Fotografías: Raquel Rodríguez.
Hablar con Anton Jarl siempre es un placer. Destila pasión, locuacidad y un conocimiento milimétrico sobre lo que es la vida de un músico underground. Profesional inquieto cuyo nombre es fácil rastrear tras las baquetas de proyectos de enorme calidad y sobrado pedigrí rockero tan interesantes como Los Mambo Jambo, Dani Nel·lo Los Saxofonistas Salvajes y Rambalaya, banda con la que ahora vuelve a vestirse de protagonista tras la edición de “Plays for the Brokenhearted”, un colosal trabajo, pleno de emotividad y elegancia ante el que es complicado no caer en bucle.
Semanas atrás nos pusimos en contacto con él para conocer los detalles de un trabajo apasionante que a finales de esta semana los llevará a estar tocando en Madrid, el 21 de marzo en la sala Gruta 77, y el 22 de marzo en Vitoria, concretamente en Hell Dorado.
Os dejamos en compañía de Anton, uno de esos tipos a los que conviene leer con detenimiento, pues en cada respuesta destila un cariño y una emoción por la labor musical contagiosa, dejando claro que su grandeza va infinitamente más allá del tino que demuestra aporreando con clase la batería.
Volvéis a la carga con vuestro tercer trabajo, “Plays for the Brokenhearted”, un álbum emotivo y emocional, donde la elegancia de las dos primeras referencias de la banda permanecen intactas, yendo un paso más allá en lo que a musicalidad y arreglos se refiere. ¿Cuál era el principal reto al enfrentarse a esta nueva colección de canciones?
Anton: Escribir un buen tema original siempre es un reto. Diría que hay dos tipos de canciones en el disco nuevo. Por un lado, temas de rhythm’n’blues y rock’n’roll bastante clásicos, y por el otro lado temas con más melodía, arreglos grandes con cuerdas (Barcelona Rock Strings) y coros (Live Choir Barcelona). Estos temas requieren de muchísima preparación a nivel de arreglos, si tenemos en cuenta que hay un total de 26 músicos participando. Es un poco como un puzzle musical, donde tienes que encajar las piezas para que todo ayude y fortalezca la canción, y cuando todo encaja es maravilloso. Pero sí, es un trabajo que requiere su tiempo y preparación.
“Nuestra base es el rhythm’n’blues pero nunca hemos querido ser un grupo de revival”
El álbum presenta una diversidad musical que le lleva a hacer paradas en diversas orillas musicales. A la hora de arrastrar la musicalidad a un género u otra. ¿Cuáles son los factores que os hacen decidir? ¿En qué piel se sienten más cómodos los muchachos de Rambalaya?
Anton: Nuestra base es el rhythm’n’blues pero nunca hemos querido ser un grupo de revival, de esos que intentan copiar un sonido 100% retro. La idea siempre ha sido ser personales y crear nuestro propio sonido. A mí me emociona mucho esa faceta lírica de los discos de Roy Orbison, las baladas de Elvis y, por mencionar algunos artistas actuales, Marlon Williams y Richard Hawley. Y por supuesto, Glen Campbell y sus canciones compuestas por Jimmy Webb, que quizás es mi principal influencia para ese tipo de canción. Todos estos artistas tienen en común las melodías grandes, las emociones grandes, lo épico y eso es algo que echo de menos en mucha de la música actual, ese tipo de expresividad. También es verdad que hoy en día es muy difícil encontrar voces masculinas con el calibre necesario para poder cantar ese tipo de canción con dinámicas, notas altas y largas. Como es sabido, nosotros tenemos la suerte de contar con un verdadero virtuoso en nuestro cantante Jonathan Herrero. Es un artista bastante único y su registro y expresividad es clave para poder crear nuestro sonido. Por un lado, Jonathan puede cantar baladas que hacen llorar a la gente y por otro es un cantante de blues de primera, eso da mucha libertad al momento de componer porque sabes que Jonathan puede defender canciones muy diversas, desde lo más dulce hasta lo más cañero.
“Echo de menos expresividad en la música actual”
Contáis con la colaboración de Barcelona Rock Strings, aportando violas y violines, y con las voces de Live Choir Barcelona. ¿A qué ha respondido esta colaboración? ¿De qué forma han elevado la categoría de las canciones?
