Por: Àlex Guimerà.
Os contaré una historia del todo verídica. En el año 2019 Inhaler colgó en las plataformas el single "It Won' t Always Be Like This" y al escucharlo me engancharon por su sonido fresco y potente. Ello me motivó a ir a comprar el disco de igual título a ciegas, y sin haber leído nada de ellos. Algo tan casual como inaudito en la actual era de la sobreinformación. El disco no defraudó mis expectativas gracias a sus texturas guitarreras y un post-punk luminoso. Pero algo más me llamó la atención, y fueron las similitudes vocales de su cantante con las de U2. Entonces fue cuando me acerqué al Wikipedia y descubrí cómo Elijah Hewson, su cantante y líder, es en realidad hijo de Paul David Hewson, al que todos conocemos como Bono. Mi entrada a la banda fue la que seguramente desearía el propio Elijah, quien no quiere hablar de ello en las entrevistas (obvio) y cuya banda ha arrastrado la etiqueta de "banda del hijo de", que tanto te puede traer a seguidores como ser un estigma de rechazo para otros tantos.
Pero olvidémonos de todo lo anterior y vayamos hacia los orígenes del grupo en sí. Inhaler son un cuarteto formado por el propio Elijah, junto a Josh Jenkinson (guitarra), Robert Keating (bajo) y Ryan McMahon (batería), quienes en el lejano año 2012 con apenas 12 y 13 años decidieron montarse una banda de rock en el College St. Andrews de Dublín en el que estudiaban. Sin embargo el debut discográfico no llegó hasta 2021 con el mencionado "It Won' t Always Be Like This", un disco que venía cargado de hits y que logró alcanzar el número 1 en las listas del Reino Unido. Quedaba claro desde sus inicios que sus influencias eran el pop británico de los ochenta (New Order, Stone Roses, Echo & The Bunymen,...y obviamente U2). A aquel álbum le siguió en 2023 "Cuts & Bruises", con en el que se reafirmaron como el nuevo hype británico jugando en la liga de bandas milenials como los Kooks, Vaccines, Razorlight o Fratellis. Indie británico de guitarras y estribillos facilones, lo cual para nada debe de ser tomado como algo negativo.
Ahora los irlandeses ya han alcanzado los 25 años y siguen empeñados en tirar para adelante su carrera musical y lo hacen a través de su tercer álbum "Open Wide", en el que se marcan un giro hacia el pop más convencional abandonando la omnipresencia guitarrera de sus anteriores referencias. ¿Eso les sienta bien? Sí y no. Sí porque las nuevas piezas resultan efectivas e inmediatas ; y no porque uno piensa que quizás la banda podría haber dado más de si explorando nuevos territorios rock.
Precisamente cuando las cuerdas eléctricas ganan protagonismo es cuando las canciones mejor funcionan. Es el caso de "Eddie In The Darkness" con ese estribillo arrollador que la convierte en perfecto single que nunca ha sido, o "X-Ray" metida aún en la cueva del post-punk. Son las que mejor representan el pasado de la banda. No en cambio, la pegadiza aunque relajada "Your House", marcada por sus coros góspel y por el ritmo onírico de la batería donde escuchamos unos buenos sintes y que esnefica ese cambio del cuarteto hacia el pop desenfadado de pista de bailable, en el que los sintetizadores y los teclados toman mucho protagonismo.Si bien a veces pecan de exceso con piezas como "Billy (Yeah Yeah Yeah)", en otras como "Concrete" salen airosos. Ese tono synth-pop y de sobre producción lo mantienen con "All I Got Is You" y "Even Though", con inminente recuerdo a lo que hicieron hace gente como A-Ha, Ultravox o Talk-Talk. Luego encontramos las baladas, que afrontan de modo convencional, "Again" o con su nueva mirada pop en "The Charms".
Éste es a grandes rasgos el recorrido por "Open Wide", un disco que gustará más o menos pero al que en cualquier caso hay que irse acostumbrando poco a poco tomando como punto de partida que Inhaler ha aparcado parcialmente el tono de sus discos anteriores en busca de nuevos horizontes artísticos que les alejen del autoplagio. Y eso, se mire como se mire, se llama evolución.