50 discos del rock de 1974


Por: Ricardo Virtanen. 

Si bien 2024 se nos ha ido hace pocas semanas, convengo cerrar este magnífico año musical aportando 50 títulos del rock en el ámbito anglosajón, centrándonos en los diez más representativos. 1974 conforma otro año lleno de grandes discos del rock que ensanchan una década prodigiosa de la historia del Rock: los años 70.

Señalaremos también los mejores directos del año, algunos discos de jazz rock fundamentales y ciertos trabajos del ámbito hispano que fueron clave en este 1974. 

1.- "Diamond Dogs", de David Bowie 

"Diamond Dogs", octavo trabajo de Bowie, representa otra de sus múltiples caras, rayando a una grandísima altura, considerado, sin duda, una más de sus obras maestras, casi a la altura de sus grandes trabajos: "Space Oddity" (1969), "Hunky Dory" (1971), "Aladdin Sane" (1973) o el majestuoso "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" (1972). Una vez que Bowie decide acabar con Ziggy Stardust, tras abandonar las Arañas de Marte y propiciar lo que proponía la letra de “Changes” en Hunky Dory, procesa un nuevo momento, una nueva mutación. Diamond Dogs es un disco de transición entre la época dorada capitaneada por Ziggy (de la que quedan restos en la estética del propio Bowie, muy transformado en la portada del disco en un hombre/perro, obra del pintor belga Guy Peellaert), el momento de "Aladdin Sane" y su etapa siguiente, fundamentalmente escorada hacia el soul y el funk.

"Diamond dogs" es un disco político, de protesta, y cierra su etapa de glam rock, influido por la visión distópica de 1984, de George Orwell y un mundo post apocalíptico rozado por la literatura de Burroughs. En realidad, gran parte del material del disco estaba destinada a la adaptación del clásico de Orwell, derechos que le fueron denegados el año anterior, estando el disco muy avanzado. 

Aquí hallamos una lista de temas magníficos. “Future Legend” inicia la cara A con arreglos de viento apocalípticos, mientras “Diamond Dogs”, con aires stonianos, introduce al personaje Halloween Jack, un “real cool cat” que transita entre Ziggy y Aladdin. “Rebel, Rebel” será el tema icónico del vinilo, exponente supremo de su glam trash, siendo número uno en UK. “Rock 'n' Roll With Me” adelanta la estética de su estilo plastic soul, un medio tempo que exhala, por contra, gran luminosidad; mientras “Sweet Thing” sugiere la impronta del estilo fragmentado de Borroughs, un tema trash con un riff hipercomercial. Finalmente “1984” o “Big Brother” subrayan el mencionado homenaje a Orwell con letras que hierven en la conciencia y encaminan la conceptualidad del plástico. 

Otra de las características musicales de este disco, producido por Tony Visconti (responsable de los arreglos de cuerda), es que David Bowie asume las guitarras del disco, ante el abandono de la nave de Mick Ronson (titánico en Alladin Sane, y que saca trabajo propio en este 1974). No obstante, Ronson había dejado grabados los arreglos de medio disco. La portada, decíamos antes, fue pintada por Peellaert, a partir de una foto de Terry O’Neill. En la 1ª ed. del vinilo salían dibujados los genitales del híbrido Bowie, aunque rápidamente la edición fue censurada, por lo que llegó a alcanzar cotas supremas en el coleccionismo de vinilos. La crítica considera este trabajo uno de los inductores del punk, que ya estaba a las puertas. Según NME, "Diamond Dogs" se sitúa en el puesto 447 en los 500 mejores álbumes de todos los tiempos.