Anton: Ya con nuestro segundo disco, “Only In My Dreams”, colaboramos con Barcelona Rock Strings y el arreglista Jordi Font. Me encanta trabajar con Jordi, tiene la mente muy abierta en el momento de hacer los arreglos y no le importa probar mis ideas que a veces son muy naifs (risas). Aparte de que obviamente tiene un montón de ideas propias de cómo arreglar los temas. Para los arreglos de los coros, Jordi ha colaborado con Marina Tomàs Amado y el coro de 16 personas lo ha dirigido Sonia Moreno. El tema “Broken Heart” es el que tiene el arreglo más grande de todos, con una coda que no para de crecer y crecer. Aquí hay muchas horas de trabajo detrás, primero en componer la canción, pero también en el arreglo, y hacer el puzzle de voces, cuerdas y de la banda. Cada vez que lo escucho me emociono, me encanta la canción y cómo el arreglo la hace evolucionar. Nunca hemos hecho nada parecido y me enorgullece mucho cómo ha quedado la verdad.
Siempre solemos hablar de alguno de los temas que se incluyen en los discos, pero he de reconocer que en esta ocasión me ha resultado complicado escoger sobre cuáles hablar. Finalmente me he decidido por “Under a Jaded Sky”, desde el principio me enganché a ella por su sentimiento. ¿De qué forma nació esta canción? También me ha gustado “The Border”, su arrebatado ramalazo surf y sus querencias con sabor a frontera, invitan a pensar que os habéis debido divertir mucho grabándola. ¿Estamos en lo cierto?
Anton: “The Border es un tema que ha compuesto nuestro bajista Matías Míguez, es un temazo con una mezcla entre soul, latin y rock’n’roll. Un poco al estilo de Santana y Los Lobos. La letra es cinematográfica, llena de tensión e imágenes. Tiene mucho groove y un estribillo muy pegadizo, nos encantó grabarlo y creo que va a ser un hit tocándolo en directo también. “Under a Jaded Sky” es una canción mía que habla de esa sensación que tenemos a veces los no tan jóvenes, de que la vida está pasando y de que ya podemos intuir el horizonte, el final. El otoño de mis años como dijo Frank Sinatra. Es una perspectiva de la vida melancólica, pero no deprimente, simplemente quiere reflejar que el tiempo pasa rápido, y aunque quizás nuestras vidas no han terminado siendo exactamente lo que esperábamos de jóvenes, aún quedan razones para disfrutar de la puesta de sol que estás viendo, desde tu ventana, una tarde cualquiera de septiembre, bajo un cielo cansado.
Y no quiero dejar de citar la stoniana “Let Me Get Out of this Place”, el rockabilly saltarín de “Loaded”, los aromas a crooner oscuro de “Because of You” y el cierre bluesero de “Last Train Home”, vamos que si sigo no me dejo ninguna, así que caigamos en el tópico. ¿Sentís que este es el mejor álbum de la banda hasta el momento?
Anton: Aparte de “Because of You”, esos temas los hemos hecho nuestro guitarrista Héctor Martín y yo. Héctor hace unos riffs geniales, y se notan las influencias de Creedence Clearwater Revival, Rolling Stones y Albert Lee en estos temas. Es nuestra cara más rockera y es una faceta importante de la banda, necesaria para hacer contrapeso a la cara más sentimental (risas). No quiero compararnos con ellos, pero creo que es algo que compartimos con Bruce Springsteen and The E Street Band: por un lado, temas para bailar y festejar y por otros temas para emocionarse y llorar un poco. Probablemente sea nuestro disco más completo, a nivel musical pero también a nivel de sonido, lo grabamos en Medusa Estudio en Barcelona con Roger Rodés y Dani Val de técnicos de sonido y la mezcla la hizo Roger Rodés. Solo hay que mirar el currículum de ese estudio y los grammys de los técnicos para ver que estamos hablando de un equipo de mucho nivel. Entre eso y las canciones, y por supuesto, la calidad de los músicos que son todos profesionales de primera división, es difícil que suene mal. Teniendo en cuenta que grabamos este disco en solo seis días, más cinco días de mezcla, creo que podemos estar más que contentos.
