Bernard Butler no es amigo de traer a colación su pasado. Todo el mundo lo sabe. No desea hablar de su fundamental aportación a los primeros dos discos de una banda tan importante como Suede, a principios de los años noventa del siglo pasado. Y tiene toda la razón del mundo: su carrera a partir de ahí es lo suficientemente relevante como para no tener que depender de la nostalgia de una parte tan insignificante de cuatro décadas en activo en el mundo de la música. Le avalan discos tan espectaculares como el que hizo con David McAltmont ("The Sound Of McAltmont and Butler", 1995), colaboraciones como músico o productor de artistas tan relevantes como Manic Street Preachers, Aimee Mann, Duffy (produjo su premiadísimo "Rockferry"), Mark Eitzell, Tricky, Ben Watt o Pet Shop Boys.
Pero sobre todo, le avalan los tres álbumes publicados durante una muy intermitente carrera en solitario: el muy reivindicable "People Move On" (1998), el algo menor "Friends & Lovers" (1999) y nada menos que 25 años después este "Good Grief" que llegó en 2024 y cuya presentación en vivo le trajo ya el pasado año en una corta gira y ahora le trae de vuelta en dos fechas que incluyen Valencia, el 21 de febrero (Rambleta) y Murcia el 22 (Auditorio Victor Villegas). De todo ello hablamos con él en esta entrevista.
Eres guitarrista, compositor, intérprete y productor, entre otras cosas. Si tuvieras que elegir una de esas facetas, ¿cuál sería? ¿Cuál te hace más feliz?
Bernard Butler: Una sola nunca me haría feliz. El disfrute de mi vida musical es que me ha brindado oportunidades en cualquier rol que he elegido.
Han pasado más de 20 años desde tus álbumes en solitario anteriores, People Move On (1998) y Friends & Lovers (2000). ¿Han cambiado de alguna manera las razones por las que empezaste a componer y grabar en comparación con las razones por las que empezaste a hacerlo ahora?
Bernard Butler: Las razones no han cambiado, pero probablemente soy más consciente de por qué hago esto ahora que antes. Puedo reconocer la poderosa influencia y los medios de lenguaje que la música me ha ofrecido desde que era un niño pequeño y puedo entender los sentimientos que tengo al comenzar el proceso, así como el sentimiento que tengo cuando termino algo.
Después de toda tu amplia experiencia como productor para otros artistas, ¿qué ha cambiado en tus métodos de producción al encarar tu nuevo álbum, Good Grief?
Bernard Butler: Si nada cambiara, no sería humano porque todos estamos cambiando todo el tiempo. Llevo mi personalidad a través de mi trabajo con alegría en lugar de "intentar" innovar de alguna manera, ya que la personalidad es el identificador más único que todos tenemos y es con lo que me he enfrentado cara a cara y me ha desafiado a lo largo de mi carrera.
¿Producirte a ti mismo es muy diferente de producir a otros? ¿A quién le exiges más?
Bernard Butler: Inevitablemente, yo mismo soy más difícil. Con otros me encanta desafiar a la gente, hacer preguntas y tratar de encontrar perspectivas diferentes para que se vean a sí mismos. Lo cual es mucho más difícil trabajando solo.
Me gustaría, a pesar de caer en un cliché, preguntarte sobre el título del álbum. ¿Hace referencia a que el duelo o el dolor pueden ser un buen motor creativo? ¿O la música es un buen antídoto para superarlos?
Bernard Butler: No trata del duelo en ningún sentido creativo. Trata sobre la muerte y lo hermosa, sorprendente, triste, inspiradora y divertida que puede ser esa experiencia, experimenté el duelo tristemente cuando era joven. Experimentarlo al final de hacer este disco fue todo lo contrario. Me dio una perspectiva que nunca esperé y me pidió que mirara mi propia experiencia sin la necesidad de evaluar su valor. Simplemente me hizo pensar '¡wow!'
Parece que el álbum intenta encontrar un equilibrio entre la desnudez de un hombre armado solo con su guitarra para cantar historias y una profusión de arreglos, en su mayoría de cuerdas, que inyectan épica al resultado. ¿Era esa tu intención?
Me gustó mucho tu voz en el álbum. Me imagino que, siendo guitarrista al principio, debe haber sido difícil para ti encontrar tu voz cuando comenzaste tu carrera en solitario. De hecho, he leído en alguna parte que no te gustan mucho los efectos que aplicas a tu voz en la grabación de People Move On. ¿Te sientes más cómodo con tu voz ahora?
Bernard Butler: En primer lugar, no me considero un "guitarrista ante todo"; soy un músico y siempre dejé que eso me llevara a desempeñar el papel necesario. Puede que se haya perdido en la traducción, pero me refiero a la palabra "afectado" en lugar de "efectado"; no me gustó la forma en que afecté mi propia interpretación cuando grabé People Move On. No tuve la oportunidad de descubrir por mí mismo cómo convertir mis pensamientos, mi conversación en un sonido con el que me sintiera cómodo, así que interpreté un papel deliberadamente, casi como una imitación. Fue un primer paso importante para superar eso en este caso. Me aseguré de cantar tan naturalmente como me sentía y de acostumbrarme en privado sin ninguna influencia externa antes de continuar. Volví a grabar las voces de People Move On como parte de una reedición en 2021 y disfruté la oportunidad de recuperarme. Ahora estoy muy cómodo con el resultado.
