The Por Ella Runners adaptan para sí mismos la mítica frase entonada por Carlos Gardel, sustituyendo el veinte por la cifra de años que llevaban sin presentar nuevas canciones, haciendo su particular: “doce años no es nada ni febril la mirada”, con este nuevo paso en su carrera. Más si cabe cuando lo hacen mostrando que por sus venas corren el nervio del mejor punk, un innegable amor por el power-pop y que también son herederos del imaginario mod, todo ello a partes iguales. Volviendo tras tanto tiempo a la actividad con “Yeeeeee!”, siete temas repletos de ritmos vitaminados donde pisan el acelerador sin mirar atrás, demostrando que el DNI puede mentir cuando la actitud y las ganas pasan a ser un estado de ánimo perfecto para vivir.
Y es que The Por Ella Runners no son unos recién llegados pues a sus espaldas cuentan con dos trabajos editados que vieron la luz hace más de una década, “What Can I do if I was born in 1972” (2010) y “Sufer powerpopers aussie teenagekickers” (2012), sin embargo, en un movimiento inteligente como sabedores de las trampas que esto de la música pone a cada paso a las bandas “meritorias de picapedreros”, decidieron frenar el ritmo, disfrutar de la aventura y tomárselo con calma antes de entregarnos esta absoluta gamberrada “old school” llamada “Yeeeeee!”.
Siete huracanados temas que arrancan con “Welcome Kids”, perfecta para abrir sus conciertos en un tremendo abrazo punk, para seguir la misma vereda con “Magere Hein” (“La Muerte” en neerlandés”) en la que surfean mientras escapan de la parca, para entonces ya quedan claras sus credenciales como amantes de Ramones y The Undertones; no eluden la emotividad en “The Famous One”, bajando el pistón para representar un conjunto de escenas de la infancia con innegable sabor a Costa Oeste americana, antes de ponerse a vacilarnos a ritmo de costumbrismo con “D.A.N.G.E.R. Kooteemanhas” una escena cotidiana playera donde intervienen las malditas antimañas, puro espíritu Siniestro Total en un tema que como bien definen ellos mismos es “surf de la terreta” a la que da relevo “AVSA”, una divertida historia que contiene un verdadero trasfondo personal.
En la recta final devuelven a la vida al malogrado revolucionario León Trotsky con “I Follow Trotski”, en una historia de amor entre personajes antagónicos, cerrando su reentrada con “Silent Running”, dotada de un comienzo que es puro alarde de versatilidad, situando a la banda en la escuela de los mejores The Who, para la que es sin duda la canción más elaborada de este “Yeeeeee!”, al que por supuestísimo que le vamos a dar un Sí rotundo.
The Por Ella Runners vuelven a la carga con la actitud y el descaro por bandera, sabedores de cuál es su lugar en la maldita industria, el de unos amantes no correspondidos que no se darán por vencidos, aprovechando sus instrumentos para reivindicar el amor por el espíritu del punk-rock y haciéndolo parapetados tras una franca sonrisa. Gracias a The Por Ella Runners y a todas aquellas bandas que no se doblegan, sin vuestra presencia la trinchera sería infinitamente más fría y aburrida, casi, casi tanto, como un concierto indie.