Victorias: “La música manda y lo que pide es verdad”


Por: Javier Capapé.

Hace pocas semanas que descubrí a Victorias. Claramente el boca a boca sigue funcionando. Es más infalible que los designios de Spotify. ¡¡Y vaya maravilla que se abrió ante mí!! En forma de EP llegó a mis oídos “No hemos aprendido nada” o “Yo sí te quería”. Pero había mucho más por descubrir. Un disco cargado de emociones, como nos muestran desde su propio título estos sevillanos y que me tiene enganchado desde entonces. Actitud punk, melodías pop e intención universal. Así se nos presentan Victorias, dispuestos a llenar de verdad nuestro universo emocional.

A modo de presentación de este nuevo camino que se abre por delante a la banda con el lanzamiento de su segundo disco, mantuve una interesante charla con su vocalista Ire Díez. Artífice de las arrolladoras letras de esta colección de canciones que se nos presenta como una terapia frente al sufrimiento con la que arrancar de nuevo, con la sinceridad como única bandera. Ire nos confesó que la complejidad preside su día a día, pero precisamente en esa complejidad comienza el aprendizaje que, compartido con sus compañeros de camino en esta banda con gran personalidad (mucho más allá de las comparaciones), se convierte en grandes enseñanzas hechas canción, donde la melodía prima por encima de todo lo demás, como santo y seña de su más que interesante proyecto.

“Emocional” es un auténtico viaje que cada oyente puede hacer suyo. Nos lleva desde el cuestionamiento más puro a la redención, pasando por la rabia, el descaro y el sufrimiento, porque como bien refleja esta entrevista, ese sufrimiento es el motor de muchas de las composiciones que sobrevuelan por la cabeza de nuestro protagonista, con el que disfrutamos de cada minuto de esta intensa conversación, que es casi un aprendizaje en el que intervienen desde Jeff Tweedy a Ángel Luján, pasando incluso por Luis Miguel, quitándonos prejuicios y reconociendo miedos, sinsabores y descubrimientos.

Con un sonido de corte garagero y por momentos post punk, pero sin perder la épica enérgica y las melodías pop, “Emocional” consigue que entremos hasta el fondo en su propuesta y salgamos totalmente conmovidos. Haciendo honor a su nombre y vaticinando un largo camino asentado en la verdad, que se respira en cada surco y que hace de argamasa para la gran obra que se traen consigo estos cuatro amigos sevillanos que a buen seguro darán mucho que hablar en este 2025.

¿Cómo os sentís con la salida de “Emocional”?

Ire: Te diría que aliviado. La sensación es como de haber terminado una maratón. Sé que lo que viene después del lanzamiento es igual de duro y laborioso, pero llevamos con esto cerca de año y medio, así que lanzar el disco es una sensación magnífica, como de haber llegado a la meta. Muchas veces se le da poca importancia a grabar un disco, pero poner de acuerdo a cinco personas con vidas laborales de 2025, con horarios infinitos, y además de eso, componer, ensayar en el local, el estudio, la promoción… son tantas cosas que tienen que encajar para que todo salga bien que cuando sucede se celebra poco. Por eso nuestra sensación es más bien de celebración.

Hemos leído, y así lo presentáis, que este disco es “el mejor de vuestras vidas”. ¿Qué es lo que hace que lo sintáis así?

Ire: Esto le pasará seguramente a todos los artistas que lanzan nuevos discos. Nosotros somos una banda de evolución y de aprender a base de palos, pero en el momento en el que estamos de forma y, sobre todo con la cantidad de prejuicios que nos hemos quitado de encima, nos hemos permitido cantar las canciones que de verdad nos apetecía desde hace mucho y esto nos hace creer que tenemos las mejores canciones para definir el sonido de Victorias. Hace poco nos reunimos para hacer la escucha del disco y nos emocionó. A nosotros, que somos los mayores haters de la banda. Escucharnos a nosotros mismos siempre nos ha dado cierto pudor y cierto rechazo por pensar “¡qué pena no haber sonado de otra manera!, ¡qué pena esta letra!”, pero en esta ocasión no. Las canciones que están son las que mejor podíamos hacer en ese momento. Y esa sensación es muy potente.

Podemos definir nuestro sonido como pop que se suda”

Es verdad que habéis hecho un disco muy directo y certero. La producción de Guille Mostaza hace que combinéis más la épica con el punk que en anteriores ocasiones. ¿Cómo os definiríais estilísticamente?

Ire: Me encanta no saber decirte qué estilo tiene Victorias. No tener un referente tan claro. Cuando alguien nos pregunta a qué sonamos, no le sabemos decir muy bien. Lo que sí que nos encantan son las canciones que requieren mucho de nosotros. No nos gustan las canciones como las típicas baladas o las más acústicas. Somos de sudar en el local de ensayo. Hace poco estábamos trabajando para ver cómo definíamos nuestro sonido y llegamos a la conclusión de que era “pop que se suda”. Esa expresión define muy bien una actitud casi futbolera. Hasta la canción más romántica requiere para nosotros toda la energía que tenemos.

Guille Mostaza, vuestro productor, ya trabajó en vuestro debut como Victorias. ¿Cómo es vuestra relación con él dentro y fuera del estudio?

