Van Morrison’s Songbook 2.0


Sala Movistar Arena, Madrid. Viernes. Martes, 21 de enero del 2025. 

Por: Ricardo Virtanen

La noche del martes, los seguidores del gran Van Morrison fuimos convocados a un homenaje al maestro en la pequeña Sala Movistar Arena, si bien en principio el concierto se iba a celebrar en el Teatro Price (¿falló el aforo?). The Van Morrison Alumni Band es un invento de uno de sus músicos fetiche: el saxofonista Leo Green, quien se erige en director de esta Banda Tributo, que además cuenta con una base rítmica sólida, músicos de primer nivel vinculados de una manera u otra con discos y directos de Morrison: Robin Aspland (piano), Geoff Dunn (batería, percusionista en otros conciertos), Alec Dankworth (contrabajo) y Matt Holland (trompeta y fliscorno), poniendo al frente de tal elenco de músicos a la talentosa cantante Jo Harman y a la deliciosa Hayley Sanderson (en otros conciertos europeos se escuchó a Natalie Palmer o Natalie May Paris), a lo que sumamos el apoyo de Gary Baldwin, al órgano Hammond, y un espectacular guitarrista joven, Adam Martin. En Madrid se presentó, pues, un noneto, para interpretar unos veinticinco temas de El León de Belfast (the Belfast Lion), mezclando clásicos imprescindibles con piezas más que conocidas del irlandés, atractivas en este contexto de este songbook, dedicado a uno de los mejores solistas que tiene el rock internacional. 

Se inició el concierto con el verborreico parlamento del director del conjunto, el saxofonista Leo Green (1972), presentando a la extensa formación. Green es el alma mater de este proyecto que lleva desde 2023 escenificándose por Europa, con muy distintas formaciones. Si bien la base es la misma: Aspland, Danworth y Holland. El saxofonista ha tocado en algunos de los mejores álbumes de Morrison, como "Days Like This" (1995), "Healing Game" (1997) o "Back on Top" (1999), de los que se seleccionó numerosos temas. La cantante Jo Harman (1983), con su voz cálida y profunda, inició el concierto con dos temas conocidos del songbook de Morrison: “The Healing Game” y “And The Healing Has Begun”. Seguidamente aparecieron las comerciales “Days Like This”, “Queen Of The Slipsteam” y, sobre todo, “Have I Told You Lately”, en la voz de la dupla femenina de Harman: Hayley Sanderson (1982), también fantástica saxofonista, aunque no ejerció esta noche. En la última de las tres, Sanderson le imprimió un tempo algo mayor que el original de Morrison, incluido en "Avalon Sunset" (1989). 

Es curioso cómo se transforman estos temas clásicos pasados el tamiz de una voz femenina, y quizá sea todo esto, más que los instrumentos que acompañan, la gran propuesta musical de este Tributo. Tras “Into The Mystic”, interpretada por Sanderson, en una de las mejores propuestas de la noche, con unos solos proverbiales de un Matt Holand y Leo Green en estado de gracia, llegaban “And It Stoned Me”, de su álbum fetiche: "Moondance", cantada por Harman, o “Tupelo Honey”, por Sanderson, donde se escuchó a un Green pletórico, soleando notas sobreagudas, vitoreado por el público asistente. 

Había pasado la mitad del concierto, cuando sonaron los que son acaso los dos más grandes éxitos de Van Morrison en su larga carrera de más de treinta discos de estudio. Entonces se interpretaron de forma seguida “Moondance” y “Bright Of The Street”. La primera, en ritmo swing muy vivo, muy parecido a como nos la interpretó Morrison en su último concierto en Madrid, en 2021, swingueando casi todos los temas del repertorio. Ahora, la interpretaba Sanderson, con un solo meritorio de Aspland; mientras para la deliciosa “Bright Of The Street” cogía el mando Harman, logrando el beneplácito de la concurrencia, con solo dinámico de Leo Green, y apoyo del guitarrista Martin, que llevaba la pauta rítmica en todo momento, pese a su juventud. Sin pausa, el público llegaba al éxtasis con el muy rítmico “I’ m Working”, incluido tanto en su álbum de estudio "His band And The Street Choir" (1970) como en su directo "A Night In San Francisco" (1994). Acaso Leo Green haya preparado esta nueva versión partiendo de esta última versión, mucho más enérgica que las originales, donde hay sitio para un juego vocal entre Green y público, la voz enérgica de Sanderson y un solo prodigioso del trompetista Matt Holand, que llevaba todo el concierto ofreciendo talento a raudales junto a Green. 

