Entrevista: Carlos Pérez de Ziriza


“Morrissey es uno de los últimos iconos del siglo XX” 

Por: Javier González. 
Fotografía inicial: Esperanza López.
Fotografías: Pablo Sanchis.

Carlos Pérez de Ziriza es uno de los mejores periodistas de nuestro país, su firma es habitual en un montón de cabeceras y diarios de sobrado prestigio, quienes confían en su prosa y acreditado buen gusto para mantener al personal informado de la actualidad musical. 

En los últimos tiempos también ha incrementado su producción como autor de literatura dentro del género, ámbito en que le contemplan un buen puñado de obras entre las que destacaremos “No Olvides las Canciones que te Salvaron la Vida”, “Prefab Sprout, la vida es un Milagro” y la más reciente, “Morrissey y los Smiths, tanto por lo que responder”, todas ellas bajo el paraguas de la editorial Efe Eme

Sobre esta última versó la charla que mantuvimos con él semanas atrás, centrada en la trayectoria de uno de los grandes personajes del panorama pop-rock de las últimas décadas como es el simpar Steven Patrick Morrissey, al que dedica una sesuda semblanza, repleta de lucidez y datos, expuesta con un desarrollo interesantísimo que permite obtener una fotografía ajustada al extremo del brillante artista mancuniano. 

Disfrutamos de media hora de conversación acerca de la trayectoria, manías y grandezas del que bien pudiera ser el último gran icono del rock del siglo XX. Comentarios a su ética y estética; grandezas y miserias. Referencias y cultura propia. Apuntes acerca de su mítico tupé y a una lengua tan afilada como viperina. También a su humor e inteligencia, al ego que gasta y a las soledades adolescentes que tanto marcaron su carácter. 

En definitiva, todo girando íntegramente en torno a un divo cuyo arquetipo hay que buscar en un tiempo pasado. Un tipo encantado de conocerse a sí mismo, que hubiera disfrutado sabiéndose el centro de atención sobre el que giraron aquellos treinta minutos de nuestras vidas. Una estrella y un mito. Mal que les pese a muchos, historia viva de una Europa crepuscular que hace tiempo dejó de existir y de la que Morrissey es su único vestigio vivo.

¿Qué tal estás? ¿Cómo va todo tras la publicación de “Morrissey y los Smiths, tanto por lo que responder”? 

Carlos: Bien, muy bien. Fenomenal, la verdad. Respecto al libro muy contento porque al decidir escribirlo tenía en mente hacer un trabajo lo más completo posible en cuanto a lo que se ha publicado sobre Morrissey y los Smiths en castellano. También quería que el libro aportara un enfoque medianamente original, creo que he logrado ambas cosas, aunque eso lo tiene que decidir la gente que lo lea. 

¿Cómo se fraguó la posibilidad de escribir esta obra? 

Carlos: Había escrito un libro sobre ellos en 2005 que se publicó cuando la revista Efe Eme era física y se vendía en kioscos. Era un libro muy corto, en realidad era una guía, algo muy básico, sin afán enciclopédico. Con Juan Puchades, el editor, siempre habíamos hablado de la posibilidad de retomar el libro, ampliarlo y darlo un enfoque nuevo. Hasta ahora no había surgido la posibilidad o el ánimo de hacerlo. ¿Por qué ahora y no antes? En parte fue porque hace cosa de un año escribí un artículo sobre Morrissey en cuadernos Efe Eme, su publicación trimestral en papel, allí había un texto sobre sus influencias, su universo de mitos, que a Juan le gustó bastante. Entre eso y que el anterior libro que hice, “Prefab Sprout, la vida es un milagro”, tenía un formato más o menos similar, me propuso utilizarlo con Morrissey y los Smiths. Esa fue la razón final. 

Una obra que versa sobre el mito de Mánchester, que no es la primera de tu autoría como bien apuntas, pues también escribiste “Morrissey y los Smiths, Inmortal luz del Norte”. ¿En algún momento pensaste en esta parte como una continuación de aquella primera? 

