Por: Àlex Guimerà.
Este pasado mes de febrero se cumplieron treinta años desde que Richey Edwards dejara plantados a sus compañeros y desapareciera para siempre jamás. Una eternidad sobre la cual los Manic Street Preachers han sabido sacar una carrera musical con mucha solvencia. Todo arrancó un año después del misterioso suceso cuando, sin él a bordo, la banda convertida en un trío publicaría el cuarto disco de su historia "Everything Must Go", con el que finalmente alcanzarían el éxito masivo gracias al himno de clase trabajadora "A Design For Life". Ello les metió de lleno en la movida del Brit Pop, desde la que los Manics confirmarían su popularidad con un disco aún más accesible y pop como fue "This Is My Truth Tell Me Yours"(98), cargado de un manojo de singles de melodías pegadizas y letras reivindicativas.
Desde entonces, James Dean Bradfield, Nicky Wire y Sean Moore, se han mantenido unidos y han llegado a publicar hasta diez álbumes más, contando este último "Critical Thinking" con el que ya suman un total de quince a lo largo de su carrera. Casi nada. ¿Y qué pueden ofrecer a estas alturas que ya no hayan ofrecido? Pues poca cosa, la verdad, ya que a lo largo de esas décadas nos han regalado fabulosos estribillos pop, energía punk, letras imbatibles en las que han tocado todos los temas políticos imaginables desde sus posicionamientos: Richard Nixon, Baby Elian, la URSS, Hiroshima o incluso la Guerra Civil española. Pero el mundo sigue girando y los cambios del estatus político son constantes por lo que siempre viene bien esa mirada crítica al mundo de los galeses al son de sus guitarras afiladas y contundencia rítmica.
Afortunadamente "Critical Thinking" llega para continuar su legado. Si bien el disco no nos viene a descubrir nada nuevo de la banda, realmente se deja escuchar bastante bien. Solo por la maravillosa "Decline & Fall" ya merece la pena prestarle atención: un auténtico himno vitalista, marca de la casa, que demuestra que aún tienen fuelle para componer canciones tan pegadizas como enérgicas. Lo reafirman empleando su fórmula de siempre en "Brushstrokes Of Reunion", una pieza que acaba cautivando. Otra joya es "Hiding In Plain Sight", con Nicky Wire tomando el rol de vocalista, al igual que en la fabulosa "OneManMilitia", donde el bajista cierra el álbum de manera original.
También destaca la emotiva "My Brave Friend", con una temática universal que conecta fácilmente. Si buscamos letras más comprometidas tenemos "People Ruin Paintings" que aborda un fenómeno tan actual como el de las fake news. En cambio, en "Dear Stephen" rinden un cariñoso homenaje a Morrissey. Eso sí, el inicio del álbum podría desconcertar a algunos oyentes con "Critical Thinking", una pieza con tintes de Krautrock y rock industrial (¿e incluso ecos de Franz Ferdinand?), un camino que la banda ya exploró en "Futurology" (2014).
Lo mejor de todo es que la banda siguen a la palestra, su llama no se apaga, aunque para la ocasión quizás exploran más su faceta introspectiva y personal, pero su fórmula musical continúa equilibrando furia y dulzura como solo ellos saben hacerlo. Euforia y sufrimiento, belleza y amargura, un mundo bello y cruel al mimo tiempo.