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Daniel De Visé: "The Blues Brothers: Granujas a Todo Ritmo"


Por: Txema Mañeru.

¿Quién que haya disfrutado de "Granujas a todo ritmo" no recuerda a una de las mejores comedias musicales de acción de todos los tiempos? Bueno, la mejor, que tampoco hay tantas en su estilo. No hay más que leer las palabras de Judith Belushi, viuda de John, sobre este libro. “De Visé ha conseguido trenzar en un relato creíble y portentosamente documentado una historia cuya reconstrucción constituye todo un desafío hasta para los más bregados en estas lides. La crónica de una amistad épica [...] y la fascinante disección de esta inolvidable banda, de sus personajes y de la música que veneraron y restituyeron al lugar que le pertenece nos lega una deuda impagable. Y lo ha conseguido aunando el humor, la humanidad, el amor y la tragedia que hacen de esta historia un relato entrañable”. Y sí, la pluma de Daniel De Visé es uno de los puntos álgidos de este libro. 

El año pasado ya nos encontramos con su firma en uno de los mejores libros musicales de dicha temporada,  el extenso “B.B. King Rey del Blues: Ascensión y Reinado de Riley “Blues Boy” King” (Libros del Kultrum). También gozamos en la misma editorial (Colección Cult Room) con “Como Una Moto: La Vida Galopante de John Belushi”, escrito por Bob Woodward y casi 600 páginas con la interesante biografía del prematuramente desaparecido, John Belushi. 

Ambos caminos su unen ahora con el inspirado, y también muy extenso, dado su enorme jugo, “The Blues Brothers: Granujas a Todo Ritmo", rubricado por todo un Premio Pulitzer como es De Visé. Y  hay que recordar cómo comienza semejante y mítico film. “No van a pillarnos”, le espeta Dan Aykroyd a su hermano Jake, inmortalizado por John Belushi. ”Esta es una misión del Altísimo, Dios lo quiere”. Gran pistoletazo de salida para esta gigantesca comedia musical de acción que acaba de cumplir medio siglo de vida. Su misión divina en el guion tenía inicialmente por objeto salvar de la ruina el orfanato de Chicago en el que crecieron los hermanos Elwood, pero Aykroyd, acaso el más iluminado de tan ferviente pareja de conversos al rhythm & blues, y que escribió gran parte de la película, concibe una misión para mayor gloria, si cabe: rendir tributo al, por aquel entonces, olvidado acervo del rhythm & blues. 

Una misión que lograrían ayudados por la presencia de gigantes de la música negra como Aretha Franklin, James Brown, John Lee Hooker, Cab Calloway o Ray Charles. Actuaciones míticas muy bien aderezadas por divertidas escenas de acción y con un sentido del humor realmente a prueba de bombas, persecuciones y explosiones. Es ilustrativo también el subtítulo que aparece en la portada del libro: “De una amistad épica, el auge de la improvisación y el nacimiento de un nuevo género cinematográfico: la comedia musical de acción”. ¡Y vaya si supuso un nuevo género! Un clásico que se ha ganado dicho bautizo a pulso con el inmarcesible paso del tiempo. 

Con docenas de entrevistas que sondean los recuerdos de los protagonistas, desde el director John Landis y el productor Bob Weiss hasta el propio Aykroyd, este sentido homenaje en forma de libro devuelve a la vida los avatares de una obra maestra del cine estadounidense al tiempo que recompone las semblanzas de algunos de los preclaros genios a quienes debemos el alumbramiento de la comedia moderna. Una gozada volver a ver la película, escuchar su impecable banda sonora y, ahora, leer este amplio volumen sobre semejante película que significa la segunda incursión de De Visé en el mundo de la música y, si sigue así, ojalá pronto nos brindé algunas obras más.

Se trata de casi 500 páginas de las que 16 son guapas páginas de fotografías en papel satinado en chulo blanco y negro. Con un buen prólogo a la edición española a cargo de Toni García Ramón, entre sus muchos capítulos  destacan “La gran prueba del humor canadiense”, “El monstruo de las bananas”, “Esta es una misión del Altísimo, Dios lo quiere”, “Nunca es demasiado tarde para rectificar”  o el final “Un Funeral Vikingo”. También hay un buen y amplio epílogo en el que aparece hasta la recomendación de la Iglesia católica, que lo definió como clásico católico, siendo una de las 12 películas recomendadas para los fieles, junto a “Los Diez Mandamientos” o “¡Qué Bello es Vivir!”, por citar 2 de los mejores ejemplos. ¡Realmente un loco sueño de blues hecho realidad!