2.- "On the Beach", de Neil Young 

 Quinto álbum de su discografía, y el segundo de la ‘Ditch Trilogy’ (que la forman, además, "Times Fades Away" y "Tonight’s the Night"), "On the Beach" es el disco maldito de Young, toda una obra maestra a los 50 años de su publicación. Como ocurre con otros de esta lista, no conforma lo más granado de su discografía, pero apuntaría alto en una clasificación de sus mejores discos. Tras su publicación en 1974 , y obtener malas ventas, se descatalogó más de dos décadas. En 2003 volvía a ver la luz, esta vez en formato CD. El paso del tiempo le sentó bien al álbum, que fue proclamado por la crítica musical como una obra maestra. Fue grabado después que "Tonight’s the night" (1975), aunque fue editado antes, con el que comparte una producción cruda y una temática pesimista, formando parte de esa trilogía de “la zanja” (ditch). En efecto, todo el álbum destila un tono desolado, sombrío, apesadumbrado, con un sonido más melódico y acústico que anteriores trabajos. Con todo, los ocho temas de On the Beach forman una de las mejores y más compactas colecciones de canciones de Young. Lo acompañan en esta obra maestra Ben Keith (steel, dobro, wurtlizer y órgano) y Tim Drummond (bajo), dos Crazy Horses: Ralph Molina y Billy Talbott, más varios miembros de The Band (la banda de Dylan), como Levon Helm (batería) y Rick Danko (bajo). Completa el elenco de músicos dos antiguos compañeros de CSN: David Crosby y Graham Nash. Un elenco de músicos para un disco histórico. 

“Walk on” abre la cara A, uno de sus clásicos de siempre, compuesto con cierto aire funky, que fue sencillo en 1974, muy significativo en el contexto del álbum a la hora de “seguir hacia adelante”, como señala el titular. “See the Sky About to Rain” es un medio tiempo, con predominio de órgano, con aire melancólico. “Revolution Blues”, extrañamente escrita tras los asesinatos de Charles Manson, expone a un Neil más radical musicalmente, que encontraremos en los próximos discos. En la magnífica letra, leemos el mensaje de Young: “I got the revolution blues”. La alusión a Mason se encuentra cuando escribe: “10 million dune buggies". “Vampire Blues” se ordena dentro de la esquematicidad de un blues, con influencia de Dylan, y una atractiva letra: “I'm a vampire baby. Suckin' blood from the earth”. La cara B, más redonda que la A, se abre con una auténtica joya, la homónima “On the Beach”, que alude, como indica la portada, a un Neil Young mirando el mar de espaldas al caos (se ve un Cadillac hundido en la arena). Llama la atención la aportación de su viejo amigo Nash, que toca el wurlitzer. En la delicada balada “Motion Pictures” pretende Young reflejar el mundo transitorio que pasa ante nuestros ojos. “Ambulance Blues” cierra este disco pletórico de ideas y de música de altísimo nivel, interpretado con acústicas y voz, que se alarga durante casi nueve minutos, con continuos solos de armónica. "On the Beach" crea la belleza desde el caos, la decadencia y el dolor, sumido, claro, aún en la zanja.  

Rate Your Music colocó el disco en el puesto 77 de los mejores álbumes de todos los tiempos. 

3.- "Veedon Fleece", de Van Morrison 

Como en Bowie, es el 8º trabajo de Morrison, que ya estaba situado en la élite de la música rock. Tampoco se trata de su mejor trabajo, como ocurre con casi todos los vinilos de esta década. Sin duda, "Veedon Fleece", un álbum conceptual, merece estar entre las primeras posiciones del elenco de discos de 1974. Brian Hinton, en su ensayo "Van Morrison El Genial Poeta del Rock" (2004), también reivindica este disco entre los más granado de su producción, asignando a Morrison el calificativo de “el poeta del rock”. El contenido del álbum surge tras su separación de su exmujer Janet Placet, y tras conocer a su nueva novia, Carol Guida. Se dice que compuso la mayoría de las canciones en tres semanas. El disco oscila entre el folk irlandés y arreglos celtas, por lo que se asociaría a su gran álbum "Astral Weeks" (1971), acaso por su intenso lirismo (Hinton lo califica directamente cara B de Astral). Como ocurrió con "On the Beach", el disco quedó un tiempo proscrito, porque Morrison renegó de él. Pero a la larga se ha convertido en uno de sus icónicos trabajos. Grabado en California, prácticamente en sus primeras tomas, despuntan temas como “Cul De Sac” o “Bulbs” (el único sencillo). Canciones fueron regrabadas después en New York con otros músicos, y que muestran una fisonomía trascendental dentro de su extenso cancionero. 

