Por: Fran Llorente.
En estos tiempos extraños de borreguismo y bulos por doquier, de redes sociales que anestesian al personal y de ascenso neo-fascista por toda Europa, del que apenas se libra nuestro querido país, sorprende ver un jolgorio anti-fascista como el protagonizado por Fermin Muguruza y compañía en pasado sábado 15 de Febrero en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.
Del mismo modo que nos sorprendió contemplar el enorme cartel publicitario cubriendo uno de los edificios en la emblemática Plaza de Callao, que anunciaba el concierto en el WiZink Center, anterior denominación comercial del renovado Palacio de los Deportes. Causaba sensación ese cartel, sobre todo porque hasta hace cuatro días (como aquel que dice…) sus conciertos en Madrid estaban prohibidos por la Autoridad (o perseguidos), que viene a ser casi lo mismo. De un tiempo a esta parte, causa cierta perplejidad lo que ocurre en la "Capital del Reino". A veces también causa cierta indignación, todo hay que decirlo, entre los madrileños de a pie, ver alguna que otra lona publicitaria, ya sea para criticar al actual gobierno (como la que se montó en un edificio de la Calle Ferraz en la primavera de 2023) o con intenciones ‘deportivas’, entre comillas, como la que instaló el President Joan Laporta en otro inmueble (en las inmediaciones del Estadio Bernabéu), en vísperas de un clásico. De cualquier forma, bienvenid@s a la libertad de expresión para todas las causas y bienvenid@s a la "libertad publicitaria" también, se use esta libertad para promocionar la cultura (como en el caso de Fermin) o se use para provocar un poquito al personal, como en los otros dos casos mencionados.
Vayamos con los hechos. Teloneado por los madrileños Tremenda Jauría, que calentaron previamente el ambiente con alegres tonadas hip-hop como “Flow partisano”, “Vamos sobradas”, “Billets pal’ cielo” o “Con tol descaro”, disfrutamos de un alegre y festivo “Akelarre” que tendría su máxima expresión en el tremendo recital de Fermin Muguruza, enarbolando la causa de la resistencia y el Anti-Fascismo en vena, y donde no dejó títere con cabeza. Todas las causas sociales e internacionalistas se dieron cita en el festín revolucionario que traen entre manos, desde la airada protesta por el criminal genocidio en Gaza, a los Campos de Refugiados de Tinduf, en el Sahara; de Palestina al Kurdistán, pasando por Colombia, la República Democrática del Congo o donde haga falta. “Madrid será la tumba del Fascismo” (a ver si es verdad de una puñetera vez, añadimos desde aquí) fue el lema más coreado por los 15.000 asistentes, a los que se unió el clásico: “No pasarán”.
Rodeado por una súper banda, con nueve músicos en el escenario, más el propio Fermín, destacó en todo momento la rutilante sección de viento compuesta por Jon Elizalde, Aritz Lonbide e Igor Ruiz “Fino”, junto a Víctor Navarrete al bajo (procedente de Cuba) el percusionista Gerard Casajús y la baterista Gloria Maurel (ambos desde Barcelona) y donde brillaron con luz propia, Xabi Solano a la Trikitixa (acordeón) y la estupenda guitarrista (y cantante) Lide Hernando, protagonista durante muchas fases de la velada, junto a la corista y también cantante de algunas piezas, la rubia Miryam “Matah”. Por su parte, Muguruza dio rienda suelta a un compendio resumido de su repertorio durante los últimos 40 años, donde echamos a faltar muchas y buenas canciones como las emblemáticas “Don Vito y la revuelta en el frenopático”, “Hernani 15-6-84”, “Hotel Monbar” o “Mierda de ciudad” (de Kortatu) o “Bi Doberman Beltz”, “Hipokrisiari Stop” “Denok Gara Malcom X” o “Esan Ozenki” (de Negu Gorriak). De cualquier forma, fue un concierto muy prolijo, de dos horas y cuarenta minutos, cantado casi íntegramente en euskera.