Ire: Hemos vuelto a su estudio Alamo Shock y esta vez hemos hecho lo que veíamos en los documentales de nuestras bandas favoritas, que se encierran un mes en el estudio para grabar. En nuestro caso ha sido medio mes y ha sido una experiencia magnífica. Yo recomiendo a todo artista que esté componiendo o grabando que se permita, si puede, el lujo de regalarse una semana o unos días solo para la música. Que solo piense en arte, en comunicar y hacer lo que tiene adentro, porque cuando conectas de verdad con ese yo, con el yo artista, con el que necesita comunicar cosas, empiezan a salir ideas buenísimas. De repente todo lo demás se olvida y te centras en lo potente que es la música. Porque es algo físico. Pones el ampli al nueve y te mueve la camiseta. Eso es físico. La misma conexión que se produce entre músicos y amigos con lo que crea Guille Mostaza en el estudio nos ha hecho volver a creer en la música. Nos ha hecho sentirnos más importantes de lo que somos, por supuesto, porque allí Guille te trata como si fueras los putos Rolling Stones y eso mola mucho. Cuando alguien te trata no como lo que eres sino como lo que puedes ser, es una maravilla. Porque Guille, además de amigo nuestro, nos trata como estrellas que no somos y nos tiene tanta estima y confía tanto en nosotros que nosotros mismos hemos confiado más en lo que hacemos. Así que la participación de Guille en este disco, sin duda, es el sesenta por ciento del disco, tanto a nivel conceptual como en el empuje que le ha dado a esto. Ha sido fundamental.

Volviendo a vuestro estilo y a las comparativas, que son inevitables. En este momento, relacionaros con Viva Suecia o Arde Bogotá, principalmente por vuestra pegada, es algo natural. A mí me remitís también a vuestros paisanos Full, pero vais más allá y tiráis hacia una melodía más pop, a pesar de la crudeza. ¿Hay algún grupo referente que tengáis como imprescindible en vuestro radar, no solo dentro del panorama nacional sino también internacional?

Ire: Es una buena pregunta porque Victorias somos cuatro personas super distintas. En cuanto a gustos, mi playlist en nada se parece a la de Juanma, Cristian o Rafa. Creo que ser tan distintos en gustos, pero ponernos de acuerdo en algo, hace que el sonido de Victorias sea tan particular. A mí me abruma un poco que nos comparen con Viva Suecia o Arde Bogotá, porque son tótems del rock nacional, pero echando un poco la vista a mi Spotify tengo un montón de canciones tan variadas que no sabría decirte con exactitud mis referentes. Lo que sí te puedo decir es que a mí, personalmente, como cantante y compositor, me encantan las melodías, y cada vez que escribo una canción pienso en ello, en la memorabilidad que tiene una buena melodía, en todo lo que pueda aplicarse a una banda tan cruda como la nuestra, que no dejamos de ser guitarra, bajo, batería y voz. La melodía es el gancho que conecta con la peña. Si nos conoces de primeras y escuchas un tema nuestro, la melodía es lo primero que atrapa. Yo vengo además de una tradición en mi casa en la que no se escuchaba otra cosa en los casetes del renault cinco de mi padre que Nino Bravo. Vengo de una tradición de cantantes muy melódicos, pero a la vez con mucho punch, que han hecho que empezase a escribir canciones con esa misma intención de contener en una melodía toda la energía de la banda y ser capaz de modular el ritmo y la dinámica de la canción a base de esa melodía. Y volviendo a los referentes, internacionalmente te diría que me encanta Pearl Jam. Bueno, es mi banda favorita. Pero son muchísimas bandas, aunque no sé si hay algo de Pearl Jam en Victorias. Yo diría que no.

Igual me has respondido ya a esta pregunta al hablarme de la melodía, pero te iba a preguntar precisamente ¿qué es lo que más valoras y disfrutas en este oficio tan complicado para una banda que se está abriendo camino?

Ire: Pues mira, no te la he respondido. Te he de reconocer que soy el típico músico que no disfruta nada en el escenario. Para mí es un trámite complejo de digerir. No me gusta mucho la exposición y cada vez que subo a un escenario tengo la sensación de que lo estoy haciendo mal y necesito hacerlo extremadamente bien para sentirme a gusto. Así que te diría que de lo que más disfruto es del trabajo bien hecho. Disfruto con el propio disco, con la portada, el arte, con una buena publicación en redes, un buen cartel de concierto, saber que he cantado una frase super bien afinada y con energía… Tengo la mala costumbre, debido a que me dedico al arte, de hacer continuas revisiones de lo que hago y el directo me impide ir corrigiendo sobre la marcha, lo que es algo que me agobia. A veces tengo la sensación de que no estoy haciéndolo del todo bien, pero cuando de repente una canción sale fetén o en el local estamos súper afinados o publicamos un vídeo que saca lo que llevamos dentro de verdad… ese tipo de cosas son las que me vuelan la cabeza, me encantan, y por eso sigo aquí. Por la gasolina, por ese subidón casi cocaínico que te da hacer las cosas bien y que a la gente le gusten.

