Twanguero: "Decaerá la velocidad de mis dedos, decaerá el interés por las giras, pero la emoción no tiene que decaer. Esa es la finalidad de la música."


Por: David Vázquez.

En medio de su gira española, con el 6 de febrero en el horizonte marcando el final en su cita en Madrid, escuchar a Twanguero , y más concretamente su último disco, "Panamerica", es abrir un cajón de sastre musical, tamizado por la guitarra eléctrica y donde, como a cada cual, los estilos se rebuscan según el estado de ánimo, desde el más complejo hasta la sencillez de una cumbia, “el punk de América latina.” 

Vamos a empezar con el disco. Creo que el álbum tiene un aire bastante popular, una reminiscencia a esas canciones de siempre y, curiosamente de entre todas las canciones del repertorio americano que pueden sernos familiares escoges “Me Gustas Mucho”, ¿por qué esta canción? 

El Twanguero: “Me Gustas Mucho” es una canción americana hecha pro Juan Gabriel. Es más conocida allí incluso que aquí. Todo el mundo conoce “Me Gustas Muchos” porque la escribió Juan Gabriel, que es como la voz de México. La verdad es que esto fue porque la banda mía son mexicanos, la banda que tengo en Estados Unidos, y la verdad es que el público que tengo californiano son todo mexicanos. Fue más por el público mexicano que por el español. Obviamente la cantó Rocío Durcal, pero es un tema muy icónico para los mexicanos. Además para los que se fueron, digamos, los que emigraron a California, entonces tiene sentido y lo hice un poco por eso, por recomendación de mis músicos básicamente. 

Es curioso porque dentro de México siempre está la referencia más típica, quizás desde España, de José Alfredo Jiménez o no sé si te llegaste a plantear incluso algo más actual, más pop. 

El Twanguero: Una de Peso Pluma. 

Bueno, estaba pensando más en Café Tacvba, pero la pregunta era sobre todo por José Alfredo Jiménez. O es posible que esté demasiado versionado. 

El Twanguero: José Alfredo Jiménez es un súper compositor y, de hecho, yo ya hice una versión suya en Electric Sunset (“La Media Vuelta"). Ocurre que es más Sabina, está más trillado, entonces quise rebuscar un poco más y a mí, como compositor, Juan Gabriel me parece espectacular. Y también la interpretación que hizo Rocío Dúrcal es ese puente entre España y México. Pero fue la recomendación de la banda. Porque en todas las zonas chicanas, incluso Chicago o Nashville, conocen este tema. Juan Gabriel era un compositor muy extendido. Básicamente es un guiño a esto, acercarse a la comunidad que habla español en los Estados Unidos. También quise hacer como una especie de clásico, como si hubiese estado grabado en Nashville en los años 50. Es un poco convertirlo en clásico instrumental. 

El disco de Chuck Prophet (Wake The Death) o la película de Javier Macipe, La Estrella Azul , parecen haber devuelto a la palestra a los géneros populares. ¿Qué tiene el bolero, la cumbia o la chacarera que hacen de esta música un lenguaje universal y que atrapa a los músicos de cualquier género, incluso fanáticos del rock, el blues, el jazz…? 

El Twanguero: Yo en ese sentido no soy el más indicado porque a mí me gusta la chacarera mucho antes de que Chuck Prophet la descubriera. A mí me gusta la música latina antes que el rock. La atracción que pueden tener es esa “simplicidad” que puede tener la cumbia, es muy directa, es una música sin artificios, es una música tocada e interpretada de forma tan natural que a quienes no la han escuchado desde pequeño les llama la atención. Yo sí prefiero escuchar un disco de boleros de Agustín Lara que un álbum de Chuck Prophet. Yo la adapto con la guitarra eléctrica. Ahora se ha puesto de moda la chacarera, pero la chacarera tiene lo mismo, es un estilo tan directo y tan especialmente rítmico y que combina poesía, instrumentación… la música latina de raíces hispanas para mí es la reina de las música. Casi todo lo que he aprendido, lo he aprendido de esas músicas folclóricas. 

