Un disco puede ser mucho más que música. Puede convertirse en esperanza. Eso es en buena parte “Un lugar perfecto” el último álbum de Jairo Zavala, Depedro, que apuesta por la búsqueda como el verdadero fin del camino. Porque muchas veces la respuesta no está en encontrar la perfección sino en detenernos en el recorrido para hallarla.
Tras varios meses rodando el disco por festivales de todo el país, Depedro se encuentra ahora inmerso en su gira por salas, con la que pretende acercar más estas nuevas canciones a su público y convertir cada noche en una fiesta donde se cante, baile y sobre todo se disfrute con la emoción y el amor como bandera.
En esta charla que mantuvimos poco antes de su paso por Zaragoza, Jairo Zavala nos habló de las canciones que forman este “Lugar Perfecto”, así como de las emociones que con ellas está logrando transmitir en sus conciertos, pero también recorrimos algunos de sus discos más importantes buscando en ellos las pistas que nos condujesen al momento al que la carrera de Depedro ha llegado tras más de quince años en la brecha en los que siempre ha tenido el corazón y los pies bailando al ritmo que nos une con nuestras raíces.
“Un lugar perfecto” es el título de tu más reciente disco. Ya has hablado en muchos medios sobre él, por eso tampoco quiero centrarme solo en éste, porque ya lleva un recorrido, pero me gustaría empezar preguntándote si buscas ofrecernos ese lugar en el que quedarnos tras la búsqueda a lo largo del camino o te refieres más bien con este título a la búsqueda en sí misma.
Jairo Zavala: Sin la búsqueda no empieza el movimiento para llegar a un sitio anhelado, así que me quedo con la segunda parte de la pregunta, claro. La ideología del disco, aunque está muy manida, habla del camino, del proceso, de ese “¡para qué quiero llegar ya a la meta si prefiero disfrutar del camino!”. Habla del derecho al error, quizás como un acto de rebeldía ahora mismo, porque en este mundo de la inmediatez vivimos todo lo contrario a lo que hablan muchas de las canciones.
Es cierto que el título “Un lugar Perfecto” alude precisamente a lo contrario que vemos en tus letras, que hablan más de la búsqueda, como bien dices. ¿Cómo de imperfecto es ese “lugar perfecto” del que hablas?
Jairo Zavala: Nosotros vemos el mundo a través de nuestros ojos y lo procesamos, somos como el interfaz del mundo, así que muy perfecta la humanidad no es. Cada uno tiene su lugar, su sitio. Lo bonito es la diferencia. Hay una canción que habla de eso, “Fábula de la Diferencia”, sobre las diferencias que tenemos, que creo que son una ventaja en lugar de un problema. Menos mal que hay diferentes puntos de vista, diferentes miradas… todos esos ángulos de pensamiento han sido muy inspiradores para hacer este disco.
“Somos la masa los que realmente damos contenido al mundo”
Como ya señalamos en nuestra reseña del disco, nos hablas más de un fin que quizá consista en buscar lo relevante en lo cotidiano. ¿Qué te ha enseñado esta industria o este mundo musical en tu largo camino para valorar esas pequeñas cosas más cercanas a la realidad del día a día.
Jairo Zavala: Es que la industria es diferente a la música. ¿Te refieres a la industria en concreto o a la música en sí misma?
Me refiero a la música en general, pero también a la industria, que parece que os está pidiendo esa perfección más que estar en contacto con la realidad.
Jairo Zavala: Ahora están muy en boga modelos de máscara, de algo muy manido, procesado o edulcorado en general. Pero no voy a ser dogmático, también hay propuestas muy interesantes ahora mismo. Hay cosas que tienen muchísima calidad y profundidad. Lo que pasa es que el día a día sí que está plagado de estímulos que te llevan más a querer ser que a ser. En lugar de “intentar ser el mejor Jairo posible, yo quiero ser como aquel otro”. Modelos que encima son gente que vienen de realidades que no son las habituales, que son imposibles, que nos las exponen como las de aquellos que están en la cumbre, en la cima, pero la cima es muy pequeña. ¿Qué pasa con todo el mundo que está alrededor? Somos la masa los que realmente damos contenido al mundo.