“No entiendo la música si no es con sufrimiento”

A pesar de que digas que no disfrutas del directo, tengo muchas ganas de veros en directo porque os conozco de hace muy poco y tengo curiosidad de ver cómo suena toda vuestra música en un escenario.

Ire: Te diría que sorprende. Somos una banda que trabaja a niveles extremos, creo que por esa actitud que te comentaba antes de que somos muy haters de lo que hacemos. Por eso tenemos la sensación de que siempre se puede mejorar, de que podemos interpretar las canciones con más carisma o con más rollo. En este disco hemos decidido trabajar única y exclusivamente por las canciones. Hemos dedicado muchísimo tiempo a mejorar con los instrumentos y vocalmente. Tuve la suerte de trabajar con Ángel Luján, productor de Vetusta Morla o Xoel López. Decidí ir con él para aprender a componer, para saber cómo hacer las cosas de una forma más clara, sencilla y directa. Todo ese ejercicio de mejora constante, de quitarnos de en medio los egos y prejuicios para dedicarnos por y para las canciones ha hecho que el directo se vea recompensado. Cuando ves un directo de Victorias, bueno, ahora en realidad estamos haciendo los ensayos generales, pero cuando escuches una canción en directo, podrás ver que la banda ha evolucionado. Esto se va a percibir en la gira, desde la puesta en escena, al vestuario y por supuesto el sonido, que está a la altura del disco, la verdad.

Me da la sensación que este disco, “Emocional”, con todo lo que me estás contando y con lo que he escuchado en las letras, es un muestrario muy potente de la emoción hecha canción. ¿Es esta una manera de sacar hacia afuera todos esos sentimientos y compartirlos para hacerlos universales o es algo más personal y de mirar hacia adentro?

Ire: Cuando uno compone se proyecta cantando esas canciones en directo. Me encantaría ser poeta y tener un poemario al que recurrir cuando no tengo canciones, pero cuando escribo una letra lo hago siempre porque estoy sufriendo algo por dentro. Hace poco leía a Nick Cave y le ocurría algo parecido, salvando las distancias, por supuesto. Él decía que escribir un disco es un sufrimiento porque tienes que pasar el trance de rebañar por dentro, rascar por las paredes qué es lo que te está haciendo daño y sacarlo. Ese ejercicio, desde luego, duele. Siempre es algo que me ha parecido súper doloroso. Ahora parece que me pego el día sufriendo, en el directo y componiendo, pero la verdad es que es así. No entiendo la música si no es con sufrimiento.

“He aprendido a conectar desde la transparencia y “Emocional” se beneficia de esa valentía”

¿No te da pudor plasmar tan claramente a nivel lírico ese sufrimiento? Por ejemplo, se ve muy claro en “Yo sí te quería”.

Ire: Pues sí, pero mira, te voy a confesar otra cosa. Estuve buscando información sobre el miedo a intentar abrirse de verdad y encontré un librito muy pequeñito, dos semanas antes de terminar de componer estas letras. Un libro de Jeff Tweedy, el cantante de Wilco, que se llama “Cómo escribir canciones”. Ese libro tendrá solo ciento cincuenta páginas, y en una de sus reflexiones Jeff decía que cuando da miedo contar lo que estás sacando, es cuando de verdad emocionas, cuando la probabilidad de que conectes con la gente se multiplica. Porque si a ti te da miedo, muy probablemente al que tienes enfrente también. Y si lo estás contando tú es probable que le quites de en medio ese problema al de enfrente. Así que este ejercicio lo hice en casa y le canté todas las canciones a mi novia. Evidentemente en muchas de ellas arqueó las cejas diciendo: “¡Qué carajo vas a contar!”. Pero cuanto más miedo le daba a ella, más seguridad me daba a mí. Le decía: “Si a ti te está sorprendiendo, que llevas escuchando a la banda muchos años, es una buena señal. Si sientes que esto que te estoy contando es novedoso, te sorprende o te mueve cosas por dentro como nunca antes, creo que es interesante para la banda”. A mí, como compositor, me llama más la atención abrirme que utilizar metáforas para contar cosas. He aprendido a conectar desde la transparencia y “Emocional” se beneficia de esa valentía. Que da miedo, por supuesto, que es todo sufrimiento, pues también, pero ahora que está el disco en la calle es como llegar a la meta, porque ha sido todo un ejercicio casi como de cruzar el desierto y estar a punto ahora de llegar a casa.

La verdad es que te estás abriendo por completo hasta en esta entrevista, más allá de las letras. Es un placer poder hablar contigo con tanta sinceridad. Sigamos. Comparando éste con el primer disco de Victorias, “Un puño amable”, en aquellas canciones tratabais temas con más humor, más cerca de la fiesta, pero ahora habláis de lo cotidiano, aunque de una forma más compleja. Como letrista que eres en la banda, ¿todo viene de tus experiencias o hay algo más compartido?