Carlos: Son planteamientos distintos, es otra historia. Más que una segunda parte, que no lo es en absoluto, es como una reformulación y redimensión de lo que aquel contenía. Con todo lo que implica, aquel libro lo escribí hace 19 años y este ahora. Ni mi forma de escribir ni mis conocimientos son los mismos exactamente. Es completamente distinto. 

Hagamos un poco de arqueología personal, si te parece. ¿En qué momento y de qué forma aparece el binomio The Smiths/Morrissey? 

Carlos: Lo cuento en el libro, en mi vida aparece cuando soy adolescente, con 16 años, si no recuerdo mal. Conocía un par de canciones, pero no había profundizado en su obra hasta que me compré el primer disco, a partir de ahí vienen los demás. Durante varios meses, incluso dos o tres años, no sé si era lo que más escuchaba, pero sí que era la que más me llegaba emocionalmente. Influye mucho la edad, no es lo mismo descubrirlos con 15-16 que con 30, creo, no lo sé. Empecé a escucharlos y a encajar su música que para mí era algo más que discos y canciones. 

“El universo de referencias de Morrissey es tremendamente rico” 

El libro posee un desarrollo llamativo e inteligente, donde vas mostrando su estilo y su iconografía, el engrandecimiento del mito y un sinfín de referencias culturales que le han marcado, rematando con una entrevista y unas notas sobre su discografía. ¿A qué responde esta forma de desarrollar su trayectoria? 

Carlos: En el caso de Morrissey todo el apartado de influencias o referencias, ya sean literarias, musicales, cinematográficas, teatrales o de personajes de la política, como Margaret Thatcher da mucho juego. Creo que el universo de referencias de Morrissey y los Smiths es tremendamente rico. Posiblemente de los más exuberantes que podamos ver en los últimos cuarenta años de música. Conozco pocos grupos donde puedas encontrar cuatro o cinco referencias en una misma canción acerca de otros artistas. Conseguían hacerlo muy bien porque el producto, armado sobre referencias ajenas, sonaba a ellos mismo. Para mí es el gran mérito. El formato me venía ya dado del anterior libro, pero aquí da mucho más juego. 

“Es uno de los mejores escritores de canciones de las últimas décadas” 

Es indudable que Morrissey es uno de los mejores escritores de música en lengua inglesa. Más allá de eso. ¿Le calificarías como cantante, poeta o agitador? 

Carlos: Como letrista es el más singular de los que surgieron en la Inglaterra de los ochenta. Si que es verdad que con el paso del tiempo sus discos en solitario no han mostrado la misma agudeza a la hora de plasmar las letras que antaño. Es un letrista que ha creado escuela. Como bien dices tú, es más brillante como letrista que cantante. Es un buen cantante, pero por su tesitura de voz no va a gustar a todo el mundo. Aunque creo que con los años ha mejorado, sobre todo en directo, ha ido haciéndose mejor cantante. Si bien es cierto que ha perdido facultades como letrista, pero como cantante las ha ganado respecto a los ochenta. Es un letrista inimitable, pese a que mucha gente ha intentado imitarle, pero tiene un estilo único. Para mí es uno de los mejores escritores de canciones de las últimas décadas. Además, con un estilo muy particular, no representa una moda de los ochenta. Con letras abigarradas y complejas, con giros del lenguaje y expresiones que podían sonar antiguas en los ochenta y noventa, incluso lo harían ahora. Él tenía las narices de meterlas y hacer que funcionaran. 

Hablamos de un lector empedernido, inteligente en sus referencias, ácido en sus puyas y dotado de un humor que es símbolo de inteligencia. 

Carlos: Lo que comentas del sentido del humor es algo a lo que me apetecía dedicarle un capítulo como he hecho. Es verdad que no son letras optimistas, pero el sentido del humor que ha usado en sus letras, con los demás y consigo mismo, nunca se ha valorado lo suficiente. 