"Veedon Fleece" mantiene un tono autobiográfico, personal e íntimo muy acusado, con influencia del folk y del jazz (con la participación del saxofonista Jack Shroer), con ínfulas poéticas acusadas, algo que se ha revalorizado con el paso de las décadas. Todo eso se percibe en la portada, de carácter bucólico, con un Morrison posando en una campiña irlandesa con sus dos loberos irlandeses. Otras canciones notables son "You Don't Pull No Punches, But You Don't Push the River", "Streets of Arklow" y, sobre todo, “Who Was That Masked Man”. Morrison ha comentado alguna vez que el título fue invención suya, aunque puede tener alguna relación con el Santo Grial irlandés, asumiendo este momento actual de recogimiento y ascesis musical. 

La crítica musical de la época se cebó con el disco del irlandés. Por ejemplo, Rolling Stone se refirió al trabajo como “musical ambiental para hippies inmaduros”, tildándolo de “autoindulgente”. La misma revista cambió de juicio cuando se refirió al disco hacia 2008, presentándolo como la culminación de la música del irlandés. Con el tiempo, numerosos músicos (Elvis Costello, Sineah O’Connor o Josh Klinghoffer) se han referido al álbum como uno de sus predilectos en la historia del rock. 

4.- "The Lamb Lies Down on Broadway", de Genesis 

Para muchos especialistas y/o aficionados al rock progresivo, esta es la obra maestra de Genesis (entre otros, para el propio Phil Collins). Aunque antes el grupo —recordemos— ya había grabado discos como "Foxtrot" (1972) o "Selling England By The Pound" (1973), este último, a mi parecer, la obra genuina de Genesis. "The Lamb Lies Down On Broadway" (cuya traducción sería el cordero nace en Broadway) es un disco doble, conceptual, ideado por el líder de la banda, Peter Gabriel, que con este ambicioso trabajo decidía abandonar la formación al año siguiente, tras la gira del disco (1974/1975) y la salida del recopilatorio de la banda "Genesis Collection (vol. I y II)". Algunos consideran, hasta los mismos componentes de la banda, que se trató de su primer disco en solitario. La idea se asemejaría a una ópera rock (como ocurrió antes con Tommy o después con "The Wall") cuyo desarrollo de un personaje angustiado, Rael, un puertorriqueño bastante atormentado, diritámbico y egomaniaco, transita las calles de New York, hallando por el camino multitud de seres extraños, y conformando numerosas situaciones desconcertantes en busca de su identidad. A veces raya en el surrealismo, si no en el non sense, con influencias claras del escritor ruso A. Jodorowsky, con numerosas alusiones al mundo americano contemporáneo. Las peripecias del joven Rael finalizan cuando se lanza a un río a rescatar a su hermano, y al hacerlo ve que su rostro es el suyo propio. Después ambos desaparecen de escena, dejando abierto la muerte del protagonista. 

Musicalmente, se trata de un álbum sublime, interpretado por la formación mejor que tuvo Genesis en su historia (Peter Gabriel, voz, Tony Banks, teclado, Mike Rutherford, bajo, Phil Collins, batería, y Steve Hackett, guitarra). Si la letra era concebida casi obsesivamente por Gabriel, que no dejaba participar a otros de la banda en esta tarea, la música fue construida por el grupo de manera paralela al trabajo letrista de Gabriel. Entre las canciones, destacaríamos la que abre la cara A: “The Lamb Lies Down On Broadway” (acaso la mejor del disco), siendo otras, “In The Cage”, “Lilywhite Lilith”, “Counting Out Time”, donde se muestra la personalidad de Rael. También “The Chamber Of 32 Doors” Es un magnífico tema. Aquí Peter Gabriel canta: “I need someone to believe in, someone to trust”. La hipnótica portada del disco es sublime, y fue confeccionada por el colectivo Hipgnosis. Trazada en tres planos en blanco y negro, aparece el joven protagonista viviendo algunas de las situaciones de la trama argumental.  

Pese a su complejidad musical, el disco alcanzó el puesto 10 en las listas de Gran Bretaña, y el nº 1 en Francia. 