Ire: Hay mucho compartido. De hecho me he propuesto charlar con mucha gente y entender qué le ocurre a los demás. Soy extremadamente tímido pese a que cante en un grupo. Hay ciertas cosas que me cuesta mucho contarle a la gente. Me cuesta decir te quiero, me cuesta abrazar a la gente… Así que decidí pegarme un año de composición entero llamando a antiguos amigos, teniendo charlas exclusivamente para hablar de comportamientos míos pasados y de sentimientos. Hablar con personas que me importan mucho y también con la banda. Con este ejercicio he descubierto a mis amigos de la banda. Muchas de estas canciones tienen sufrimientos, inquietudes y problemas suyos que decidí aplicarlos como míos en las letras, así que son suyas también porque están basadas en sus experiencias. Eso ha hecho que pese a que ellos no son letristas, cuando cantamos una canción en el local, estoy muy atento a sus caras y sé que las están sintiendo como suyas y eso me encanta. Esa es la gran diferencia con el disco anterior. Es verdad que en el primer disco pecamos un poco de ingenuidad, pero ahora que echo la vista atrás y que me he permitido ser más generoso con mi yo del pasado creo que era el disco que tenía que salir en ese momento. Era más naïf, nos permitimos hablar de más nimiedades, para llegar a este disco que tenemos ahora, con esa portada tan gris y con ese vinilo transparente que hace que este disco sea el que tenía que ser de verdad. Hacía falta ese paso previo y es algo de lo que me he dado cuenta hace poquito. Tenía la sensación de que siempre estaba fracasando hasta que he entendido que esto es un camino. Hasta que llegas a contar lo que de verdad te apetece tienes que tropezar antes. Y eso no significa que entienda el primer disco como un tropiezo. Es más un aprendizaje.

En ese camino, además, también habéis ido haciendo cambios en el grupo hasta llegar a la formación que tenéis ahora.

Ire: Eso es. La formación definitiva es la actual. Con todas las personas que han entrado en la banda hemos tenido una suerte tremenda. Al principio la formamos Rafa y yo y con el paso de los años la banda ha ido fluctuando. De hecho, yo llegué a ser batería y cantante, como en The Band. Imagínate. Eso provocaba que si ya de por sí era un sufrimiento cantar para mí, tocando la batería además, ya era el remate. Era sufrimiento físico, incluso. Antes de grabar “Un puño amable” decidí salir de la batería y llamar a uno de los mejores baterías de Sevilla invitándole a unirse al proyecto y Juanma se metió de lleno. Vamos, que lo primero que hizo fue poner dinero. Se convirtió en casi nuestro hermano sin conocernos apenas. Creyó en la banda como nadie y ha hecho que a nivel musical crezcamos como nunca pensábamos que fuéramos a crecer. Ahora sí que sí, somos cuatro y los cuatro vamos a piñón. Esto parece una empresa. Vamos, que es una empresa. Y se van a quedar aquí enganchados durante mucho tiempo, si Dios quiere.

¿Por qué habéis elegido estos cuatro lanzamientos previos al disco dando unidad a un propio EP, que se puede escuchar de manera independiente, pero que igualmente tienen un papel fundamental en el resto del disco?

Ire: De hecho te diría que algunas de las mejores canciones del disco ni han salido. Mi favorita sigue guardada. Pero esto es más bien cosa del sello. De José Luis, nuestro mánager y el dueño de la discográfica. Cuando él nos comentó que sus cuatro singles eran estos, por supuesto que hubo debate, y yo, como persona extremadamente meticulosa, le discutí todo, pero él sabe de esto y nos propuso esta estrategia de lanzamiento con una canción por mes, intentando que la comunicación de la banda fuera tematizada por cada canción. Vendernos como si fuera una temporada de una serie cada lanzamiento. Y le creímos a pie juntillas. Es verdad que se puede entender mejor el disco de forma global gracias a este EP que ha salido, que es curioso lanzarlo justo antes de un disco, la verdad, pero es que representa súper bien el concepto del mismo. Así que José Luis tenía razón.

“Vamos a enganchar con la verdad, porque eso es lo que somos”

Si te parece, vamos a hablar de algunas canciones. Sonáis realmente potentes en la mayoría del disco. He leído que os gusta sonar como con prisa, pero esto pasa especialmente en “Quema” o en “Todo mi dinero”. En esas escucho vuestros bajos casi punk y garageros, algo similar a lo que me pasa con “Gravedad”. ¿Queríais sonar más descarados o duros, aunque eso os restara facilidad a la hora de acercaros a un público más numeroso?

