Will Hoge: Rodeado de amigos


Sala El Sol, Madrid. Miércoles, 12 de febrero del 2025.

Por: Álex Fraile. 

Las ciudades se asemejan cada vez más unas a otras. ¿Caprichos de la globalización? Cada cual tendrá su opinión, pero pasear por el centro de Madrid por momentos resulta de lo más desconcertante, con todas esas tiendas cortadas por el mismo patrón. Sería eso o las malditas prisas, pero nada más salir del metro creí perder el sentido de la orientación. ¡Falsa alarma! Al girar a la izquierda observé el cartel de la sala El Sol. Uno de esos lugares seguros a los que acudir una anodina noche de invierno en busca de buena música y, por qué no, para huir del desfile de turistas que acecha a pocos metros. 

Nada más entrar y bajar las escaleras pude recuperar el pulso. Ya lo decía mi buen amigo Javi: “El Sol es el pulmón cultural de esta maldita ciudad”. Bastó asomarse al escenario para darse cuenta de que la noche del miércoles no sería una noche al uso. La sala empezó a llenarse de rostros familiares, fieles a una nueva cita con Will Hoge. Uno de esos músicos curtidos en mil batallas, representante de la mejor tradición americana y que cada vez que visita España demuestra que el country y el rock de raíces hace tiempo que dejó de ser un secreto. Ya nos lo dijo él mismo esa misma mañana: “El público aquí está muy comprometido con la experiencia en directo. Conocen las letras, cantan y participan. El apoyo sigue creciendo, cada vez que vengo hay más gente”. 

En esta ocasión el de Nashville no venía solo, sino acompañado por banda para dar forma a Tenderhearted Boys (2024), su intimista último disco, y de paso repasar una amplia mezcla de canciones de toda su carrera. Una carrera con mayúsculas, longeva, labrada a fuego lento y que, entre otros, incluye tesoros como Blackbird on a Lonely Wire (2003), The Wreckage (2009), Small Town Dreams (2015) o Tiny Little Movies (2020).

Bajo una luz roja, tan típica de El Sol, apareció en solitario Hoge. Una de esas personas que con su simple mirada transmite cercanía y buen rollo. Carisma le llaman algunos. Tablas y buen saber hacer otros. Sea lo que sea, bastaron unos simples acordes y los primeros versos de ‘Deadbolt’ para cautivar a toda la sala y demostrar que su música congela el alma. El embrujo ya había hecho su efecto cuando aparecieron sobre las tablas sus amigos. Su nueva banda. Cuatro músicos excelsos que, con maestría y delicadeza, como aquel que quiere pasar desapercibido, logran que las canciones de Hoge transiten por distintos caminos y cobren nuevas texturas. La maravillosa ‘When I Can Afford to Lose’ fue buena prueba de ello. Tan pronto sonaba cruda, bluesy, como por momentos se electrificaba con la ayuda incluso de un acordeón. 

Desde el primer momento, quedó claro que jugaba en casa. En un país, por el que siente especial predilección y donde, como comentó con alegría: “el público es sabio y no tengo que explicar quién es John Prine”. Así, sonriendo como un pecador en un mes sin domingos, feliz, viajando en el Cadillac de John Prine se acordó de una de las leyendas de la americana y de paso nos acercó un poco más a su Nashville natal. 

‘Too Old to Die Young’ dio paso a otra joya del disco Wing on My Shoes: ‘It’s You’. A estas alturas ni José Lanot – músico y mítico técnico de sonido de El Sol – podía disimular. Moviendo la cabeza, dejándose llevar como toda la sala por la magia y pasión de un gigante. Un músico que por amor es capaz de vender todos sus discos de The Beatles, The Stones y The Band. Pues eso: “Eres solo tú / Eres solo tú / Eres solo tú”. Tan pronto cogía la eléctrica como alternaba con su guitarra acústica para estremecer hasta el más pintado y ponernos los pelos de punta con ‘Even the River Runs Out of this Town’ – que por momentos recuerda al Springsteen de la época de Tom Joad – o para rescatar la soberbia ‘King of Grey’ con esa voz cruda, sentida, vivida que de repente daba paso para que la banda volase en perfecta armonía como en la magnética ‘The Curse’. 

Por si quedaban dudas, el público se sabe sus canciones y con su clásico ‘Even if it Break Your Heart’ surgió una inevitable nube de móviles mientras se escucha a coro eso de: “Wow, puedo oírlos tocar / Puedo oír el sonido de una vieja guitarra / Wow, puedo oírlos decir / Sigue soñando, aunque te rompa el corazón”. 

Hoge seguía saltando de un disco a otro, sin dejar de bromear y recordar que venía de dar unos conciertos en Italia. “Demostrad a esos jodidos espaguetis quién canta más alto”, soltó con sorna a modo de cebo. Como si se tratase de una cuestión de Estado, la sala entera entró en trance al son de esa contagiosa locura que es ‘(This Ain’t) an Original Sin’. No bajaron las revoluciones hasta que llegó el turno de ‘I Still Go It’, otro guiño al último disco con la que pareció despedirse, pero… sí. Volvió minutos después con la sola compañía de Mark a los teclados para brindar uno de los momentos de la noche. Una estremecedora ‘Lover Tonight’ con Hoge cantando con dolor, desde las entrañas. No podía ser de otra forma. El resto de la banda se sumó a la causa para la traca final y ese himno que nunca dejará de ser ‘Middle of America’. Un temazo que bien podría haber compuesto el propio Mellencamp y que transporta al corazón de los Estados Unidos. Un país, que como bien señaló el propio Will, no pasa por su mejor momento. 

Hasta lo bueno tiene su fin. Llegó el momento de las despedidas, aunque antes de cualquier adiós existe un hola. No podría haber sido de otra manera. Hoge fue uno a uno presentando a “mi amigo y ahora el vuestro”. Pues claro que sí. A partir del miércoles Mark Masefield a los teclados; Chris Griffiths al bajo; John Tyler Wiley a la guitarra; y el siempre certero Andy Herrin a la batería son nuestros amigos. La banda se recreaba, a modo de jam session, disfrutando cada último instante en el escenario. ‘Bad Ol’ Days’ puso el broche de oro a una noche con marchamo de clásico. 

El futuro siempre es incierto, pero Will Hoge y sus amigos, nuestros amigos, a buen seguro que volverán a España. Contamos para ello con los artífices de todo esto: Heart of Gold, pero antes quedan dos noches seguidas en la Loco Club de Valencia que nos consta de buena tinta que serán especiales. ¡Estáis avisados!