5.- "It’s olny rock’n roll", de The Rolling Stones 

Este disco viene a ser el último de la hornada de los Stones, dentro de su periodo de esplendor, que se iniciaba hacia 1968 con "Beggars Banquet", al que siguieron Let it Bleed (1969), Sticky Fingers (1971), "Exile On Main St". (1972) y "Goats Head Soup" (1973). Producido por primera vez por The Glimmer Twins (seudónimo de Jagger y Richards), "It’s Only Rock’n Roll" cierra este periodo glorioso de seis discos canónicos de la banda. Si bien se hallaría por debajo de todos ellos, aunque posee ese regusto clásico que hace únicos a los Stones. La grabación del disco se inició en enero del 74, si bien cambió mucho de localización (estudios Musicland, mansión de casa Jagger en el condado de Hampshire e, incluso, en Wick, la casa de Ron Wood, quien sacaba su primer trabajo en solitario: "I've Got My Own Album to Do"). 

Uno de los hechos más importantes que se produce en estos momentos es la marcha de la banda del gran Mick Taylor. Con toda seguridad que una de las bases del éxito stoniano de estos años residió en el aporte del guitarrista, que otorga desde 1969 una gran base conceptual, armónica e improvisatoria a los Stones. Es, pues, en este disco donde comienzan los problemas de Taylor con Richards. Este le llegó a borrar pistas de sus guitarras, sustituyéndolas por las suyas; en el fondo, un problema básico de celos profesionales generados a partir de los directos. Otro problema fue que Taylor había coescrito un par de temas con Jagger (“Till The Next Goodbye” y “Time Waits For No One”), pero el cantante lo había omitido en los créditos del disco. Cosa que también había ocurrido, por cierto, con “Sway” y “Moonlight Mile”, de "Sticky Fingers". A finales de 1974, Taylor dejaba los Stones, lo que coincidía con un irremediable declive de la banda, que hasta 1976 no saca su nuevo trabajo ("Black and Blue"), teniendo que reinventarse con Ron Wood a la guitarra. 

Aún con todo, estamos ante un disco icónico, con grandísimas canciones, qué duda cabe. Podrá decirse que “It’s Only Rock ’n Roll” es uno de sus clásicos de siempre, cuyo lema “Es sólo rock and roll (pero me gusta)” ha perdurado hasta hoy mismo. Jagger crea la frase como respuesta a las críticas de la prensa musical, que rebajaban la calidad de estas nuevas canciones frente a sus clásicos de principio de los setenta, y seguramente al reemplazo de la guitarra sofisticada de Taylor por la más agresiva de Wood, pues es este quien graba las guitarras de tres canciones, reemplazando a Taylor. Las guitarras del tema homónimo las graba Wood en su propio estudio, donde David Bowie, de visita en su mansión, introduce coros. Otras piezas estupendas son la enérgica “If You Can’t Rock Me”, o las baladas “Till The Next Goodbye” e “If You Really Want to Be My Friend”, donde Jagger y Taylor están inconmesurables. “Time Waits For No One” suma otro significativo momento del disco, donde destaca el solo personalísimo de Mick Taylor. “Dance Little Sister” reincide en un ritmo comercial, con un riff poderoso de Richards, mientras “Ain’t Too Proud To Beg” es un cover de Temptations, dentro del ámbito del soul, con una nueva colaboración de Ron Wood. 

La más que icónica portada del disco, que muestra a los Rolling Stones descendiendo unas escaleras rodeados y aclamados por una multitud de mujeres jóvenes vestidas como en la Grecia clásica, es obra del artista Guy Peellaert, quien también realiza en este año la portada del "Diamond Dogs" de Bowie. "It’s Only Rock’n Roll" es un disco básico en la discografía de los Stones, provocador, primitivo y electrizante. Fue nº 2 en Reino Unido y nº 1 en los EE. UU. 

6.- "Planet Waves", de Bob Dylan 

Decimocuarto álbum de Dylan grabado para Asylum Records tras cuatro años sin disco de estudio, una temporada sin girar en conciertos y tras involucrarse en el rodaje de la película "Pat Garrett & Billy the Kid" (1973). Le acompaña el grupo de country rock The Band, quienes además sirven de base en el directo que Dylan saca este mismo año: "Before The Flood". La banda está formada por magníficos músicos, que dan personalidad y un aire folk rock al álbum: Rick Danko (bajo, violín, coros), Levon Helm (batería, coros, mandolina), Garth Hudson (piano, órgano, acordeón, saxofón), Richard Manuel (piano, teclados, batería) y Robbie Robertson (guitarra, bajo). 

