Desde hace unos años, la leyenda negra del rocanrol (y otros géneros afines) y la supuesta destrucción que esta música desencadena está siendo sustituida por otra teoría alternativa: ¿Y si el rock hubiera ofrecido sentido a muchas generaciones juveniles?, ¿y si todavía hoy persiste librando a muchos jóvenes de las dependencias químicas, del secuestro de los artefactos electrónicos y sobre todo de la vida mediocre?
El creador de la serie, que puede verse en Movistar Plus+, Steven Knigh, sigue a vueltas con la ciudad de Birmingham (como ya hiciera en “Peaky Blinders”). Es la ciudad a la que se refiere el título, “This Town”. En esta ocasión ha hecho descender a sus protagonistas (y junto a ellos a los espectadores) al infierno de los barrios obreros de Birmingham (1981). De la mano de Dante, un jovencísimo poeta suburbial decidido a ser músico, nos internamos en el mundo condenado por culpa de la mala fe política de Thatcher y sus decisiones económicas. Son las barriadas de Birmingham y Coventry (a pocos kilómetros), sitiadas por las autopistas, abandonadas de la mano de dios, excepto la catedral de Coventry, semidestruida durante el Blitz de la Luftwaffe alemana, y que, en palabras de Dante, es el mejor estudio de grabación posible, gracias a su divina acústica. Un puñado de almas condenadas al alcoholismo y la marginación tienen que ser salvadas por Virgil, el hermano mayor de Dante, soldado del ejército británico. Virgilio, el poeta romano, es el protagonista de la Divina Comedia (el largo poema compuesto por Dante a comienzos del siglo XIV).
Los enemigos del ejército de su majestad son los republicanos del IRA, que están dispuestos a trasladar “the troubles” a la isla británica, y así socializar el dolor, algo que nos resulta conocido, por desgracia, en España, mientras que el ejército británico practica la guerra sucia, tampoco es algo ajeno a nuestra experiencia. Aparte de estos tipos, en las calles y en los pubs concurren “skinheads” con ganas de pelea, descendientes de afrocaribeños, denominados “zulúes”, y mafiosos nocturnos, que intentan sobrevivir en el infierno. La música es su última carta. Una vez más se hace notar la correlación, tantas veces confirmada, entre la creciente conflictividad social y el ascenso imparable de la música y otras expresiones artísticas. Cuánto peor están las calles, mejor es la música creada en condiciones tan difíciles.
El ska y el reggae de origen jamaicano, naturalmente, tienen un gran peso en la banda sonora de la serie. UB40 no podía faltar, puesto que son de Birmingham, y de la misma clase social que los protagonistas de la serie. Sin embargo, no todo es tan previsible, además dejan su huella otros grupos de finales de los 70 y comienzos de los 80, que tienen en común una destacada personalidad, es el caso de Siouxsie and the Banshees (comparecen con la fabulosa “Hong Kong Garden”) o Blondie, ambas bandas lideradas por sendas mujeres. Es congruente con la trama, las principales aliadas de Dante en la banda son Jeannie (Eve Austin), y Fiona (Freya Parks) que trabaja en una tienda de discos. Más adelante se sumarán además de su primo, Bardon (Ben Rose realiza una interpretación formidable), una baterista arrebatadora llamada Matty (Shyvonne Ahmmad) con cierta propensión a las amapolas. La vertiente literaria de Leonard Cohen no podía faltar con el fin de alentar a Dante, tampoco el grupo punk de Belfast Stiff Little Fingers y el himno que sirvió como su debut, “Suspect Device”, ni sus maestros en el arte de la insurrección, The Clash. Siempre que el estilo está en juego, merodea por los alrededores la Velvet Underground, ya sea en New York o en Birmingham.
Dante, interpretado brillantemente por Levi Brown, está dispuesto a contar lo que está pasando afuera y en su interior, las palabras le llegan sin apenas esfuerzo, como si supieran el camino que conduce hasta él. Es indiscutible que posee el don, pero necesita urgentemente una banda. El truco es, y que quede entre nosotros, que detrás de esas composiciones iniciáticas está el talento de Kae Tempest. Pero nadie más verosímil para representarlas que el bueno de Dante/Brown.
Las subtramas en algún momento llegan a pesar en exceso sobre el ritmo de la serie y lo ralentizan, sin embargo, la serie se recupera y logra remontar al mismo tiempo que Virgil trata de rescatar a su familia sin que sufran daños. Todo empieza a cambiar en el funeral por la abuela de Dante y Bardon, que son primos. Es una escena capaz por sí sola de justificar el empeño de sus creadores y la visión de los espectadores. Delante del ataúd de su madre, Estella (Michelle Dockery), la madre de Bardon y tía de Dante interpreta, “Somewhere Over the Rainbow” de forma sublime, pese a su embriaguez, dejando anonadados a los asistentes que la observan con los mismos ojos emocionados y contritos con que los soldados franceses escuchaban a una dulce joven cantar para ellos “Der treue Husar” en una sórdida taberna. Muchos de ellos iban a morir muy pronto en las trincheras de la Gran Guerra. ¿Quién no se acuerda de esa escena de “Senderos de gloria” (1957) de Stanley Kubrick?
La relación entre los primos resultará prometedora a partir de una fecha tan dramática. Si quieres saber si serán capaces de poner en pie una banda y ofrecer su primer concierto tendrás que seguir sus pasos en esta serie a través de una ciudad gris, lóbrega y hostil, llena de peligros. No te pasará nada malo si no le sueltas la mano a la música.