Una trayectoria larga no siempre es sinónimo de consistencia, pero en el caso de Copiloto, el proyecto del oscense Javier Almazán, no solo hablamos de consistencia, sino también de solidez y honestidad. Tras más de quince años en la brecha, Almazán ha decidido recapitular regrabando en directo algunas de sus composiciones más emblemáticas, vistiéndolas con nuevos y sugerentes trajes que les sientan mejor incluso que en sus versiones originales. En unos casos ganan empaque y crudeza, en otros se aligeran de peso y recurren a la esencia. Encontramos blues, canción de autor, aire flamencos, pop luminoso y sobre todo el brillo de unas canciones que crecen a cada escucha y ofrecen una experiencia que llena y compensa. Con una banda que mezcla experiencia y juventud, pero ante todo mucha solvencia, Copiloto vuelve a demostrar que lo suyo es la búsqueda de la esencia de la canción y con “Fundamental” lo consigue con creces, volviendo a hacer que nos enamoremos de estas canciones tras muchos años de vida y rodaje.
La entrevista con Javier Almazán, alma de este proyecto, fue una lección de honestidad. Con los pies en la tierra en todo momento nos invitó a buscar lo que verdaderamente importa, que no son las cifras ni la trascendencia, sino el poder de la creación por encima de todo. No sabemos si “Fundamental” llegará a muchos más rincones que sus logrados trabajos anteriores, pero su relevancia a nivel artístico está fuera de duda. Escuchemos estas diez canciones (más una desnuda) y descubramos que son fundamentales si queremos entender una carrera sólida y consistente, con la sinceridad por bandera y la sabiduría del que se detiene en los detalles para construir fantásticas canciones.
Para empezar, quería preguntarte ¿dónde ha estado Copiloto todo este tiempo? Te teníamos perdida la pista.
Javier Almazán: He estado viviendo y haciéndome cargo de otros menesteres. Pensando cómo volver a esto de escribir canciones, de grabar y cómo resucitar de alguna manera esta carrera, que bueno, tampoco estaba muerta, pero sí que estaba como en hibernación. A raíz de la gira que hice hace dos veranos por el quince aniversario de Copiloto me decidí a volver del todo.
Publicaste un par de singles después de la pandemia y el mini LP "Abrazos salvavidas" en clave más acústica, pero desde 2015 no teníamos un disco nuevo tuyo, y éste es de revisiones. ¿Qué es lo que te ha llevado a volver a la palestra con un disco de estas características?
Javier Almazán: Me apetecía celebrar que llevaba quince años en esta movida y reivindicar algunas de esas canciones que consideraba que podría haberles dado más vida. Muchas de ellas no fueron singles en su momento y a raíz de aquella pequeña gira que te he comentado vi las posibilidades de trabajar con una banda nueva que vestía estas canciones muy bien y que me gustaba mucho cómo estaban quedando.
Es verdad, porque tampoco son versiones acústicas, sino un disco diferente en cuanto al tipo de versiones que has realizado con respecto a las originales.
Javier Almazán: Sí, al tratarse de un disco en directo eso condiciona y le da también una textura diferente. Grabar en directo siempre es especial y yo, al ser un solista que a veces voy con banda y otras solo, en este disco aniversario o recopilatorio en directo quería mostrar las dos vertientes y cómo organizo los conciertos, a veces con la banda al completo y otras de una manera más acústica.
Has hablado de la gira de los quince años. ¿En qué momento la celebraste?
Javier Almazán: Fue en verano del 2023 cuando la hice y empezó a tomar fuerza la idea de registrar lo que estaba llevando al directo en forma de disco. A raíz de esos conciertos pensé que era un buen momento para grabar eso y mostrarlo a la gente.
Sin embargo, en lugar de grabar esos directos, reúnes a la banda, no sé si la misma que entonces, y grabas en estudio.
Javier Almazán: Sí, es un directo en unas condiciones más controladas, sin público, porque además la banda se amplió. De la banda que me apoyaba en esos conciertos a la que grabó finalmente estas canciones hubo algún cambio. Y además estaba la idea de querer contar con invitados que condicionaba más la grabación. Hacer eso en una sala en aquel momento se antojaba un poco complicado, así que opté por esta medida. Hay algunos directos grabados en estudio que me han gustado mucho a lo largo de mi vida y me pareció muy bueno hacerlo así. Coincidió que conocí también a Óscar Cubero, visité su estudio y pensé que ahí se podría grabar perfectamente y conseguir la atmósfera que buscaba.
