Entrevista: Yo Diablo


“Intentamos que cada canción sea un mundo que visitamos una vez y no nos casamos con nada” 

Por: Javier González. 

Hay muy pocas bandas a las que uno llega tarde sintiendo que ha cometido un craso error; pues bien, una culpa de dichas proporciones lleva atormentándome varias semanas, las mismas que hace que cayó en mis manos el nuevo trabajo de Yo Diablo; un maravilloso vinilo llamado “III”, cuyo contenido de apariencia minimalista se ha revuelto como un artefacto abrasivo repleto de heterodoxia, buen gusto y acierto. 

Describir su música es harto complicado, pues funden rock, rumba cañí, marchamo andalusí, stoner y oscuridades ruteras en un marcado equilibrado al que añaden la capacidad de sonar profundamente broncos y evocadores en sus letras, abogando por el menos es más a la hora de dibujar pasajes y atmósferas que por igual hacen pensar en Guadalupe Plata, Derby Motoreta´s Burrito Kachimba o en nuestro amado Lou Reed

Fruto de las prisas por el final de temporada musical, nos pusimos en contacto con ellos, personificados en Marcos Herrero, guitarra y vocalista del dúo, a través de un cuestionario cuyo resultado final es una pasada, por loco y fresco, que hoy hacemos vuestro.

Os dejamos con el que desde ya es uno de nuestros grupos favoritos del panorama musical y, al menos para este que suscribe, con los protagonistas del que bien podría ser el disco del año a nivel nacional. Porque como dice San Mateo en las sagradas escrituras, “los últimos serán los primeros”, y siguiendo con las frases religiosas, “arrepentidos los quiere Dios”. Y en nuestro caso ambas afirmaciones son más que ciertas con respecto a esta locura maravillosa llamada Yo Diablo

Arranco la entrevista pidiendo disculpas, porque entre tanta locura de publicaciones, correos electrónicos y proyectos de toda índole, la música de Yo Diablo se me había pasado desapercibida. Así que arrodillado en señal de perdón, sacaré mi pistola y os preguntaré a bocajarro. ¿Qué es y cómo surge esta absoluta maravilla? 

Marcos: Me genoflexo ante usted también y agarro el ala de mi sombrero cowboy invisible. La idea de montar un dúo de rock me surge accidentalmente en 2018 por la experiencia frustrada de querer montar un trío de rockabilly y que no funcionara. Poco después me llega a Facebook la publicidad de una pastilla que se acopla a la guitarra y la hace sonar como un bajo. Compro ese cachivache y me digo que a partir de ahora sólo necesitaré un baterista (-“A partir de ahora solo necesitaré un baterista” - me dije). A esas experiencias materiales súmale estar años tocando fingerpicking como un fill de puta, aprendiendo de Tommy Emmanuel, Chet Atkins y Jerry Reed, más tarde probando a cambiar afinaciones, descubrir la guitarra eléctrica, tocar en las calles de Edimburgo con guitarra y batería en los pies, volver a Valencia para tocar con siete bateristas, encontrar a Víctor, tocar con él hasta ahora… El resto es historia (¡uff, borra, borra eso! Empezamos bien la entrevista). 

Vuestra discografía cuenta con Un Ep y tres trabajos publicados, cuya última referencia es “III”, todo ello editado en poco más de seis años. ¿A qué responde semejante caudal creativo? 

Marcos: No creo que destaquemos por ser prolíficos, creo que vamos a un ritmo bueno, pero nada loco. Me parece que un Ep y tres Lp’s en seis años está bien. Prolíficos los King Gizzard, los Oh Sees o los Beatles. Pero sí, entiendo lo que dices. Tres álbumes ya es como algo ¿“serio”? 

El disco es una auténtica pasada, un cruce de caminos imposible, donde estilos antagónicos se funden para dar forma a un collage donde todo funciona. ¿De dónde nace una amalgama de sonoridades tan brutal? 

Marcos: Es un buen batiburrillo, sí. Yo creo que si nos salen géneros tan diferentes es porque somos súper tocones. A Víctor y a mi nos flipa tocar nuestro instrumento laaargas horas y si estamos todo ese tiempo tocando lo mismo nos da algo. También hay una cosa que queremos evitar y es que todas las canciones suenen a lo mismo. Intentamos que cada canción sea un mundo que visitamos una vez y no nos casamos con nada. 

Venís de Valencia, una tierra mágica, bañada por el Mediterráneo, donde hace casi tres décadas tuvo lugar un movimiento único en la historia de la música europea como fue “la ruta del Bakalao”, que en su origen fue un movimiento cultural donde la música de géneros diversos tuvo un peso mayúsculo. ¿Creéis que aquella semilla se refleja de alguna forma en la música de este trabajo? 

