Texto y fotografías: Fran Llorente.
Ramón J. Márquez, "Ramoncín", triunfó nuevamente en el Teatro Barceló, en un horario de "tardeo" bastante inusual para este tipo de eventos. En su local fetiche en la Capital en los últimos tiempos (y donde más veces ha actuado en los últimos años, junto con Joy Eslava) y cuyas paredes fueron testigo una vez más del directo felino y abigarrado que esta figura emblemática del rock madrileño (con mayúsculas) trae entre manos. Damos todos los detalles a continuación
Con un ambiente algo menos festivo que en la ocasión anterior, a las seis de la tarde comenzaba puntual un verdadero aquelarre para ‘Rock Lovers’ (como rezaba en la entrada) un festín de puro rock’n’roll, una vez más en su local preferido de los últimos tiempos. Ramoncín volvió a cortar orejas (metafóricamente hablando), y endulzar los oídos de la concurrencia con esas grandes canciones que trae entre manos. Nada más salir, nos espetó a quemarropa: “Dentro de dos meses un personaje muy peligroso va a gobernar el mundo y hoy queremos acordarnos de los que sufren…”, lanzando a continuación una estremecedora “10 segundos”, impresionante composición que narra el horror de la guerra, desde el punto de vista de la sufrida y aterrorizada población civil que recibe las bombas y la barbarie sin comerlo ni beberlo…
De esta guisa, con la intención expresa de comerse la tarde a bocados, comenzó un recital donde sonó a continuación la mítica “Putney Bridge”… Qué gusto da siempre escuchar esa primera estrofa: “El último punk se suicida en Putney Bridge, su cuero negro lleva el nombre de los Clash, se ha tirado sin mirar atrás…” y todo lo que viene después. “Si muere el Rock, ¿Cómo vas a disfrutar?, si muere el punk, ¿con quién vas a pelear, si vuelven los de siempre… es que algo marcha mal…”. “La Chica de la Puerta 16” (con otra declaración expresa contra la violencia de género) y “Chuli” añadieron nuevas dosis de mordiente a un evento que ya iba obre ruedas… Asoma entonces el lado cheli con “Hola muñeca” y “Por ti me he vuelto loco” antes de un rotundo ‘in crescendo’ con “Canciones Desnudas”, más un esbozo de la preciosa balada “¿Qué es eso del amor?” fundida con “Reina de la noche”, más otra andanada realmente espectacular “Cuerpos calientes”, de su inspiradísimo y exitoso álbum “La Vida en el Filo”(1986).
La eterna “Hormigón, Mujeres y Alcohol”, puso el broche de oro a un show superlativo, un ‘deja-vu’ ochentero con aquellas dulces esencias de ‘golfería’ por doquier (y un ancho caudal de libertad), tres horas en el parnaso de la música Fue una tarde mágica, muy cerca ya del dichoso invierno que nos acecha a la vuelta de la esquina, donde disfrutamos como niños y lo volvimos a pasar fenomenal, recordando lo que fuimos (y lo que todavía somos…). Abanderados del rock’n’roll más insobornable, en una función realmente inspirada, donde un acrecentado Ramoncín volvió a dar el do de pecho, en otra espectacular vuelta de tuerca (con 69 ‘primaveras’ a sus curtidas espaldas) y una apariencia física que ya quisiera para si el más pintado. Delgado y esbelto como nunca, y con botines de lujo, para más señas. Parece como si hubiera hecho un pacto con el diablo en pos de la eterna juventud. Poco más se puede añadir, solo agradecer a su equipo (y especialmente a su Manager Dámaso Caminero por las facilidades que siempre nos presta, por su amabilidad y confianza que nos otorga) y quitarnos el sombrero una vez más ante tamaña demostración de poderío y sapiencia musical. ¡Chapeau!