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Entrevista 15 aniversario: Fino Oyonarte


“Hace falta no perder la ilusión, tener constancia y creer en tu trabajo”.

Fotografías: Ricardo Roncero.

Hoy os vamos a regalar una charla mayúscula, su protagonista forma parte de la historia más dorada del rock de nuestro país en estos últimos treinta años. Y es que pocos hombres de la música estatal han estado en tantos sitios con el protagonismo que lo ha hecho Fino Oyonarte. Su nombre no necesita presentación alguna pues todos sabemos que es el mítico bajista de Los Enemigos, tenemos claro que ha estado en mil proyectos interesantes como músico y también que es productor de algunos de los mejores álbumes alternativos de las últimas décadas, casi nada, vaya. 

En estos tiempos compagina su labor “enemiga” con una cada vez más prolífica carrera en solitario, donde viene de regalarnos “Arrecife”, personal álbum con el que maravilló a las buenas gentes de esta web por su emotiva cercanía, donde parapetado tras bellas melodías y unos textos rebosantes de vida firmó una bonita colección de canciones. 

Sin embargo, para aquellos que hemos cruzado el umbral del mero trato profesional con él, hablar de Fino Oyonarte como un mito musical del rock español es dejar cojo el relato. En un mundo de falsa arrogancia e intereses creados, disfrutar de su compañía es un acto de rebeldía contra los clichés. Siempre cercano, regalando buen trato, sonrisas y afabilidad por donde pasa. A Fino se le disfruta siempre, tocando, cantando y en una charla. Fino es uno de nuestros grandes nombres. Básicamente, Fino es uno de los nuestros. Y a Fino se le quiere porque nobleza obliga. 

¿Qué valoración general harías de la actual situación del "mundillo" musical? 

Fino: Por un lado, hay una gran oferta de grupos y creo que es bueno, pero hay demasiados y no tengo muy claro que haya público para tanta oferta o por lo menos que muchos de los grupos puedan desarrollar una trayectoria sólida. Todo suena muy bien gracias a las nuevas tecnologías, la gente tiene más herramientas para grabar sus discos y promocionarlos, pero me cuesta encontrar algo que me emocione. Todo suena muy parecido. Cantidad no es calidad. Lo tenemos muy difícil tanto grupos que empiezan como músicos que llevamos treinta años. He publicado mi nuevo disco este año y casi no tengo conciertos. Me gusta tocar en directo, es lo que he hecho siempre, pero la situación está complicada. Por otro lado, me agrada que se estén publicando biografías, memorias, literatura musical más underground, cosa que hace unos años era raro, porque solo había libros de bandas míticas. Es una forma de conocer los entresijos y vivencias de bandas quizá no tan populares, pero que han creado escenas muy interesantes. 

Siempre se ha hablado del directo como último refugio para mantener con vida a las bandas, ¿Crees que hay una red de salas y condiciones favorables a lo largo del Estado? 

Fino: Llevo tocando desde el 86 y grupos como nosotros, Surfin´ Bichos, Lagartija Nick, Sex Museum, Deltonos…ayudamos a crear los primeros circuitos de salas de este país porque no había casi clubes donde tocar. Ahora hay más salas, muchas han desaparecido tras la pandemia o tienen problemas para mantenerse en activo y con cierta regularidad en la programación de conciertos, pero es que tampoco está fácil acceder a ellas, en el sentido de que una banda no se puede permitir tocar sin una mínima ayuda a no ser que tengas un mínimo de público. ¿Cómo mover una banda con los gastos de desplazamiento, comidas, hoteles coste de la sala, alta en la seguridad social, sueldos y demás? Tiene que haber más ayudas, las salas forman parte de nuestro entramado cultural, es el hábitat natural para un músico y es fundamental para el desarrollo tanto de nuevos grupos como de otros con más trayectoria. Las ayudas son pocas y cuando las hay, se presentan 800 grupos para 22 plazas como en el caso del GPS, y dependes mucho de tus seguidores en redes. Si estás fuera de esto, prácticamente no existes, aunque tus canciones sean muy buenas. Además, se ha creado una burbuja de festivales en la que tocan casi los mismos grupos con cachés altísimos y el resto lo lleva crudo, afectando profundamente a la cultura de salas. Me parece que es algo en lo que habría que tomar medidas urgentes antes de que se vaya todo al carajo. 

¿Cuál es el papel que en ese sentido crees que juega la proliferación de festivales? 