Precisamente iba a preguntarte dónde grabaste y con quién. ¿Cómo fue el proceso de grabación?
Javier Almazán: Se grabó en Zaragoza, en los estudios de Óscar Cubero, “Grabaciones La Vieja”. Para ello estuvimos ensayando con la banda bastante tiempo preparando bien ese directo. En las canciones acústicas me fui desplazando a los sitios para quedar con las invitadas y con el resto de artistas que colaboraban. Así fue construyéndose poquito a poco y luego sí que se grabó en directo todo seguido.
La banda con la que has contado es muy versátil. Hay momentos en los que es mucho más incisiva o dura que en los temas originales, como en "Dotes Innatas", que la vistes de manera mucho más robusta que la original, y en otras canciones buscas lo contrario, la desnudez, como en "Ser un libro abierto" ¿Quién forma la banda y cómo se ajustan a estos cambios de las canciones?
Javier lmazán: Cuando pensé en hacer aquella gira pequeña de aniversario estaba sin banda, pero a raíz de un encuentro con Erin Memento para los premios de la música aragonesa, donde tocamos juntos, conocí a Lorién Vicente y a Dani Moncayola, que en aquel momento estaban en La Doloritas y NOM, respectivamente, y con ellos monté el repertorio de aquellos conciertos. Más adelante, de cara a la grabación del disco, se incorporaron Óscar Garza, que también estaba en NOM, y Alberto Solobera, que ha venido de gira conmigo muchas veces y somos muy amigos, pero no aparecía en los créditos de ninguno de mis discos y me parecía que no se ajustaba con la realidad de su presencia en mi vida, así que lo arreglamos para que estuviera en la banda. Alberto fue muy flexible porque tiene muchos compromisos, pero ahí nos juntamos todos y conseguimos sacar el disco adelante.
Me ha llamado mucho la atención porque al ver los créditos encontré a músicos jóvenes con mucho talento, como Lorién Vicente o los miembros de NOM, junto a Alberto y a ti que sois de otra generación, pero que habéis conseguido una gran mezcla con mucha potencia juntos.
Javier Almazán: A mí me apetecía mucho esta mezcla generacional. No sólo en la banda, sino también a nivel de invitados. Te diré que había un invitado para completar las generaciones que era Gabriel Sopeña, que no pudo grabar con nosotros en el momento del directo porque tuvo alguna situación personal más comprometida que le hizo quedarse fuera y no pudo incorporarse al disco, pero ahora nos quitaremos la espinita cuando lo presentemos en directo, pero sí, esa era la idea. Me parece que trabajar con gente de diferentes generaciones musicales enriquece mucho. Creo que nos enriquecemos todos de esto. A mí me gusta mucho colaborar con mucha gente y cuanto mayor diferencia en estilos y edades me parece mejor.
Quince años de Copiloto, de canciones de gran personalidad y que siempre has cuidado mucho, cercanas al clasicismo pop. ¿Este disco es una buena muestra de lo bien que envejecen tus canciones? ¿Por qué has elegido precisamente éstas?
Javier Almazán: Creo que en general he tirado siempre hacia una composición más clásica. Es más fácil que aguanten mejor las canciones el paso del tiempo. Tampoco tenía que demostrarme nada, no era cuestión de eso, era más bien porque me siento cómodo con ellas y me gustan estas canciones. Podría haber grabado otras o quizá algunas de estas las podríamos haber sustituido. Otras son insustituibles, siempre acaban apareciendo en mi repertorio, ya sea con banda o en acústico, siempre las adapto y acaban estando. Cada semana o cada mes podría cambiar tres o cuatro de estas canciones por otras, pero en general creo que éstas han crecido conmigo y me siento cómodo defendiéndolas.
Esta vez vistes las canciones de forma muy diferente a como las conocíamos. ¿Es ésta una manera de acercarnos a tu versatilidad o simplemente querías encontrarte con otras sonoridades en canciones que ya tenías muy trabajadas y rodadas en directo?