Ire: Creo que la intención ha sido hacer el disco que de verdad nos apetecía. Y si eso pasaba por hacer canciones menos comerciales, menos mainstream o normativas, nos ha importado bastante poco, la verdad. De hecho, cuando hicimos la escucha del disco el otro día nos encantaban esas canciones más raras. “Gravedad” me parece una canción rara para un disco como éste porque tiene muy poquita producción, porque apenas varía los acordes, tiene todo el tiempo la misma progresión… y escuchándola el otro día nos alegra haber confiado en nuestro instinto para meter canciones como ésta porque hacen que el disco sea más rico. Alguien que está buscando una canción mainstream la va a encontrar, pero también se cuelan “Gravedad” o “Quema”, que son canciones con fórmulas menos vistas y menos producidas. Estas dos son canciones de local. Ángel Luján, este productor del que ya te he hablado y al que tanto voy a citar de aquí al resto de mi vida, dice que hay canciones y luego están los temas. Los temas son canciones del local, son canciones de banda, casi instintivas, que salen en el directo, en lo que te pide el cuerpo en el local de ensayo con los amplis a tope. Esas canciones son de local. Eso son temas. Y me agrada que estén en el disco porque para alguien que descubra Victorias con las canciones más melódicas o más convencionales a nivel armónico, se va a encontrar con estas otras e igual piensa: “Oye, pues esta gente también hace algo que no estoy tan acostumbrado a escuchar y que me puede gustar”. Les vamos a enganchar con la verdad, porque eso es lo que somos. Somos tanto de baladas potentes que nos piden todo el aire del pecho como de canciones más rápidas con el bajo muy distorsionado. Las dos versiones de la banda, que es lo que somos. No hemos pretendido hacer el disco hacia el mainstream sino hacer lo que verdaderamente nos apetecía.

Me ha encantado esa diferenciación entre canciones y temas que muchas veces nosotros, cuando escribimos, lo empleamos de forma aleatoria, pero no con ese matiz que me has dado que lo aclara mucho más. Lo voy a implementar de aquí en adelante.

Ire: No es cosa mía, ya te he dicho, es cosa de Ángel Luján, que sabe mucho de música.

Hasta en las canciones que parecen más accesibles, como “No hemos aprendido nada” o “Baila este cabreo”, no sonáis especialmente amables. “No hemos aprendido nada” me recuerda también a otro grupo emergente especialmente interesante como son Ultraligera, con los que podríais hacer un buen tándem. ¿Qué punto de unión hay entre lo menos amable y lo más accesible que hacéis? Porque parece que en vuestro caso es algo que va de la mano.

Ire: Recordando un poco, me viene a la cabeza cómo se compuso “No hemos aprendido nada”, que de hecho se escribió con Ángel Luján en su casa. Le enseñé todas las demos que tenía, cerca de cuarenta. Cuando empecé a tocar esos acordes, él estaba mirando como hacia la pantalla del ordenador y yo con la acústica detrás, y con esa canción se giró. Le parecía interesante que, como bien has dicho, siendo una canción más clásica en la forma, hubiera ciertos toques de rareza. Por ejemplo, meter un cambio modal o hacer un juego melódico muy potente en el estribillo y luego bajadas en las estrofas. Ese tipo de canciones, en su concepción, son canciones muy clásicas, pero siempre hemos pretendido que tuvieran algo distinto, porque a nosotros no nos vale con hacer la canción pop clásica de toda la vida, para nosotros siempre tiene que haber algo de “mojo”, un cambio de acorde potente, una melodía que de repente no te esperes... Siempre hemos pretendido que esas canciones aparentemente más clásicas tengan algo que a nosotros mismos nos sorprenda, y ya luego si sorprenden a la gente, fantástico. Pero sobre todo que a nosotros en la composición, en la grabación y en los ensayos para el directo nos disparen cosas interesantes. Con estas dos canciones ocurría, aunque a mí “Baila este cabreo” no me parece tan clásica, pero me gusta que la veas así porque es una buena señal.

Son apreciaciones. Quizá oigo esa canción después de unos días y me sugiere otra cosa, que es un poco la magia de la música. También tenéis canciones hacia el gran público o los festivales. Canciones con mucha épica y muy directas, como por ejemplo “Buena cara”, que tiene un estribillo redondo, totalmente brillante, que podría haber sido single también.

Ire: La verdad es que sí. En esa canción, Juanma, nuestro batería, que es muy fan de Blur, dijo que quería tocar un tema en el que se diera el gusto de tocar la batería más lenta, y eso que le encanta tocar canciones rápidas. Juanma quería algo así y yo compuse esta canción para que se diera el gusto de tocar la batería con más groove. Recuerdo también que cuando se la presenté al equipo a mí me parecía una canción rara porque nunca habíamos hecho una canción así, de hecho yo nunca he cantado con ese registro, y me parecía extraña. Les dije: “Lo siento, he hecho una canción muy rara, pero bueno”. Y sin embargo todos me dijeron que era lo más convencional del planeta, lo más clásico. Guille Mostaza es fan de esta canción y la llamaba “el hit” porque para él era el mejor single, el número uno. Fíjate que me has hablado de festivales, pues él también la catalogaba como la típica festivalera, la que es capaz de conectar con la masa. Yo sigo sin verlo, pero Guille es una persona que sabe mucho de música, así que claramente estoy equivocado. Algo pasa con “Buena cara” que funciona.

Quizá eso esté en lo que has mencionado de la forma de tocar la batería, que es más abierta que rápida o incisiva.

Ire: Sí, puede ser.

A pesar de esas guitarras afiladas, que son vuestro santo y seña, “Ojalá” trae sintetizadores, y “Seré lo peor” también, algo que suaviza un poco ese toque más incisivo. Pero esos sintetizadores tampoco llegan a destacar demasiado. Se escuchaban más en vuestro disco anterior. Aquí prácticamente se quedan velados, pero sin perder ese aire pop. ¿Qué me cuentas de “Ojalá”, que la veo como una canción muy luminosa dentro de todo este repertorio un poco más oscuro?