“Su enfoque sexual fue novedoso dentro de la cultura pop” 

También estamos ante un adelantado en su forma de mostrar una sexualidad abierta que para él siempre ha sido una especia de juego en sus letras. 

Carlos: En realidad estamos hablando de alguien que no es que emplee un registro ambiguo. Hay muchas letras con los Smiths en las que el considera que la sexualidad está más allá de él. Un terreno que le está en cierto modo vedado y prohibido. Es un enfoque novedoso dentro de la cultura pop. Hoy en día está asumidos todo tipo de enfoques: heterosexual, homosexual, no binario y el ambiguo, surgido en la época del glam. Es muy curioso y singular. Es verdad que a partir de hacer discos en solitario, sobre todo desde la década de dos mil, muy concretamente en el disco de dos mil seis, “Ringleader of Tormentors”, hay letras donde deja entrever que la sexualidad se ha destapado, pero lo deja caer de una forma que no se sabe si es real o no. 

“Morrissey no disocia entre la faceta de estrella y persona, para él, es lo mismo” 

Ha tenido choques con sus compañeros de banda, antiguos mitos como David Bowie, rivalidades históricas con Robert Smith y hasta alejamientos con Nancy Sinatra, tampoco se le conoce una amplia gama de amistades más allá de Chrissie Hynde. ¿Qué opinas de su capacidad innata para el conflicto? 

Carlos: Puede que su mejor amiga sea Linder Sterling, con quien ha mantenido una amistad durante más de cuatro décadas inquebrantable. Imagino que es una persona complicada de tratar a largo plazo, habrá que preguntar a la gente de su entorno. No debe ser fácil. Estuvo recluido en la habitación durante muchos años solo durante su adolescencia, cuando gestó su discurso musical de la primera época. Estaba rodeado de referentes culturales, sin tener muchos amigos, nunca se distinguió por ello. Además, es una persona que no disocia entre la faceta de estrella y persona, para él, es lo mismo. No es una persona fácil para mantener una amistad con él durante mucho tiempo. 

Consideras “Vauxhall and I”, la cima de su carrera en solitario. ¿Por qué? 

Carlos: Me parece que es un disco con muy buenas canciones y muy bien producido. En relación con otros discos de una calidad similar, creo que ha envejecido bastante bien. Es posiblemente el que mejor ha envejecido de sus trabajos de los noventa. Lo escuchas ahora y sigue sonando clásico. No es un álbum con sonidos y hechuras que puedas calificar como coyuntural, podría ser de una fecha distinta. Por eso, por la calidad de las canciones y letras que tienen mucho de intimistas, no tan atentas al entorno como en otros trabajos. Para mí hace que sea el mejor disco de su carrera en solitario, aunque, como con todo, habrá opiniones para todos los gustos y habrá gente que no estará de acuerdo. 

Es evidente que coincidimos en que “You are the Quarry”, supuso su gloriosa reentrada para su carrera. Si aquel disco hubiera salido justo detrás de “Vauxhall and I”, ¿crees que lo daríamos el mismo estatus mítico? 

Carlos: Posiblemente no, lo comento en el libro también. Pasaron siete años entre “Maladjusted” y “You are the Quarry”, donde no había internet ni era noticia en ningún lado. Estaba ausente de los medios, sin declaraciones en ningún lado. Se junto la calidad del disco con el factor sorpresa que nadie esperaba un disco suyo y que fuera tan sólido. Creo que se juntaron varios factores. 

¿Te quedas con el Morrissey más pop, el glam o el intimista? 

Carlos: No te podría decir una faceta en concreto. En un mismo disco hay varios Morrisseys, todos con su individualidad y características. Más que quedarme por un tipo de Morrissey por el estilo, lo hago por la inspiración, lo que cuenta es que las canciones sean buenas y que te lleguen. Ha habido álbumes de la última época donde ha probado cosas nuevas que podrían parecer experimentales para la mayoría de sus fans, que a mí me disgustan por no estar bien resueltas. Más allá del estilo, valoro la capacidad de sorprender en cualquier artista, muchos músicos lo han tenido y él no tanto. Ahora estoy escribiendo un artículo sobre Paul Weller en el cual hablo de eso, de la capacidad para reinventarse dentro de unos cauces con cada disco durante los últimos quince años. No es una cuestión de estilo, lo es de calidad. 