Javier Almazán: Quizás haya un poco de todo, de querer escucharlas con otros arreglos o de vestirlas con otros trajes y ver cómo responden. Éstas han respondido bien, pero no tenía ninguna pretensión más allá de volver a escucharlas un poco más frescas y actualizadas. Tampoco las originales se me quedaban muy obsoletas realmente, aunque ahora mismo me gustan más éstas y estoy muy contento con ellas.
Dices que estas canciones que has seleccionado para regrabarlas están muy vivas y en buena forma. A pesar de lo mucho que has podido aprender o cambiar en este tiempo, ¿esta selección se ajusta a lo que mejor te define?
Javier Almazán: Creo que definen mi trabajo hasta ahora perfectamente. Esta selección de diez canciones recoge el espíritu de todos los discos que he publicado, además de mi forma de componer y trabajar las canciones hasta este momento. Pueden ser un escaparate o una buena forma de acercarse a mis discos si alguien no se había acercado todavía, así que si alguien no lo ha hecho, puede entrar por este disco perfectamente.
Si te parece vamos a hablar de algunas canciones en concreto. "Yo no quiero a nadie" cierra el círculo que comenzó cuando Copiloto sonó por primera vez hace quince años con una demo de esta canción gracias a su difusión por Julio Ruiz en Radio 3. Esta vez la has remodelado por completo con la personalidad y el gran carisma de Nat Simons ¿Por qué decidiste contar con esta gran artista que le dio esta vuelta a un tema tan personal y emblemático en tu carrera?
Javier Almazán: Esta era una canción que quizás en su primera versión sí que adolecía de un sonido más encorsetado a lo que era el indie de aquella época. En aquel primer disco lo que se hizo con Paco Loco realmente fue lo que se llama “pisar las maquetas”. Teníamos las maquetas e íbamos grabando a toda velocidad. Para esta versión había arreglos que se podían superar o modificar en cuanto a sonido con la introducción de teclados y de unas guitarras más etéreas. Darle un poquito más de aire y menos distorsión era una cosa que me apetecía y que la banda propuso de una manera natural. Y en cuanto a Nat, la conocí a través de una playlist que contenía su primer single. Me gustó mucho entonces y luego tuve la oportunidad de conocerla porque estuve grabando “Abrazos salvavidas” con Eduardo Baos y cuando entraba a grabar ese disco salía ella del mismo estudio de grabar “Felina”. A partir de ahí hubo un acercamiento y un tiempo después contacté con ella para ver si le apetecía grabar esta canción y la respuesta fue un sí y ahí está el resultado. Yo no puedo estar más contento con cómo ha quedado esta canción.
"Hace ya tiempo que intento no preocuparme por lo que no puedo controlar"
Otro de tus amigos que ha estado presente, un músico de referencia alrededor de tu carrera, ha sido Juan Aguirre, que le da una gran personalidad a las guitarras de "Tu cara cuando miras los aviones", ejecutando un solo final extraordinario. ¿Contar con él podría hacer crecer a este himno de Copiloto para definitivamente dar el gran salto que tanto mereces a un público más mayoritario?
Javier Almazán: La verdad es que es algo que nadie lo sabe. La realidad es que ya en otras ocasiones he trabajado con Juan. De hecho la primera vez que grabó unas guitarras en un disco mío fue en 2009 en la canción “Moleskine”, que abría mi segundo disco, y mi vida no cambió. Estuve de gira abriendo muchos conciertos para Amaral y mi vida tampoco cambió. Quizás esa es la prueba de que estas cosas a veces ocurren y a veces no, y está claro que he grabado con él por muchos motivos, pero desde luego por tener más repercusión no, porque está demostrado que mi vida no va a cambiar por grabar con él. Le llamé por lo que le he llamado siempre, porque es mi amigo y me encanta cómo suenan sus guitarras y la personalidad que les da. Si hay gente que me conoce a través de que salga su nombre en los créditos o de que reconozca su guitarra sonando en mi canción, mejor que mejor, desde luego, pero en este momento lo he hecho para disfrutar de esta grabación, para que esta canción se quede allí para siempre. Después de tantos años, no pienso en romper ni en que cambie mucho mi vida, sino que pienso más en el legado. Pienso en hacer canciones y dejarlas ahí y si alguien las quiere encontrar, como yo he encontrado canciones de otros, me hará mucha ilusión. Cada vez que alguien me llama para decirme que se ha encontrado con una canción mía que le ha sorprendido, que además con este disco sí que está ocurriendo con “Ser un libro abierto” o con “Yo no quiero a nadie”, pienso: “menos mal que he hecho este disco”, porque la gente está descubriendo estas canciones ahora. Realmente creo que he estado acertado en esto, porque quizá sí que hacía falta traer estas canciones al frente y que las descubriera la gente. Después me entran ganas de decir: “¡si llevan ahí desde 2009!”, pero si las descubren ahora, gracias a este disco, me parece fantástico.