El disco discurre más en el ámbito personal que lo hacen otros discos anteriores, bajo el amparo de un entorno familiar por su relación actual con su mujer Sara Dylan. "Planet Waves" le ocupó apenas dos semanas de grabación. La música camina bajo el aura de un marcado intimismo con guiños al country, al folk y al blues, los tres pilares básicos de Dylan, con uso de acordeón, banjo, armónica, guitarra acústica, piano e ins. eléctricos. Algunas canciones que sobresalen por su intimismo son las baladas “Going, Going, Gone” y “Hazel”, las cuales meditan una toma de acción por parte de Dylan sobre cómo concebir composiciones intimistas, donde la melancolía y cierto vitalismo se aúnan. El medio tiempo de “Weding Song” (acaso la más autobiográfica) discurre entre sus parámetros habituales, con presencia de acústica y armónica. “On a Nigth Like This” refleja la tónica del disco. Aquí podemos leer a Dylan, que expresa su clímax vital con estos versos: “En una noche como esta, / me divierte que hayas venido. / Abrázame fuerte, / calienta un poco de café…”. Otras piezas destacadas son “Dirge, interpretada solo con el piano de Dylan y la guitarra de Robbie Robertson, cuya impronta en todo el álbum es más que notoria; o “You Angel You”, con un vitalismo contagioso. Pero sin duda será “Forever Young” (dedicada a su paternidad) su gran exitazo de este momento, y una canción que ha quedado como una de sus composiciones más logradas y reconocibles. 

La publicación de "Planet Waves" generó una gran gira del cantautor, tras ocho años parado. La portada fue dibujada por el propio Dylan (como ya había hecho con "Self Portrait"). En ella, el cantautor escribió con su puño y letra “canciones inquebrantables y baladas antorcha”, lo que nos sitúa en una forma clara de concebir el espíritu de este álbum. La crítica musical no fue muy benévola con Dylan, calificando al disco de “íntimo y doméstico”, mas ocupó el primer lugar en Billboard 200 (la primera vez que lo conseguía), siendo, pues, Disco de oro. 

7.- "Crime of Century", de Supertramp 

Tercer álbum de la banda, con la que consiguen al fin su sonido característico, y con la formación que les hizo característicos. A título personal, este álbum es lo mejor de su producción musical, al hallarse a camino entre el rock purista de sus primeros discos y lo que se genera desde este mismo: rock progresivo soft, lleno de éxitos comerciales en discos como "Crisis, What Crisis?", "Even in the Quiets Moments" (1975) y "Breakfast en America" (1979). El propio batería del grupo, Bob C. Benberg, consideró siempre "Crime of the Century" la «cumbre artística del grupo». Ese punto intermedio que consigue la banda en este año 1974, de despegue, confirma lo que se estaba generando en los álbumes "Supertramp" (1970) e "Indelibly Stamped" (1971), ambos con contrato con A&M. Para este nuevo trabajo, que se retrasa tres años con respecto al anterior, Rick Davies y Roger Hodson reorganizan el grupo, sumando a los músicos John Helliwell, Dougie Thomson y el citado Bob Siebenberg (que varía su nombre en los créditos del disco), quienes dan solvencia y empaque al proyecto. El disco irrumpe dentro del clima que el rock sinfónico/progresivo estaba generando desde principios de década, con la suma de una porción comercial. Esto produce una especie de ‘pop progresivo’, por llamarlo de alguna manera (Alan Parson, Mike Oldfield, etc.) que se alargaría hasta los ochenta. 

Entre sus canciones mejores destacamos sus temas más comerciales y conocidas: “Dreamer” o “School”, que abren las dos caras del álbum, y que engrosarían el repertorio básico de la banda de por vida. Un ámbito más íntimo lo reflejan canciones como “Rudy”, “Hide In Your Shell”, “Asylum” o la homónima “Crime Of The Century”, que cierra la cara B, compuesta en forma de suite, con distintas zonas plagadas de contrastes que consiguen un clímax sorprendente, gracias al marcado piano de Davis, y al saxo envolvente de Helliwell.