Ha pasado un tiempo desde abril, desde la publicación del disco, ¿cómo sientes que está siendo su acogida? ¿Qué impresiones te estás encontrando hacia el mismo?
Jairo Zavala: Ahora mismo es cuando me estoy percatando, porque durante el verano hemos hecho festivales y ya sabes que no son el entorno en el que la gente venga a verte precisamente a ti. Además tocas una hora, no puedes tocar más de dos o tres temas del nuevo disco… por lo que recién ahora estoy viendo cómo la gente conecta con estas canciones nuevas y es muy bonito ver que todavía existe eso, porque somos dependientes de ese vínculo. Si se acaba, que se puede acabar en cualquier momento, ¡adiós muy buenas!
Son más de quince años ya como Depedro, así que creo que hay cuerda todavía.
Jairo Zavala: De momento tengo curiosidad y ganas por ver esa conexión, que es lo importante.
Aunque en una primera escucha vi que éste era un disco más alejado de lo que nos habías ofrecido últimamente, es verdad que después, al meterme en él con más calma, encontré bossa en “Lugar perfecto”, cumbia en “La Gloria”, un poco de soul en “Coreografía” o aires africanos en “Niño con piel de cuero”. Es entonces cuando encontré un disco muchísimo más ecléctico que los anteriores.
Jairo Zavala: Sí, porque también es un tributo al folklore de latinoamérica, no a todo, pero a buena parte de él. A lo que me han permitido las canciones. Como bien dices, en la primera escucha no te percatas porque no es un disco que entre de primeras, no es un puñetazo en la cara, sino más bien es un disco que demanda una atención, en el que inviertas tu tiempo. Esa cosa tan preciada hoy en día, el tiempo. Si pasas tiempo escuchándolo te das cuenta de los aires de géneros musicales que están decorando las canciones, que al final son aires. No quiero ser pretencioso y decir que esta canción es un festejo peruano o esta otra una chacarera. Más bien tienen solamente aires. Sería muy pretencioso por mi parte decir que controlo todos los estilos y puedo tocar una canción de una u otra manera. Me harían falta muchas vidas para tener esa profundidad.
Jairo Zavala: Es que es un homenaje, porque soy muy deudor. América me ha dado mucho. Como todo el mundo sabe, la música es muy tacaña y hay que devolverle lo que te da, si no estás perdido.
No nos olvidamos de la muy emocionante “Lo que va pasando”, que tiene un toque clásico con las cuerdas de O Kwarteto. También las cuerdas están presentes en “Fábula de la Diferencia”, con un perfil más íntimo. ¿Son éstas canciones, que se desmarcan más de tu línea panamericana y van hacia lo clásico, con las que intentas alejarte un poco de tu faceta más encasillada en la música multicultural?
Jairo Zavala: Yo no hago nada de esto con una intencionalidad. Tengo el privilegio y la suerte de hacer lo que quiero y esas canciones son historias que quería contar y quería vestirlas de esa manera. También es culpa del productor, Gustavo Guerrero, que ha influido en los arreglos, me ha indicado por dónde ir y yo he aceptado porque me ha encantado, pero es verdad que esos temas no tienen esa estructura. Al final, lo que define que una canción se quede en el disco es si me llega al corazón, si conecta emocionalmente conmigo.
Has hablado de Gustavo Guerrero, el productor de este disco. Me gusta mucho la labor de los productores que dejan también su aire en los discos. ¿Cuánto ha tenido que ver su trabajo en el resultado final?
Jairo Zavala: En este caso mucho, porque ha sido el responsable de gobernar este barco y he confiado en su mirada, su trabajo y su honestidad. Estoy muy contento porque yo he compuesto las canciones, letras y melodías, y él ha tomado las riendas, ha trabajado los arreglos, grabado guitarras y voces… ha sido una maravilla.
“Nos hace falta mucha serenidad para poder escuchar a los demás y no darnos tanta importancia”
Otra de las canciones que más nos gustaron en su día y nos sigue impactando es “Ojalá el amor nos salve”, una de las que encuentro con más épica de todo tu repertorio. Quería preguntarte por su contenido. ¿Crees de verdad en el poder del amor más sincero en estos tiempos en los que menos valoramos la cercanía con el otro y más nos importa nuestra fachada?