Sí, porque es darles una nueva oportunidad a las mismas, por mucho que estén muy vivas, como decías. Darles una nueva vida.
Javier Almazán: Claro. Ese era uno de los motivos también. Quería encontrarme con estas criaturas mías de nuevo y volver a enseñarlas y compartirlas con la gente, que para eso hacemos canciones. No sé si alguien crea algo para guardar en su habitación. Quizá haya alguien así, pero yo no soy de esos. Yo creo para compartir. Que luego comparta con más o menos personas es algo que no puedo controlar y hace ya tiempo que intento no preocuparme por lo que no puedo controlar, pero desde luego no escribo canciones para dejarlas en mi habitación o en el ordenador.
Has hablado de "Ser un libro abierto", que abraza el folk o la canción de autor. Además cuenta con la colaboración de Ixeya a las voces y el cajón flamenco, que le da también un toque muy personal. ¿Este acercamiento a la esencia es una reivindicación del oficio de escritor de canciones, del que afirmas que ha sido lo mejor de tu carrera en estos años?
Javier Almazán: Lo que más me gusta de todo lo que rodea a este negocio, a este oficio, a lo que sea que yo hago, es escribir canciones. En este disco las canciones más acústicas son reflejo de cuando tengo que ir a salas a defender un repertorio yo solo o con una banda muy reducida. De hecho hay una canción desnuda que suena a eso, para reivindicar un poco cómo nacen las canciones. Aunque esta canción siempre fue muy sencilla en cuanto a arreglos, sí que ahora se puede ver cómo es una canción casi desnuda o en paños menores. Lo que pasa es que Eli e Ixeya son impresionantes interpretando y cantando y hacen de esta pequeña canción una mucho más grande, pero todo es mérito suyo porque lo que tocan lo convierten en oro. Son muy buenas.
En otra línea está "Se lo tengo que decir". Aquí el brillo de las guitarras crea excelentes dibujos que podrían recordar a los Byrds y la música de los sesenta. ¿Es éste uno de los mejores ejemplos de la luminosidad pop que tanto ha caracterizado a tus discos?
Javier Almazán: Esta canción siempre ha sido muy luminosa y en su primera versión tenía tablas hindúes y sitares, muchos coros… era más psicodélica. Por supuesto que está el espíritu de los Byrds, aunque ahora suena más contundente, ya no hay tantos coros y no tiene esos arreglos tan sutiles con guitarras a doble velocidad o trucos de estudio que usamos en aquel disco. Para una canción así tenía que llamar a alguien como Javier Aquilué, que canta como los ángeles y su música es muy luminosa. Tienes razón en que ésta es una canción muy pop y, aunque suene más contundente, se le pueden dar muchos enfoques.
Sin perder ese brillo, por supuesto, que tenía la original.
Javier Almazán: Creo que ese brillo lo mantiene, pero ahora es más inmediata, gracias a la banda y a haber retirado aquellos coros y arreglos tan psicodélicos, aunque también está la versión acústica donde se ve el aire de la canción.
Eso es, porque esta canción tiene una versión más desnuda en el mismo disco, además de su cara eléctrica.
Javier Almazán: Sí, de hecho la versión acústica surgió por la magia de las pruebas de sonido en el estudio. Mi idea era hacer una versión en la que todos aquellos coros de la original los pudiera trabajar con Ixeya. Haciendo las pruebas, esa idea se desechó, pero probando coros y otros arreglos surgió éste y se me ocurrió grabarla, por eso hay esa versión acústica con Eli Lopez en los coros y el cajón, que consideré que merecía la pena.