Curioso recordar que para este disco Davis y Hodson escribieron más de 40 canciones, pero solo ocho llegaron al plástico. Muchas de las otras composiciones las fueron sacando en discos posteriores, lo que habla a las claras de la importancia del entorno creativo de este álbum en la historia del grupo y de su momento musical. "Crime of the Century" alcanzó el puesto 4º en Gran Bretaña, aún lejos de lo que generarán sus siguientes trabajos. En la lista Billboard 200 se situó en el puesto 38. Al tiempo, The World Critic Lists lo puso en el puesto 108.

8.- "The Heart of Saturday Night", de Tom Waits 

Segundo trabajo del músico, continúa la línea de su excelente primer disco (sin superarlo), "Closing Time", conformando otras de las grandes sorpresas de este 1974. El disco desarrolla distintos estilos musicales como el blues, el folk o el jazz, donde la voz profunda de su protagonista flirtea con frases jazzísticas o entonaciones de blues. Trovador urbano, con gran influencia poética de la generación beat: Ferlinguetti, Ginsberg o Keourac (de quien coge el título del álbum), relata unas letras de un alto contenido poético, como se puede oír en “Diamonds On My Windshield”: “Well, these diamonds on my Windshield / and these tears from heaven”, una cancion entonada a media voz sobre la base del swing del contrabajista. La introducción en las canciones de contrabajo (Jim Hughart) y de saxo tenor (Peter Christlieb) otorgan un clímax jazzero, a lo que sumamos la voz ronca de Waits, y la suma del piano como atenuante, como se escucha en un tema excepcional: “San Diego Serenade”, con arreglo para cuerda. Una suerte de intimismo melódico que aparece en casi todos los cortes: “Please Call Me, Baby” o la delicada “Drunk On the Moon”, que en cierto momento dobla su tiempo y desencadena un swing jazzero a medio tiempo. Muy parecido a lo que ocurre en “Fumblin’ With The Blues”, con tiempo jazzero, con fantástica improvisación del clarinetista Tom Scott. Las canciones de Waits nos hablan del corazón de la noche, de tipos encadenados a barras del bar, de amores que sobreviven en la madrugada, descorazonados por el alcohol, de soledad que se desborda en los bares, en las calles, en los parques. En “Shiver Me Timbers”, por ejemplo, Waits escribe: “So swallow me, / don’t follow me, / I’am traveling alone”, que resume el clima genérico por donde se mueven las descarnadas letras del disco. 

La portada muestra a un Tom Waits imitando al Frank Sinatra de "In the Wee Small Hours". La crítica siempre se ha mostrado favorable al disco, por ello alcanzó el puesto 339 de los mejores 500 mejores álbumes de todos los tiempos. 

9.- "Red", de King Crimson 

Sin duda, Red es la obra maestra de King Crimson, y por tanto el punto álgido de la 1ª etapa de este grupo iniciador del rock progresivo en 1969, con su impresionante "In the Court of Crimson King". "Red" constituye el séptimo trabajo de King Crimson de estudio y el que cierra la primera etapa del grupo (1969-1974). Para este disco, la formación se reduce a tres músicos: Robert Fripp, guitarras y mellotrón, John Wetton, bajo y voz, y Bill Bruford, percusión. Este trío consigue con "Red" uno de los grandes logros del progresivo en esta década, cuyas improvisaciones grupales había concebido dos álbumes más: "Lark’s Tongues in Aspic" (1973) y "Starless and Bible Back" (1974). La fuerza y luminosidad de este trío quedó señalada por un aserto del propio Fripp, al referirse a Wetton y Bruford (ex Yes) como “un muro de ladrillos voladores”. A estos trabajos se les uniría USA, un directo grabado en junio de 1974, que vio la luz en 1975, tras la disolución de la banda. Al work in progress de "Red" se le unieron algunos invitados de lujo, ex colaboradores de la banda: David Cross (violín), Mel Collins (Saxo soprano) y Ian McDonald (saxo alto), más Robin Miller (oboe) y del jazzista Marc Charig (corneta). Tras este disco (grabado entre julio y agosto de 1974), la banda daba su último concierto en julio en Central Park, New York, y en septiembre se separaba, pocas semanas antes de su publicación. 

