Por Nuria Pastor Navarro.
La mariposa ha sido utilizada hasta la saciedad como símbolo de transformación. La larva, tras pasar por su estrecha crisálida, abre las alas y echa a volar: ahora puede surcar el aire convertida en un ser mejorado, más hermoso (con el debido respeto a los gusanos). Tanto debió de impresionarnos este proceso a los humanos que lo acabamos convirtiendo en símil de nuestros propios cambios, generalmente a mejor. Por ello, muchos desean entrar o salir de una vez por todas de su capullo para ver finalmente los colores que han crecido en su espalda.
Quizá Marina (antes Marina and the Diamonds) siempre se sintió de alguna manera una larva con potencial para mariposa, por mucho que nos guste su arte anterior. Con su primer álbum cumpliendo quince años este 2025, nos podemos hacer una idea de lo larga y compleja que ha sido su carrera musical. Y es que cinco discos de estudio dan mucho juego, pero también un desgaste digno de mención. Fue poco después del lanzamiento de “Ancient Dreams In A Modern Land”, en 2021, cuando Marina se abrió a sus seguidores acerca de su estado de salud mental. Al parecer, padecía una fatiga física y psicológica desde hacía tiempo, y la artista pidió comprensión al anunciar que se tomaría un descanso de la música.
Su regreso con el libro de poemas (ya reseñado en esta web) “Eat The World” el pasado 2024 fue todo un motivo de celebración: no sólo teníamos nuevo —y muy buen— material de parte de Marina, sino que todo aquel que tuviera una mínima noción sobre la historia de la cantante podía apreciar que ese pequeño poemario la había ayudado a sanar de verdad. Con la energía recuperada y muchos de sus problemas pasados superados, Diamandis decidió guardarse un milagroso as en la manga: su sexto álbum saldría en 2025.
La noticia, divulgada por ella misma a través de sus redes sociales, no cayó en saco roto y la ilusión tardó poco en apoderarse de sus fans. Además, Marina aprovechó este anuncio para hacer algunas confesiones, pues, según explica, este disco marcará una era diferente de las demás, más fiel a sí misma y alejada de la claustrofobia que le generaba tener que seguir ciertos personajes, como los creados durante la era “Electra Heart”.
“Eat The World” ya lo adelantaba, y el primer sencillo de este misterioso sexto álbum lo confirma: Marina ha abandonado su crisálida y se siente libre de nuevo siendo ella misma. Al comienzo, “BUTTERFLY” puede sonar a las melodías pop de “Electra Heart”, o al lirismo retro de “Froot”, pero si tenemos en cuenta el mensaje que hay detrás, la canción adquiere una dimensión totalmente distinta.
En el videoclip, podemos ver cómo Marina despierta en una cama cubierta con telas más parecidas a plásticos que a sábanas, en una habitación oscura y grisácea. La letra no guarda ningún secreto desde su inicio: “Sometimes people gonna let you down / Not everybody´s meant to stick around / I feel the pain and you´ll feel it too / But I won´t let nobody treat me like you do”. La artista reconoce entonces (a alguien, o a algo) que lo está dejando atrás, y se despide. ¿Podría ser una persona que no le hacía bien? ¿Una forma de vida, una rutina? ¿Una faceta de ella misma? No importa demasiado, pues Marina abandona esa habitación deprimente y todo el escenario se llena de color mientras canta sin miedo que ahora es una mariposa llena de energía.
Mientras revolotea entre las paredes color pastel llega el puente, en el que su silueta recortada en un foco de luces de colores admite que para convertirse en una mariposa, partes de ella tuvieron que morir. Prueba de ello podrían ser los corsés que la cantante lleva a lo largo del vídeo: quizá estos representen los fragmentos de la crisálida aún pegados a su cuerpo, los vestigios de ese pasado que tuvo que dejar atrás para sentirse mejor. Lo curioso es cómo dichas prendas no parecen molestarla en absoluto mientras baila, pues ha conseguido abrazarlas y hacerlas parte de sí misma en un buen sentido, justo como sus problemas pasados.
La canción no sólo representa un nuevo comienzo, sino que suena totalmente a renacimiento. Te llena de energía en cuanto rompe el primer estribillo, y contagia las ganas de enseñar a los demás los colores que llevamos dentro. De momento, esta es la única noción que tenemos del nuevo álbum, si bien queda más que claro que este será un trabajo sumamente personal e íntimo. También es cierto que es difícil superar su propia historia: el brutal compromiso político de “Ancient Dreams In A Modern Land”, los icónicos arquetipos de “Electra Heart”, la rebeldía adolescente de “The Family Jewels” … Las expectativas son altas, pero Marina (cómo siempre) podrá cumplirlas sin problemas con su nueva fuerza interior.
Puede que las mariposas siempre estuvieran destinadas a retratar el duro y lento proceso de transformación, pues metamorfosis y metáfora suenan de modo muy parecido. Diamandis lo sabía, y por ello ha dado en el clavo escogiendo el símbolo para el potente comienzo de su nueva era.