Claro, porque repites una canción a pesar de poder haber elegido entre otras muchas que tienes con estos aires y, sin embargo, decides hacer una misma canción en dos versiones en este disco de revisiones.
Javier Almazán: Sí, pero como te decía, no fue algo premeditado, fue algo que me encontré probando voces para hacer la versión de toda la banda. No es que pudiera elegir otra canción, sino que fue cuando estábamos construyendo la versión de toda la banda cuando surgió esto y lo quise registrar.
Hay otras canciones que van en el sentido contrario. Por ejemplo, "Todo irá bien" era mucho más desnuda en su versión original y ahora gira hacia el blues, o a la melancolía más pausada de "Ella dice", que va hacia el estilo de tu último mini LP “Abrazos salvavidas”. ¿Hasta dónde llega el espectro de Copiloto que abre su abanico estilístico para tratar de encontrar la composición perfecta?
Javier Almazán: Intento ir trabajando y mejorando. “Todo irá bien” es muy importante para mí a nivel emocional porque fue como mi reenganche con la composición durante la pandemia. Esta canción fue la que hizo que quisiera volver a sacar una guitarra y volver a grabar porque llevaba unos años completamente retirado. A raíz de “Todo irá bien” me reenganché y decidí grabar “Abrazos salvavidas”. Cuando me lancé a grabar este disco en directo y hablé con mi amigo Alberto Solobera explicando las canciones que quería grabar me dijo que “Todo irá bien” la tenía que meter porque es una de las que más le gustan a él y pensaba que le podíamos dar este rollo distinto, así que está también por la insistencia de Solobera, que vio algo que yo no veía en ese momento. Para eso intento rodearme de gente tan buena que me haga ver estas cosas. Y “Ella dice” surgió hace unos años preparando un acústico con Juan Aguirre en un camerino. Me di cuenta tocando con él que se le podía dar un deje más flamenco del que ya tenía, así que cuando escuché y conocí a Komando Komare y vi tocar a Irene Gómez tuve claro que tenía que meter algo así y tuve la suerte de proponérselo y que dijera que sí. Por eso ha quedado esta versión más flamenca.
Desde luego que se nota la suerte de tener estos invitados haciendo que las canciones tengan otro aire.
Javier Almazán: Claro, porque no son intercambiables, cada uno le da lo suyo. Natalia tiene esa fuerza que le caracteriza en directo y que aquí también ha reflejado, Ixeya también se lleva la canción a su terreno, Irene con ese flamenco tan especial… cada invitado ha aportado su personalidad, que es lo bonito de esto.
Hemos hablado mucho de los colaboradores, pero no lo suficiente de la fantástica banda, con el muy versátil Alberto Solobera, tan presente en este momento con la Estrella Azul o Llorente, Lorién Vicente, Daniel Moncayola y Óscar Garza. Me gustaría dar la enhorabuena a esta banda, que hace brillar algunas canciones como “Crecer es matar a un niño”, que en esta versión os acerca a los Beatles del álbum blanco.
Javier Almazán: Te doy las gracias por semejante halago. Lo cierto es que son los cuatro unos músicos increíbles. A veces les oigo hablar entre ellos cuando están preparando un arreglo o intentando dar un giro a alguna canción y me quedo embobado mirándoles. Se nota que han tocado mucho en diferentes formaciones y que se conocen muy bien entre ellos, sobre todo la base, que son Dani, Lorién y Óscar. Tengo muchísima suerte de poder contar con ellos. Este disco es así por su trabajo. Y Solobera es el eslabón entre ellos tres y yo a nivel generacional, además de que es un artista con un talento tan descomunal que lo hace todo muy fácil, no solo instrumentalmente sino también en el trato, que facilita mucho las cosas. Después de tanto tiempo conoces músicos extraordinarios, que son gilipollas, que no quieres tenerlos cerca, y definitivamente no es éste el caso.
"Cómo funciona la creatividad y cómo de la nada construimos algo es una cosa que siempre me ha interesado"
Me gustaría hablar de otra de tus facetas. Sigues impartiendo talleres y cursos sobre creación artística y composición de canciones. ¿Estás más cómodo componiendo que interpretando? ¿Qué es lo que valoras en la composición de una gran canción?
