Texto y fotografías: Àlex Guimerà.
Con toda Barcelona metida en su casa y en los bares por culpa del llamado "clásico" futbolero, un reducto de seguidores del mejor rock americano nos resistimos al evento deportivo para gozar de la vuelta a la ciudad de la superbanda de Jody Stephens, tras el éxito que tuvo el año pasado. La excusa de rememorar el disco “Radio City” en su cincuenta aniversario nos servía más que de sobra para poder volver a rendir homenaje a la música y a la magia de Big Star.
Programado demasiado temprano para lo que estamos acostumbrados (20:30 h), la sala, en una más que aceptable entrada, recibió con cálidos aplausos a Jon Auer (The Posies), Pat Sansone (Wilco), Chris Stamey (The Db’s), Mike Mills (R.E.M.) y al único superviviente de la formación original de la “Gran Estrella”, Jody Stephens. Y la verdad es que con tal “Dream Team” del indie americano el espectáculo fue apto para los paladares más exigentes, pues la solvencia y el talento del quinteto, junto con la pasión y el respeto que ponen en el proyecto, dan un resultado que es de muchos quilates.
Todo eso quedó patente ya desde la primera nota de “Feel”, pero sobre todo por la temprana “The Ballad Of The Goodo”, con su melodía “beatleniana” y sus coros armonizados. A ellas les siguieron la potente “Don’ t Lie To Me” y la acústica y mística “The India Song”, antes de que comenzaran a atacar íntegramente el disco de homenaje. La capacidad instrumental y vocal de los cinco músicos no puede calificarse más que de excelente, lo que pudimos comprobar a lo largo de las más de dos horas de bolo ya que apenas se percibieron fisuras en el sonido, fallos técnicos o sobre esfuerzos vocales. Está claro que estos tipos están rodados en mil y una batallas y van muy sobrados cada vez que se suben a un escenario. Personalmente uno quedó sorprendido con el propio Jody, quien a sus 72 años tiene una pegada impresionante a la batería, enérgica y poderosa, clavando esos redobles de antaño con los que su banda ayudó a definir el género del Power Pop. Otra de las gozadas de la velada fue poder escuchar los más de treinta temas que llegaron a interpretar repartidos con la voz principal de cada uno de los músicos, a cada cual con mejor capacidad vocal.
Pero entre todo me quedo con la aproximación al revival que hacen de Big Star, respetando su esencia, reviviendo su sentimiento y demostrando que los que no estuvieron allí con ellos son devotos de esa música que además les ha marcado en el pasado. Por su parte el propio Jody se mostró cariñoso con el recuerdo a sus compañeros, siendo constantes las palabras de agradecimiento y reconocimiento a Alex Chilton y a Chris Bell.
Esta gira, que en Europa apenas pasa por España, Reino Unido y Noruega, parece ser la excusa de unos amigos para reunirse y disfrutar tocando juntos la música que les gusta. Ello quedó patente al ver cómo se lo pasaron encima del escenario con ese colegueo tan desenfadado entre ellos. Esa atmósfera encima de las tablas hizo que el público nos sumergiéramos de lleno en la magia de la música de una banda que, a pesar de su legado ahora aclamado, fue poco comercial en su época.
Cierto que “Radio City” no vendió demasiado cuando se publicó, pero escuchándolo de nuevo en directo íntegramente por esos tipos uno se da cuenta de que es un auténtico discazo. Status que propician gemas como la inicial “O My Soul” con esos ritmos imponentes; la maravillosa “September Gurls”, cuya melodía tantas veces han robado los Teenage Fanclub; la oda powerpopera “Back Of A Car”; la acústica y dulzona “I’ m In Love With A Girl” o la stoniana “Mod Lang”, por decir algunas; piezas deslizadas en nuestros oídos y ante nosotros entre bromas –Auer bromeó con un espectador por su parecido con Robyn Hitchcock - , explicaciones de los músicos sobre cómo les influyeron esas canciones, recuerdos de un sentido Jody a esos lejanos años setenta, y los cambios de instrumentos entre los músicos (bajo, guitarras eléctricas y acústicas, teclados, percusiones, slides, …).
Especial reconocimiento se merece el bueno de Chris Stamey que tocó de todo y con maestría, el carisma de Mike Mills (la estrella más reconocida de todos) cantando con la campana en la mano o un Jon Auer con su gorro de leñador dirigiendo el cotarro o la voz de Sansone que es quizás la que más se asemeja a las originales, aunque el resto hay que decir que también van sobrados de garganta para emular las voces delicadas y dramáticas de Alex Chilton y Chris Bell.
Tras el repaso al segundo álbum de los de Memphis, el quinteto hizo un receso de quince minutos para volver con un segundo set en el que nos deleitaron con numeroso material del primer disco “Big Star” (1972), del “3rd” (1976) y de Chris Bell. Así nos lanzaron la pegadiza “When My Baby’ s Beside Me”, la desconcertante pero maravillosa “Jesus Christ”, la íntima “Try Again” (¡menudo slide guitar!), la eterna “I Am The Cosmos” de Chris Bell y las esperadísimas “Thirteen” -con un arpegio de acústica de lágrima- y la poderosa “In The Street”. Para los bises quedó la otra joya de Bell, “You And Your Sister”, y el final perfecto con “Thank You Friends”. Sin duda, salir de la Sala Apolo esa noche fue como llevarse un pedazo de historia con nosotros, como si hubiéramos robado un eco de esas melodías que seguirían sonando en la mente mucho después de que las luces se apagaran.