Es un hecho que la “kinkidelia” se ha convertido ya en un punto de encuentro “transversal”. Si en primera instancia lo llamativo de la propuesta de Derby Motoreta´s Burrito Kachimba era un lugar común para conversaciones de “enteradillos”, ahora es evidente que estos talentosos sevillanos han pasado de fase, llegando a un público realmente heterogéneo, que, por encima de estilos y modas, se identifica con el poder de sus canciones y la belleza de unas letras repletas de pellizco.
Algo que se demuestra en el progresivo aumento de aforo en los recintos en los que van colgando el cartel de “No hay billetes”, hecho que ocurrirá a finales de esta semana en el Movistar Arena de Madrid, donde en el marco de “Inverfest”, vendrán a presentar las bondades de su propuesta en un concierto de lo más especial en el que repasarán toda su discografía rodeados de amigos y amigas, en lo que a buen seguro será una fiesta única para los fieles seguidores.
Días antes de dicha actuación tuvimos la oportunidad de charla telefónicamente con Scott, guitarrista de la banda, quien tan cercano y amigable como siempre, nos acercó toda la actividad reciente de DMBK.
¿Qué tal va todo, Scott? ¿Cómo está yendo la gira de presentación de este genial “Bolsa Amarilla y Piedra Potente”?
Scott: Está yendo muy bien, tío. Arrancamos la gira haciendo tres conciertos de presentación para lugar empezar con la dinámica de festivales. El disco nos está dando muchas alegrías, la gente ha conectado con él y vemos que cantan las canciones muy intensamente. Ahora estamos con la vorágine del Movistar Arena, el antiguo Wizink, vamos a tocar allí el próximo día 24, entre los invitados, la logística y ensayar en Madrid vemos que hay un montón de árboles que podar. Estamos deseando que llegue la fecha, soltar lo que llevamos preparando meses y ver la carita de felicidad del público. Días atrás estuvimos ensayando con El Canijo y El Indio de Vetusta Morla parecíamos una orquesta, nunca hemos tocado con tanta gente a la vez. Hay muchas ganas de que veáis lo que estamos preparando, lo estamos haciendo con mucho cariño.
“Nos sentimos unos elegidos porque hacemos lo que nos gusta”
Desde fuera da la impresión que el crecimiento de la banda es constante, básicamente habéis conseguido una cosa sintomática, habéis trascendido llegando a oído de un público “no rockero”, algo que solo consiguen hacer los elegidos. ¿Habéis notado esta expansión a otros tipos de público?
Scott: Nos sentimos unos elegidos porque hacemos lo que nos gusta y a día de hoy estamos viviendo de la música que es algo increíble. Era el sueño de nuestra vida, tener una banda y sacar discos. Y no por lo otro que comentas, que es demasiado para nosotros. Creemos que nuestro público es muy fiel, desde el principio hemos tenido un ejército de muchachos y muchachas muy aguerridos. Tenemos uno seguidores muy heterogéneos, como has dicho. Hay gente muy pop a la que le hemos entrado y peña que viene del hardcore que nos dice que “odia el flamenco”, pero que le flipamos. En nuestros conciertos te puedes encontrar desde el heavy con el pelo hasta el culo, indies y señores que vieron en directo a Triana en su momento que ahora sienten una vibración parecida y vienen a vernos. La transversalidad es parte del éxito del grupo, no nos retroalimentamos de un estilo de gente concreto. Pienso que es un poco el reflejo de nuestra música, donde hay mezcolanza y heterogeneidad, al final es lo que hace conectar a la gente. También influye que seamos una especie de teleñecos con el pelo largo, por lo que es divertido vernos tocar.
“Somos una anomalía en el sistema”
Vuestro sonido es rockero, por momentos intenso y pesado. No es una propuesta que esté sonando en radios comerciales y está alejada de los sonidos predominantes. ¿A qué crees que es debido esa forma de trascender? ¿Cómo ha conseguido la “kinkidelia” conquistar los cielos?