Javier Almazán: Es el momento de la creatividad. Siempre se puede ser creativo, interpretando y en el escenario se puede ser creativo o ahora, por ejemplo, en esta entrevista puedo intentar ser todo lo creativo que pueda, pero la creatividad viene de eso, de que hace un momento no había nada y de repente hay algo que has creado tú. Cómo funciona la creatividad y cómo de la nada construimos algo es una cosa que siempre me ha interesado, pero ha sido ahora cuando lo ha hecho a un nivel casi profesional. Me interesa muchísimo. Y hablando con otros compositores, en esas conversaciones que tenemos los que nos dedicamos a crear en las que te dan las tantas hablando, he pensado que podía sacarlas de mi salón o del bar y trabajarlas con otra gente. Ahora estoy haciéndolo con otros compositores, ayudando a otros a terminar sus canciones o a orientarles haciendo un poco de mentoría, que llaman ahora. Es algo que me gusta mucho y lo disfruto.
Javier Almazán: No sé si tan erudito. En mi caso trabajo con menos nombres y menos referencias y me interesa estudiar cómo funciona todo, diferenciando el trabajo duro del blando, que digo yo. El trabajo blando es estar por la calle fijándote en las cosas, tomando notas mentales o ir silbando una melodía. Y el trabajo duro es tener una rutina y decir: “Me tengo que sentar aquí a las siete de la mañana y no me levanto hasta las once, y lo que tenga que salir, saldrá”. El oficio es lo que me está volviendo a enamorar.
Imagino que no solo para ayudar a rematar canciones como decías, sino que tú eres muy disciplinado a la hora de sentarte a componer de una forma constante.
Javier Almazán: Sí, porque como lo entiendo como un oficio creo en la inspiración como una parte de la creatividad. Creo que la inspiración está sobrevalorada y al final todos podemos crear algo, sin entrar en la calidad de lo creado, pero todos podemos crear, aunque para conseguir desarrollar un oficio la disciplina y la ética del trabajo son fundamentales, si no puedes componer algunas canciones, te pueden salir bien, puedes tener éxito con una canción o con un disco, pero es algo más efímero, y a mí eso no me interesa. A mí me interesan las carreras largas y cómo los artistas, de la disciplina que sean, pintores, escritores, directores de cine, guionistas o lo que sea, lidian y manejan su creatividad un año tras otro. Eso me interesa mucho más que el hype.
No puedo dejar de hablar de "Fundamental", que es la única canción nueva y a la que llamas "canción desnuda". ¿Puede ser una muestra de hacia dónde se dirige Copiloto en el futuro, hacia un escenario mucho más desprovisto de artificios y dirigido a la esencia?
Javier Almazán: No puedo adelantarte mucho, pero llevo trabajando unos meses en varias cosas, tanto dentro como fuera de Copiloto, y quizá lo siguiente que se escuche por mi parte no va a parecerse a este disco o a este tipo de sonido en directo. No va a ir por ahí. Respecto a la canción “Fundamental” me interesaba, y creo que así se aprecia en el disco, un sonido muy crudo, quizá excesivamente crudo, es decir, esta misma canción solo con guitarra y voz más algunos efectos puede quedar mejor, pero me interesaba la esencia, que la gente piense que cuando yo toco en casa puede sonar así, o cuando hago la primera prueba y grabo una canción para enseñársela a la banda. Ni siquiera uso un programa de ordenador muchas veces, sino simplemente grabo con el móvil y suena solo un poco peor que esto. No tan diferente a este resultado. Y me interesa eso, una canción desnuda por el hecho de recién nacida, aunque posiblemente esta canción es la de más larga gestación de mi vida. Desde que empecé con los primeros acordes hasta que la terminé estuve como cinco años con ella. A veces haces canciones en media hora y otras empiezas a darle vueltas a una canción y de repente han pasado varios años desde que comenzaste a trastear con ella.
Y sin embargo nos la has querido ofrecer así, como si fuera recién salida.
Javier Almazán: Sí, es la mentira de la música (risas). Como la mentira del cine. A mí me alucina cuando hago videoclips y veo que es todo mentira, pero alucino. Es algo que me encanta.
Hasta ahora has lanzado tres singles. ¿Cómo han funcionado a nivel de impresiones? ¿Cómo los han acogido aquellos que los han ido escuchando?