Jairo Zavala: Pienso que sí. La historia nos lo demuestra. Los grandes movimientos mundiales están en eso. Víctor Jara decía: “El mundo se mueve porque tiene como motor al amor”. Aunque en esta canción hay un poco de trampa porque le pido al amor que nos salve, pero, por favor, en calma, porque ya bastante drama tenemos en nuestro día a día. Nos hace falta mucha serenidad para poder escuchar a los demás y no darnos tanta importancia. Es un tópico esto de lo que estoy hablando, pero es que está todos los días en los medios de comunicación.
Volviendo al tema del “viaje” como leit motiv y hablando también de esa mirada que vuelves siempre hacia América. ¿Cuál es el viaje musical que realmente persigues con estas canciones tan plurales?
Jairo Zavala: Nada más y nada menos que conectar emocionalmente con la gente. Éste es un ejercicio muy ególatra, porque grabamos nuestras canciones y esperamos que la gente las escuche y las haga suyas. Y ojalá que a alguna de estas canciones le pase eso, como ha pasado ya con otras mías, más o menos clásicas, que ya casi no son mías. Es un milagro que eso pase.
Desde luego que a nivel emocional eso que dices está claro, pero a nivel musical siempre te has centrado más en el continente americano. ¿Hay algún otro espectro que quieras explorar?
Jairo Zavala: Me interesa mucho el sur. Tú lo has dicho, América es un continente y hay tanto, tanto por descubrir… En nuestro país también, que es un crisol de ritmos y culturas. Como te he comentado, soy tan curioso que ahora mismo estoy descubriendo la zona del norte de Argentina o el sur de Brasil. ¡Hay tanto, sólo en América! También es que he dedicado mis primeros quince o veinte años al mundo anglosajón, y a nivel personal siento que la forma de contar las cosas, no es que se me haya agotado, pero me interesan otras ahora. Sigo escuchando música anglosajona, por supuesto, porque es mi base, pero sinceramente hay tantas miradas en el mundo, que es mucho más interesante ahora mismo mirar a otro lado que a lo anglosajón.
Es verdad que, por ejemplo, “Niño con piel de cuero”, a pesar de su toque americano, la veo muy africana.
Jairo Zavala: Sí, ahí trabaja Kilema, que es la persona con la que hemos hecho el documental en Madagascar, en el que recorremos la isla conociendo el papel de la música en los habitantes de la misma, especialmente en la infancia. A raíz de hacer ese documental, le invité a tocar porque tenía que aparecer ese talento y esa forma de respirar música y de contar cosas con su instrumento, y quedó increíble.
Nos has hablado de los festivales que ya has hecho. ¿Cómo está siendo la experiencia en salas y otros recintos que estás teniendo ahora? ¿Se centra mucho en “Un lugar Perfecto”?
Entiendo que abriendo el setlist a lo que vaya surgiendo.
Jairo Zavala: Siempre lo he hecho así.
¿Con qué banda te veremos en escena aquellos que aún no te hayamos visto?
Jairo Zavala: Es la banda que ha grabado el disco, sí. Con Héctor Rojo, Martín Bruhn…
Me gustaría, si te parece, hablar de otros de tus discos debido a estos más de quince años de carrera, que son también una celebración. Quisiera que definieras la sensación que te dejan con el paso de los años y su vida en directo algunas de tus obras. Empecemos hablando de “El Pasajero”, uno de tus discos mejor considerados y con el que llegas a todas partes. ¿Cómo lo ves en este momento o te resitúas hacia él?