"Red" está formado por solo cinco canciones. La cara A se inicia con “Red”, una instrumental compuesta por Fripp, que integra una improvisación coral rearmada con numerosos matices armónicos y percusivos. “Fallen Angel” se reduce a una quietud armónica enervante, con una acusada progresión disruptiva; mientras “One More Red Nighmare” se orilla en un rock progresivo pesado, lleno de iluminaciones creativas. La cara B, ofrecía dos visiones. Por un lado, en “Providence”, canción grabada en junio del 74, en Providence, Rhode Island, se escucha al Crimson más audaz, cercano a la música contemporánea clásica, con experimentación de sonidos y armonías complejos. Todo un curso de neovanguardia de rock contemporáneo, y difícilmente superable por otra formación de la época. Mientras “Starless” propone un himno a la excentricidad, al virtuosismo y la pasión por la música, dentro de unos parámetros de belleza insuperables, con un John Wetton sublime a la voz. Con dos partes, una más melódica y otra más progresiva y pesada, tendiendo hacia la neovanguardia musical (desde todos los parámetros: jazz, rock, clásico), el tema había sido concebido para el álbum anterior, "Starless and Bible Black" (que salió en este mismo 1974), pero todavía incompleto para su publicación. 

La revista Q incluyó a "Red" entre los 50 álbumes más heavys del rock. En el Billboard 200 se situó en el puesto 66; mientras Rate Your Music lo coloca en el puesto 27 de los mejores álbumes de todos los tiempos.

10.- "Burn", de Deep Purple 

"Burn" es el octavo álbum de la banda inglesa, grabado en Canadá en 1973, en el estudio móvil de los Rolling Stones. Es el primer trabajo en que aparece el gran vocalista David Coverdale, quien más tarde pasaría a formar parte de la banda heavy Whitesnake. Junto a Coverdale entra el bajista/vocalista Glenn Hughes, figura prominente en la escena rokera inglesa, cuyas aportaciones a este disco fueron proverbiales. El resto de miembros son los clásicos Ritchie Blackmore, a la guitarra, Jon Lord, al órgano, e Ian Paice, a la batería, responsables de la banda por un largo periodo. 

Con el grupo renovado, "Burn" no es el mejor trabajo de Deep Purple, pero consigue reflotar a una banda ante el apogeo del rock sinfónico, del glam, etc. El disco, que sigue la senda del hard rock, linda con el blues, rock progresivo, funk, boogie, soul o rhythm & blues, influencia que llegaba básicamente por parte de los nuevos integrantes. 

Entre sus canciones, de ahí la importancia de este álbum, hallaríamos verdaderos hits de la banda. La homónima "Burn" es todo un hit desde entonces, con un riff inolvidable de Blackmore. Considerada por cierta crítica como una de las mejores aperturas de disco de los setenta, presenta un tratamiento ejemplar de la voz por parte de Coverdale, con la superposición de hasta cuatro voces en el estribillo, que sirvió de inspiración a otros grupos, como Kiss. "Lay Down, Stay Down", enérgica y dinámica, con unas de las aportaciones más inolvidables de Blackmore, y con tratamiento de voces innovador. "You Fool No One" se encuadraría en los nuevos aires compositivos del grupo, con ritmos próximos al funky-soul, cuyo patrón rítmico parece que a Paice le fue inspirado por J. Bonham, de Led Leppelin. A estas sumaríamos los medios tiempos "Might Just Take Your Life" (tirada hacia el blues-funky), “Mistreated” (un tema slow-boiling blues, con un nuevo solo espectacular de Blackmore) o “Lay Down, Stay Down” (la favorita de Paice). Sin olvidarnos de los temas instrumentales, como “’A’ 200” y “Coronarias Redig”, con un Blackmore espectacular en sus dos solos, con patrones rítmicos acusados, tendentes al funky-soul y al rhythm & blues. 