Javier Almazán: Estoy muy contento de todos los mensajes y del feedback que me va llegando. Creo que a la gente le están gustando. Además, canciones que llevan ahí quince años ahora las están descubriendo algunos y no perciben esos años que tienen. Les da la sensación de que han salido hoy, y eso que llevan pululando mucho tiempo. Esa es una de las cosas más interesantes que estoy viendo y que me hace sonreír. Me llama mucho la atención.
Ahora que es tan complicada la venta de álbumes, ¿habrá disco en formato físico?
Javier Almazán: Va a haber un formato físico en cd que venderé solo en los conciertos. Yo venía de hacer una doble edición en vinilo y cd de “Los puentes hundidos” y con “Abrazos salvavidas” pensé que no era necesario nada físico y menos en cd, porque en ese momento los cd’s eran poco más que posavasos. Pero en aquella gira venía bastante gente pidiéndome el cd, lo que me parecía mentira. Ahora estoy descubriendo que cuando haces promo o comunicación les gusta tener algo físico y por eso he pensado en hacer este disco en cd y es posible que lo próximo que vaya haciendo lo saque también en físico porque tiene su encanto. Incluso estoy pensando publicar por primera vez “Abrazos salvavidas” en formato físico. Lo que pasa es que a las distribuciones en tiendas no le veo tanto sentido y lo vendería solo en conciertos o en la web, porque de esta primera edición de “Fundamental” no he hecho muchas copias.
Además es lo que dices. El formato físico es un objeto ya de colección y los que apreciamos la música estamos perdiendo ese contacto con las plataformas. De alguna manera el contacto con el músico es comprándole ese disco.
Javier Almazán: Totalmente. Es una forma de colaborar y confieso que aunque amo el sonido del vinilo me he vuelto muy perezoso y eso de levantarme cada doce minutos a darle la vuelta a la tostada se me hace muy cuesta arriba. Tampoco me gusta mucho escuchar en plataformas por la calidad, así que al final estoy viendo que soy de la generación del cd y no negaremos que sonaban muy bien. Si no me quiero levantar a dar la vuelta al vinilo, el cd es lo que se acerca a escuchar lo que el autor quería. Además soy de esos que les gustaba ir a comprar el cd, tumbarme en mi cama, ponerlo sin hacer otra cosa, leer las letras, los créditos… eso ahora no tiene sentido, las nuevas generaciones ni siquiera lo pueden entender, pero yo soy eso. Uno solo puede ser lo que no puede dejar de ser.
Me encanta que reivindiques el CD porque en este tiempo todo el mundo reivindica el vinilo, cuando la mayor parte de las personas que lo hacen han crecido con CD's. A mí también me encanta el cd y creo que su sonido se ha denostado mucho ahora, cuando en realidad hemos crecido con él y tiene una gran calidad.
Javier Almazán: Creo que el problema del CD no vino por su calidad sino porque se estaba vendiendo el máster y porque al ser un sonido digital se inflaron los precios de una manera escandalosa. En su momento tuvo mala prensa, pero me parece un formato muy cómodo por el que optar si no quieres estar oyendo plataformas o mp3 comprimidos. Entre eso y darle la vuelta a la tostada me quedo con el cd.
¿Tienes a la vista una gira donde podamos ver la nueva cara de algunos de tus clásicos revisitados? ¿Con qué banda contarás?
Javier Almazán: Vamos partido a partido. El primer concierto va a ser muy especial y único porque vamos a montar una fiesta el ocho de noviembre en la Sala López con muchos invitados y con un grupo de artistas pinchando también. Va a ser una cosa como merece la ocasión. En cuanto a la banda, estará el grueso de los músicos del disco, Dani Moncayola, Lorién Vicente y Óscar Garza. Solo faltará Solobera porque es una persona muy ocupada y le sustituirá Julia Sierra, que es una guitarrista oscense que podréis ver también en los conciertos de Radio 3 que acabamos de grabar.
"Lo que quiero es seguir creando sin que me preocupe a cuánta gente le vaya a llegar"
Resumes tu carrera dándole una nueva vida a las canciones, como empezando de cero. ¿Hay cierta intencionalidad en este disco tan cuidado de abrir nuevos caminos y conseguir una mayor proyección?
