Texto y fotografías: Fran Llorente
Estupendo doble programa en la Sala Boite con dos bandas electrizantes en liza, de una parte, el combo local Garbayo (herederos de los vizcainos Zodiacs) un grupo de power-pop que siempre pone toda la carne en el asador, más el plato fuerte de la noche, los poderosos y versados The Godfathers, más sólidos y rotundos que nunca. Damos todos los detalles a continuación de una velada que no dejó indiferente al respetable.
Garbayo, desenfadado power-pop con acento jovial
Ignacio Garbayo, a la voz y guitarra rítmica, capitanea una formación muy intensa musicalmente (que combina power-pop con cierta querencia punk), formada por Pit Flanagan como guitarra solista, Lander Moya al bajo, Javi Estrugo a la batería, más Lee Perk a los teclados, y que atesoran ya dos elepés en su haber: “Sonido Forestal”(2018) y el más reciente “La Onda Expansiva”(2021). Abrieron fuego en modo canalla con varias tonadas alegres e irónicas como “Busca entre la basura”, “Huye del Monstruo” o “Delincuentes románticos”, dando cera con “Gorro de paja” y “Mejillas”, como perfectas “Maquinarias Engrasadas” del pop guitarrero. “Fin del mundo” y “Carretera del norte” marcaron el ecuador de un show muy enérgico y desaforado, que tuvo en “Chica normal” y “Nitroglicerina” otras composiciones explosivas (esta última hace bastante honor a su título), antes que asomen “Te dejaré Atrás / Invadiremos Europa” y “Psicofonias” en el nudo gordiano de una actuación sobrada de adrenalina . Las postreras andanadas: “Gato!” “Iron Man” y “Muévete”… pusieron el punto de inflexión de una actuación sudorosa y muy entregada a la causa del rock-pop a quemarropa, con cierta nostalgia por los Tequila, Estragos o Insanity Wave como bandas que les marcaron el camino en esto de la música juvenil y desenfadada.
Legendarios del rhythm&blues londinense, agitados y peleones (de indudable querencia punk), The Godfathers son una banda que trasciende a su propia leyenda como grupo ‘maldito’ del rock’n’roll más macarra y barriobajero. Con nueve gozosos álbumes de estudio a sus espaldas, más tres discos en directo y diversos recopilatorios, nunca fueron un combo fácil para las listas de éxito, ni para la radio-fórmula, pese a cierta aura exitosa en los años ochenta, cuando se codeaban con otros insignes del género como Dr.Feelgood o los Stranglers, por citar dos formaciones afines.
Entre sus obras masa destacadas está su segundo y mitificado elepé “Birth, School, Work, Death”(1988) al que venían a rendir pleitesía en esta gira homenaje, en su 35 aniversario. Encabezados por el ‘gran Padrino’ Peter Coyne como líder in pectore (y cantante desaforado y brutal), un tipo que parecía salido de una cinta de la Mafia al más puro estilo "Uno de los Nuestros", muy bien arropado por Richie Simpson y Paul Humphreys en labores guitarreras, más Jon Priestley al bajo y Billy Duncanson a la batería, salieron a comerse la noche a bocados, para más tarde hincarle bien el diente a la citada obra, empezando con “This is war” como declaración rotunda de guerra, para seguir con “She Gives me Love”, y “OCD”, de su último y reciente disco doble “Alpha Beta Gamma Delta”(2023) y la cavernosa “How low is low”, a la que siguió una afilada “Lay that money down” antes de entonar “Johnny Cash Blues” en homenaje al bardo de Arkansas, ese “Hombre de Negro” que tanto ha influido al combo como indomable musical y espíritu libre arrebatado.
Tras una breve pausa, fueron capaces de añadir nuevas dosis de mordiente con “I’m Not Your Slave” y “Unreal World”. Las postreras “This Damn Nation”, “I Want Everything”, “I Want You”, más “I Can’t Sleep Tonight” y la versión “Fight for your Right” de los Beastie Boys pusieron el broche de oro a una actuación inolvidable, que permanecerá en nuestra memoria por largo tiempo. Solo podemos añadir: Larga vida a los ¡Godfathers!. Que siga la lluvia plúmbea durante mucho rato.