“Hay que reivindicar siempre a Dion y Mink DeVille, son dos genios del rock’n’roll”
No suelo guiarme mucho por las hojas de promoción a la hora de hacer entrevistas, pero debo confesar que en la misma aparecen varios santos de mi devocionario, así que perdonad de antemano si me pongo pesado en este apartado. Citáis a dos figuras que a mi juicio nunca serán lo suficientemente reivindicadas; de un lado aparece el gran Dion DiMucci y por otro Willy DeVille, sé que la pregunta no tiene sentido para aquellos que les amamos, pero… ¿por qué precisamente ellos?
Anton: La nota de prensa de “Plays For The Brokenhearted” es del periodista cultural Ramón Vendrell y creo que ha clavado las referencias con Dion y Mink DeVille, y sí, estoy de acuerdo, hay que reivindicar siempre a esos dos genios. Para mí, Dion es de las mejores voces masculinas de la historia del rock n roll. Tiene esa cosa tan especial que hace que su voz te llegue al alma directamente, sin filtro, como si te estuviera hablando directamente a ti. Igual que Sinatra o Nina Simone. El disco que menciona Vendrell es “Born To Be With You”, un álbum que tiene varios temas producidos por Phil Spector, es precioso, experimental y clásico, oscuro y luminoso a la vez. Tendrías que preguntar a Ramón por qué pensó en ellos, pero estoy encantado con la comparación.
De la etapa de Mink DeVille citáis “Le Chat Bleu” como absoluta referencia, un trabajo del que este año se cumplen 45 años pero que creo que mucha gente desconoce. ¿Qué le diríais a alguien sobre este álbum para que se deje perder por su elegancia incontestable?
Anton: Le descubrí con “Le Chat Bleu” relativamente tarde, me lo recomendó Dani Nel·lo convencido de que me iba gustar y acertó muchísimo. Soy admirador del compositor Doc Pomus (Elvis, Ben E King, Drifters etc.) y en “Le Chat Bleu” hay varios temas compuestos por Willy De Ville en colaboración con Doc Pomus. Ronnie Tutt, de la banda de Elvis de la última epóca, toca la batería y el disco está lleno de temazos, otra vez aquí encontramos esta mezcla entre rhythm’n’blues (“Slow Drain”, “Lipstick Traces”) y temas romanticos y épicos (“That World Outside”, “Just Walk That Little Girl Outside”). Es un poco el mismo concepto que tenemos con Rambalaya. “Le Chat Bleu” es un disco muy personal e íntimo y la voz de Willy Deville es tan expresiva y cool. ¡Totalmente recomendable!
Vuestras referencias siempre ven la luz bajo el amparo de unos garantes del buen gusto y paisanos catalanes vuestros llamados Buenritmo Records, cuyo catálogo siempre asegura trabajos grandiosos. ¿Qué tiene de positivo trabajar con ellos?
Anton: Buenritmo con Jordi Ramirez al mando es nuestra discográfica y management y nuestros tres discos los hemos sacado con ellos. Nos dan libertad creativa y un muy buen trato en general, todo lo que hacen respira profesionalidad y buen gusto, la verdad es que es un privilegio poder trabajar con ellos. Soy el batería de Los Mambo Jambo y Dani Nel·lo Los Saxofonistas Salvajes que también forman parte de la familia Buenritmo y para mí tener las tres bandas gestionadas por la misma oficina me facilita muchísimo el trabajo. No sé cómo lo haría si fuera de otra manera.
“Dani Nel·lo es una figura clave en nuestro rock”
Ampliando la anterior pregunta. ¿Qué hay en vuestra tierra para que la mayoría de proyectos interesantes de nuestra música relacionados con el soul, R&B, rockabilly, así como otros géneros “oldies” o de “raíz”, hayan tenido su sede histórica en la región?
Anton: Creo que Dani Nel·lo es una figura clave en eso. Por supuesto que hay más gente, como Amadeu Casas, Big Mama Montse y August Tharrats que iniciaron la escena de blues en Catalunya, pero pienso que Dani ha sido una fuerza especialmente importante en esta escena durante décadas y lo sigue siendo. Insistiendo en la calidad musical y con su carisma particular, Dani ha abierto la puerta a un público amplio para estos estilos de música que has mencionado, música que no suena en los 40 Principales y en las playlists de moda de Spotify. Pero aun así se ha creado una escena muy viva de bandas con mucho nivel y un público que nos sigue. Es algo muy bonito y especial y me hace mucha ilusión ver cómo está creciendo cada vez más.