También tiene una relación muy especial con sus segundos espadas, ¿crees que son una necesidad obligatoria para brillar en todo su esplendor o apuntalamiento menor para sus canciones? 

Carlos: Creo que son una necesidad como tú dices. Él presume de los músicos que tiene alrededor, lo hace en la entrevista que se incluye en el libro. Sí que es verdad que luego son guitarristas y letristas que hacen que él casi siempre suene a sí mismo. Hay como una línea de continuidad entre Alain White, Boz Boorer y Gustavo Manzur, por ejemplo. Hay una continuidad que hace de algún modo que su sobre se proyecte sobre ellos. Suena a sí mismo, más allá de quién tenga a su lado. Si escuchas un disco de Morrissey, te cuesta saber quién ha escrito cada canción. Los rasgos de los compositores que trabajan con él no son tan visibles como los suyos. No sé si es responsabilidad suya o de los compositores que deben saber que todo tiene que sonar a Morrissey. 

Siempre he pensado que Morrissey es el último gran icono, la última estrella del rock, por aquello de sus maneras, su tupé clásico y su gran cantidad de referentes, aunque musicalmente hablando he considerado que su música tiene más que ver con el pop. ¿No sé si estás de acuerdo con la afirmación? 

Carlos: Bueno, no distingo prácticamente entre pop y rock, todo forma parte de lo mismo. Se supone que cuando las guitarras suenan con mayor virulencia y electricidad, donde la melodía no es tan diáfana, se considera rock y no pop. Si tuviera que mojarme, diría que Morrissey es más pop, porque los referentes están ahí. Sin embargo, Ramones, New York Dolls y David Bowie son rock, más rock que pop. Es todo un poco discutible. Es uno de los últimos iconos, estoy de acuerdo. Eso sí, es más un icono del siglo XX que del XXI. 

¿Qué importancia tiene Morrissey en el mundo alternativo actual donde siguen apareciendo bandas como Briggitte Calls Me Baby que muestran su influjo claramente? 

Carlos: Sí, son grupos que tienen mucho de él. Sin embargo, son grupos muy underground, no están en primer plano mediático, algo que sí ocurría con los grupos de los noventa que estaban en las portadas de los semanarios ingleses e incluso en la prensa española. Su influencia sigue estando ahí, pero es más subterránea. En el libro comento que los estilos que están de moda a nivel popular no son ni el pop ni el rock. Gran parte de los discos más excitantes que se han hecho en Gran Bretaña en los últimos no son de pop ni de rock. Sí que pienso ahora, no habiéndolos citado en el libro, que uno de los grupos más importantes del actual pop británico, aunque son irlandeses, son Fontaines D.C., quen en su último single suena a The Smiths. Es de los pocos grupos de moda que en canciones puntuales de cada disco me recuerdan a ellos. 

Y en este punto del camino, donde Morrissey no para de poner a prueba nuestro aguante y tolerancia por su vanidad y capacidad innata para ser un bocazas en toda regla. ¿Cuál es tu relación como fan/seguidor con él? 

Carlos: Todo se lo relativizo bastante. Que él diga cosas en público con las que no estoy de acuerdo, o que me parezcan desagradables, a mí no me afecta. No hace que tenga menos estima por su obra y discos. Lo asumo como parte de su evolución personal en la que habrá factores personales y del entorno. Vivimos en una sociedad que no es la misma que hace veinte o treinta años. Hay gente que veo decir que no volverán a escucharlo y reniegan de su música, pienso que es una minoría. Los fans que conozco, aquellos con los que tengo relación de amistad, no han dejado de idolatrarla. Nos creamos la imagen que nos queremos crear de la gente que idolatramos. Los customizamos y los adaptamos a nuestros requerimientos. Hacemos bien, están ahí para hacernos la vida más agradable. No eres el mismo con 16 que cincuenta. La forma de ver las cosas va cambiando con la edad. Como fan no ha cambiado en sustancial. 