Marcos: Creo que es solamente en “Cobra” de “III”, donde trabajamos la producción inspirándonos en los temas de la ruta… A parte de este tema, te diría que en ninguno otro más tenemos esta referencia encima de la mesa. Pero bueno, es interesante y quizá experimentemos más con esta idea. Hu-ha. 

Hay rock, rumba, sonido Caño Roto, stoner, bakalao rutero, pasodobles…¿Hasta qué punto es complicado encontrar un equilibrio entre referencias tan absolutamente dispares? 

Marcos: Toquemos lo que toquemos, sea un rollo más stoner o una bachata (te juro que estamos ahí), al final pasa por nuestras manos, nuestros instrumentos, afinaciones, cuerdas, platos, pedales, cables, amplis… Sí que hay cosas que tocamos que es como “esto sí que no” pero ojo, que igual al día siguiente va y nos gusta. Yo no me cierro a nada, es más, si no fuera así es que me aburriría como una oyster. 

“El realismo sucio, donde se usan pocas palabras que sugieren una escena macabra, oscura o incómoda, es lo que me gusta” 

A nivel de letras, da la sensación que os ha quedado un trabajo minimalista, pero que es suficiente para transmitir atmósferas literarias densas y crudas, oscuras y casi violentas, hablo de ejemplos como “Balas” y “Cobra”. ¿Tenéis la misma percepción sobre las mismas? ¿A qué responden?

Marcos: Sí, nos gusta la lírica escueta pero cargada de significado. A veces digo que me inspira Raymond Carver para escribir, pero creo que me estoy pegando el moco (I’m sticking the mocus). Lo que vengo a decir es que el realismo sucio, donde se usan pocas palabras que sugieren una escena macabra, oscura o incómoda, es lo que me gusta (y además a lo máximo que puedo llegar, porque luego me pongo Silvio Rodríguez y lloro muy fuerte). 

También tiempo para hits que son puro amor como “Besos”, donde elaboráis una de las declaraciones de amor más sincera del rock en castellano que he escuchado en los últimos años. ¿Quiere decir eso que vuestro dúo rabioso también tiene su corazoncito? 

Marcos: ¡Nos ha jodido! Por supuesto. Si casi todas las letras del rock van sobre amores, personas inalcanzables, sexo, fantasía… Aquí estuvimos “estudiando" mucho a El Fary y a Manolo Escobar en aquellos temazos que se marcaron por los 70’s. Que básicamente pivotan en torno a esta filosofía: “ay que guapa, ay qué bonito, ay qué alegría tú”. Pues eso (no ha contestado a nada). 

La portada del disco recoge vuestros instrumentos en el albero de una plaza de toros, incluyéndose en el álbum una canción de lo más cañera titulada con el polémico nombre de “Muere, Torero” y otra que es una instrumental maravillosa llamada “El Ruedo”, donde no os cortáis con la distorsión y las castañuelas. Ahora que la “fiesta nacional” está cada vez más mal vista desde muchos sectores de la sociedad, mi pregunta es la siguiente. ¿Utilizáis dichas referencias como seguidores, simplemente porque siempre han dotado a nuestra cultura de una iconografía muy potente, utilizada por figuras como García Lorca, o simplemente como provocación, algo que debería ser inherente al rock pero que cada vez anda más en desuso? 

Marcos: Por ambas razones. Por una parte, lo estético de la tauromaquia, que forma parte de nuestra cultura como lo es la guitarra española, una paella o las fallas (por decir). Las plazas de toros son espacios monumentales y nos recuerdan a otras construcciones inmemoriales, de una carga cultural tangible. Por otra, le damos la vuelta al uso del espacio haciendo un concierto en donde no toca, como Pink Floyd hicieron en Pompeii. Tocar “Muere, Torero” en la plaza de toros de Bocairent fue una fantasía. Por cierto, este video en directo todavía no ha salido, lo tenemos esperando su momento. 

Escuchando “Funeral” se me ha venido a la cabeza “Venus in Furs” de Velvet Underground, igual que por su cadencia me ha ocurrido en “In Memorian”, donde hay un paisaje que es puramente “lourrediano”. ¿Es una influencia para vosotros? ¿Hasta dónde llega la paleta estilística de Yo Diablo? 

Marcos: La Velvet y Lou Reed son pilares musicales para nosotros y los hemos escuchado hasta aburrir, pero nunca lo habría relacionado con nuestra manera de componer. Supongo que algo siempre cala después de años escuchando esa escena. Por cierto, recomiendo muchísimo el documental de la Velvet que está en Apple TV, está bien sabroso. 