Unida a esta, escuchábamos “I Forgot That Love Existed”, tras un cambio radical de ritmo, esta vez entonada por Jo Harman, de nuevo con un Holand soberbio con trompeta con sordina, a lo Miles Davis. El tercer gran éxito de Van Morrison de hoy, y seguramente su tema más universal, sin duda fue ”Brown Eyed Girl”, que en 1967 situó al León de Belfast en lo más alto del cancionero universal, incluido en su exitoso "Blowin’ Your Mind". Quizá fue la versión más llamativa de Leo Green para este espectáculo. Un tema interpretado por Hayley Sanderson en forma de hiperbalada, que nos dejó ojipláticos, donde a su término, el conocido estribillo del tema fue coreado ad infinitum por la sala, enfervorecida: “Sha la la, la la, la la, la la, la te da”. Siguieron dos canciones que redoblaron el perfil de un portentoso songbook. “Into The Music”, de nuevo con Hayley Sanderson como protagonista absoluta, y “Warm Love”, con Harman, donde esta vez el teclado Hammond de Baldwin conformó un solo muy inspirado y enérgico. 

El concierto avanzaba hacia su término. Así lo anunció un dicharachero y divertido Leo Green, en muchos momentos actuando como verdadero speaker. Así se tocaron, sin pausas intermedias, y en un solo bloque rítmico, tres de las baladas más importantes del repertorio de Van Morrison: “Some Like You”, interpretada magistralmente por Sanderson, quien pasó el testigo de “Carrying A Torch” a Jo Harman, y de nuevo Sanderson, tras un solo rompedor de Green, cantando uno de los temas fetiche del impresionante disco Moondance: “Crazy Love”, lo que se convirtió a la postre en un espléndido mano a mano entre las dos cantantes, que interpretaron a dos voces el estribillo final. La última de la noche debía ser una pieza sublime, que terminara de arrancar de los asientos al público (apenas ocho filas de sillas delante del escenario, el resto de la sala, de pie), y esta canción iba a ser “Domino”, interpretada con voz rompedora por Jo Harman. La banda le imprimió un tempo más frenético que el original de Morrison hallado en su disco His Band And The Street Choir, que considero un acierto supremo. Fue la última canción, el broche de oro a una noche memorable. El público pidió algún bis (gritó de continuo que tocaran el inmortal “Gloria”, que popularizó Morrison con su primer grupo: Them), pero no hubo más. 

Una anécdota de este concierto fue que muchos de los asistentes compraron la entrada pensando que nos visitaba el propio Van Morrison, según se comentaba al salir. El nombre de la banda: The Van Morrison Alumni Band, daba la impresión de que el León de Belfast nos visitaba rodeado de alumnos aventajados de una Escuela de Música inglesa (como ocurrió no hace mucho con Jon Anderson —ex cantante de Yes— con la Rock Academy de Paul Green). Pero no. Los “Alumni” no eran otra cosa que excelentes músicos que pasaban los cincuenta en su mayoría, y dos cantantes solistas de un nivel superior, músicos que han acompañado a Morrison en cantidad de discos y directos en los últimos treinta años (como sin duda informaba la publicidad del evento colgada en Internet). En este sentido, el chasco no fue tal. Este impresionante noneto supo encandilar al más forofo de Morrison, y hacernos creer por un rato que el Paraíso también existe sin un Dios.