Que no pare la fiesta, que no decaiga el ánimo -ni la capacidad de acierto, todo sea dicho-, en eso parecen seguir empeñados desde Liburuak, ya que cada pocas semanas editan estupendas novedades con las que seguir acercándonos la vida de figuras de primerísimo nivel de la historia del rock, a través de las cuales, más allá del mero disfrute, vamos dando forma al rompecabezas de la música contemporánea siglo XX, a la par que recorremos las décadas finales del mismo, obteniendo una cercana fotografía donde injusticias sociales, adicciones y abusos aparecen a la vuelta de la esquina.
En esta ocasión el turno protagonista ha recaído en un nombre que a priori podría pasar desapercibido para el oyente menos avezado; hablamos del enorme Barry Adamson, miembro desde primera hora de los siempre reivindicables Magazine y bajista original de Nick Cave and the Bad Seeds, dos bandazas que ya de por sí justificarían esta obra; sin embargo, la trayectoria del bueno de Barry no termina ahí, pues su inquieta personalidad le ha llevado a desarrollar una interesante carrera en solitario y a firmar un buen puñado de bandas sonoras aparecidas en películas dirigidas por Oliver Stone o David Lynch, entre otros muchos autores de renombre.
Una biografía valiente y decidida, no exenta de crudeza, acidez y humor, capaz de enganchar desde las páginas iniciales, donde el autor tiene la brillante idea de novelar su nacimiento, quedando él mismo convertido casi en un espectador de los hechos más que en protagonista, recurso que invita a seguir indagando en una historia que se desarrolla en los suburbios más pobres del industrial Mánchester; un lugar que marcó tanto a Barry como su condición de hijo mestizo -padre de origen jamaicano y madre británica, los dos pilares fundamentales de su vida junto a la presencia de su queridísima hermana-, como queda patente en este retrato de superación, pues nació con una malformación que le condicionó desde pequeño, obligándole a superar multitud de trabas, en el que la música está presenta desde primera hora como hilo conductor, algo que a lo largo del relato es una constante marcada por el buen gusto.
Por el camino nos iremos encontrando con el racismo, indisoluble a cierta parte de la sociedad británica de aquel momento, y otros pasajes oscuros capaces de helar el alma (desde la pura violencia sexual, a la muerte, principalmente la de su joven hermana mayor, un hecho que marcó profundamente a nuestro protagonista), así como inevitable e inquietante presencia de las drogas.
Asistiremos a la aparición de las bandas que posteriormente concedieron el estatus mítico a Barry. Su seminal encuentro con el mítico miembro de The Buzzcocks, Howard Devoto, aquel ensayo bis a bis, donde el bajista, aún inexperto, logró encandilar a un tipo sobrado de tablas por aquel entonces, dando forma a Magazine, y el no menos trascendental e iniciático viaje a Australia, donde entró en contacto con el universo de The Birthday Party, quienes le devolvieron visita en Londres más tarde, para arrasar literalmente la nevera de su casa e inyectar el veneno que con el tiempo convirtió al bajista en una “mala semilla” más, algo que le llevó a participar en las míticas sesiones de grabación por parte de la banda en los “desnazificados” Hansa Tonstudio, situados a escasos metros del muro de Berlín donde el combo grabó “The Firstborn is Dead” y “Your Funeral… My Trial”.
“Por encima de la ciudad, por debajo de las estrellas” es una de las mejores obras que han publicado desde Liburuak, algo que a tenor del bagaje de la editorial son palabras mayores; un retrato fascinante repleto de vitalidad punk-rock, talento y oscuridad, donde Barry Adamson supera dificultades, adicciones y golpes siniestros, sin perder la sonrisa… y en el que el talento de un tipo de amplia sonrisa se impone finalmente como si de un acto de justicia poética se tratase.