 parece atraer a los adolescentes y a los jóvenes, como si les hablara directamente"

Llevas décadas en la música, desde Galaxie 500 hasta Luna, pasando por tu trabajo en solitario y con Dean & Britta. ¿Cómo ha evolucionado tu forma de componer a lo largo del tiempo? 

Dean Wareham: Ahora escribir canciones es un proceso muy distinto. Con Luna, todo surgía de la banda tocando junta en una habitación. Nos reuníamos un par de veces por semana y desarrollábamos ideas en grupo. En cambio, para mis discos en solitario, normalmente empiezo solo en esta sala con mi guitarra. Luego, Britta me ayuda: le muestro las canciones y ella añade el bajo o sugiere algunos cambios en los acordes. Creo que esto influye en la forma en que suenan mis canciones. Cuando estoy solo, tiendo más a la melancolía, a los sonidos más tristes o pausados. Con una banda, la música es más agresiva. También ahora me esfuerzo más en las letras. Antes, con Galaxie 500, a veces escribía la letra en el último minuto, directamente en el estudio. Ahora las trabajo más, las escribo, las pego en la pared y las voy puliendo cada día. Algunos días fluyen fácilmente, otros no tengo nada. Escribir canciones debería ser fácil, pero no lo es. 

¿Cómo te sientes al ver que una nueva generación está descubriendo la música de Galaxie 500? 

Dean Wareham: Es algo bonito. Me di cuenta de ello cuando mi hijo era adolescente y sus amigos en la escuela escuchaban Galaxie 500. Eso fue genial. Creo que todos tenemos que aprender a valorar cuando a alguien le gusta nuestra música. Por alguna razón, la música de Galaxie 500 parece atraer a los adolescentes y a los jóvenes, como si les hablara directamente. Es un sonido melancólico, triste y con un cierto enfado contenido, y tal vez por eso conecte tanto con esa etapa de la vida. 

Tras la disolución de Galaxie 500, fundaste Luna, una banda con un sonido muy diferente que también terminó siendo una de las más destacadas de los 90. ¿Cómo surgió ese sonido en ese momento? 

Dean Wareham: Está claro que Luna es totalmente distinta a Galaxie 500, empezando por la sección rítmica. Teníamos un baterista y un bajista completamente diferentes. En Galaxie 500, Damon (Krukowsky) tenía un estilo más cercano al jazz, mientras que Stanley (Demeski) en Luna era un percusionista de formación, muy preciso. Ambas bandas tenían grandes secciones rítmicas, pero el enfoque era distinto.

Además, Luna era un cuarteto, no un trío, y eso nos permitió desarrollar una interacción de guitarras entre Sean Eden y yo. Sean es un guitarrista increíble y éramos muy meticulosos con la textura de nuestro sonido. Luna terminó teniendo un carácter muy propio, diferente a lo que estaba ocurriendo en los 90 con el Britpop y el grunge. Siempre se nos comparó con The Velvet Underground, pero nunca fue algo intencionado. Simplemente sonábamos como Luna, y eso es algo muy distintivo. 

Ya que mencionas a The Velvet Underground, recuerdo haber visto a Luna en mi ciudad en tres ocasiones, pero la última vez, en octubre de 2023, fue realmente especial. Tocasteis versiones de Lou Reed y The Velvet Underground, y cerrasteis con un alucinante "Marquee Moon" de Television. Se dice mucho que vuestro sonido está influenciado por ambas bandas, pero creo que no estás del todo de acuerdo con esa comparación. 

Dean Wareham: Sí y no. Es cierto que sonamos más cercanos a ellos que a Black Sabbath, por ejemplo. Pero creo que somos bastante diferentes a Television, aunque Tom Verlaine ha sido una gran influencia para mí. La música de Television está completamente estructurada. Cuando aprendes a tocar "Marquee Moon", te das cuenta de que cada nota está trazada con precisión, como si estuvieras interpretando una pieza de Beethoven. No puedes saltarte nada, todo está en su sitio. En cambio, nosotros trabajamos de una forma más libre. 

