Entrevista: Luis Prado


"En mis canciones tengo la sensación de no ayudar demasiado, como mucho a que la gente se reconozca en ellas y se ría un poco."

Por: Kepa Arbizu.

Hay músicos que hacen de sus aptitudes interpretativas su bastión como elemento representativo; otros, sin embargo, encuentran en sus cualidades instrumentales su mayor aliado para conformar su identidad; incluso los hay que a través de su destreza con el papel y el bolígrafo son capaces de construir un imaginario lírico digno de elogio. Los más escasos, y afortunados, son capaces de conjugar todos esos elementos en una suerte de artista total que consigue articular todos esos conceptos de forma harmoniosa.

Tal es el caso de Luis Prado, quien otrora formara parte de los no menos geniales Señor Mostaza, y que ahora ha hecho de su carrera en solitario una trayectoria tan genuina como interesante, consiguiendo que su habilidosa forma de impactar sus dedos contra las teclas cobren vida asimilando las enseñanzas de Elton John, Randy Newman o Leon Russll, al mismo tiempo que construye melodías pegadizas que trasladan hasta su -ya más que consolidado- estilo particular los arranques surgidos desde los Beatles, la ELO o Supertramp. Todo un paisaje sonoro que acompaña a un verbo de irónica -que no caústica- naturaleza con que observa el costumbrismo con fino detalle. 

Y si un disco ha conseguido amalgamar todos esos elementos de la forma más consistente y seductora es precisamente su trabajo más reciente, "La estafa de la vida adulta", que con un título lo suficientemente explícito es capaz de convertirse en el perfecto cebo para disfrutar de sus canciones y por supuesto de incitarnos a llamar a su puerta para saber más cosas de este estupendo álbum. 

En la nota de prensa que acompaña a este trabajo se habla del final de una trilogía, ¿hubo un momento en el qué decidiste que ibas a convertir en una “saga” estos tres discos o fue algo que se fue generando espontáneamente?

Luis Prado: Bueno, fue una impresión que tuve al ir acabando el proceso de mezcla de este disco, no fue algo pensado desde un principio ni nada parecido, incluso igual está un poco cogido por los pelos (risas), porque en realidad no sé qué haré en el futuro, lo mismo el siguiente disco es una precuela o una tetralogía, vete tú a saber. Pero es cierto que hay temáticas comunes y que viendo los tres en conjunto, lo de “trilogía ligeramente desencantada” me parecía acertado. 

Teniendo en cuenta que las canciones del disco están unidas por ese hilo argumental entorno a lo que significa entrar en la edad adulta, ¿surgió primero esa idea global o fueron las propias canciones las que configuraron ese tono general? 

Luis Prado: En mi caso son las propias canciones, siempre. Además, está esa cosa subliminal, que cuando decides agrupar canciones bajo un título y cierta uniformidad de sonido, parece que refuerzan la idea global que ha surgido. Si eso les pasó a los Beatles con su "Sgt. Pepper's", ya que en realidad las canciones no respondían a ningún patrón conceptual, el resto podemos jugar a eso de vez en cuando también. 

De hecho cuando publiqué el "Tsunami Emocional", que fue en plena pandemia, de repente todo parecía que apuntaba en esa dirección temática, cuando la mayoría de las canciones estaban compuestos mucho tiempo antes. 

El disco adopta la forma casi de un diario personal que recoge las diversas actitudes y sentimientos que te genera ese paso del tiempo, ¿son los temas de este disco reflejo y/o consecuencia de eso cambios emocionales que te sugiere esa época de madurez o adulta?

Luis Prado: No nos vamos a engañar, lo del paso del tiempo, y ciertas actitudes de aislamiento o perplejidad ante lo que la vida va mostrando, lleva apareciendo en mis canciones desde hace bastante tiempo, parece que me da juego. 

En Señor Mostaza, por ejemplo, tenía una canción que era “Himno pop para usted”, en la que sacaba todo ese contraste del señor aficionado a la música pop… y por entonces sólo tenía 36 años. 

Esos diferentes estados de ánimo o actitudes que trasladan las canciones, ¿te conducen a un determinado ritmo o estilo musical a la hora de componer? 

Luis Prado: Si antes te comentaba que son las canciones las que te llevan a un tono general, a mí me ocurre que son las músicas las que me llevan a hacer una canción con tal o cuál temática. Es un proceso raro, yo empiezo por la música, a veces mientras la hago surge una frase aislada que me marca el tono, pero es como si el estribillo o la estrofa que he hecho me sugirieran determinadas frases o ideas. 

Yo le digo mucho a la gente que este disco tiene muchas letras algo melancólicas porque con determinada música no me nace hacer otra cosa. Hay un par de canciones, como “Últimamente” o “Has vuelto a equivocarte”, que pueden ser muy tristes pero es que tenían que ser así, emotivas, porque no siempre sale ese tono de tragicomedia.

 Una de tus características, sobre todo en tus dos últimos discos, es hacer que en cada canción sucedan muchas cosas rítmicamente hablando, ¿tienes una natural querencia por convertir tus composiciones en espacios con muchos y diversos elementos? 

Luis Prado: Hay un poco de horror vacui en todo eso, sí... Me cuesta mantenerme mucho rato en un patrón rítmico, la mayoría de mis canciones, además, empiezan la estrofa en un tono y el estribillo está en otro, cambio mucho de acordes. Esto no es bueno ni malo en sí mismo, pero sí es verdad que a veces me pasa más de lo que debería, creo. 