Debo comentaros que al oír “Funeral” me ha dado la sensación que el papel de chamanes de la nueva era os sienta de lujo, es una canción a modo de mantra y ceremonial que os sienta como anillo al dedo. ¿Manejáis la idea de montar una secta de adorados del sonido Yo Diablo? 

Marcos: “Funeral” es la única canción del álbum que no grabamos ad hoc para III. Llevaba en conserva desde 2019, cuando grabamos el primer álbum con Paco Loco. Esta canción quedó fuera y la hemos añadido a III sin remordimientos. Para la secta que comentas, cuando queráis sacrificamos una cabra (que no, que es bromi). 

Lo digo porque estoy pensando en “Espejismos”, parece una cumbia con toques jazz al piano y ambientaciones árabes a lo largo de toda la canción. ¿Cómo nace una composición tan rica y elegante? 

Marcos: Esta canción es una oda al máximo jefe del jazz etíope, el signore Mulatu Astatke. Descubrí esta música en un chiringuito de Valencia, donde tocábamos por la tarde y al mediodía, sin ninguna sustancia ingerida de por medio, empecé a delirar al escuchar sonoridades y ambientes totalmente ajenos a mi oreja. El caso es que este tipo de música tan concreta me transporta automáticamente a una psicodelia particular y me enajena del mundo en el que estamos. Escuchando Mulatu puedo oír la sala donde se grabó, la suciedad en los potes de la mesa, el polvo en los micros… Recomiendo la escucha del álbum “Inspiration Information 3”, del mismo Mulatu junto a The Heliocentrics. 

Cuando se habla de vosotros, se suele poner como referencia a nivel nacional a Guadalupe Plata. ¿Qué otras bandas/solistas del panorama sentís cercanas a vuestras sonoridades y postulados? 

Marcos: Además de los padres, Guadalupe Plata, nos sentimos muy cercanos a una banda amiga de Valencia que se llama Sanisidro, que hacen música mediterránea, con aires flamencos y de aura psicodélica. Creo que podríamos montar un festival muy interesante juntando estas tres bandas una noche de verano. 

Sinceramente, tengo la percepción de que a día de hoy no hay en el panorama una banda tan rica y decididamente “outsider” como vosotros. ¿Cuál es la reacción de la gente que os ve en directo por primera vez?

Marcos: De nuevo, me genoflexo. Al público que nos ve por primera vez le llama la atención que dos tipos llenen el escenario como una full banda y muchos no se creen que lo hagamos todo en directo. Hay peña que de verdad piensa que les miento cuando les digo que no hay bajos pre-grabados, lo tengo que explicar un buen rato. Al rato se van andando hacia atrás con cara de desconfianza (pero con un vinilo bajo el brazo). Otras personas apuntan la química entre Víctor y yo en el escenario, que si somos hermanos, no sé qué. La gente en general alaba la mezcla de estilos, las melodías aflamencadas de la guitarra eléctrica, el ritmo tucu-chaca que recuerda a música electrónica… Yo que sé, es raro escribir esto (se pone nervioso). 

El disco fue editado hace apenas un mes y medio. ¿Qué tal está funcionando hasta la fecha? ¿Os ha dado tiempo a meter la cabeza en algún festival? ¿Qué planes de presentaciones tenéis para el mismo a nivel de salas? 

Marcos: Está yendo bien, tenemos buenas críticas de quienes nos escriben o quienes nos escuchan, quienes ven los videoclips, el concierto de Radio 3, etc. En cuanto a los bolos en directo nos van llamando cada vez más de salas, festivales, ayuntamientos y demás lares. No tenemos agencia de booking (ni de management, ni discográfica ni ná) así que todo lo conseguimos por nosotros mismos y por ello lo valoramos un montón. Vamos poco a poco, como siempre desde que empezamos. Y no, no me ha dado tiempo a plantear una presentación del disco por capitales del país (risas). Ya irán saliendo, oye ¡tampoco me agobies! 

Ardemos en deseos por veros en directo, así que os dejamos que nos sigáis afilando los dientes. ¿Qué le diríais a todas aquellas personas que nunca os hayan visto en directo? 

Marcos: Uff, qué dentera lo de afilar los dientes. A quienes no nos han visto nunca les diría que vernos es como irse a Teruel en bici con Iraki Gabilondo a jugar ajedrez mientras te tomas un Larios Rosé con torreznos y de fondo ponen E.T. No tengo ni idea. Esto también es raro. No quiero decir lo típico, “ven que te gustará” o “ven a vernos que vas a flipaaaar”. Quienes no nos han visto todavía, todavía están a tiempo de vernos (ojo, mete a esta frase unos acordes a lo Dire Straits y tienes una canción de Fito). Coñas aparte, ¡gracias Javier! Un abrazo enorme desde Valencia.