Después de tantos años, ¿ha sido difícil mantener el nivel de Luna en directo? 

Dean Wareham: ¿Mantener el nivel? ¿Qué nivel?... 

Me refiero al alto nivel que tenéis en directo, vuestro sonido sigue siendo fantástico. 

Dean Wareham: Ah, gracias. Ese último concierto de Barcelona del que hablas fue realmente especial. Hay algo en una banda que ha tocado junta durante más de 30 años. Es cierto que nos tomamos un descanso de 10 años, pero cuando has tocado las canciones tantas veces, las interiorizas de una manera muy natural. Todo fluye con facilidad. Es como volver a montar en bicicleta: después de un tiempo separados, solo necesitamos uno o dos ensayos para recuperar la dinámica de Luna. 

También has compuesto música para bandas sonoras, como The Squid and the Whale. Sabemos que el cine es muy importante para ti. ¿Qué compositores de cine han influido en tu música? 

Dean Wareham: Es difícil decirlo. Hay compositores que me gustan mucho, como Georges Delerue y John Barry. Pero yo no me considero un compositor de bandas sonoras en el sentido estricto. Simplemente trato de inventar cosas sobre la marcha y voy aprendiendo en el proceso. Creo que la última banda sonora que hicimos con Britta fue "Mistress America", que tenía un sonido muy de los 80, con influencias de Orchestral Manoeuvres in the Dark (O.M.D.), New Order y cosas así. Componer para cine es distinto, porque no se trata de ti, sino de la película. ¿Quién más?... Obviamente, David Lynch, que falleció recientemente. Siempre tuvo una conexión muy fuerte con la música y pensaba mucho en ella. 

¿Cómo fue la experiencia de escribir tu libro "Black Postcards"? ¿Te gustaría escribir otro en el futuro? 

Dean Wareham: Sí, me gustaría escribir otro libro en algún momento, pero reconozco que fue un proceso muy complicado para mí. Antes mencioné que escribir canciones ya me parece difícil, pero escribir unas memorias lo fue aún más. Cuando compones letras para canciones, partes del lenguaje musical y tratas de traducirlo en palabras, pero escribir sobre personas en tu vida es mucho más complejo. No importa lo que digas, siempre habrá alguien que se enfade. Podría haber escrito sobre el rey Enrique VIII y seguro que alguien se habría molestado.

La diferencia al escribir un libro de memorias es que intentas plasmar la verdad. En cambio, al escribir canciones, no es necesario que sean sinceras en absoluto; pueden estar llenas de mentiras y no pasa nada, porque es ficción. Hablo desde la perspectiva de un personaje y puedo esconderme detrás de él. Es algo poético. Aun así, me gusta seguir escribiendo. De vez en cuando escribo artículos para revistas, aunque también me resulta complicado. Es un proceso bastante lento para mí; quizás si lo hiciera con más frecuencia, mejoraría. 

"Si sales al escenario y tocas únicamente el último álbum, la gente se aburre"

Tanto con Galaxie 500 como con Luna habéis hecho excelentes versiones de otros artistas: George Harrison, Guns N’ Roses, Serge Gainsbourg… Durante el confinamiento por COVID, junto a Britta grabasteis Quarantine Tapes, con versiones de The Cars, Bee Gees, Bob Dylan, Donovan o The Clash. ¿Crees que las bandas actuales deberían hacer más covers? 

Dean Wareham: Bueno, tal vez haya demasiadas canciones en el mundo. Como dijo Bob Dylan, ya hay suficientes. Pero, claro, él es Bob Dylan y sigue escribiendo. Antes era normal que los artistas incluyeran versiones en sus discos. Incluso los Beatles lo hacían. Ahora se espera que todas las bandas escriban exclusivamente material nuevo. No sé… A mí me gusta hacer versiones. Me quita un poco de presión. Por ejemplo, en nuestro nuevo disco solo hay dos covers, pero aun así es útil. Significa que tengo que escribir ocho canciones en lugar de diez. Y siempre me divierto haciéndolas. Además, no tengo que preocuparme por las letras, porque ya están escritas. 