 “Yo me considero un guitarrista eléctrico más bien, aunque estudié en el conservatorio y me encantaba, me encanta la guitarra acústica, la guitarra española, pero mi corazón es eléctrico.”

¿Ese aprendizaje fue tan importante para ti como el conservatorio? ¿Qué importancia tiene la música popular? ¿Qué significaría que una de tus canciones fuera popular, la absorbiera la gente? 

El Twanguero: Significaría… Que una canción se convierta en popular a lo mejor un autor ni siquiera llega a verlo. Eso sería el auténtico feedback, el auténtico pago de vuelta del arte. Que una canción tuya fuera popular yo creo que sería lo máximo como compositor. Calamaro hizo eso. Las canciones de Calamaro ya son populares. Y eso es una sensación espectacular, más que si has sido número uno o número dos, eso da igual. Que se conviertan en canciones del pueblo es lo máximo a lo que puede aspirar un músico, un compositor. Para mí sería el honor de mi vida, la coronación de toda una carrera. 

Vamos a ir entrando un poco en Panamerica. En una entrevista anterior ya hablamos de esto: hay dos líneas en tu carrera que se entrelazan, pero este conecta más con Electric Sunset: recuperas duetos, banda, un sonido eléctrico a diferencia de Carreteras Secundarias, ¿sigues viendo que todo se entrelaza o realmente hay dos Twangueros? 

El Twanguero: Puede que siga así. No me lo he planteado tanto como que este disco va a ser así, este disco va a ser de otra manera, pero al final sí ha salido así. Por lo menos con este he vuelto más a la eléctrica. Creo que más que eléctrico o acústico, lo que tú has dicho: solo o con el equipo. Es más eso. Podría hacer un disco solo con eléctrica, pero la diferenciación es más eso, estar en el escenario o en el estudio con un equipo con el que se crean otras sinergias, otras acciones. Depende de la nacionalidad del músico pues también tienen otros backgrounds, otra mochila que traen con cosas. Eso es lo interesante y eso es lo que se ha dado aquí. Yo me considero un guitarrista eléctrico más bien, aunque estudié en el conservatorio y me encantaba, me encanta la guitarra acústica, la guitarra española, pero mi corazón es eléctrico. 

Si bien, como has explicado en alguna ocasión, tardas en componer y juntar material, no eres un músico que se enrede en el estudio de grabación , no lo ves como un instrumento en el que probar e investigar. ¿Sientes que te falta esa parte de experimentación en el estudio? 

El Twanguero: Yo tengo un estudio de grabación en Los Angeles. En Panamerica sí trabajamos mucho en el estudio. Yo paso un montón de horas haciendo música, mucha música que no sale en mis discos y que nunca a salir. Hago música para otras cosas. Pero, creo que en mi proyecto personal lo importante es que tocamos los instrumentos. En nuestro caso, el estudio de grabación está al servicio de nuestros instrumentos, en el caso Twanguero. Si hago una música para una banda sonora, eso es otra cosa, eso es Diego García. Pero para el Twanguero el papel principal es el instrumento y los instrumentistas y el estudio simplemente va a captar lo que está ocurriendo en la habitación. Para este LP si estuvimos un montón de tiempo, a diferencia de The Brooklyn Session, y tengo tres discos grabados, ahí almacenados. 

Ya en las canciones del álbum, ¿de dónde y cómo surgen las colaboraciones (“Rancho Del Olvido" con Mireya y en “Pupilas” con Alih Jey)? 

El Twanguero: Son cantantes… Mireya tiene una banda que se llama Flor de Toloache, mariachi del Bronx, y viene mucho a Los Angeles. Nos conocimos en los Grammy, en Las Vegas, hace cinco o seis años. Y Alih Jey, de Santo Domingo, ahora estamos trabajando en un disco. Pues es todo mi entorno musical allí en Los Angeles y surge de manera natural. 

 “Sí, al final un compositor se tiene que repetir por cojones, porque si no, no tienes estilo. La única manera de demostrar que tienes un estilo es un poco copiándote a ti mismo.” 

Voy a centrarme un poco en “Pupilas” porque me parece un tema vertebral, por dos razones: una porque retomas las funciones vocales. Y dos, me lleva a “El Camino”. ¿Volver al punto de inicio? 

