Canela Party,: "Esto es un festival, quien lo probó, lo sabe”


“En el Canela Party vivimos una comunión total entre artistas, organización y público” 

Por: Javier González. 
Fotografías: Javier Rosa

Es harto complicado definir la sensación que invade tu cuerpo al cruzar el acceso al recinto del Canela Party; más allá de la emoción por lo que pueda ocurrir a nivel musical, algo totalmente garantizado a poco que se observe la calidad de los artistas que conforman su cartel, hay una serie de fuerzas intangibles flotando en el ambiente que invitan a hacerte sentir una familiaridad que descoloca a las primeras de cambio, sobre todo para aquellas personas que nunca antes habíamos asistido a la cita malagueña. 

A partir de esta edición, serán cuatro días de sonrisas, alegría y un buen rollo que van más allá del mero hecho de compartir una ceremonia musical; una extraña hermandad fuera de toda lógica que se cultiva con mimo y esmero cada año en las labores preparatorias por parte de su organización, volcada por mejorar la cita sin renunciar a unos postulados de respeto al público que, como amantes de la cultura festivalera de bien, agradecemos profundamente. Frente al imperio del dinero, algunos siguen creyendo en la decencia. Una panda de locos maravillosos que se preocupan por hacernos disfrutar y mejorar la calidad de nuestro verano desde hace casi veinte años. 

Trasladar lo que acontece en Torremolinos cada año a nivel musical en el mes de agosto es harto complicado, por eso hemos contactado con las buenas gentes del Canela Party para que intenten explicarlo ellos mismos. Aún así, por si no queda claro, aceptad un consejito: corred a pillar vuestro abono, están volando. Que luego vienen los lloros y los festivales masificados. Y eso es mucho peor. Al fin y al cabo, esto es un festival, quien lo probó, lo sabe. 

Camino de veinte años de Canela Party, convertidos edición a edición en uno de los festivales más particulares, familiares y divertidos del panorama. ¿Cuál es la fórmula secreta para mantener la ilusión y el espíritu intacto después de tanto tiempo?

Los que organizamos esta movida gordísima estamos desde siempre obsesionados, en el mejor sentido, por la música. Mientras nos haga disfrutar, que es algo que creemos que durará siempre, podamos traer a las bandas que más nos gustan para tocar en directo y haya un montón de locxs como nosotros con quien poder liar el pitote, seguiremos ilusionados por montar un nuevo Canela. Además, siempre hay un nuevo disfraz pendiente por vestir y confeti por lanzar. Ahora que se ha puesto de moda criticar a los festivales. 

¿Cómo de satisfechos os sentís de no haber renunciado a una idea y seguir fieles a vuestros postulados iniciales? 

Siempre decimos que cuando organizamos nuestro festival pensamos en cómo nos gustaría que fuese aquel al que queremos ir. No hay otro secreto. Por el contrario, en la mayoría de los macro-festivales, sobre todo ahora que muchos están pasando a manos de fondos de inversión, prima el mercantilismo y maximizar beneficios. Nuestra mayor satisfacción es poder comprobar que todo el esfuerzo y cariño que le ponemos se ve reflejado en el resultado y nos viene devuelto con creces en forma de amor por parte del público y las propias bandas que participan. Si eso nos hace tan felices sin llenarnos los bolsillos será porque, en el fondo, somos unos románticos. 

Defendiendo una idea concreta, no habéis dejado de crecer y mejorar vuestra oferta, tanto en la calidad del cartel año a año, como en la mejora del recinto. ¿Hasta qué punto es complicado seguir yendo a más cuando casi rozáis la perfección en lo relativo a organización? 

Es cierto que llevamos muchos años y que el crecimiento ha sido continuo, aunque contenido, pero han sido los últimos cuando hemos dado el gran salto a un recinto al aire libre y, sobre todo desde que se unió a nosotros Miel de Moscas, a una mayor profesionalización. Eso nos ha obligado a aprender a marchas forzadas muchas cosas que nunca habíamos hecho y que siempre se pueden mejorar. Cada edición forma parte de un nuevo paso en nuestro aprendizaje. Si como seres humanos y como parte de la sociedad no paramos nunca de intentar progresar a lo largo de nuestras vidas, también debe ser mejorable nuestro comportamiento con los demás y con nuestro entorno hasta en los pequeños detalles. El día que nos creamos que hemos alcanzado la perfección nos iremos a la mierda. 

A veces os tenéis que enfrentar a situaciones de lo más tensas, sin ir más lejos el año pasado un vendaval obligó a paralizar las actuaciones varias horas, haciendo que el concierto de Mujeres terminara antes, retrasando el concierto de la gran sensación del cartel, King Gizzard & The Lizard Wizard, y dejando sin hueco a bandas como Triángulo de Amor Bizarro. ¿Cómo vivisteis aquellas horas frenéticas donde primó la responsabilidad y el evitar riesgos al desalojar el recinto? 

No diremos que no fue difícil porque mentiríamos. La verdad es que nunca nos habíamos enfrentado a una situación parecida y puede que hasta perdiéramos algún año de vida por el camino. Lo mejor es que creo que acertamos con las decisiones que tomamos y al final todo salió bien. Pero hubiera sido imposible sin haber contado con un equipo excelente de profesionales a nuestro lado y, sobre todo, sin un público increíble que dio una muestra de madurez y colaboración sin precedentes. El momento fue jodido y el mal rato no nos los quita nadie, pero la sensación de unidad, de responsabilidad colectiva y la explosión de júbilo tras el susto entre todxs lxs que estábamos allí fue de tal calibre que hasta mereció la pena. 