Anton, eres un veterano de mil y una batallas que te han llevado a estar tras proyecto de lo más interesantes, siempre en el underground, dignificando la profesión de músico. ¿Qué falta para que determinados géneros logren acaparar la atención en nuestro país del gran público? ¿Sucede lo mismo con ellos en otros lugares de Europa y el resto del mundo?
Anton: Poder ganarme la vida tocando la música que me gusta, lo considero un privilegio y ahora que llevó más de treinta años haciéndolo como músico profesional, me hace reflexionar de lo afortunado que soy. Es una sensación de gratitud, la verdad. Por supuesto que también es una lucha, pero luchar por lo que amas siempre vale la pena. Ya sabemos que esta industria es muy difícil, quizás ahora más que nunca, con los cobros penosos de plataformas de streaming y los semi monopolios de los macro festivales, pero sigue habiendo maneras de tirar para adelante en las carreteras secundarias del business, fuera de las autopistas de lo más comercial. De vez en cuando sale un artista que hace el crossover, mezclando sonidos más clásicos con lo actual, Amy Winehouse debe ser el ejemplo más obvio. El problema es que es difícil llegar a las masas con la oferta tan desbordante que hay hoy en día. Nosotros no somos de Tik Tok, Twitch y esas cosas, no nos sale natural usar estos canales para promocionarnos y las redes sociales están saturadas de bandas con sus vídeos de promo. Esta creo que es la situación para la mayoría de las bandas de nuestro perfil hoy en día, independientemente del país. Dicho esto, la música que hacemos con Rambalaya es bastante comercial, melódica y con estribillos muy cantables. Obviamente lo hacemos así porque es lo que nos gusta, no como fórmula para tener éxito, pero si un día llegásemos a un público más amplio sería genial y si no es así, ¡seguiremos tocando para nuestro público y disfrutándolo como siempre!
¿Qué diferencias existen entre tu labor junto a Los Mambo Jambo y la que desarrollas en Rambalaya?
Anton: Son dos bandas bastante diferentes. Los Mambo Jambo es un grupo instrumental y trabajamos normalmente con temas cortos y muy intensos, rápidos y con muchísima energía. El compositor principal de los temas es Dani Nel·lo, que es el líder del grupo, y los arreglos los trabajamos en el local de ensayo. Es un trabajo muy meticuloso porque, aunque los temas son cortos, están llenos de detalles y hay un trabajo muy intenso con cada uno de ellos. También hay un elemento importante de improvisación en la música que hacemos, cada tema tiene solos y cada vez que los tocamos cambiamos cosas. Como ya sabe mucha gente, el nivel de intensidad en un bolo de Los Mambo Jambo es realmente impresionante. Rambalaya es una banda donde todo está basado en la canción: hay letras, historias, estrofas y estribillos y todo se mueve alrededor de eso. Aunque también venimos del rhythm'n'blues nuestro registro es más tranquilo, con algunos temas largos que se van desarrollando poco a poco. Al ser yo el compositor principal, mi papel es diferente y tomo muchas decisiones respecto a los arreglos musicales. También hago casi toda la gestión práctica de la banda junto a la oficina de management, organizo los ensayos, grabaciones etc. Como batería, mi papel en Rambalaya es más en segundo plano, digamos que tengo menos protagonismo en este sentido, pero no me importa nada, ya hago muchos solo de batería en otros proyectos (Risas).
¿Qué planes de gira tenéis programados para los próximos meses?
Anton: El disco salió el 14 de marzo en LP, CD y en plataformas de streaming y por el momento tenemos cerradas las siguientes presentaciones:
21 de marzo en Gruta 77, Madrid.
22 de marzo en Hell Dorado, Vitoria.
4 de abril en 16 Toneladas, Valencia.
22 de abril en Sala Zero, Tarragona.
3 de mayo en Falset.
16 de mayo en Valls.
26 de septiembre en Rock and Blues Café, Zaragoza.
27 de septiembre en Azkena, Bilbao.
¡Se están cocinando más cosas así que seguirnos en redes para conocer más fechas!