Jack White: “No Name”


Por: Àlex Guimerà

En el año 2007, Radiohead rompió con las normas de mercado preestablecidas cuando regaló la edición digital de su álbum "In Rainbows" a través de la página oficial de la formación. La iniciativa tuvo un resultado sorprendente ya que el álbum acabó generando grandes ventas en su edición física. Han transcurrido más de 15 años y las ventas de los discos en las tiendas han pasado a ser marginales, no siendo el principal soporte de la rentabilidad de los grandes nombres y grandes bandas. Además, el acceso a las plataformas digitales pone al alcance de los fans cualquier canción o álbum que se tercie, lo que va restando cierto valor a las creaciones.

Afortunadamente siempre quedan los románticos y nostálgicos de los tiempos dorados, de la era dorada de la industria discográfica que a pesar de todo se resisten a menospreciar los vinilos, CD's u otros paquetes musicales. Es el caso, cómo no, del bueno de Jack White. Un tipo que fundó la discográfica "Third Man Records" en 2001 y que se ha especializado en la edición en vinilo, publicando su obra en solitario, con sus bandas White Stripes, Raconteurs y Death Weather, e incluso llegando a reeditar las primeras grabaciones de Elvis Presley para lo que pagó 275.000 dólares por su grabación original.

Para ahora, en 2024, ha vuelto a las primera páginas cuando se ha conocido que ha regalado a los clientes de las tiendas de "Third Man Records" -de Londres, Nashville (localidad donde se ubica la discográfica) y su ciudad natal Detroit- el vinilo de su último disco de estudio. Además, ha regalado la descarga digital a todos los fans suscritos a la web de "TMR" y lo ha colgado de forma íntegra en su canal de Youtube. Unas semanas después, este nuevo álbum salió a la venta y se colgó en plataformas, pero por si acaso, desde El Giradiscos nos hicimos de buen inicio con una copia digital para no perdérnoslo tras el logrado reclamo publicitario.

Con los anteriores y recientes dos álbumes de 2022 aún calientes, hablamos del interesante trabajo acústico que fue "Entering Heaven Alive" y del ampuloso y con tintes experimentales "Fear Of The Dawn", llega este nuevo álbum que aparece sin funda y con un "No Name" en el centro de la galleta, aunque en la edición digital el lienzo azulado preside la obra. La mayor de las sorpresas es que se trata de una muy buena obra, situándose al lado de los mejores momentos de su carrera, en solitario seguro, y facilitando la labor de afirmar que es su mejor álbum junto con "Lazaretto" (2014), o quizás me atrevería a decir que más satisfactorio incluso que su debut en solitario.

Arropado por Dominic Davis (bajo) y por Patrick Keeler (batería también con él en The Racounters), el disco rezuma salvajismo, sonido garagero y reminiscencias "Ledzepelianas", altas cargas de ritmos palpitantes, poderosas baterías lo-fi, riffs poderosos, solos electrizantes y la voz más entregada que nunca del de Detroit. Bajo esas características cabe destacar la pegadiza "That's How I' m Feeling", que habría sido un hitazo en su periodo junto a Meg; la desgarradora "Bless Yourself"; la rítmica "What' s The Rumpus?" o las cuerdas distorsionadas de "Underground", por decir algunas.

Sin duda se trata de un disco altamente disfrutable para los acérrimos de White pero de parada obligatoria para los amantes del rock clásico e incluso del indie, ya que este tipo parece que haya reservado energías para este momento, en el que se muestra especialmente acertado y lúcido en un disco que ya podemos decir que ha sido doblemente sorpresivo.