Scott: Sí, somos una montaña acercándose a ti. Para nosotros es inexplicable, siempre decimos que somos una anomalía en el sistema. No hacemos el sonido predominante, ni la música que está de moda, ni estamos en el movimiento mainstream más comercial. Creo que estábamos en el lugar adecuado en el momento oportuno. Se abrió una especie de vórtice, nos juntamos para ensayar, sin pretensiones, después de tres meses empezamos a sacar un par de singles y enseguida la maquinaria echó a rodar. Al principio llegaban muchos mensajes del tipo “ostras, llevaba mucho tiempo esperando una banda como vosotros”. Cuando arrancamos había un hueco que nadie estaba ocupando, después hemos intentado hacer las cosas bien, pero ha habido un punto de suerte también. Hemos aprovechado la oportunidad y de momentos estamos muy contentos porque está funcionando.
“Nos va la vida en Derby Motoreta´s Burrito Kachimba”
En nuestra reseña comenté que “Bolsa Amarilla y Piedra Potente” era vuestro particular 3 de 3. Un disco que asienta más todavía vuestras coordenadas, pero donde es patente una evolución, una vuelta de tuerca, tanto en el sonido como en letras. ¿Tenéis la misma percepción en el seno de DMBK?
Scott: Claro. Siempre decimos que somos una banda en movimiento, nuestras experiencias vitales como seres humanos en este planeta y músicos se filtran en lo que vamos haciendo. No somos un grupo que explote una fórmula hasta la extenuación. Tenemos una particularidad, tampoco somos una banda que haya estado encerrada seis o siete años ensayando en el local. Al sacar el primer single no llevábamos ni seis meses junto, hemos vivido un proceso juntos. Nos conocíamos de antes, pero han pasado dos giras, tres discos y una banda sonora, pasamos de ser conocidos a ser hermanos. Ahora sabemos cómo respiran los demás, hemos encontrado una forma de trabajar y componer. Poco a poco las cosas se ponen en su sitio y en este disco se nota el saber hacer. El ejemplo es el del alfarero, cada vez que hace un jarrón lo hace mejor. Nosotros nos consideramos más artesanos que artistas. Vamos consolidando nuestro sonido y personalidad para coquetear con diferentes estilos, frecuencias y modos de expresarnos.
“Entregamos álbumes de los que luego se extraen singles”
Personalmente también comentaba que es vuestra colección más equilibrada, más accesible, pero en contraste quizás la tenga unos singles menos directos y evidentes. ¿Lo ves así?
Scott: No somos una banda que trabaje el single en realidad. No compones con la mentalidad de hacer un single y sus características. Vamos componiendo y componiendo para hacer un álbum. Al final venimos de la tradición de ponerte el vinilo en el orden que la banda pensó, buscando sumergirte en el viaje. Nosotros entregamos álbumes de los que luego se extraen singles. Son más y menos directos a la vez. “La Fuente” es un tema que va muy al palo, “Manguara” tiene una fórmula de estribillo que no habíamos usado antes. Puede que sea menos directo que el primero, que es muy directo, muy inmediato y furioso. Había mucha garra, ahora somos más viejos.
“Jugamos con las influencias y referencias con total libertad”
“En La Fuente” hacéis un pequeño homenaje al maestro Morente.
Scott: Es lo que hablaba antes, jugamos con las influencias y referencias que tenemos con total libertad. Dejamos filtrar nuestras influencias de la manera más cariñosa posible. A veces hay referencias muy evidentes como esta de Enrique Morente.
Me ha llamado mucho la atención un tema como “Tierra”, un corte realmente bonito que se extiende hasta los nueve minutos, cerrando con un blues experimental totalmente mántrico.
Scott: Es un tema muy diferente a lo que veníamos haciendo. Es una especie de rumba rara. Al hacerla la llamábamos la canción “Emo”, con ese desgarro y dolor en la letra y música. El final es dejar que las cosas vayan cayendo como el agua del río que cae al mar.
¿Qué puedes contarnos sobre este concierto especial? ¿Qué sorpresas habéis preparado?