Álbum, pues, lleno de brío y adrenalina, un trabajo musical, con prepoderancia del órgano de Lord, con sus improvisaciones características, más la sofisticada y virtuosa guitarra de Blackmore, pionero para los guitarristas de hard rock de esta década, y el heavy que se avecina con su técnica de arpegio de triadas de dos cuerdas, tan característico en sus solos y acompañamientos. Como anécdota apuntaríamos que fue de los primeros discos que se anunciaron en televisión. 

11.- "Natty Dread", deBob Marley 

12.- "Court & Spark", de Joni Mitchell 

13. "461 Ocean Boulevard", de Eric Clapton 

14.- "Second Helping", de Lynyrd Skynyrd 

15.- "Mirage", de Camel 

16.- "Country Life", de Roxy Music 

17.- "Radio City", de Big Star

18.- "Sheer of Heart Atack", de Queen 

19.- "Hotter Than Hell", de Kiss 

20.- "Grievous Angel", de Gram Parson 

 21.- "Get Your Wings", de Aerosmith 

22.- "Pretzel Logic", de Steely Dan 

23.- I've Got My Own Album To Do, de Ron Wood 

 24.- "Autobahn", de Krafwerk 

25.- "Starless and Bible Black", de King Crimson 

26.- "The Power and the Glory", de Gentle Giant 

27.- "Here Come the Warm Jets", de Brian Eno 

28.- "Fulfillingness’ First Finale", de Stevie Wonder 

29.- "Sally Can’t Dance", de Lou Reed 

30.- "Bad Co", de Bad Company 

31.- "Okie", de J. J. Cale 

32.- "Too Much Too Soon", de New York Dolls 

33.- "Relayer", de Yes 

34.- "Welcome to the Nightmare", de Alice Cooper 

35.- "Secret Teaties", de Blue Oyster Cult 

36.- "Kiss", de Kiss 

37.- "You", de Gong

38.- "Phaedra", de Tangerine Dream 

39.- "Railroad", de Grand Funk 

40.- "No Other", de Gene Clark 

41.- "Turn of the Cards", de Renaissance 

42.- "Queen II", de Queen 

43.- "Quo!", de Status Quo 

44.- "Hergest Ride", de Mike Oldfield 

45.- "I Want to See the Bright Lights Tonight", de Richard and Linda Thompson 

46.- "Late for the Sky", de Jackson Browne 

47.- "Journey to the Center of the Earth", de Rick Wakeman 

48.- "Rock -Bottom", de Robert Wyatt 

49.- "Walking Man", de James Taylor 

50.- "Slaughter on 10th Avenue", de Mike Ronson 

Mejores álbumes en directo de 1974: 1.- "Rock’n Roll Animal", de Lou Reed 2.- "Irish Tour’ 74", de Rory Gallagher 3.- "David Live", de David Bowie 4.- "Its too Late to Stop Now", de Van Morrison 5.- "Marvin Gaye Live!", de  Marvin Gaye 6.- "It is Finished", de Nina Simone 7.- "Caravan and the New Symphonia,", de Caravan 8.- "The Night the Light Went On (In Long Beach)", de Electric Light Orchestra 9.- "Coast to Coast", de Rod Steward 10.- "Lotus", de Santana.

Dentro del jazz rock, muy en auge en 1974, destacaríamos estos diez álbumes: 1.- "Misterious Traveller", de Weather Report 2.- "Get Up With Up It", de Miles Davis 3.- "Big Fun", de Miles Davis 4.- "When Have I Known You Before", de Return To Forever 5.- "Thrust", de Herbie Hankock 6.- "Apocalypse", de Mahavisnu Orchestra 7.- "Whenever I Seen to Be Far Away," de Terje Rypdal 8.- "One", de Bob James 9.- "Crosswinds", de Billy Cobham 10.- "Apostrophe", de Frank Zappa 

Dentro del ámbito hispánico, no podemos dejar de reflejar estos trabajos: "Señora azul", de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán; "Ciclos", de Canarios, "Triángulo", de Pappo’s Blues; "Vox dei para Vox dei", de Vox dei; "Brumas", de Aquelarre y "Los sueños de América", de Los Jaivas.