Coque Malla en Madrid: Cualquier tiempo pasado no fue mejor


Sala Movistar Arena, Madrid. Viernes, 31 de enero del 2025. 

Texto y fotografías: Ricardo Virtanen. 

Coque Malla celebró el inicio de su gira “40 Aniversario” en la Sala Movistar Arena de Madrid, con un lleno hasta la bandera (más de 15.000 asistentes), dentro del ciclo Inverfest de Madrid, que ha reunido cerca de 40 conciertos este invierno en la capital. La figura de este cantante ha pasado por varias fases durante su carrera, aunque hay dos momentos clave: la salida a la palestra de su grupo Los Ronaldos (empiezan a ensayar en 1985, y en 1987 publican su primer disco: Los Ronaldos, que se alarga hasta 1998, con cinco discos en el mercado), y su carrera en solitario, que se inicia con la salida de su primer trabajo: Soy un astronauta más, en 1999. De la carrera de Los Ronaldos poco hay que decir ya: se trata de uno de los grupos más importantes y exitosos de la segunda década de los ochenta, y noventa, ya en plena postmovida. 

Su carrera en solitario (que se diluye con su faceta de actor) posee varias dinámicas. Los primeros años, decidió moverse casi en solitario por pequeños escenarios de provincias. Si bien, a partir de su disco "La hora de los gigantes" (2009), su carisma fue cogiendo vuelo hasta llegar a día de hoy, con 13 discos de estudio, y este concierto, ante 15 almas, que viene a consolidar a un artista esencial en nuestro panorama musical. Coque Malla se refirió en distintos momentos del concierto a estas distintas etapas de su carrera musical, llegando a afirmar que “no voy a caer en la nostalgia, sino que va a ser una celebración del presente”. Porque sí, Coque Malla es pasado, pero, sobre todo, es presente.

Se iniciaba el concierto con dos temas: “Por las noches”, primer cover de Los Ronaldos, que empezaba Coque con el riff característico de la canción, con el escenario a oscuras, vestido de chaqueta clara; y “Solo queda música”, que sirvió de poética a una noche de rencuentro, embrión de lo que se nos avecinaba, el preludio a una velada de reencuentro entre el músico y su inmensa parroquia. Tras “Este es el momento” (donde presentó a la banda, con Gabriel Marijuán, batería, Héctor Rojo, bajo, y Amable Rodriguez, (guitarra) llegaba uno de sus temas fetiche: “Extraterrestre”, con ritmo que interpretó junto a su hija Cayena, de doce años, con quien se marcó un baile al final de la canción, realizando una brevísima coreografía, con sombreros incluidos. 

Sin un ápice de que decayera el show, sonaba una de sus canciones más misteriosas: “La carta”, tocada también con acústica, un tema emocionante que abría su disco "El último hombre en la tierra" (2016), donde voz cantada y recitada se alternan para conformar una letra llena de misterio y sugerencia. Tras “Aunque estemos muertos”, tema homónimo de su último disco, iniciado con su guitarra y voz como protagonistas, llegaba la primera gran colaboración de la noche, que no fue otra que “Volverá”. Se invitaba al escenario a uno de sus grandes amigos: Dani Martín, al que se sumaba Rulo, tal y como se ofreció en un videoclip oficial de la canción. Comenzaba la batería este medio tiempo, y resultaba uno de los platos fuertes del repertorio, con un Dani Martín muy inspirado, con pelo teñido, iniciando la primera estrofa, al que seguía Rulo y el propio Coque. Aquí se escuchó al pianista David Lads Sánchez, perfecto con su sonido Hammond. Tras “Todo el mundo arde”, la “La señal” iba redondeando la noche, corte que abría su disco "El último hombre de la tierra" (2015), cuya interpretación inundó de cierta nostalgia al recinto (presentó su videoclip unos días después de la muerte de su madre). 

De pronto sonaron los primeros versos de “No puedo estar sin ti”, y apareció la cantante Annie B. Sweet. Ambos ya se habían reunido en unos de los videoclips de la canción, y, además, la cantante había participado con esta versión espléndida en su disco "Mujeres" (2014). Representó, sin duda, uno de los momentos álgidos de este 40 Aniversario. B. Sweet y Coque presentaron una visión del tema cálida, intimista, que fue coreada por los miles de asistentes. “Una sola vez”, con ritmo de bolero, habla del paso del tiempo (“lo único real es el presente”), sirvió para reivindicar la figura de su padre (el actor Gerardo Malla), al que le agradeció todo su apoyo en tantos años de carrera, con la participación de Martín al bongó. 

Llegó el momento de regresar a los inicios de su aventura en solitario. Coque se acordó de aquel periodo de hacer bares con su guitarra sola, o con un acompañamiento de guitarra solista, tras dejar Los Ronaldos en 1995. Entonces Coque apareció solo con su guitarra e interpretó “Berlín”, uno de sus temas mejores de todo su extenso repertorio, donde se generaba el momento más íntimo de la noche. El propio cantante aludió a que fue en esa época primera, de transformación (“aquella época me convirtió en el cantante y músico que soy ahora”), cuando encontró la inspiración para escribir canciones como “Berlín”, que dedicó a las “cuarenta personas” frente al escenario. Un tema en compás de ¾ que apareció en su disco "La hora de los gigantes" (2009), aunque no de forma acústica, si bien se echó de menos a la cantante Leonor Watling. 