Ire: “Ojalá” fue de las primeras canciones que se compusieron para este disco. Venía un poco de la escuela de “Un puño amable”, aunque realmente ese disco tuvo una primera fase como muy ingenua, de no tener ni idea y de tomarnos extremadamente mal las críticas. Ese tipo de cosas de niños. De eso pasamos a una etapa súper punk de la que salieron “Todo irá bien” o “Abecedario”. Canciones muy rápidas, con una clara intención de sonar ariscos. Si hubiéramos sacado un segundo disco en ese momento hubiera sido algo muy punk, intencionadamente amargo. Cuando se acabó esa etapa, nos fuimos de vacaciones, asimilamos la gira que hicimos con festivales como el Sonorama, que fue para nosotros una cosa muy de documental, y la primera canción que sacamos juntos tras todo esto fue “Ojalá”. Percibimos que ahí había un cambio. Había algo que nos hacía pensar que con esa canción empezábamos a cantar de una forma distinta, por la letra, la composición, la melodía, que nos pareció muy interesante, con ese estribillo tan crudo que nos salió lo primero. Ese mismo estribillo ya marcó de manera conceptual todo el álbum. Nos invitaba a cantar desde la verdad. Al sello le gusta decir en la nota de prensa que cantamos “sin caretas”. Puede que sea así. Finalmente, cuando le enseñamos esta canción a Guille Mostaza le dio su toque definitivo. Guille pone su firma en cada disco que hace y su firma aquí está en los teclados, porque es un especialista. ¡No sé cuántos teclados tiene en su estudio! Cada vez que coge un tema lo pasa por el filtro de algún teclado y consiguió ese sonido tan chulo para “Ojalá”, que considero una de las canciones más redondas del álbum.

Me hablas de “Ojalá” como una canción redonda, pero yo también veo a “En círculos”, la canción que abre el disco, como la que recoge todo lo que ofrece el mismo a nivel sonoro y emocional. ¿Está puesta ahí precisamente para abriros y presentar al público todo lo que tenéis que ofrecer?

Ire: Me encanta que lo veas así, porque la decisión de que esté la primera es cosa mía (risas). La banda no quería esa canción la primera, pero es una de mis favoritas. A nivel lírico me encanta. Tengo un buen amigo que se llama Guillem Caballé, locutor de 40 principales, que escuchó el disco hace unos meses. Mira que el disco tiene canciones con formato muy de single, y que él es un especialista radiofónico, pero se quedó con esa. Le pregunté por qué elegía esa canción entre todas y me dijo que teníamos que ponerla la primera porque a nivel lírico supone el inicio del cambio: “He sufrido, pero aún así voy a curar las heridas y seguir haciendo esto porque es lo que necesito decir”. A nivel de melodía la canción pasa por muchas etapas también, una un poco más trance, luego un estribillo melódico y por último el cierre con mucha fuerza, y eso hace que la canción tenga como tres etapas y sea muy representativa de lo que es el álbum.

Eso es. Por ahí la veía yo. Representando un poco todo vuestro abanico de estilos.

Ire: Pues sí. Me encanta que lo hayas visto porque es una de mis favoritas, como te decía.

La mitad de la mitad” me remite mucho a los ochenta. Me recuerda a una banda que tiene también un toque ochentero a pesar de ser muy actual como es The 1975. ¿Cuánto hay de vosotros en el estilo que caracterizó esa década tan reivindicada últimamente, aunque durante mucho tiempo estuviera tan denostada?

Ire: No he escuchado mucho a The 1975, la verdad, pero sí, he visto bolos suyos de rebote y me parece que son muy honestos como banda. Ese rollo que tienen ellos, con un cantante guapísimo y tanto flow. Desde fuera los admiro por esa dirección de arte que tienen tan precisa, además de hacer canciones pop súper redondas.

Como “La mitad de la mitad”.

Ire: Bueno, “La mitad de la mitad”, si te cuento la verdad, no tiene nada que ver el resultado final con la demo. Era muy post punk, una cosa más cercana a Bloc Party. De repente se la pusimos al mánager en el local y le encantó, pero nos dijo que le gustaría que tuviese un punto más amable, que se pudiera bailar incluso. Eso nos disparó una idea y nos propusimos salir de ese rollo que ya conocíamos y meternos en otro a ver qué pasaba. Y salió así. El toque ochentero que tiene es porque yo he sido muy fanático de los ochenta. Me gusta todo de esa década, hasta el puto George Michael. Disfruto porque soy un fanático de las melodías y si algo caracteriza a los años ochenta es la pura melodía. Podría hablarte de muchísimas cosas de los ochenta porque es mi etapa favorita a nivel compositivo. No sé si conoces a los Doobie Brothers, de finales de los setenta y principios de los ochenta, con Michael McDonald, que me parece una de las mejores voces que hay en el planeta. Ellos, con el teclado y los bajos conseguían esas contras, esas baterías con cajas metidas a destiempo, y con “La mitad de la mitad” decidimos hacer ese mismo ejercicio. Intentar intencionadamente hacerla más bailable, que fuera un poco el “relief” del disco, la canción que alivia un poco entre un todo tan intenso. ¡No todo va a ser intensidad! Es verdad que tiene una clara intención “ochentas”.

