Por: David Vázquez.
Said Muti comenzará el año presentando en casa su último LP. Un trabajo donde “habla de todas
las personas que sacrifican gran parte de su salud, su familia y su vida para conseguir el
sueño que se han propuesto”, como bien explica en esta charla. Hilvanado con mimo y
trabajo, minucioso en cada detalle, "Criminales Del Sueño" se antoja un disco elegante y
fuera de modas, para disfrutar ahora y con los años. Un álbum en el que “cuando todo
calla y enmudece, la inspiración decide gritar.”
6 años desde aquel fructífero 2018 (publicó Habitación 828, En Directo Desde El
Auditorio Alfredo Kraus), ¿de dónde surge y, sobre todo, dónde se encontraba y
encuentra Said Muti?
Said Muti: Es increíble la voracidad con la que el tiempo trata a los álbumes. Concretamente para mí
es un año menos. Habitación 828 se publicó a finales de 2018 y tengo la sensación de
haberlo publicado prácticamente en 2019. De igual manera, ha llovido bastante hasta este
nuevo álbum. Quizá el parón obligado por la pandemia tuvo mucha presencia en todo el
proceso. Lo cierto, es que contaba con un buen puñado de canciones y consideré que
tenía que darles y darme el espacio suficiente para que todo ocupara el lugar que se
merecía. En tiempos donde la fugacidad es la razón de ser del arte; detenerse y respirar
es un acto revolucionario.
Ahora mismo me encuentro en un momento muy dulce y gratificante. Considero que he
encontrado un lugar artísticamente bello y confortable. El camino me ha traído hasta aquí
y es fantástico poder mirar atrás y saber que, tanto lo errores como los aciertos, han sido
determinantes en la formación de esto que ahora presentamos. No sabría muy bien cómo
explicarte de dónde salen los discos ni las canciones. A veces pienso que andan en el
éter y que alguna fuerza desconocida las trae hasta mi garganta y mi guitarra. Ese
pensamiento mágico es el que más me gusta. A pesar de los conocimientos técnicos y del
trabajo diario creo que hay algo más. Llámalo energía o como quieras, pero es lo que
siento cuando empiezo y termino una canción. En resumidas cuentas, no soy más que un
contador de historias. Sin historia, no hay canción. Sin emoción tampoco. Los
cancionistas funcionamos como dealers de las emociones. Las canciones son pequeños
viajes en el tiempo y las sensaciones.
Es cierto que el año pasado publicas el sencillo «Milenario Olivo», participas en
conciertos como Cultura Contra la Barbarie: gala solidaria con Palestina, ¿Falta
significación e implicación política del y en el rock como se presupone?
Said Muti: Me considero un artista de mi tiempo y como tal, me significo con las causas en las que
creo. Mi padre es palestino y por tanto, el cincuenta por ciento de mi ADN también lo es.
Me he criado en una familia donde el apartheid, el exilio y el genocidio han estado
presentes en todo momento. No sería capaz de mirar hacia otro lado. «Milenario Olivo» la
escribí con dieciséis años y por alguna u otra razón no entró en ninguno de mis discos.
Quizá estaba esperando el mejor momento y así ha sido. Grabarla con la Orquesta
Filarmónica de Gran Canaria fue una experiencia memorable. La canción alcanzó un nivel
de transmisión y comunicación que no me esperaba.
En cuanto a la falta de significación no me gusta realizar un sesgo en función de un estilo
o de un arte concreto. Lo que sí creo es que en general nos están adormeciendo. Están
consiguiendo sus objetivos y lo peor de todo es que nosotros se lo estamos permitiendo.
Las imágenes diarias de la barbarie parece que ya no nos remueven y eso sí que es
preocupante. La vorágine diaria y los videos de mierda de quince segundos que
consumimos en las pantallas funcionan como un sedante emocional.
Con respecto a los compañeros músicos y artistas, mi posición es clara: que cada uno
reivindique lo que considere oportuno. Yo no soy nadie para pedirle a otro alguien que
haga algo si no le sale de los más profundo de su corazón. Cada cual sabrá de qué lado
está y qué quiere hacer para cambiar o eternizar la realidad en la que vive. Tengo mucho
amigos artistas que están muy comprometidos con causas en las que su voz puede
ayudar mucho. A ellas y ellos, les profeso un enorme respeto. En ocasiones es arriesgado
de cara a la galería. No obstante, en el riesgo está la virtud del arte.
Después de contextualizar un poco el origen de este "Criminales Del Sueño", quería
preguntarte: ¿El (des)amor sigue siendo una contienda?
