The Murder Capital: "Blindness"


Por Àlex Guimerà. 

Los que llevamos años siguiendo la industria musical hemos podido comprobar que hay un momento decisivo en el cual las bandas tienen que dar el salto. Es aquel instante en el que las más afortunadas logran despegar para arriba y se hacen más populares, amplían su legión de fans y comienzan a protagonizar portadas de la prensa especializada, a ganar premios y a ampliar los recintos de sus conciertos. Ese momento en el que la banda cambia de estatus y mejora su reconocimiento. A los Fontaines D.C. les pasó el año pasado con "Romance", lo que les llevó a protagonizar portadas de revistas como por ejemplo nuestra Ruta 66 y a llenar con más de ocho mil espectadores un estadio como el Wizink Center de Madrid. Algunos lo llaman "alcanzar su prime", pero de lo que estamos seguros es de que se trata de un salto o un cambio de etapa en la formación.

Precisamente es ese salto el que apostaría que están a punto de dar los también irlandeses The Murder Capital con la puesta en el mercado de su tercer disco de estudio. Atrás pueden dejar la etiqueta y el encorsetamiento de nuevo descubrimiento post-punk, las comparaciones con los seminales Joy Division y los recientes IDLES, y también dejar de ser conocidos como los teloneros de Pearl Jam y de Nick Cave. Todo indica que han alcanzado su mayoría de edad con este soberbio "Blindness", un disco que definitivamente abandona las texturas de la banda de Ian Curtis para abrazar un sonido más rockero que claramente les emparenta con el grunge y con el rock independiente americano de los noventa. 

Es la evolución sonora que necesitaban en este momento y que ha ido germinando en las distintas ciudades en las que viven los miembros de la banda (Londres, Berlín y Dublin), quienes, puestos de acuerdo en la distancia, fueron esbozando un disco que acabó grabado en Los Ángeles bajo las directrices del productor John Congleton (también de St. Vincent, Blondie, Killers o Franz Ferdinand), quien les recomendó que no hicieran demos previas de las canciones. El resultado es un disco espontáneo y visceral en el que nuevamente el quinteto nada entre versos poéticos siguiendo la mejor tradición lírica irlandesa, pero abarcando temas tan actuales como el patriotismo, el amor o la salud mental.

Desde los primeros acordes, el disco se mueve entre unas guitarras embrutecidas herederas del noise de Sonic Youth ("Moonshot") que sobre todo nos permite bañarnos en la ansiedad y los bajos pesados de "Words Lost Meaning", que parece sacada de Seattle en los años noventa, lo mismo que se podría decir de la trepidante "Can' t Pretend To Know", con esas guitarras afiladas y estribillo al más puro estilo Nirvana.

El quinteto se relaja con una "A Distant Life" que al escucharla nos trae a la mente la creatividad ilimitada de Pavement. Pero que nadie se tranquilice, que "Born Into The Fight" te deja muy inquieto con esas distorsiones y esas transiciones calma-tormenta. La primera balada del paquete es "Love Of Country", con la que critican el auge de los nacionalismos y la xenofobia; la segunda se encarga de cerrar la cara B, una "Trailing A Wing" etérea y naif. En "Death Of A Giant" rinden tributo al gran Shane MacGowan (Pogues) al son de unas guitarras Strokes y un piano melancólico. "The Fall", por su parte, entronca con los anteriores álbumes de la banda, aunque quizás ésta destila bastante más salvajismo. Mi favorita es probablemnte "That Feeling", que recoge la épica al son de unas guitarras atronadoras, unas baterías trepidantes y un James McGovern que canta con todo el empeño.

Con este trabajo, The Murder Capital reafirma su madurez artística y se consolida como una de las bandas más interesantes del momento, ofreciendo un disco envolvente que no solo resuena en lo musical, sino que también dejará una huella emocional duradera en los oyentes. Por el momento para este 2025 ya han anunciado conciertos el 2 de mayo en la sala Copernico de Madrid y el 3 de mayo en la Sala Razz 2 de Barcelona, aforos bastante limitados para lo que pueden llegar a ser. Aprovechen y vayan a verlos, sospechamos que en la próxima gira van a tocar en grandes recintos.