Para quien no haya ido nunca al Canela. ¿Cómo definirías vosotros lo que allí se encontrará? 

Es complicado explicar con palabras lo que representa el Canela para el que viene a disfrutarlo. La única manera es experimentarlo en persona. Aún así, creemos que la característica principal es la de comunión total entre artistas, organización y público, que formarían todxs parte de esa gran familia. La jornada del miércoles, que sirve para conciliar ocio y familia y para que lo puedan descubrir aquellos que tienen más dificultades para acceder o el sábado, con los disfraces, también ayudan a establecer lazos y contagiar el buen rollo. El sentimiento de pertenencia a algo grande, en un entorno en el que te puedes sentir seguro y un poco más feliz durante unas horas no es fácil de encontrar en otros eventos. 

¿Con qué novedades nos vamos a encontrar este año quienes nos acerquemos “al gran pitote” de Torremolinos? 

La principal novedad es que este año hemos suscrito un acuerdo con Eco Event para aplicar una estrategia de sostenibilidad que ya estamos implantando, que nos permitirá tener un Canela más respetuoso con el medio ambiente en todos los aspectos. En cuanto al recinto, vamos a ampliar y diferenciar una zona para los que elijan sentarse y comer tranquilamente y otra para los que los que prefieran menear el culete o tomarse algo mientras disfruta de las pinchadas. También mejoraremos los baños, la limpieza general del recinto, la señalética, la oferta gastronómica, las zonas con sombra y, en general, todo aquello que se pueda pulir y que quizás pudo flaquear un poco en años anteriores. 

“La verdadera cultura es la que surge de forma espontánea desde abajo” 

Por cierto, ¿sentís que el Canela Party es una forma de demostrar que además del turismo de cruceros en Málaga hay otros tipos de turismos que pueden ser mucho más interesantes que ese? 

Desde luego. Otro tipo de turismo que sea más compatible con el bienestar del ciudadano local deber ser posible. Incluso puede haber otras alternativas al turismo cultural prefabricado de las franquicias. Creemos que la verdadera cultura es la que surge de forma espontánea desde abajo y que debe cubrir todo tipo de demandas, no solo la más mayoritaria o que constantemente intentan vendernos partes interesadas. Si nosotros podemos aportar nuestro granito de arena a esa parte cultural que menos se suele ver, genial. 

De entre todas las ediciones que habéis llevado a cabo. ¿Cuál ha sido hasta la fecha vuestra favorita y por qué? 

Esto es como si un padre o una madre se vieran obligados a elegir entre sus vástagos con cuál se queda, pero nos vamos a mojar. Quizás, porque fue la primera vez que lo hacíamos al aire libre después de tantos años en sala y por las circunstancias que arrastrábamos con la pandemia y esos años de barbecho obligado, la de 2022. Aunque cada año ha tenido sus recuerdos imborrables y ese momento de euforia del último en el que paró el viento, todo el mundo entró de nuevo al recinto y King Gizzard empezaron a tocar se lo podremos contar algún día a nuestrxs nietxs con la misma sonrisa que entonces. 

Vamos a mirar al cartel de este año y poneros en un compromiso. ¿Qué banda fetiche de los organizadores recomendáis encarecidamente que no nos perdamos? 

Todas y cada una de las 42 bandas nos encantan y no debería perdérselas nadie, pero suponemos que por estatus, por el momento dulce en el que se encuentran y porque será el único concierto que hagan en el sur de Europa este verano, el de Big Thief va a ser muy especial y nos morimos de ganas por verlo. 

¿A quién hay que agradecerle que vayan a tocar Crack Cloud? 

A los cuatro cretinos que hacemos el cartel y a la providencia divina que ha hecho que les cuadre la fecha. La mayoría de la gente no se imagina lo difícil que es conformar un line up con nuestras limitaciones presupuestarias y que encima se parezca bastante al que imaginábamos al principio. Crack Cloud, nos encantan, fueron uno de los damnificados del huracán de 2023 y vienen con muchas ganas. Os aseguramos que más de unx va a descubrirlos y a fliparlo muchísimo porque tienen un directo apabullante. 

Y ahora vamos con la pregunta más importante de todas. ¿Podemos confirmar ya a los canallas de Alcalá Norte para la edición de 2025? 

Las primeras confirmaciones, incluido Joyce Manor, que por circunstancias no podrán venir este año y se han comprometido para el próximo, se harán oficiales al término de esta edición. Solo podemos añadir que el pueblo es soberano y ha hablado. 

Imaginamos que como siempre, los abonos para el festival estarán volando, si no se han agotado ya a estas alturas. ¿Qué podemos decir a la gente que este año tampoco podrá pasar por el Canela Party para que rabien? 

Aún quedan abonos y entradas por día, pero que espabilen o luego vendrán los lamentos. La vida es demasiado corta como para dejar pasar estas cositas. Con todas las novedades, las mejoras y el cartelazo que tenemos, podría ser el mejor festival del mejor verano de nuestras vidas. Eso sí, a quien le resulte imposible del todo, que no se lo pierda el año próximo. Salvo hecatombe, hay Canela para rato.