Fino: Me parece muy bien que haya festivales, he tocado y he asistido a muchos desde que empezaron a mediados de los 90, pero creo que el foco y las ayudas institucionales y gubernamentales como los sponsors, marcas que manejan mucho presupuesto, están centradas en estos eventos que tienen mucha publicidad y dan beneficios extras en las zonas donde se celebran, pero tienen que ser compatibles con la cultura de salas. A la vez que se celebran festivales deberían, por ejemplo, programar en salas como complemento a los mismos. Que salgas una noche cualquiera y puedas ver un concierto en una sala o club sin tener que ir a un mega evento donde hay cientos de grupos tocando y que solo vas a poder disfrutar de tres o cuatro. Hay muchos de esos grupos que sería mucho más agradable disfrutarlo en sala, pero tienes que dar una exclusiva al festival y solo puedes tocar ahí. Creo que la experiencia en sala es más directa y puedes disfrutar de otros matices como la cercanía al grupo, a su directo y no tanto al espectáculo en sí con sus luces y demás… que también mola, pero no es lo único y es hacia donde se está tendiendo. Todo pueblo, toda ciudad, tiene derecho a hacer sus festivales: es publicidad y es dinero que entra en su zona, pero ¿por qué no apostar también por hacer otras cosas como promover más ciclos en teatros, apoyar a las salas como un entramado que ofrecerá algo más en el día a día, como un cultivo cultural de cada zona? Los festivales pueden jugar un papel importante para que bandas no muy conocidas puedan tener acceso a un público mayoritario y me parece muy bien, pero como he dicho antes habrá dos o tres cabezas de cartel que se llevarán toda la pasta, algunas excepciones y el resto, una miseria por un poquito de gloria. 

Ahora que la venta de discos es irrisoria, las plataformas siguen robando a los creadores con porcentajes ínfimos por reproducción y en los festivales apenas se paga a los artistas más minoritarios, salvo honrosas excepciones. ¿Por dónde pasa la durabilidad de los proyectos y las carreras de larga duración? 

Fino: Las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Los Enemigos cuando empezábamos no parábamos de tocar en clubes y era nuestro día a día. Nuestra cabezonería por hacer lo que nos gustaba, tocar, grabar discos y poco a poco hacer de todo eso nuestro trabajo, ensayando todos los días y pasándolo bien. Unir fuerzas para tirar adelante, seguir escribiendo canciones y publicando discos nos ha traído hasta aquí, pero siempre ha estado la incertidumbre de qué va a pasar, cual es el siguiente paso que tienes que dar para seguir adelante y no perder la ilusión. Yo puedo hablar de mi experiencia hasta el día de hoy, pero no tengo ni idea cómo hacerlo actualmente. Hay muchos grupos y artistas intentando salir adelante. Ahora los nuevos grupos quieren tener mucha visibilidad, hacerse famosos y ganar mucha pasta muy rápido porque ven que puede ocurrir, pero realmente eso les sucede a solo unos pocos. Supongo que hace falta no perder la ilusión, tener constancia y creer en tu trabajo. Lo mismo que cuando empecé, pero ahora somos tantos que es más complicado. Supongo que habrá que conectar con un público que poco a poco sea fiel, que aprecie tus canciones y se mantenga en el tiempo porque si no es todo muy efímero. 

A la hora de disfrutar de la música como oyente, ¿prefieres acercarte a los clásicos con los que te hiciste melómano/a o bien prefieres escuchar propuestas novedosas? ¿Por qué? 

Fino: Suelo estar atento a nuevas propuestas y me pongo alguna playlist con novedades o escucho recomendaciones de medios musicales especializados que siguen siendo una buena guía. También recomendaciones de amigos, pero sinceramente me cuesta encontrar algo que realmente me emocione como antes y tengo que recurrir a clásicos que, por lo general, no fallan. Hay mucho por descubrir incluso de épocas pasadas. Yo por ejemplo he descubierto ahora a Judee Still. Se hicieron tan buenos discos que seleccionas unos cuantos de finales de los 60 o principios de los 70, canciones que han quedado para la eternidad de Dylan, Nick Drake, The Velvet Underground, The Beach Boys, The Beatles, The Kinks, Nico, Bowie, Neil Young, Love, Kevin Ayers, George Harrison, Leonard Cohen …por nombrar algunos o de mediados y finales de los 70 como Buzzcocks, Dr. Feelgood, Ramones, The Clash, Stranglers, Joy Division... Eso no quiere decir que no encuentre cosas interesantes de grupos más contemporáneos. Este último año he escuchado y disfrutado directos de Los Punsetes, Carolina Durante o de artistas extranjeros como Bill Callahan, Tindersticks, Cate Le Bon... Por ejemplo, he descubierto no hace mucho a Weyes Blood. 

Todo oyente tiene algún secreto no confesable de bandas y/o músicos que le emocionan y que no suelen estar bien vistas, ¿Cuáles serían los tuyos y por qué? 

Fino: No me arrepiento de nada de lo que escucho. De chavalín quizá tenía una buena empanada. Con 15 años podía escuchar a Leño, Triana, Allman Brothers, Led Zeppelin, Rush, Frank Zappa, Pink Floyd, Yes, Tangerine Dream, Lou Reed, Thelonious Monk, Ella Fitzgerald, Camarón, Beethoven... 

¿Cuál fue ese primer contacto con la música que te empujó a dedicarte a ella?