Scott: Tenemos muchas ganas. Es el concierto más grande que vamos a hacer sin contar con grandes festivales. Estamos satisfechos con el trabajo y nerviosos. Todo está poniéndose en su sitio. Las sorpresas son los invitados, viene Ángeles Toledano, Anni B Sweet, Julio Ródenas, El Indio de Vetusta… una lista guay que hemos colado en canciones que no vamos a desvelar para que la gente se lleve la sorpresa en el momento. Va a ser una noche única, tocaremos todas nuestras canciones menos una. Va a ser una velada memorable para todos los fans de la banda.
“La gente que entra en el universo DMBK es muy pasional”
Scott: Es la zona de 5.000, no somos C. Tangana (Risas). Nos sentimos unos privilegiados, estamos dentro del circuito. Sucede que la gente que entra en DMBK es muy pasional, en los conciertos hay una sinergia muy familiar. Estamos muy contentos de poder meter tanta gente en un Wizink sin caer en la fórmula del éxito.
“Sevilla es un hervidero creativo, la ciudad parece una bomba”
Venís de una ciudad como Sevilla, cuna de nombres míticos y propuestas únicas. ¿Sentís más responsabilidad u orgullo?
Scott: Al arrancar nos inventamos el rollo de la “kinkidelia”, básicamente nos queríamos sentir libres y no responsables de seguir un legado iniciado por Triana. Es un rollo que nos flipa y es nuestro ADN, por supuesto. En Sevilla hay una confluencia única, donde convergen el blues y el flamenco que creo que no sucede en otros puntos del planeta. Aquí está el flamenco de una manera apabullante, pero hay mucha tradición de blues desde las bases americanas de los años sesenta. Hay un hervidero creativo, no solo en este estilo, sino también en otros. Parece que la ciudad es una bomba, cuando está callada es que se está preparando algo. Ahora puede haber unas puntas de lanza que podemos ser Califato ¾, Vera Fauna, que sacaron un disco hace poco que está más alejado del sonido rockero, pero sí incorporan el flamenco, y nosotros.
Personalmente, estas últimas semanas le he estado dando duro a “El Mundo se Quema”, el nuevo disco Quentin Gas y Los Zíngaros.
Scott: Es el que abrió la veda. Estuve con Quintín, fui un Zíngaro en “Caravana” y en “Sinfonía Universal Cap. 02”. Recuerdo que cuando estaba con él, hacíamos este estilo, pero enfocado desde otra perspectiva. Por decirlo de algún modo, él es más popero y nosotros distorsionamos más las guitarras. Ya te digo, hay mucho hervidero de propuestas, pero DMBK no nos sentimos responsables, más allá de nuestra propuesta, canciones y público. Cuando pase el tiempo, nos disolvamos o nos muramos, los periodistas os encargaréis de hablar con perspectiva.
Vista esta nueva colección de canciones, ¿sentís que cerráis con ella una primera etapa?
Scott: Sí, de alguna manera sí. Desde que arrancó la banda la máquina comenzó a andar rápido. No creíamos que fuera a ir todo tan deprisa, nos vimos sumergidos en una gira larguísima, durante la que estuvimos componiendo “Hilo Negro” al mismo tiempo. Luego vino la pandemia, otra gira muy extensa, por eso para este disco decidimos parar un poco, tomar aliento y no componer de gira, ya que terminas con la cabeza como un yogurt de coco. Cierra el círculo, sí. Tenemos un modus operandi, ahora empieza otra fase Motoreta.
Pasamos de 49 a 50.
Vamos a mirar la bola de cristal. ¿Qué aroma tendrán las próximas composiciones?
Scott: No lo sabemos todavía, no hemos arrancado la fase creativa. Estamos cada uno por nuestra cuenta germinando ideas, pronto pondremos en común y comenzaremos a galoparlas. A partir de ahí, veremos los dientes al lobo y sabremos de qué pie cojea. Lo que será es producto de una progresión vital como personas y músicos que se volcarán. Pondremos toda la leña en el fuego, a nosotros se nos va la vida en esto. Cuando nuestros padres nos compraron el primer instrumento con 14 años el sueño era justo esto. Estar girando, sacando discos y cruzar el charco para tocar. Son cosas muy locas. Vamos a seguir aprovechar el centímetro cúbico de suerte que hemos tenido.