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Ilustres Principiantes: Terror Milk


Fotografía: Jesús García.

La historia de Terror Milk no se forjó en la oscuridad como suele ocurrir con las historias de terror. Llegó con las primeras luces del alba; nació de un vaso, de un vaso de leche. El vaso y su contenido eran obligatorios como parecía ser obligatorio el miedo de Luigi por ir al colegio cada mañana. Esta escena diaria se convirtió en un recuerdo y del recuerdo nace, años después, una banda. 

Hacer canciones puede ser solitario sin un amigo a tu lado: esto lo sabe perfectamente la vida, que tuvo a bien cruzar a Santi en el camino de aquel, ya crecido, niño del vaso de leche. Desde entonces comparten eso que solo se da entre compañeros de trincheras y de canciones (si les preguntas a ellos te dirán que, de lo segundo, mucho más). Seducidos por el Art Rock y el Noise Pop, decidieron grabar su primer LP con la producción del, numerosas veces galardonado, Iñigo Bregel (Los Estanques) y, junto a Mochas, Álex, Néstor y Nico, defenderían el ramillete de canciones. 

Las canciones de este disco debut, "¿Qué cuentan las ovejas cuando no pueden dormir?" (Altafonte), en ocasiones coquetean con ritmos y estructuras complejas que podrán sacarle una sonrisa al músico friki, pero jamás olvidan a quién están dirigidas: todas tienen una vocación pop, la idea es que algún día puedan aparecer en un karaoke junto a una de Julio. Y es que… ‘Se canta en el idioma en el que se folla’, estas fueron las palabras de un famoso periodista musical y querido amigo de la banda que terminaron por convencer a Terror Milk de que lo suyo era cantar en castellano: Fue en ese momento en el que abrazados al diccionario y siempre bajo el beneplácito de la Fundéu, tradujimos unas letras que una vez fueron en inglés. Lo que al principio fue raro luego se hizo imprescindible, necesario. 

Además de la melodía, el disco reivindica esa extraña belleza que sólo se puede encontrar en el ruido. Wilco, Big Thief o BCNR ya nos enseñaron que la perfección era un bajón: nosotros estuvimos atentos a esa lección. «Al menos una vez hacerlo a mi manera, a ver si sale bien» es el lema que resuena tras la nebulosa de armonías que es Terror Milk. Un abrazo entre el pasado y el presente, el contenedor verde para los consejos, una oportunidad al ruido.