El Twanguero: La verdad es que yo no tiendo a volver, pero sí puede haber ecos. Si tú lo has detectado es posible que haya ecos. Sí, al final un compositor se tiene que repetir por cojones, porque si no, no tienes estilo. La única manera de demostrar que tienes un estilo es un poco copiándote a ti mismo. Si Ennio Morricone no se hubiera copiado a sí mismo, no sería Ennio Morricone. Cuando se dice “No, es que se ha copiado a sí mismo”, ahí es cuando se ha encontrado el estilo. Lo de volver atrás, yo no me recreo en la nostalgia y el pasado, pero si hay ecos es porque debo de estar encontrando mi estilo. 

  “La Danza de Acolita” me conecta con la historia de tu anterior LP y tu experiencia con la ayuahuasca, muy tribal. 

El Twanguero: Este tema viene de una ceremonia de peyote en el desierto de Calexico con una tribu además del desierto. Unos amigos me regalaron una experiencia en el desierto y nos fuimos ahí, con unas tiendas de campaña y unos beréberes, que hacen viajes para americanos, como ellos son expertos. Llevé la guitarra, estuve tocando con varios de ellos y la compuse ahí. 

  Se cuela “Rumba #2” en las canciones, como contrapunto, quizás mas asociada a España, ¿dónde se encuentra la rumba en América? ¿Debería considerarse la península parte de esa Panamerica por sus lazos musicales? 

El Twanguero: No. La rumba la traen los puertorriqueños y los cubanos a California. De hecho, la traen de Angola. En España se convierte en la rumba flamenca, la rumba catalana, pero aquí en California desciende Cuba, Puerto Rico… Esa rumba está grabada con todo instrumentos de los años cincuenta y representa un poco los ballroom, las salas de baile de Los Angeles como el Paladium o estos lugares donde se bailaba música en los años cincuenta. Es una imagen que yo tuve ahí un poco peliculera, es un ejercicio mío de bandas sonoras: me imagino una escena y le intento poner música. 

  Aprovechando esto que dices, “La Bikina" me resulta muy cinematográfica, ¿te has planteado hacer música para películas alguna vez, una banda sonora completa? 

El Twanguero: Puede ser que no me haya llegado el proyecto y que yo me haya dedicado a viajar tanto, eso va un poco en contra de hacer bandas sonoras. Porque te requiere estar en un sitio, pero yo me he dedicado más a la carrera de El Twanguero. Si quieres películas, tienes que estar en Los Angeles, pero yo no estoy tanto en la ciudad como para poder comprometerme con alguien. Sí, claro que me gustaría, me encantaría. Creo que tengo muchísima música ya grabada que se podría adaptar, reutilizar; obviamente dentro de mi estilo. 

  A día de hoy, ¿te ves volviendo como integrante de la banda de algún otro músico?

El Twanguero: No. Jamás. Una colaboración sí, pero yo ya no me puedo ir de gira con nadie. La música ya se ha convertido en algo muy importante para mí que solo puede ser a través de mi propuesta. No es una cuestión de yo, yo, yo ni mucho menos, pero el tiempo se va limitando. 

  Es curioso que dentro de tus viajes sonoros, ¿cómo no te has planteado una ciudad como Chicago? 

El Twanguero: Chicago está más relacionado con el blues… Cuando éramos jóvenes todos queríamos tocar blues, pero la primera vez que viajé a Chicago me dije: Para qué voy a tocar blues si aquí ya lo tocan de puta madre. No tiene sentido. Creo que me fui alejando un poco del blues pues porque fui descubriendo otras maneras de expresarme, otros estilos. Pero la guitarra mía se convirtió en algo más universal. 

Y para cerrar. ¿Es la fortuna de tu música el seguir emocionando? 

El Twanguero: Efectivamente. Esa es la finalidad. Si no hay emoción… La técnica irá decayendo, obviamente, según nos vayamos arrugando, pero la emoción no necesariamente no va a decaer. Decaerá la velocidad de mis dedos, decaerá el interés por las giras, pero la emoción no tiene que decaer. Esa es la finalidad de la música.