El año pasado, Dean & Britta lanzasteis el álbum navideño "A Place of Us" junto a Sonic Boom. ¿Qué puedes contarnos sobre este trabajo? 

Dean Wareham: Esperamos que la gente lo escuche cada Navidad. ¡El año que viene habrá que ponerlo otra vez! (Risas). Fue un proyecto realmente divertido. Britta y yo grabamos la mayor parte del disco en casa, y luego viajamos a Portugal para mezclarlo con Sonic Boom, que vive en Sintra, cerca de Lisboa. Creemos que el resultado fue muy bueno; es una colección de canciones preciosa. Cuando terminamos, le dijimos: ¿Por qué no cantas y haces algunas voces también? Tiene una voz muy bonita, pero al principio no quería. Poco a poco se fue animando y, una semana después, ya había grabado un montón de voces. Me alegra que al final decidiera cantar, porque le dio un toque especial al disco. 

¿Tienes algún proyecto en mente para el futuro? 

Dean Wareham: Justo estoy pensando en eso ahora mismo, pero todavía no lo tengo claro. Probablemente hagamos otro disco de Dean & Britta pronto. Quizás ese sea el siguiente paso. Bueno, eso y que en abril, coincidiendo con Semana Santa, visitaremos seis ciudades españolas. 

Sí, os tendremos de gira por España. Recuerdo la intensidad de tus conciertos en Barcelona y la gran conexión con el público. ¿Sientes algo especial con los fans españoles? 

Dean Wareham: Por alguna razón, España siempre ha sido un gran lugar para mí. Sin duda, es un país en el que prefiero tocar antes que en Holanda o Alemania. Yo no cambio mi forma de dar conciertos según el lugar. Durante mucho tiempo pensé que hacer giras por Inglaterra era terrible y no quería ir. Pero últimamente han sido experiencias realmente buenas. España, en cambio, siempre ha sido divertida. He tocado en muchas ciudades y siempre hemos tenido un gran público allí. 

¿Qué podemos esperar del setlist de esta gira? ¿Habrá un equilibrio entre el nuevo álbum y canciones de Galaxie 500 y Luna? 

Dean Wareham: Sí, definitivamente habrá canciones de Galaxie 500 y Luna. También tocaremos cinco o seis canciones del nuevo disco, pero no podemos hacer todo el concierto solo con temas nuevos. Si sales al escenario y tocas únicamente el último álbum, la gente se aburre. Nadie quiere escuchar solo canciones nuevas. Así que habrá muchas de Galaxie 500 y algunas de Luna. Aún estamos definiendo cómo lo haremos, porque somos una banda de cuatro integrantes y no quiero que suene exactamente como Luna. 

Por último, echando la vista atrás, ¿cuál consideras que ha sido el mejor momento de tu carrera?

Dean Wareham: ¿El mejor momento? Bueno, en cierto modo, lo mejor que me ha pasado en mi carrera ha sido conocer a Britta, sin duda. Fue algo increíble a nivel musical, y creo que hemos hecho grandes discos juntos con Dean & Britta. Ella también fue una gran incorporación para Luna. A veces, alguien entra en tu vida y, en ese momento, ni siquiera te das cuenta de lo importante que será. Pero cuando miras atrás, lo ves con claridad. 

Ayer escuchaba "Luna Live" (2001) y me sorprendió la diferencia en el sonido del bajo entre Britta y Justin (Harwood). Me pareció fabuloso. 

Dean Wareham: Sí, Justin es un bajista increíble. Su estilo consiste en empujar la música hacia adelante, siempre con un ritmo potente. Britta trató de mantener ese impulso, pero aportando su propia personalidad. Ella estudió a fondo lo que hacía Justin, aprendió todas sus líneas de bajo. Y no era fácil, porque muchas de esas líneas son realmente complicadas y hay que tocarlas sin descanso durante siete minutos seguidos. Es un trabajo agotador.