Fino: Estuve en el 2º Festival de Rock Andaluz en Marbella con 14 años, donde tocaban Alameda, Imán, Iceberg, Camarón de la Isla… pero fue sobre todo cuando vi en directo a Leño y a Burning que me dije que también quería hacer eso. Paralelamente descubrí a Lou Reed y fue revelador. Hice mis primeras incursiones con grupos de Almería como Layla y Amor de Madre, que tenía influencias del pop inglés de Monocrome Set y del escocés Orange Juice. Mi apuesta fue cuando me vine a Madrid en 1986 para tocar con Glutamato Yeyé hasta su disolución y seguidamente con Los Enemigos, tras conocer a Josele en el Agapo. No sabía qué me iba a dedicar a esto, pero era mi intención. Vivía muy al día, pero todos mis esfuerzos iban en esa dirección, empapado de todo el ambiente musical y transgresor de Malasaña de mediados y finales de los 80. 

Cita cinco nombres básicos en tu reproductor en los últimos meses. 

Fino: Nina Simone, Lou Reed, Cass McCombs, Bill Callahan, Dusty Springfield. 

¿Qué artistas malditos, minoritarios o relativamente novedosos nos recomendarías encarecidamente no perder de vista? 

Fino: Judee Still, Jim Sullivan, Cate Le Bon, Dry Cleaning, Vanishing Twin, Daga Voladora, Roldán y nunca olvidar a Elliott Smith y a Rafael Berrio. 

Eres compositor, cantante, bajista, nombre mítico de nuestra escena, editor y productor. ¿Con qué faceta de la labor musical disfrutas más últimamente? 

Fino: Últimamente tocar en directo, sobre todo dar a conocer mis nuevas canciones, sea en formato acústico o con banda – que solo me lo he podido permitir de momento en una ocasión-. Es lo que más deseo. Pero también estoy deseando escribir nuevas canciones y seguir por ese camino. También, lógicamente los directos de Los Enemigos me hacen sentir mucha energía. Disfruto tocando el bajo y sintiendo el pulso de mis compañeros y el feedback del público. Es muy emocionante que el grupo cada vez suene mejor, tocando y transmitiendo las canciones con tanta naturalidad y energía. Siempre me ha gustado el estudio de grabación, tanto grabar como producir y vivir ese momento donde estas dejando algo grabado para siempre; es muy emocionante. Disfruto mucho el ritual de la grabación. Como últimamente con la co-producción del “Más allá” de Surfin’ Bichos. Editar libros fue una experiencia muy gratificante, pero tenía que elegir, porque también demandaba mucho tiempo para hacer las cosas bien. Estoy muy orgulloso del trabajo que hicimos con Libros de Ruido publicando Postales Negras de Dean Wareham, Wouldn´t It Be Nice de Charles L. Granata y Big Day Coming sobre Yo La Tengo y el indie rock americano, de Jesse Jarnow. 

Siempre cercano y afable, dispuesto a ayudar y con una sonrisa en los labios. ¿Cuál es el secreto para ser uno de esos pocos nombres en el panorama al que todos nos referimos con cariño y camaradería?

Fino: No sé qué decir, creo que soy una persona muy natural tanto en la calle, en el día a día, como en una grabación o en el escenario. No trato de hacer un personaje de mi vida – aunque todos los seamos en cierta manera-. Escribir canciones, colgarte una guitarra, un bajo, cantar… no tiene nada de especial. Son herramientas para comunicarte con los demás y a ser posible pasar un buen rato, reflexionar y vivir un momento en común, compartir emociones con los demás a través de las canciones. Hacer entrevistas, salir en algunas fotos en revistas y otros medios de comunicación, en las sobrecargadas redes sociales… forma parte del trabajo para dar a conocer lo que haces, aunque a algunos artistas se le suba a la cabeza, ¡qué tontería! Todos somos de carne y hueso; yo solo pretendo hacer lo que me gusta y me apasiona, compartirlo con los demás y poder vivir de ello. 

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de nuestra revista digital? 

Fino: Creo que fue a raíz de la presentación de la caja recopilatoria, “Desde el jergón”, en La Vía Láctea, cuando nos juntamos Los Enemigos en 2012. También recuerdo la entrevista en el local de ensayo de RockPalace, unos meses después. 

¿Qué valoración haces de nuestra evolución como web asentada dentro de la oferta de prensa musical, nacional y gratuita? ¿Qué es lo que más te gusta de El Giradiscos? ¿Y lo que más te irrita? 

Fino: Me parece un gran logro que El Giradiscos se haya mantenido todos estos años con independencia y con un criterio editorial muy personal. Rompiendo un poco la distancia y frialdad de una entrevista habitual. Las críticas y artículos están trabajados y da gusto descubrir y disfrutar nuevas propuestas. Por hacer una crítica, quizá habría que darle una vuelta al diseño de la web y supongo que para estar al día en los tiempos que corren sería interesante un podcast, si no lo estáis haciendo ya. 

Espacio libre para una felicitación, crítica o lo que venga en gana… 

Fino: Felicitaros por todos estos años de entusiasmo y dedicación para dar a conocer buena música que os apasiona y que para nosotros, como músicos, es tan necesario para dar a conocer nuestro trabajo y descubrir otras propuestas. Os deseo lo mejor para los tiempos que corren y que no perdáis la ilusión. ¡Larga vida a El Giradiscos!