Aunque eres conocido como un referente de la guitarra eléctrica, imagino que es debido a ese equilibrio entre la intimidad acústica y los arreglos que hay en Good Grief que no escuchamos demasiadas guitarras eléctricas. Solo en una canción son un elemento destacable, en “Pretty D”, en la que pareces hacer referencia a una historia que sucedió hace más de 20 años. ¿Es por eso que recurriste a un sonido de guitarra, digamos, con un estilo rock que pertenece más a tu pasado que a tu momento presente?
Bernard Butler: De nuevo, no tengo constancia de que sea algún referente fuera de Suede. Mi discografía es demasiado diversa como para reducir todo a un puñado de canciones hechas en los primeros dos años de una carrera que ya dura cuatro décadas. Es importante encontrar un hilo musical conductor sobre toda esa diversidad y descubrí que era más fácil usar una vieja guitarra acústica de blues que me compró mi esposa, porque es bastante difícil de tocar y tiene un sonido con un carácter muy inusual. Hay poco espacio para adornos que se adapten a la expresión que necesitaba para este disco. La canción “Pretty D” necesitaba ser bastante divertida. No trata en absoluto de una historia que sucedió hace 20 años. Podría ser en cualquier momento. Trata sobre relaciones abusivas y cuán trágicas y amargas pueden parecer y también hace referencia a las exigencias de una audiencia musical que busca que un músico desempeñe un papel de nostalgia para cumplir con su pasado, sin reconocer lo dañino que esto es para el proceso creativo.
Por otro lado, me encanta el sonido de guitarra acústica que has logrado en el álbum, especialmente en canciones como mi favorita “The forty foot”, que me recuerda a grandes guitarristas de la tradición inglesa folk como Michael Chapman. ¿Tienes algún sistema especial para grabar guitarras acústicas? ¿Cómo logras que destaquen tan claramente en la grabación sin que se vean eclipsadas por el desafío de los arreglos?
Bernard Butler: En realidad no se trata tanto de grabar como de tocar de una manera deliberada que lleve el foco a la canción. Aprendí a tocar en afinación abierta DADGAD que da un borde oscuro incompleto así como un zumbido subyacente. Usé esto mucho con Jessie Buckley y muchas de estas canciones surgieron de esa época. Todos los arreglos surgieron en torno a las canciones, así que nunca tuvimos miedo de que la canción quedara eclipsada.
Debo decir que estoy realmente ansioso por el lanzamiento de su álbum en colaboración con Norman Blake y James Grant, los adelantos me parecen sublimes. ¿Cómo surgió esta colaboración? ¿Habrá una gira conjunta?
Este álbum se suma a otras colaboraciones que hiciste con David Mc Almont y Jessie Buckley. ¿Qué te aportan estas colaboraciones y qué recuerdas de cada una? ¿Aún interpretas esas canciones?
Bernard Butler: Aprendo de ellas. Aprendo sobre otras personas y aprendo sobre mí mismo. Aprendo a ser humilde mientras tengo que impresionar. Nunca escucho el catálogo anterior de un artista y nunca hablo del mío. Hay que vivir el momento. Agradezco que me pidan colaboraciones y me den el privilegio de contribuir a su música otras personas.
Volviendo al álbum, ¿cómo lo estás manejando en vivo? ¿Incorporas sus arreglos de alguna manera en las interpretaciones o optas por la desnudez acústica?
Bernard Butler: En vivo toco estas canciones con guitarra acústica y eléctrica. Lo más importante es que improviso. Elijo principalmente no utilizar un setlist y dejo que sea el momento el que lleve la canción para que nunca la escuches dos veces de la misma manera.
Como productor, creo que has tenido grandes logros, sobre todo porque imprimes personalidad a lo que haces, al tiempo que permites al artista “ser”. Me gustaría destacar tu trabajo en un disco en particular, que, si me lo permites, confieso que es muy importante para mí. Se trata de Hey Mr. Ferryman, de Mark Eitzell, que me parece extraordinariamente bien producido. ¿Qué recuerdas de la producción de ese disco? ¿Destacarías alguna de tus producciones como un punto, digamos, de inflexión en tu carrera?
Bernard Butler: Es un buen recuerdo porque me encanta y no lo escuchó suficiente gente. Amo a Eitzel. Es un personaje desafiante y yo lo desafié a él. Traté de mostrarle un camino a seguir para canciones que él no había imaginado y necesité mucha fe para convencerlo. Vi mucha melodía y mucho humor en su trabajo que no se había enmarcado antes y eso es lo que buscaba. ¡Nunca he estado seguro de si le gustó! Hicimos otro disco en una semana en el salón de mi casa y se negó a publicarlo. Creo que eso me ha acompañado durante 6 o 7 años, lo cual es una locura porque es un súper-disco, pero a una parte de mí le gusta más todavía Eitzell por ser tan tozudo.
Por último, siempre que entrevisto a alguien me gusta hacer una pregunta, que eres absolutamente libre de responder o no, como desees. Se trata de seleccionar canciones o álbumes que te hayan llevado musical y emocionalmente al momento en el que estás ahora. No tienen que ser tus favoritos en la vida, solo aquellos que te influyen ahora o simplemente te emocionan.
Bernard Butler: En 'este' momento sería “I hear A Rhapsody” de Bill Evans, con la que me encanta soñar. Cambiará mañana…