“Siento que las canciones son terapias para mí”

No puedo terminar de hablar de las canciones del disco sin mencionar “Yo sí te quería” o “Antes de hacernos daño”. Quizá sean en las que más dolor se respira, pero también dolor entendido como aprendizaje. ¿Qué te ha movido para haber conseguido canciones tan cercanas al oyente entre tanta vorágine de temas potentes y con más ruido?

Ire: No lo sé, la verdad. Nunca he ido a un psicólogo. Tengo el defecto de vivir la vida con tanta prisa que a veces descuido lo más importante. Así que siento que las canciones son terapias para mí. Terapias que deberían permitirme escapar de la oficina y contar mis cosas delante de alguien que sepa tratarlas. Así que estas dos canciones me las tomé como eso, como algo que debería haber dicho hace muchísimo tiempo. Son tan personales que me da vergüenza hasta hablar de ellas. El otro día me pasó otra cosa que también me da mucha vergüenza, que es que me paren por la calle. Me da mucho corte porque no estoy acostumbrado. La persona que me paró me habló de “Yo si te quería”. Se sentía muy reflejada y le había ayudado en parte a entender cómo era ella, además de que esa era la canción más escuchada de su último mes. ¡Una balada como esa tan oscura! Sentí alivio con esas palabras, porque me parecía que estaba siendo demasiado egoísta con este disco y con algunas canciones, pero me encanta que las canciones que son más de verdad, más personales, conecten con los demás. Me siento menos mal así. Si he hecho una canción terapéutica, me sienta de maravilla saber que ayuda a la gente. Esa sinceridad que yo entiendo como egoísmo, por permitirme el lujo de tener dos canciones que hablen cien por cien de mí y donde la banda participa poco, me hace sentir menos mal por saber que esas canciones ya no son mías. Son de los demás y ayudan a los demás. Ni siquiera me había parado a analizar esas canciones. Ahora es la primera vez que pienso en ellas después de haberlas grabado, por eso te agradezco la pregunta.

Cambiando de tercio. Habéis versionado a Pancho Céspedes en el anterior disco. ¿Reivindicáis de esta forma una mayor apertura que rompa estilos? ¿A quién os gustaría versionar ahora?

Ire: Soy muy fan de Luis Miguel. ¡Para que veas el tipo de referencias que tengo! No sé si tiene algo que ver con mi música. Yo vengo de la melodía pura y dura y todas las bandas melódicas me encantan. Recuerdo que lo de “Vida loca” fue un experimento para ver qué tal sonaba en el local y nos encantó. Luego nos atrevimos con Peso Pluma por darnos el lujo de ver cómo sonaría ese nombre si estuviera en el local. Y me encantaría versionar a Luis Miguel, la verdad. No sé si con él se podría hacer algo. Desde luego, canciones tiene. Pero bueno, si por algún casual Victorias termina funcionando bien y la gente pone el foco en nosotros, como parece que lo están haciendo, estaría bien rescatar a bandas que han tenido poco impacto. Recuerdo que había una banda en Sevilla llamada Lentejas los Viernes. Chinarro y J de los Planetas eran fans de esa banda. Era una banda minúscula y estaría guay homenajear a ciertas bandas que merecen más foco. Si nos proponemos hacer una nueva versión, podría estar muy bien que fuera de ellos, intentando recuperar canciones que merecen más interés de la gente. Puede ser un buen ejercicio. O hacer un disco entero de versiones que se llame “Diversiones” porque para nosotros hacer una versión en el local es alivio, es como jugar. Puede ser interesante. Se me ocurren tantas cosas que no sé… brainstorming contigo (risas).

“Vivo en la complejidad y creo que las canciones se benefician de que mi vida sea así”

¿Cómo se va a desarrollar la gira de presentación? Habéis dicho que no existe más mundo que el que ocurre dentro de la furgoneta. ¿Qué es lo que nos habéis preparado?

Ire: Ahora tenemos la gira más larga que hemos hecho nunca. Vamos a estar desde febrero hasta septiembre tocando cada fin de semana y la guinda es saltar a México. Estamos preparando todo para este verano ir para allá. Analizando las escuchas parece que en México estamos teniendo muchas. Hay ciertas ciudades, según Spotify, donde hay una comunidad interesante de seguidores, así que vamos a hacerlo. Este año puede ser. Se está dando todo lo necesario para que demos el salto, tanto aquí como con la empresa que nos quiere llevar allí o con el tema de la logística. Parece ser que la banda puede tener cabida allí. De hecho me apetece también a nivel narrativo. Me mola tocar en México antes de sonar mucho en España. No sé por qué, pero es así. Será porque me encanta Luis Miguel (risas). Me gusta la idea de vernos allí siendo súper desconocidos y ver qué ocurre, qué aventuras nos pueden salir y cómo puede eso incidir en las canciones que escriba después. Me apetece la complejidad, como te digo. Vivo en ella y creo que las canciones se benefician de que mi vida sea así.

Ahora que mencionas las escuchas en plataformas te iba a preguntar si notáis que cada vez se suma más gente al proyecto.