Jairo Zavala: Es un disco muy equilibrado y que me ha dado muchas alegrías, aunque todos me han dado alegrías, la verdad. “El Pasajero” sí que a nivel mediático empezó a generar más público en los conciertos. Hay que tener en cuenta que no siempre he estado con este éxito entre comillas, porque la mía ha sido una carrera muy larga. Al principio no venía tanta gente a mis conciertos y compatibilizaba Depedro con Calexico o como guitarrista de sesión, y de repente comienza a funcionar de otra manera, pero ya con mi cuarto disco, que es éste. Por eso cuando los jóvenes dicen: “Es que mi single no ha funcionado. ¡No estoy triunfando!”. Yo pienso: “¿Pero cómo que no ha funcionado?”. ¡Qué pena que no tengan la capacidad de aguantar y de disfrutar! A mí me pasó eso con “El Pasajero”, como que empecé a ver que esas canciones eran más acertadas. Es el último disco que hice en Arizona, con Chris Schultz como productor, tocaron Calexico muchos temas en el disco, pero también mi banda. En definitiva, empecé a sacar más a relucir mi personalidad.
¿Cuánto pesan también tu debut “Depedro” o el más variado “Nubes de papel” en tus repertorios actuales? ¿Cómo los ves después de tanto tiempo?
Jairo Zavala: Quizá el disco más importante siempre es el primero porque es el que abre el melón. Sigo tocando canciones de esos dos discos, son muy importantes para mí y para la gente, así que ¡cómo no voy a rescatar esas canciones!
“Nunca he tocado nada en plan cínico”
Imagino que por encima de todo siguen siendo canciones claves para ti, no solo para la gente.
Jairo Zavala: Claro, yo no las toco en plan cínico. Nunca he tocado nada en plan cínico. Toco esas canciones porque me encantan y me siguen transmitiendo o me siguen dando elementos para confiar en lo que hago y tirar hacia adelante.
¿Crees que no se comprendió del todo tu incursión en la música infantil con “Érase una vez”? Porque el disco pasó más desapercibido.
Jairo Zavala: Bueno, lo que pasó fue la pandemia, pero ahí está. Es un disco atemporal. Quizá no lo giré en exceso, pero los conciertos que hicimos, que no fueron muchos, funcionaron impresionantemente bien. Todos se llenaban, las familias vinieron con los niños cantando las canciones y todavía me las piden en ocasiones.
Cierto es que tu música une generaciones, que abarca todo el espectro y es una música que la pueden disfrutar pequeños y mayores, y quizá “Érase una vez” tuviera algo de conectar con nuestro yo más auténtico.
Jairo Zavala: Lo contaba en la promoción de aquel disco. Esas canciones surgieron de cuando me ponía a cantarles canciones a mis hijos cuando eran pequeñitos. Entonces tiraba de cosas que tenían treinta años y pensé que hacía falta renovar ese repertorio. Hay compañeros que lo hacen y dije: “voy a hacer un disco exclusivamente de música para la infancia, esa que va de 0 a 99 años”.
Jairo Zavala: Estéticamente está muy influenciado por los meses de pandemia, aunque está escrito antes, salvo la canción que da título al disco, que la escribí con Guille Galván. Para “Máquina de piedad” me apetecía entrar en unas estructuras estéticas concretas. Al final las canciones para mí son canciones simplemente, con unos acordes, una melodía y un ritmo, pero después las circunstancias hacen que suenen más pop o más latinas o africanas. En ese momento estaba escuchando mucha música melódica y supongo que saldría así por eso, aunque este análisis lo he hecho a posteriori. No me di cuenta cuando lo estaba haciendo, no hay una intencionalidad.
Es verdad que ahora has vuelto un poco a esa esencia más multicultural.
Jairo Zavala: Quizá es donde más cómodo me encuentro, pero a lo mejor el próximo disco es rock, que también lo he tocado muchísimos años.
Tus discos en directo también han sido imprescindibles. “Todo va a salir bien” nos ofreció magníficas versiones de tus canciones junto a invitados y “Antes de que anochezca” reflejaba perfectamente la fiesta en la que se convierten tus conciertos. ¿Tienes pensado grabar alguno de los directos de esta gira con intención de dejar testimonio audiovisual de este momento?
Jairo Zavala: No es mala idea. A lo mejor lo hago.
Es que hay una cosa que nos falta a los que hemos disfrutado de tus directos y es poder ver, aunque no sea ahora tiempo de DVD’s, tu espectáculo plasmado en una película. Eso sería fantástico, porque son una maravilla.
Jairo Zavala: Ojalá. Pues mira, es algo que voy a intentar, porque además la banda está ahora en un momento dulce, muy rodada y con muy buena energía. Así que puede ser una buena idea.