Dada su vasta discografía, con más de treinta discos publicados, en sus diversos proyectos era casi imposible confeccionar un repertorio que contentase a todo el mundo. Nunca llueve a gusto de todos, como dice el sabio refrán, aunque podemos asegurar que diluvió ska a base de bien y que el repertorio empleado fue en líneas generales muy bien acogido (y bailado) por la concurrencia. De alguna manera, estaba bien compensado para lo que desea expresar Fermin con respecto a su lucha internacionalista. A destacar también los audiovisuales del show, muchos extraídos de la película de animación “Black is Beltza” y “Black is Beltza II”, del propio Fermin Muguruza (esta última se vendía en el Merchandising al módico precio de 5 euros). Un auténtico regalo, que lógicamente aprovechamos sin dudar…
El concierto fue viaje musical a través de su trayectoria, que comenzó al ritmo de la Intro de “Maputxe” y canciones como “Urrun”,”Eguraldi Lainotsua Hiriburuan” o “Hay algo aquí que va mal”, mientras en las pantallas se van poyectando los bombardeos de Irak y Yugoslavia, y asoman las primeras víctimas de la noche: Iñigo Cabacas, hincha del Athletic Club, fallecido por el impacto de una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza, y Aitor Zabaleta, aficionado de la Real Sociedad asesinado por miembros ultraderechistas del Frente Atlético en las cercanías del Estadio Vicente Calderón. Sin duda, un recuerdo emocionado para sanar heridas, antes que asomen “Balazalak”, “La Línea del Frente” o “Ulrike Meinhof” con toda la carga de dolor de la Guerra Fría. El público todavía permanecía expectante cuando se adentraron en el animoso ecuador del show con “In-komunikazioa” o “Desmond Tutú”, cantada en euskera. “Newroz” se aproximó a la problemática del Kurdistán mientas “Big Beñat “era ilustrada – en tono jocoso—con la famosa carrera en favor del euskera que promueve la Coordinadora ‘AEK’. De este modo fue transcurriendo el encuentro, con perlas del calibre de “Euskal Herria Jamaika Clash”, “A la calle”, “La familia Iskariote” o “Nicaragua Sandinista”, otra rola muy celebrada por el respetable.
“Black is Beltza” con Begoña Bang-Matu de invitada y “After boltxebique” dieron paso al funk a quemarropa de “Hiri gerrilaren dantza” con expreso recuerdo a Curtis Mayfield y Funkadelic, y emocionada dedicatoria para todos los afectados (y sobre todo para los fallecidos en la Dana), en el País Valenciano. Un aquelarre que continuó al son de “Bidasoa fundamentalista” o la estupenda “Itxoiten” dedicada a todas las madres y al movimiento feminista. En medio de una función sobrada de energía y declaraciones políticas de alto voltaje, era tiempo para que los diversos invitados fueran subiendo al escenario. Jon Maia, conocido poeta y letrista euskaldun, tomó el micrófono para gritar alto y fuerte en castellano: “Somos hachas vascas contra el Fascismo, contra el Sionismo y contra el racismo…”, al tiempo que añadía: “somos Angela Davis contra el Trumpismo; somos Pepe Mujica ante el abismo”. Amén. Llegó el tremo final y momentos muy álgidos con “Etxerat” y la por todos conocida “Zu atrapatu arte” (nos quieren detener) donde Fermín invitó al cantante de Non Servium a entonar este himno que provoca la lógica respuesta por parte de la parroquia en forma de baile desaforado y pogos por doquier, cerrando este tramo con “Kolore bizia”, “Radio Rahim” o “Dub Manifest”, donde no faltaron alusiones a García Lorca, La Pasionaria o Lucrecia Pérez.
En los bises, llegarían las también animosas “El último Ska de Manolo Rastamán” o la muy sentida “Yalah, Yalah, Ramallah” (donde el público enarboló un sinfín de banderas palestinas, preparadas para la ocasión) hasta llegar a las últimas gemas de la noche con “Gora Herria” y la emblemática “Sarri Sarri” (acompañados por la actriz y cantante Itziar Ituño) que terminó provocando un huracán de baile entre la concurrencia.
Salida tranquila por parte de los allí congregados, sin ningún tipo de incidentes en las inmediaciones y con un "discreto" pero efectivo despliegue por parte de la Policía Municipal de Madrid, y la Calle Goya cortada al tráfico rodado. Un detalle de agradecer, para evitar posibles ‘tentaciones’ de las hienas, lobos solitarios y criminales de turno, que con los tristes atentados en Alemania y Austria ya hemos tenido bastante por este mes. Llegamos a casa sanos y salvos, como era de esperar, bastante alegres y con un grato sabor de boca ante tamaño aquelarre musical. Sobre todo, con ganas de repetir experiencia en cuanto sea posible. A ver si podemos acudir a Mérida (en Mayo) Donostia (en junio) o Pamplona (en octubre) y mover el esqueleto en la pista. Esta vez, disfrutamos en grada como auténticos “marqueses”. La próxima vez, trataremos de vivir la experiencia abajo, en la línea del frente, con la tropa batalladora y sudorosa.