Javier Almazán: Bueno, la intención es compartirlo con cuanta más gente mejor. Siempre tienes ganas de que tus canciones lleguen a la mayor cantidad de gente posible, pero es algo que no me obsesiona porque he aprendido a la fuerza, como todo el mundo en sus trabajos, a no preocuparme por lo que no puedo controlar. Yo no puedo controlar quién llega a mi música y sobre todo a quién le puede gustar o interesar, así que me conformo con poner todo lo que está en mi mano para hacer las mejores canciones posibles y esforzarme para que lleguen a cuanta más gente mejor, siempre y cuando pueda dar todo en mis conciertos, hacer todo lo posible para intentar comunicarme con el mundo. Pero con lo que no llegue, no pienso preocuparme absolutamente, porque cuando empiezas en la música ya te preocupas suficientemente por eso y te preocupas menos por cosas más importantes dentro de la profesión, pero ahora me importa de verdad el meollo de la cuestión: componer y crear. Estábamos acostumbrados a ser artistas de 360 grados y ya estamos viendo cómo algunos compañeros no pueden más y la consecuencia de no poder más es que dejas de crear, además de que te juegas tu salud emocional, y eso yo no me lo quiero jugar porque yo lo que quiero es seguir creando sin que me preocupe a cuánta gente le vaya a llegar.
No obstante, desde El Giradiscos, ojalá podamos ver que tu visibilidad va creciendo, porque mereces que tus canciones tengan mucho más recorrido todavía.
Javier Almazán: Te lo agradezco mucho. Yo también lo espero, claro, pero me prohíbo que me obsesione. No es algo que pueda controlar, pero ojalá pase, por supuesto.
Tras esta revisión de algunos de tus temas más conocidos, ¿habrá nuevas canciones en un plazo breve, quizá un nuevo disco, esta vez sin revisiones?
Javier Almazán: En eso estoy ahora, en saber si quiero doblegarme al ritmo que me marcan los demás, al ritmo que nos marca a los artistas el mundo. Eso de “han pasado tres meses, necesito un single ya” o “¿cómo vas a sacar un lp a los seis meses de éste?”. No sé si quiero que alguien vuelva a mandar sobre lo que yo quiero hacer. No es un problema de creatividad ni de repertorio o ideas. Las ideas siempre están y estoy trabajando en cosas que me parecen interesantes y solo estoy valorando si juego este juego o voy por mi cuenta como en realidad he hecho siempre. Veremos cómo lo gestiono.
En tiempos de consumo rápido y poca dedicación a la tarea de escuchar un disco completo, querría terminar la entrevista pidiéndote que invites a nuestros lectores a darle una oportunidad a "Fundamental" con unas palabras de recomendación que atraigan la atención y dedicarle así el tiempo que merece a este disco.
Javier Almazán: Con este tipo de discos, quizá lo que les puedo decir es que tienen la oportunidad de adentrarse en la carrera de un artista con una pequeña selección de su obra. Si esto no les gusta, no tienen la obligación de seguir, pero si les gusta pueden encontrar más cosas detrás. “Fundamental” puede funcionar como un buen entremés de todo lo que hay detrás.
Me encanta ver tu optimismo y ese “tener los pies en la tierra” que he podido ver en toda la entrevista, justamente en este tiempo en el que parece que tenga que ser todo lo contrario: mostrar, venderse y demás. Pero en tu caso, saber dónde estás es una lección de honestidad.
Javier Almazán: El único mérito de esto es el paso del tiempo y observar. Cualquier persona que lleve metida en esto unos años y observe a su alrededor, generalmente estará más tranquilo. En la vida también. A medida que cumples años te vas tranquilizando y las expectativas se van ajustando a la realidad. Te conoces mejor, sabes a dónde puedes llegar y a dónde no, qué es lo que te impide dormir y qué te deja. En definitiva, qué es o no importante. Creo que no hay ningún mérito más que el paso del tiempo.
Ha sido un placer, de verdad. Me encantaría vernos más pronto que tarde y continuar una conversación como ésta, porque para nosotros siempre es un placer hablar de música, sobre todo si es con gente como tú, que desprende toda esa pasión. Mucha suerte y muchas gracias.
Javier Almazán: Gracias a vosotros.