¿Qué planes inmediatos tienes tras terminar esta gira de salas y cumplir casi un año de la publicación de tu último disco?
Jairo Zavala: Uf, es que me queda mucho. Aún tengo todo planeado hasta mayo del año que viene.
“Tengo que estar muy pendiente cuando se me ocurre algo porque no soy muy prolífico”
¿Tienes más canciones en tu cabeza preparadas?
Jairo Zavala: Poco a poco voy recopilando canciones. Tengo que estar muy pendiente cuando se me ocurre algo porque no soy muy prolífico. No puedo parar un tiempo concreto para componer, tengo que ir haciéndolo poco a poco.
Dices que no eres muy prolífico, pero tus discos son bastante habituales. Publicas a un ritmo constante.
Jairo Zavala: Quiero decir que no soy prolífico si me comparo con otros compañeros que componen treinta canciones para un disco y luego tienen que seleccionar. Yo soy incapaz de hacer eso.
Entonces de las que publicas tú, prácticamente no hay descartes.
Jairo Zavala: Eso es. Lo que ves es lo que hay (risas). También porque las que veo que no me emocionan no pasan el filtro.
Es difícil decirlo ahora que estás en plena gira con unas canciones que sentirás de una forma más especial en este momento, pero por la reacción de la gente y tu sensación en los conciertos, ¿cuáles de las que forman “Un lugar Perfecto” crees que resistirán mejor el paso del tiempo? ¿Cuáles son tus “niñas mimadas”?
Jairo Zavala: No lo sé. Hay una canción muy pequeñita que se llama “La Siembra” que está funcionando muy bien, o “Lo que va pasando”, “Lugar perfecto”... es que este disco está funcionando muy bien en directo. Estamos tocando “Fábula de la diferencia”, que no es single ni nada y que a priori es difícil, y tiene un sitio muy emocional en los conciertos. Hay sorpresas con estas canciones.
Hay caldo de cultivo para el futuro, entonces.
Jairo Zavala: Espero que sí porque si no, no volveremos a hablar (risas).
Tras más de quince años de camino, ¿qué está por llegar aún en una carrera tan consistente como la tuya?
Jairo Zavala: Todo. Martín Bruhn siempre me dice al acabar un concierto: “Jairo, esto recién comienza”. Me encanta esa frase.
Si lo viéramos todo con esa perspectiva sería mucho más fácil y espontáneo, quizá.
Jairo Zavala: Yo intento mantener ese espíritu, desde luego.
“Yo pido poco y no espero mucho y por eso siempre me llevo muchas sorpresas"
Por último, me gustaría preguntarte antes de acabar, ¿qué le pide Depedro a su público y cómo siente su conexión con el mismo tras todos estos discos?
Jairo Zavala: Para pedir hay que dar. No puedes pedir nada sin dar. Eso lo aprendí hace mucho tiempo, así que yo pido poco y no espero mucho y por eso siempre me llevo muchas sorpresas. El público de Depedro es maravilloso. Es gente que viene, escucha, canta, baila, se emociona… es una gozada. He tocado en muchos proyectos, pero no sé qué pasa con éste que tengo ese gran privilegio cada vez que voy a tocar.
Es verdad que yo siempre los he disfrutado. Tus conciertos son fiestas.
Jairo Zavala: Son celebraciones de la vida, que es lo más importante que tenemos, y además, un concierto es un acto único. Se juntan una serie de personas que no creo que esas mismas se vayan a juntar nunca más. Es algo único, como todo lo que hacemos, pero tenemos que tener consciencia de ello.
Aunque hemos hablado de este tiempo un poco complicado, de pose y postureo, siempre hay esperanza de encontrar estas sorpresas en el camino.
Jairo Zavala: La esperanza es imprescindible. El documental que hemos hecho de la mano de esta ONG de Madagascar “Agua de Coco”, se llama “Fanantenana”, que significa esperanza.
Menudo broche de oro terminar así, con esta esperanza, y también con la búsqueda del “lugar perfecto”, que no nos cansaremos de perseguir. Ahí está la magia, en los conciertos y en esa búsqueda constante.
Jairo Zavala: Muchas gracias.