Will Hodgkinson: "Superestrella de las calles. Un año con LAWRENCE"


Por: Raúl Julián.

Escuchando las singularidades latentes en los diferentes proyectos que ha venido liderando Lawrence Hayward desde comienzos de los ochenta –desde los reverenciales Felt hasta los actuales Mozart Estate, pasando por Denim y Go-Kart Mozart–, resultaba obligado que, para que un libro sobre su figura tuviera sentido y peso propio, debía huir escandalosamente de lo que viene siendo una biografía al uso. Por eso, la perspectiva que toma Will Hodgkinson para acercarse y escudriñar la personalidad latente en tan misteriosa figura resulta del todo acertada y valiosa. 

Una apuesta arriesgada teniendo en cuenta que, para conseguir el objetivo, el autor quedó implicado, expuesto (y quizá atrapado) entre las especificidades que delimitan el mundo exclusivo de Lawrence. El resultado queda expuesto con envidiable pericia, concretando aquella idea que en origen propulsó el libro en una obra magnética y adictiva, en todos sus tramos y hasta extremos casi enfermizos. “Superestrella de las calles. Un año con LAWRENCE” (Contra, 2024) es el resultado, asimilado y ordenado, de compartir experiencias con Lawrence, compartiendo con el músico peculiaridades, manías, contradicciones y también recuerdos. Un bagaje que, para el receptor, resulta impagable. 

Un contenido de gran intensidad (y alejado ¡y cómo! de los tópicos del rock & roll) que, en manos de Hodgkinson, resulta una suerte de obra tan personal como poderosa. Este es el relato copado por un auténtico outsider; un tipo de gran talento y una personalidad a la que el término extraño se le queda ridículamente raquítico. Un tipo frágil, sensible y delicado, pero también excéntrico hasta la exasperación, caprichoso, egocéntrico y convencido de que su talento merecía otro tipo de suerte y reconocimiento que, en realidad, tampoco parece capaz de asumir. Una suerte de contradicciones humanas que, en el caso de Lawrence, quedan acentuadas hasta el extremo. 

Will Hodgkinson canaliza dualidades a lo largo de 300 páginas en las que se narran paseos o visitas a tiendas y cafés, en compañía de un tipo de aspecto llamativo que apenas come y subsiste a base de té con leche y regaliz. “Superestrella de las calles. Un año con LAWRENCE” (Contra, 24) no es, en fondo, sino la narración costumbrista de una vida, plasmada con sensibilidad y realísimo. La vida de alguien envuelto en miedos y esperanzas, con un ojo puesto en el pasado y otro en el presente; alguien que, en realidad, podría haber sido cualquiera. Solo que “cualquiera” resulta ser Lawrence Hayward: uno de los músicos menos alineados de la escena británica. Una tesitura capaz de hacer que la aventura, a través de la pluma de Hodgkinson, mute en fascinante tragicomedia.