Said Muti: ¿Cuándo no lo ha sido? El amor y su eterno contrario, el desamor, es uno de los temas
centrales de la historia del arte. La música y por tanto, las canciones, están repletas de
canciones que hablan de despedidas dolorosas o de desgarradoras traiciones. Supongo
que es una realidad que está incrustada en lo más profundo de nuestra codificación. Es
para mí muy curioso ver como cada persona que escucha el álbum le da su significación.
Es algo así como que las canciones dejan de ser mías para pasar a ser de quien las
escucha. Es bonito sentirlo y vivirlo. A grandes rasgos, Criminales Del Sueño no es un
disco de desamor, quizá tienda más al amor en su amplio espectro. Hablando de esto
último, no se refiere al amor romántico tal y como lo conocemos. Hay muchos tipos de
amores y puede hablarse de ellos y cantarles con total libertad. Cuando el amor se
convierte en una guerra ambos contendientes salen derrotados. Hay que amar con
sabiduría y buenas intenciones; lo demás no me interesa.
"El Señor de las Moscas" de William Golding habla de la maldad del ser humano.
Titulas así uno de tus temas con referencias, no sólo al libro, sino a la Biblia
también, por ejemplo, ¿tanta maldad hay en el Ser Humano? ¿Es un extraño quien
no quiere infringir dolor?
Said Muti: Hay mucha menos maldad que bondad. Me cuesta creer que haya gente malvada. No
concibo pensar que hay más gente mala que buena. De hecho, creo que es todo lo
contrario. Existe mucha más bondad y belleza que vileza. La única cuestión es que los
cabrones y los gilipollas hacen más ruido que el resto. «Señor de las Moscas» es casi una
canción autobiográfica. Cuando uno decide dedicarse a esta noble y artesanal profesión
se le imponen una serie de clichés y prejuicios con los que tiene que luchar
constantemente. Al principio es agotador pero con el paso del tiempo uno va aprendiendo
a surfear las olas y ya apenas se marea con el vaivén de los comentarios.
En ocasiones uno puede dañar a los demás sin ser muy consciente de que lo está
haciendo. Ese es nuestro gran reto personal. Desaprender y evolucionar con nuestro
entorno para hacer el mínimo daño posible a los que nos rodean. Tiene mucho que ver
con entendernos como una colectividad y no como una unidad indivisible. El respeto y la
solidaridad deben seguir siendo nuestro mejor horizonte.
Supongo que lo fácil es engarzar la temática de este título a partir de tus conciertos
en favor de Palestina -como se mencionó anteriormente- y la masacre que sigue
cometiéndose en estos días, desconozco si surge aquí la letra.
Said Muti: No. Para nada. De hecho, no tiene nada que ver. "Criminales del Sueño" habla de todas las
personas que sacrifican gran parte de su salud, su familia y su vida para conseguir el
sueño que se han propuesto. Son personas que se juegan la vida (y el sueño) a diario en
favor de la consecución de una meta concreta. Esas personas que arriesgan y eligen el
camino largo son las que hacen que el arte pase a la historia. El trabajo y el esfuerzo que
imprimen en cada parte del proceso los desgasta hasta límites insospechados pero aún
así siguen adelante. No hay ninguna recompensa que pueda equipararse a los niveles de
esfuerzo y horas sin dormir a las que se exponen, a pesar de eso, no dan el brazo a
torcer y siguen apostando. Es una actitud algo quijotesca ante el arte y la creación. Por
otro lado, fue una de las primeras canciones que escribí para este disco y creo que
resume muy bien al resto.
Por el contrario, «Disparo De Nieve» representa esa dualidad entre el
enfrentamiento y la clemencia.
Said Muti: «Disparo de Nieve» está inspirada en el verso de la canción «Ojalá» de Silvio Rodríguez.
Es una canción que versa sobre esa sensación de estar al borde del abismo
constantemente. Las recompensas, como te comentaba antes, a veces no son tan
duraderas como lo es el esfuerzo. Hay un continuo enfrentamiento entre la creación y la
destrucción. La capacidad de crear es proporcional a la de destruir.
Si bien es un álbum bastante beligerante, no sólo por las menciones en el
vocabulario usado, por ejemplo, las armas blancas en títulos de algunos cortes «Tu
Puñal En La Espalda» o versos como Espadas envainadas («Los Abrazos
Furtivos»).