Aunque ya dotado de un sonido claramente identificativo, tus influencias afloran bajo nombres de Supertramp, la ELO, Elton John, Randy Newman… todos músicos clásicos, ¿a lo largo de estos años ha habido descubrimientos musicales que hayas sentido que hayan dejado huella en tu forma de componer? 

Luis Prado: Descubrimientos hay siempre, otra cosa es que sean contemporáneos. Quiero decir, yo últimamente me pierdo en muchos discos del rock progresivo, a veces de la clásica, y no dejo de descubrir canciones o momentos alucinantes. Cuando estaba haciendo "Mis Terrores Favoritos" escuchaba mucho a Eels, por nombrar algo que no fuera del siglo pasado,(risas), y con el "Tsunami" estaba mucho con Father John Misty, pero no te voy a mentir, casi todo lo “actual” que me llega no deja de tener un poso retro, como los Lemon Twigs y cosas así, y por cada cosa actual que me llama la atención estoy descubriendo cincuenta del pasado. 

Una canción como “Trate de encajar” parece hacer de las guitarras su guía principal, dado que te encargas tú, salvo colaboraciones puntuales, de todos los instrumentos, ¿es siempre el piano el instrumento que te inspira en tus melodías o utilizas también otros? 

Luis Prado: Prácticamente siempre. A veces puede llegar a probar con la guitarra, pero casi siempre noto que lo que me sale es más predecible. 

En la fotografía del interior del disco se te ve acompañado de diferentes elementos asociados a tu proceso creativo, entre ellos unos apuntes sobre Chopin, ¿cómo de importante es en tu forma de tocar o incluso de componer la música clásica? 

Luis Prado: Mmm… fíjate, yo no diría que mucho, pero tal vez cada vez más se me cuelen ciertos guiños y cosas de ese tipo. Sí que hay canciones como “Colgado de mí mismo” que tiene cierto toque a Bach deliberado, o “Vals del montón”, que a lo mejor Chopin me la daba por buena, pero en general mis referentes son todo ese montón de gente del siglo pasado que tan buenos ratos me han dado.

 Personalmente, con qué aspecto te ves más identificado, o cuál es el que crees que se acerca a tu habitual estado de ánimo, el “modo hater” o “moderadamente bien”? 

Luis Prado: Ambos. En un mismo día es fácil que pueda ir de uno a otro... 

¿ Y cuáles son las principales cosas que te hacen situarte en ese “modo hater”? 

Luis Prado:  Bueno, ahí puede haber un puntito relacionado con el tema de la edad, y la dificultad de socializar como lo hacías antes en eventos sociales, que a lo mejor puede tener que ver con el hecho de que ya no te desinhibes con la facilidad de antaño. 

Yo, para esa canción, me veía a mí mismo yendo un poco por obligación a un festival (risas), pero también en cualquier situación en la que te sientes obligado a relacionarte con los demás y no te apetezca lo más mínimo. 

En las letras del disco alternas la primera con la segunda persona, ¿significa esa diferencia en la voz narrativa también una diferencia en la naturaleza de los textos, más o menos autobiográficos?

Luis Prado: En este disco ni lo he analizado, pero con trabajos anteriores sí me di cuenta de que muchas veces, si estaban en segunda persona, me dirigía un poco a mí, y si eran en primera no. En realidad es todo un poco lío, porque yo juego mucho a la mezcla de inventar y meter realidad y esas cosas… 

En varios momentos haces mención a esa sensación de sentirse diferente, de no encajar y de no querer ser parte de la masa, ¿esa sensación se aplaca con los años o al contrario se encona más? 

Luis Prado: Pues me da la sensación de que con los años nos vamos haciendo más particulares, sí...

Una canción como “La magia en un momento” me resulta especialmente significativa, en ella pareces apuntar a que la única solución para no ser abatido por esa vida adulta es la de conservar inquietudes, mantener a salvo ciertos espacios donde todavía sentirse vivo… 

Luis Prado: Un poco sí. Habla de que a veces puedo alucinar con gente del artisteo, incluido yo, que sigue buscando eso, capturar momentos mágicos, sabiendo que puede ser un proceso tedioso, sufrido, frustrante, a ratos, o con poca recompensa, pero que también significa un motor muy potente. 

Quizás la incógnita más difícil de desentrañar es la diferencia entre claudicar ante esa "vida adulta" y la de saber adaptarse... 

Luis Prado: Pero no creo que yo la pueda desentrañar, ya lo siento… La verdad es que en mis canciones tengo la sensación de no ayudar demasiado, como mucho un poco a que la gente se reconozca en ellas y se ría un poco al sentirse identificada. 

Si hay un espacio que parece propicio para mantener ese “espíritu de Peter Pan” parece el mundo del rock and roll, ¿sigue siendo un oasis donde olvidar las obligaciones cotidianas o al final también está atravesado por esas consecuencias de la vida adulta? 

Luis Prado: Buf, desde luego es un mundo peculiar, de eso no cabe duda, pero salvo que seas muy de la primera fila no te escapas absolutamente de nada; quiero decir, que los Rolling Stones pueden seguir perfectamente tocando sin precuparse del modelo trimestral del IVA o que su barrio se inunde de pisos de alquiler turístico, o si se salen del grupo de WhatsApp de padres del colegio... (Risas) 

¿Realizar un disco así te ha servido para de alguna forma entender mejor o sacar ciertas conclusiones sobre lo que significa ese paso del tiempo? 

Luis Prado: En absoluto, ninguna. Cero. (Risas)