Love of Lesbian: "Ejército de salvación"


Por: Javier Capapé. 

En todas las batallas hay ejércitos, pero esto no es exactamente una batalla y el ejército no persigue la victoria. El nuevo disco de Love of Lesbian tiene a un ejército como protagonista, pero es aquel que nos salva, el que nos acompaña y sirve de apoyo. Nuestro particular "ejército de salvación". Un canto a la amistad traducido en once canciones que siguen esa premisa temática como base y, aunque puntualmente se salgan del guión, consiguen llegar a lo más cerca que el grupo catalán ha estado de un disco temático desde su arrollador "1999". Los discos de Love of Lesbian siempre han buscado esa característica de acercarse a una idea global que uniese sus canciones y la mayor parte de las veces lo han conseguido. De la narración de una ruptura a la experiencia de una noche eterna y los efectos en su posterior amanecer, de la expansión de la lírica en comunión con la música al desencanto y la necesidad de comenzar de nuevo con un viaje épico. Estos hilos temáticos podrían definir sus últimos discos y en el caso del más reciente que nos ocupa sería el del poder del grupo como verdadero apoyo y el valor de la amistad. 

En este "Ejército de salvación" hay metacanciones como "Canción de emergencias" (que abre el disco con sosiego), miradas profundas a la salud mental (tan presente en la más acelerada "Contradicción"), dolor y ruptura (en la descarnada y desolada "Tesis") e incluso la búsqueda de nuestro sitio cuando se imponen las nuevas tendencias y generaciones (en la muy lograda "El día en que Starman huyó"). Pero ante todo triunfa el valor de los pequeños gestos de aquellos que tenemos más cerca y que son nuestro bastión, aunque muchas veces no queramos verlo. Nuestros salvadores son esa hermandad amiga, y quizá por eso Santi Balmes, Jordi Roig, Julián Saldarriaga y Oriol Bonet se han hecho un auto homenaje, debido a que este disco es precisamente para ellos cuatro (y los que les rodean), que han construido una comunidad, mucho más allá de la música, a la cual le deben todo. Unas canciones por y para la hermandad llamada Love of Lesbian. 

Musicalmente está más cerca del "Poeta Halley" que de su última y más contemporánea criatura, pero sus letras están en el extremo opuesto a Halley. Donde antes había sugestivas (aunque por momentos retorcidas) metáforas ahora sólo hay mensajes directos. Donde encontrábamos desarrollos líricos sin límites, ahora se presentan versos ajustados. Apenas hay dobles lecturas entre los mismos, aunque sí muchas frases audaces, que de eso anda bien sobrado Balmes. 

A lo largo de estas once canciones se imponen las guitarras más pausadas, con mayor presencia de las acústicas, los desarrollos in crescendo e incluso algunos acertados arreglos de cuerda. La electrónica queda en segundo plano a pesar de venir de un disco más arriesgado en estos términos como "V.E.H.N.", pero no la echamos de menos, porque en estas canciones se necesita más calidez para conectar directamente con su mensaje de unidad, que nos sobrecoge desde su astuta cotidianeidad. Y es que, por poner un ejemplo, ¿quién no tiene "una conversación pendiente" que retomar con alguien? No hay duda de que tras escuchar esta canción dan ganas de reanudarla de inmediato. Sin pudor. 

Una de las características que más llama la atención del disco es la reunión que Love of Lesbian han llevado a cabo con muchos de sus amigos. Hasta cinco colaboradores en estas once canciones. Todos cercanos a la banda y reconocidos también por sus seguidores, como queriendo hacernos ver que no es una estrategia de mercado. Más bien es una manera de hacer partícipes de esta hermandad a compañeros que también son parte de su "ejército de salvación", que han puesto su granito de arena para que el universo "lesbiano" sea el que es en este momento. Y no solo hablamos de estos cinco colaboradores sino también de sus productores (una vez más en la recámara Santos y Fluren junto al gran Ricky Falkner). Amaral, Rigoberta Bandini, Zahara, Leiva y Jorge Drexler. Puede llevar a confusión y pensar que se trata de un disco de duetos. Puede parecer excesivo, porque la mitad de las canciones con colaboraciones sobrepasa lo habitual en estos tiempos (y algunos incluso estamos cansados de este reclamo tantas veces oportunista), pero tiene todo su sentido si entendemos el disco en su conjunto, si comulgamos con su temática, aunque a mí particularmente puede llevarme al empacho. Conste que con esto no querría llevar a equívoco, porque esas canciones son fantásticas, pero todas estas voces en un mismo disco pueden restar valor al carisma vocal del propio Santi Balmes. 

Si vamos tema a tema podemos reconciliarnos con los Love of Lesbian más carismáticos, esos que saben jugar de veras con nuestros sentimientos. En "¿Qué vas a saber?" apuestan por combinar alegría y tristeza con el torrente vocal de Eva Amaral, pero sin perder esa conexión con la fraternidad en la que todo se mezcla, también potencia y dulzura instrumental en una canción tan clara como contundente. El contrapunto a ésta nos lo ofrece "Tesis", con una Zahara más emocionante que nunca jugando con esa voz rasgada que tan bien se complementa con Balmes. Dan ganas de quedarse a vivir en ella si no fuera por la dureza de su mensaje. 

"La hermandad" y "Ejército de salvación" se presentan casi como hermanas, complementarias. La primera desde su cara más enérgica y la segunda más reposada, pero igualmente efectiva y reconfortante. Son las que justifican la temática comentada y las que cimientan al resto de canciones, entre las que también encontramos buenas dosis de camaradería y sentido del humor en "La Champions y el Mundial" (con un Leiva nuevamente sembrado pero algo más discreto de lo habitual) o vitalidad en tiempos de pérdidas, decepciones y descalabros generacionales en "El día que Starman huyó". Queda sitio igualmente para tropiezos irresistibles como "La herida", con cierto aire latino que encaja perfectamente en el universo de Drexler, su invitado, aunque hubiera sido más interesante verlo salir de su zona de confort en una canción más puramente rock que la escogida. 

El viaje fraterno acaba con ese "Ya sale el sol" que invita a limpiar heridas y resurgir con la ayuda de la mano amiga en una suerte de juicio sumarísimo a nuestra conciencia. Todo es posible, a pesar de que nuestro camino esté lleno de imperfecciones, como bien plasman algunas canciones del disco, pero podemos ver salir el sol, renacer como Ícaro (una idea que se plasma muy bien en esas frases finales como "bésame mientras mi cuerpo arde"). 

Tal vez Love of Lesbian han quemado sus cartas y necesiten un respiro tras tantos años encadenando discos de éxito y giras. Quizá este último se entienda como una necesidad para tomar aire, rodearse de los suyos y retomar esas conversaciones pendientes. Un respiro. Pero si definitivamente éste es un punto y aparte, parece que muestra a la perfección la gratitud hacia todos los que han conformado este camino, a los que están y a los que se fueron, a los que les han regalado grandes momentos y a los que les han hecho pasarlo mal. Toda la hermandad de este maravilloso grupo catalán que ya ha cumplido los veinticinco años entre nosotros. Crecimiento o madurez. No importa el matiz. Llegados a este punto lo que importa es a quién tenemos cerca y estas canciones no ofrecen dudas ni dobles sentidos. Con ellas podemos entender que todos los que nos rodean forman parte de nuestra historia y, si sabemos encontrarlos, veremos entre ellos a nuestro bastión y sostén, a nuestro "ejército de salvación".