Movistar Arena, Madrid. Sábado, 25 de enero del 2025.
Por: Begoña Serralvo.
Comienza puntual el espectáculo, luces totalmente apagadas y él no está sobre el escenario. Primer impacto de la noche, pero no el último. Aparece en la pantalla, de entre la oscuridad más inmensa, con el recinto hasta arriba y él perdido por los pasillos del Movistar Arena. ¿Quién osa empezar así? Sólo puede hacerlo Rodrigo Cuevas.
Suena "Más animales" y desde ese momento, durante dos horas y cuarenta minutos de show, se comporta como tal: animal de escenario que ruge en cada tema. Y es que lo suyo es de otro planeta. "Fágalo tradicional". Por eso estamos aquí Rodrigo. Porque el futuro no va en monopatines voladore; el futuro está vestido de una mezcla de folclore, pasos Vogue y música electrónica.
Sabe embriagar al público con el espectáculo, la verborrea y el descaro, y pasa veloz el tiempo mientras tanto. En poco menos de diez minutos ya se ha cantado (y bailado, menudo cuerpo de baile gasta) "Allá arriba" y "Arboleda bien plantada", y la noche sólo acaba de empezar.
Y aparece en el escenario Víctor Manuel. Y se ponen mano a mano a desgranar cada frase y cada nota de "La romería", para furor no sólo de los asturianos presentes. Esto no se para. Y es que el perfecto showman no sólo entretiene , canta, baila, reivindica, jalea, agita y complace, sino que sabe rodearse de los buenos. Vals, chotis, raves...
¿Un chotis? Efectivamente. Con su chulapa, su chulapo y su acentazo. "Me gusta cantar algo local de los sitios donde actúo, y en Madrid, cómo no, voy a cantar un chotis". Al público asturiano no parece hacerle mucha gracia. Pero Cuevas sabe reenganchar inmediatamente y se marca "¿Cómo ye?!", "Xiringuela" y "Veneno" . Pero, sin duda, y sin desmerecer lo anterior, el bombazo viene con "Matinada" y la rave que se monta con Zahara y Martín Perarnau, estos dos últimos a los platos, y Cuevas, a su bola.
"¿Queréis más?" Sí. Queremos más. Queremos que cantes con Rozalen "Te quiero porque te quiero" y que una intérprete de lenguaje de signos la traduzca, porque el amor se habla en todos los idiomas. Queremos que nos hables de Rambalín y su triste historia en Xixón, que nos cantes una muñeira y que termines por todo lo alto bailando tecno. Y lo hizo. Vaya si lo hizo. Imprescindible no perdérselo