¿Crees que estamos en disposición de esperar un último gran trabajo bajo su firma? 

Carlos: No espero un gran trabajo, espero algo consistente. Más que los últimos que ha ido lanzando. En general las canciones que ha ido lanzando de “Bonfire of Teenagers”, las que ha tocado en directo, van por ahí. No están nada mal, aunque no hay ninguna al nivel de sus grandes obras. Según anunció, el primer disco de los dos grabados, “Bonfire of Teenagers”, se va a publicar a lo largo del año. Cuando le entrevisté para el libro, a principios de abril, no había certeza todavía, pero parece que la cosa se va a desencallar. Veremos el siguiente. No espero una obra maestra, sí cuatro o cinco canciones para meter en una playlist con agrado. El último disco, “I´m not a dog of change”, tenía buenas canciones, era una ligera recuperación de los anteriores. La primera mitad del disco estaba bastante bien. 

¿Por qué motivo piensas que Morrissey despierta una pasión tan desatada entre sus fans y odios tan encontrados entre sus detractores? 

Carlos: Es complicado contestarlo. No lo sé. Entiendo que hay un factor de identificación del fan con lo que cantaba y escribía en sus canciones, está claro. El factor de odio, ocurre como con Los Planetas, por buscar un parecido. Tienen un mensaje tan codificado, yendo un poco a los extremos, que es fácil que suscite grandes adhesiones y aversiones. La música de Morrissey y Los Smiths, te gusta mucho o nada. Puede ocurrir que escuches unas pocas canciones y no investigues más. Por el tipo de propuesta, es normal que gusten mucho y causen rechazo. Son textos, melodías y formas de cantar muy similares. O te entran o no. 

“La trayectoria de The Smiths es más consistente que la de Morrissey” 

La pregunta del millón y es obligatorio elegir. ¿The Smiths o Morrissey? 

Carlos: Si tuviera que elegir una carrera, creo que The Smiths es más consistente que la de Morrissey. Es más perfecta, si es que hay perfección en este mundo, porque tampoco me gusta utilizar tal adjetivo. La de Morrissey tiene más altibajos. El nivel de brillantez que tienen los mejores trabajos de los Smiths es algo a lo que Morrissey no ha llegado y no creo que llegue. Lo sabe todo el mundo y ellos también lo saben. Por mucho que Morrissey diga que su carrera en solitario tiene más valor que lo hecho con los Smiths. Es algo que él lo dice, pero no sé hasta qué punto está convencido de ello. En ese punto está claro. 

¿Con qué canción de toda su discografía te quedarías? 

Carlos: No sé. Yo creo que la canción cumbre de toda su carrera, ya sea en solitario o con The Smiths, quizás sea “There is a Light that never goes out”. No soy nada original. Lo tiene todo. Luego hay un montón de canciones que no han sido singles ni son muy conocidas que están entre mis favoritas. Te podría decir “Well I Wonder” de “Meat is Murder” que no fue single y es una maravilla. Ahora entras en Spotify y es la canción con más escuchas del disco. Señal que ahora la gente ha sabido ver su valía mejor que en su momento. En solitario también te podría decir. Me gusta “Comeback to Camden” o “Speedway”, que en directo cobra una dimensión distinta. Nunca he sido de quedarme con una favorita de los artistas.

Ahora que acaba la entrevista, ¿qué me dirías si te comentara que la noche en que actuó en Madrid dentro del “Saturday Night Fever” del Fib el 19 de julio de 2008, yo estaba en primera fila y me hice con la camisa Yves Saint Laurent marrón que Morrissey lanzó a la primera fila mientras tocaba “How Soon is Now?”? 

Carlos: Joder, qué milagro. Tiene mérito. Tienes una reliquia, la verdad.