Said Muti: Nunca lo había pensando desde ese punto de vista. No obstante, es posible que sí tenga
esos rasgos de beligerancia que apuntas. Quizá el subconsciente trabajó por delante de
las intenciones literarias. De hecho, ahora que lo pienso no deja de estar muy acorde a
nuestros tiempos. Son años complicados para la paz. Es curioso que cuando
aparentemente más comunicados estamos más lejos nos encontramos. «Tu Puñal en la
Espalda» es una canción que habla directamente de la traición. De esa sensación que
todos hemos tenido alguna vez de vulnerabilidad ante la confianza que depositamos en
algo o alguien. Es un sentimiento totalmente normal y que hay que sacar fuera de nuestro
espacio para que no se enquiste y acabe siendo un problema real. Si no aportas, aparta.
Por su parte, «Los Abrazos Furtivos» narra las peripecias de quien no se siente integrado
en la normalidad. Es una canción dedicada a todas las personas que están fuera de los
límites y hacen un esfuerzo titánico para cumplir con las normas de una sociedad que
cada vez esta más enferma.
En referencia a la segunda canción mencionada en la anterior pregunta, ¿sigue
siendo la noche un refugio?
Said Muti: La noche no es un refugio, es el campo de batalla de los creadores. Muchas de las
mejores ideas que he tenido me han surgido de noche. Eso no quiere decir que hayan
sido en la barra de un bar o la entrada de un after. Es extraño, quizá cuando todo calla y
enmudece, la inspiración decide gritar.00
Al calor de esto último, he de decir que la mayor parte del álbum la escribí de día aunque
la bombilla se haya encendido de noche. En este caso, me puse un horario de trabajo
diario hasta terminar con minucioso detalle todas las canciones que iban a entrar. Es un
trabajo que hay que hacer en un proceso de escritura y escucha atenta. Si bien, la noche
está romantizada, el día debe reclamar su potencial y su efectividad.
A diferencia del sonido que suelen tener los álbumes que giran alrededor del
desamor, del dolor o el hartazgo incluso, me vienen a la cabeza producciones más
crudas como Honestidad Brutal de Andrés Calamaro o sencillos como «Disfruto»
de Carla Morrison, en tu LP la producción es brillante, limpia, clara en contraste.
Said Muti: El mérito de que eso sea así es de Ricky Falkner, Jordi Mora, Xavi Molero y Álex Vívero.
Tanto Falkner como yo teníamos claros que queríamos un conjunto de canciones que
sonaran limpias y claras. Su forma de entender la música es muy parecida a la mía. El
gran reto está en hacer que las grabaciones envejezcan como el buen vino. Es algo que
durante todo el proceso me obsesionó. Me encanta revisitar álbumes con más de medio
siglo y confirmar que suenan casi mejor que cuando se grabaron. Criminales Del Sueño
es un álbum con un sonido elegante y me atrevería a decir que exquisito. Hay mucho
detalles que quedan reservados para la tercera o la cuarta escucha. Es un trabajo
artesanal. Un disco cosido canción a canción.
Aquí se puede mencionar como excepción a «La Chica de la Puerta», resultando ser
un corte donde abordas temas más de amistad, de remar a mi favor como dice la
letra, ¿es la luz en el disco?
Said Muti: «La Chica de la Puerta» cuenta con la mejor voz de este país. No puede ser otra que la
de Carlos Tarque (M Clan). Desde que la escribí supe que tenía que ser para él. Es casi
un traje a medida. En efecto, es una canción luminosa y cargada de esperanza. No es la
única del álbum. Es un canto a la belleza y a las buenas intenciones. A un futuro
esperanzador donde la incertidumbre se desvanece. A esas personas que hacen que el
día a día sea llevadero. A las ganas de vivir y no dejarse nada por el camino.
Por otro lado, «Accidentes Planeados» rompe desde la melodía, con los tintes de
ranchera que se aprecian.
Said Muti: «Accidentes Planeados» es el pago de una deuda que tenía hace mucho años
pendientes. Se trata de una mirada a Latinoamérica, el continente que tantas buenas
canciones nos ha regalado a los largo de los siglos. En Canarias el bolero y la ranchera
están presentes en el repertorio popular de fiestas y celebraciones. Siempre quise intentar
adentrarme en sus entrañas pero nunca me había atrevido del todo. Supongo que se trata
de una cuestión de respeto a un género que es eterno y que admiro en profundidad. Lo
bueno, es que he abierto una puerta que no sabía que tenía y ahora me es más sencillo
acercarme a esos ritmos sin sentirme un impostor. Por otro lado, es una pequeña
dedicatoria a la música que escuché desde pequeño en mi entorno más cercano.