Ire: Yo soy cero cifras. A mí me importan muy poco, pero al resto de la banda no. Ellos son los que llevan el conteo. Y según me están contando, en el último mes hemos pasado de ocho mil oyentes a más de veinticinco mil. Súper contentos, claro. Eso es consecuencia de que somos valientes con las canciones e intentamos hablar desde la verdad. Creo que eso conecta más y posiblemente, si los datos también lo reflejan, igual nos están diciendo que éste es el camino.

Desde luego, el boca a boca hace mucho. Yo os conocí así, porque sí que funciona el hecho de que se sumen más oyentes e inviten a escuchar a otros.

Ire: ¿Con qué canción te enganchaste? ¿En qué momento?

Con este EP, pero porque me dejo llevar más por las sugerencias de los que tengo cerca que por lo que me recomienda Spotify y llegué a vosotros por una recomendación directa. He empezado a escucharos hace nada, pero me habéis abierto un mundo. Ojalá que haya muchos más que se sumen a Victorias.

Ire: ¡Qué bueno!

Te iba a preguntar por los festivales en los que vais a tocar, pero con lo que me has comentado de México tenéis un filón mucho más grande para este año, aunque bueno, volviendo a los conciertos en salas, tan importantes y necesarios para bandas como la vuestra, comentarte que ya que vais a venir por Zaragoza, aquí tocaréis en una sala maravillosa, que es La Lata de Bombillas. Pequeñita, pero con una atmósfera tremenda. Eso que dices de que los directos te dan cierto reparo hace que desee veros todavía más porque “La Lata” vais a ver que es lo más parecido a tocar en un local que encontraréis.

Ire: Si es chiquitito mejor todavía, porque en espacios pequeños esta banda suena muy bien. De verdad.

He leído que alguna vez os habéis preguntado si esto compensaba, que incluso os habíais planteado tirar la toalla. Por eso, y antes de terminar, quería preguntarte si realmente esto compensa y cómo animarías a la gente a engancharse a vuestra propuesta en este momento tan importante que empezáis con “Emocional”.

Ire: La pregunta de si compensa o no compensa te la respondo rápido. No compensa nada. Esto es un ejercicio de puro empuje, pero es una necesidad. No sé ni cómo verbalizarlo, porque si te estoy contando que escribir canciones es un sufrimiento para mí y tocar delante de la gente en directo también, ¿qué hago aquí hablando contigo sobre música? Pues simplemente porque lo necesito. La gente que está en esto de la música, no voy a hablar más de la cuenta, pero sabe que ésta es una industria muy compleja. Con favoritismos y mucha política. Estar en esta industria no es sencillo. Que sigamos aquí después de todo esto es porque para nosotros es como respirar, como comer. Necesitamos hacer este tipo de cosas. Necesitamos tocar. Yo necesito que mi camiseta se moje en el local de ensayo un martes por la tarde para el miércoles estar bien. Y para alguien que esté en nuestra misma situación creo que la clave está en que esto sea pura vocación. La música, igual que cualquier otro empleo o hobby, necesita la gasolina de la pasión, de la curiosidad, del qué pasará después, del qué pasará si hago esto. Porque si estás aquí por las pelas, te comes una mierda como el tamaño del Bernabeu. Si estás aquí por la fama, imagínate. Si estás aquí por los números de Spotify, el algoritmo manda. Si estás aquí por tocar, prepárate para soltar quinientos euros y tocar en Valencia, porque vas a tener que alquilar la sala. Si estás aquí por los festivales, hay trescientas bandas que quieren el mismo espacio que tú. Tienes que estar aquí porque la música es egoísta, lo quiere todo para ella y tienes que estar preparado mentalmente y, sobre todo, emocionalmente, para dárselo. Ese es mi consejo, que la música manda y lo que pide es verdad. Y cuando hay verdad, te recompensa. Es lo que me está demostrando esta inercia. En cambio, cuando no hay verdad, siento que tengo cerca bandas de muchos amigos que se han desmoronado por el camino por eso, porque estaban básicamente para matar el tiempo y para ver si pasaba algo, pero la música sabe mucho y te pone en tu sitio.

Ha sido, de verdad, un placer este rato. Tengo la sensación de que más que una entrevista, lo que hemos hecho es hablar de música sin tapujos. De un montón de nombres que son referentes para ambos, desde Ángel Luján a Jeff Tweedy. Sobre todo hemos compartido un rato de música con el que espero que tú también hayas disfrutado.

Ire: Me ha encantado, sí, sí.

Ya te digo que para mí Victorias habéis abierto una nueva paleta de color para no perderos la pista y teneros en el radar. Desde El Giradiscos os seguiremos muy de cerca. Nos vemos muy pronto, Ire. Ánimo con la gira y con el disco y ¡Enhorabuena!

Ire: Muchas gracias a ti por el ratito y las preguntas, que me han parecido buenísimas, y por poner el foco en esta banda, que es una cosa muy pequeñita. Que haya gente que sabe tanto de música y se interese por nosotros lo agradecemos de corazón. Así que, amigo, muchísimas gracias. Te veo en Zaragoza y nos abrazamos.