The Godfathers + Garbayo, arrebatado rocanrol canallesco y macarra


Sala Boite, Madrid. Miércoles 13 Noviembre del 2024

Texto y fotografías: Fran Llorente

Estupendo doble programa en la Sala Boite con dos bandas electrizantes en liza, de una parte, el combo local Garbayo (herederos de los vizcainos Zodiacs) un grupo de power-pop que siempre pone toda la carne en el asador, más el plato fuerte de la noche, los poderosos y versados The Godfathers, más sólidos y rotundos que nunca. Damos todos los detalles a continuación de una velada que no dejó indiferente al respetable.

Garbayo, desenfadado power-pop con acento jovial

Ignacio Garbayo, a la voz y guitarra rítmica, capitanea una formación muy intensa musicalmente (que combina power-pop con cierta querencia punk), formada por Pit Flanagan como guitarra solista, Lander Moya al bajo, Javi Estrugo a la batería, más Lee Perk a los teclados, y que atesoran ya dos elepés en su haber: “Sonido Forestal”(2018) y el más reciente “La Onda Expansiva”(2021). Abrieron fuego en modo canalla con varias tonadas alegres e irónicas como “Busca entre la basura”, “Huye del Monstruo” o “Delincuentes románticos”, dando cera con “Gorro de paja” y “Mejillas”, como perfectas “Maquinarias Engrasadas” del pop guitarrero. “Fin del mundo” y “Carretera del norte” marcaron el ecuador de un show muy enérgico y desaforado, que tuvo en “Chica normal” y “Nitroglicerina” otras composiciones explosivas (esta última hace bastante honor a su título), antes que asomen “Te dejaré Atrás / Invadiremos Europa” y “Psicofonias” en el nudo gordiano de una actuación sobrada de adrenalina . Las postreras andanadas: “Gato!” “Iron Man” y “Muévete”… pusieron el punto de inflexión de una actuación sudorosa y muy entregada a la causa del rock-pop a quemarropa, con cierta nostalgia por los Tequila, Estragos o Insanity Wave como bandas que les marcaron el camino en esto de la música juvenil y desenfadada.

The Godfathers, padrinos del rocanrol malencarado y macarrón

Legendarios del rhythm&blues londinense, agitados y peleones (de indudable querencia punk), The Godfathers son una banda que trasciende a su propia leyenda como grupo ‘maldito’ del rock’n’roll más macarra y barriobajero. Con nueve gozosos álbumes de estudio a sus espaldas, más tres discos en directo y diversos recopilatorios, nunca fueron un combo fácil para las listas de éxito, ni para la radio-fórmula, pese a cierta aura exitosa en los años ochenta, cuando se codeaban con otros insignes del género como Dr.Feelgood o los Stranglers, por citar dos formaciones afines.

Entre sus obras masa destacadas está su segundo y mitificado elepé “Birth, School, Work, Death”(1988) al que venían a rendir pleitesía en esta gira homenaje, en su 35 aniversario. Encabezados por el ‘gran Padrino’ Peter Coyne como líder in pectore (y cantante desaforado y brutal), un tipo que parecía salido de una cinta de la Mafia al más puro estilo "Uno de los Nuestros", muy bien arropado por Richie Simpson y Paul Humphreys en labores guitarreras, más Jon Priestley al bajo y Billy Duncanson a la batería, salieron a comerse la noche a bocados, para más tarde hincarle bien el diente a la citada obra, empezando con “This is war” como declaración rotunda de guerra, para seguir con “She Gives me Love”, y “OCD”, de su último y reciente disco doble “Alpha Beta Gamma Delta”(2023) y la cavernosa “How low is low”, a la que siguió una afilada “Lay that money down” antes de entonar “Johnny Cash Blues” en homenaje al bardo de Arkansas, ese “Hombre de Negro” que tanto ha influido al combo como indomable musical y espíritu libre arrebatado. 

Llegados a este punto, era el momento de rememorar su elepé más afamado, con ese punto filosófico que ya sentenciaron los Mama Ladilla (otro combo de puro vitriolo) en su puntero segundo álbum: “Naces, creces, te jodes y Mueres”. En este caso, el quinteto inglés tituló: “Nacimiento, Escuela, Trabajo, Muerte” (que viene a ser prácticamente lo mismo) en su celebérrima obra de 1986. Llegada la hora de masticar clavos con “Birth, School, Work, Death” lo hicieron con máxima intensidad y desatada energía. De este modo, fueron cayendo piezas del calibre de “If I Only Had Time”, “Tell me why”, “It’s so hartd” en un encadenado al pie de la letra, que siguió al ritmo de “When Am I Coming Down”, “Cause I Said So” o “The strangest boy” como un chaparrón de plomo salido de su particular metralleta sonora, hasta llegar a las últimas cuentas del tambor: “S.T.B”, “Just like you”, “Obsession” y “Love is Dead” con la que cerraron el homenaje a este elepé irrepetible. 

Tras una breve pausa, fueron capaces de añadir nuevas dosis de mordiente con “I’m Not Your Slave” y “Unreal World”. Las postreras “This Damn Nation”, “I Want Everything”, “I Want You”, más “I Can’t Sleep Tonight” y la versión “Fight for your Right” de los Beastie Boys pusieron el broche de oro a una actuación inolvidable, que permanecerá en nuestra memoria por largo tiempo. Solo podemos añadir: Larga vida a los ¡Godfathers!. Que siga la lluvia plúmbea durante mucho rato.