Cerrando el álbum, hay que hablar de las cuatro colaboraciones, siendo la más
sorprendente en un principio la de Ricky Falkner, al que haces cantar, aunque
donde más se aprecia su mano sea en cortes como «Disparo de Nieve».
Said Muti: Que Ricky haya puesto su voz en «Cicatrices» es un verdadero regalo para mí y para el
álbum. Lo conocemos como un gran bajista, un productor ejemplar pero, ¡cuidado con
cómo canta! Tiene una voz única. Una de esas voces que te traslada a lugares que no
sabes ni que existen. Su banda, Egon Soda es para mí una de las mejores bandas de
rock de este país. Soy muy seguidor de su buen hacer y su sabiduría a la hora de hacer
canciones y de trasladar emociones.
Las otras tres sitúan un pie en tu tierra (Pedro Guerra), un pie en el rock (Tarque) y
otro en la elegancia (Shuarma). ¿Cómo surgen todas ellas? ¿Estaban planeadas?
Said Muti: No, para nada. Fueron surgiendo a medida que íbamos realizando el disco. Pedro Guerra
es desde mi punto de vista uno de lo mejores compositores de su generación. Es curioso
pensar que yo lo escuchaba con apenas once o doce años y ahora colaboramos juntos en
una canción. El círculo se cierra y es fantástico. «Criminales del Sueño» es una canción
que le va estupendamente a su voz y él le aporta el toque definitivo con su forma
inigualable de abordar la interpretación de las canciones. Tarque es un amigo y una
persona a la que admiro profundamente. He sido desde muy joven seguidor de M Clan.
Son una verdadera banda de Rock. Él es una de las personas más generosas y
acogedoras que he conocido en este curioso mundo de la música. Ni que decir tiene que
su interpretación en «La Chica de la Puerta» lleva la canción a las estrellas. Shuarma es
otra de las voces que aportan la pincelada definitiva a este disco. Su voz es identificable
en el primer segundo. «Pista Libre» tiene un ligero tinte de canción melódica setentera
que le va genial a su interpretación. Lo cierto, es que estoy eternamente agradecido a
todos ellos por adentrarse en mis canciones y hacerlas crecer. Es un enorme gesto de
bonhomía.
Hay una serie de referencias a la magia y la santería, ya lo hacías en Habitación 828
con «Magia Negra». ¿Qué parte del esoterismo cree Said? ¿Hay un peso de las
brujas, canarias, yo escuché sobre las palmeras, en esa creencia?
Said Muti: Soy ateo gracias a dios. Mis creencias están limitadas a lo que puedo sentir. En ese
sentido creo en la energía y en las buenas o malas vibraciones. No creo que haya un
mayor arquitecto de nuestro entorno que la naturaleza y todo lo que nos da y nos quita.
Es probable que pueda confundirse con la magia. Si quieres llamarlo así, adelante. No
obstante, me da un poco igual el nombre que se le quiera poner. Creo en las buenas
intenciones, en la calma, en la paz de la mente y el cuerpo. Estar en armonía es un
trabajo que hay que hacer todos los días y no es nada sencillo. Conectar con lo que me
rodea sin ser invasivo y respetar los límites de la naturaleza son dos patrones que sigo
fielmente.
En cuanto a las brujas canarias, no puedo responderte. Desconozco por completo lo que
me comentas.
¿Cuál es el sueño del que has sido víctima de una criminalización y en cuál has
sido el criminal?
Said Muti: “Si no trabajas por tus sueños alguien te pagará para que cumplas los suyos”. Esta frase
de Steve Jobs resume muy bien lo que pienso al respecto. Soñar está genial, pero más
genial aun está trabajar día a día para conseguirlo. Hay que tener mucho cuidado a lo que
se acostumbra uno. No aceptar ciertos patrones que pueden destruirte y destruir todo lo
que con esfuerzo has creado. Hay que saber de quien rodearse. Esta industria está llena
de personas que no ven más allá de su propio bolsillo y son capaces de hacer cualquier
cosa por conseguir sus objetivos. Es maquiavélico pero es real. Ese ha sido uno de los
mayores aprendizajes de estos últimos años. Cuidarme de los halagos y de las frases
vacías ha sido todo un reto. Por otro lado, escuchar críticas constructivas y
bienintencionadas te hace crecer mucho. Aún así, hay que seguir teniendo cuidado. Hay
gente que solo pretende destruirte.
Con total probabilidad he sido el criminal de algún sueño. No obstante, puedo prometer y
prometo que en ningún caso fue intencionado. Un homicidio imprudente en toda regla.
Hay una enorme diferencia entre el daño consciente y el daño inconsciente.