“Hasta el final” integró al show a otro de los músicos estelares de esta noche: Leiva, colega de copas de Coque, con quien se le ha visto infinidad de veces en la noche madrileña, en bares como El Siroco o Sala Maravillas. Leiva lleva unos meses retirado de los escenarios por un problema en la voz. De modo que Coque le agradeció el esfuerzo por estar esta noche en su concierto. Fue una canción acústica, de interpretación limpia, con dos guitarras, a dos voces, con un solo de guitarra de Leiva muy inspirado. Coque cogía la guitarra eléctrica para “El último hombre en la tierra”, del álbum homónimo de 2016, otro de sus temas míticos, inolvidables. Iniciado con una serie de acordes característicos, con participación minimalista del pianista, se echó de menos la los arreglos de cuerda del tema original, aunque bien ajustado con una pletórica sección de vientos (dirigidos por el saxo tenor Miguel Maya, con Robb, Soriano y García). 

Otro tema en ¾ en forma de vals, que muestra a las claras la variabilidad musical de este enorme compositor. Con “Adiós papá” regresaba de nuevo al tiempo de Los Ronaldos, con el que obtuvieron, seguramente, su mayor éxito, mostrando al Coque más gamberro. “Mucho mejor”, canción de Los Rodríguez incluida en su último álbum: Palabras más, palabras menos (1995), en la que Coque participó como invitado, puso al público de pie. Y qué mejor que subir al estrado al compositor de la canción y guitarrista de la banda española/argentina: Ariel Rot, quien ofreció una buena colaboración a este evento, con la suma de su voz y guitarra. “Un Lazo Rojo, Un Agujero” finalizaba el concierto, un tema divino, que insufló optimismo (como tantas canciones de Coque) con su funky rítmico, donde invitó al rapero Kase O a que participara en la fiesta. Como los demás colaboradores, Kase0  había interpretado la canción en otro de sus videoclips. Aquí se escuchó a Coque rapear, siguiendo el molde rítmico de su acompañante. Punto y final a un repertorio y una noche redondos. 

Pero lejos de acabarse la fiesta del 40 aniversario, aún le quedaba mucho fuelle al evento, y mucho talento por mostrar. El primer bis, una vez que Coque mutó de vestimenta, apareciendo con chaleco negro sin nada debajo, fue para presentar su banda de siempre: Los Ronaldos, para cerrar el círculo perfecto de una noche sin fisuras. Tras un largo parlamento, donde contó los inicios con el grupo, aparecieron en escena los antiguos miembros de la banda: Luis Martín, Luis García y Ricardo Moreno (quien fue sustituido por Daniel Parra en 1995). Entonces sonó “Guárdalo”, uno de los éxitos de su primer trabajo de 1987 (Los Ronaldos), lo que desencadenó la festividad absoluta entre los 15.000 asistentes al concierto. Tras “Ana y Choni” (incluida también en ese primer pelotazo de disco) le llegaba el turno a “Sabor Salado”, que, en su presentación, Coque afirmó que “Los Ronaldos dejamos de ser punk, para sonar algo así”. La canción que daba título a un disco de 1990, de título homónimo, fue la que configuró de alguna manera el “sonido Ronaldos”. Aquí invitó a quien presentó como “5º Ronaldo”: Pablo Novoa (exteclista de Golpes Bajos), además de presentar al cuarteto de viento, que cambiaron la fisonomía del tema original: Kevyn Robb, Arturo Soriano, Fran García y Miguel Mallo. Estos músicos, recordemos, participaron en la grabación del disco "Sabor salado". Como no podía ser de otra forma, le llegó el turno a “No puedo estar sin ti”, que ya habíamos oído antes, pero que ahora revisitaba en su toma primigenia y original, con el sonido que la hizo característica en aquel disco EP: “Cuatro canciones”, publicado en 2007. En cierto modo, el interpretar dos veces el mismo tema en un mismo concierto conjuraba dos formas de entender una misma canción. Sin duda, nosotros nos quedamos con la primera versión. 

Una vez transcurrido el “ciclón Ronaldos”, tras ausentarse del escenario, llegó un segundo bis, que fue uno de los momentos estelares del concierto 40 Aniversario. “Me dejó marchar” presentó al último amigo de la noche, que no fue otro que el gran Iván Ferreiro, excantante de Los Piratas, quien ya había participado en uno de los videoclips oficiales de esta canción, en un álbum en directo de 2018. La puesta de escena resultó sublime, con un dueto que nos emocionó a todos, y un Ferreiro levitando por momentos en el escenario con esos arreglos cósmicos del tema, que expiró durante unos largos siete minutos. Cualquier tiempo pasado no fue mejor. Coque Malla alcanza la mayoría de edad, y se sitúa entre nuestros grandes intérpretes, llenando por primera vez en su trayectoria el antiguo Wizink Center, con 15.000 almas abarrotando el recinto. Del resto, ya solo cabe crecer y crecer…