Entrevista 15 Aniversario: Edi Clavo


“El rock incordia y habrá que seguir molestando” 

De cuantos mitos del rock tiene este país, a nosotros nos tocó convivir muy de cerca con él. Y hoy, casi dos décadas después de que la fortuna nos pusiera en el mismo espaciotemporal, si tuviéramos que elegir a qué artista rock estatal queremos conocer de cerca, volveríamos a elegir a Edi Clavo

Los motivos son claros; los discos que grabó con Gabinete Caligari siguen emocionándonos como el primer día, su estilazo personal permanece intacto, mejorado si acaso por el paso del tiempo, y, sobre todo, porque su chulería y señorío en el trato nos hicieron entender que el artista y su arte en ocasiones conmueven al espectador por la capacidad de fusionar vida y obra en composiciones de poco más de tres minutos. Sin imposturas ni estridencias. Casticismo y realismo. Contexto, cohesión y canciones. No hay más. 

Hemos viajado juntos a la cuna de grandes civilizaciones, degustado platos que sabían a manjares; compartido confesiones a media tarde regadas con alcohol y nos hemos visto crecer hasta hacernos mayores. Y siempre nos ha dado motivos para defender y afirmar que es uno de los grandes . No solo de nuestro rock, que también, sino como persona y erudito conocedor de la historia del arte y el rock. En cada charla imparte doctrina y magisterio, tanto ético como estético.

Es un honor que tanto tiempo después se siga dejando caer por aquí para celebrar nuestro aniversario, nunca podremos estarle lo suficientemente agradecidos por todo lo que nos ha brindado. Nos haría falta mucho tiempo y él ya nos dejó claro que sólo se vive una vez.

¿Qué valoración general harías de la actual situación del "mundillo" musical? 

Edi: En la actualidad, mi percepción del asunto podría definirla por medio de una frase ya algo manida pero pertinaz: ¡el rock ha muerto! En realidad, su defunción -tipo zombie- se ha producido muchas veces a lo largo de estos últimos 30-40 años. En ese saco, y de una manera orgánica, meto todo lo que nació, creció y se multiplicó, o contaminó, después de la irrupción de Elvis Presley. Otros estilos o subgéneros no me han interesado. 

Siempre se ha hablado del directo como último refugio para mantener con vida a las bandas, ¿Crees que hay una red de salas y condiciones favorables a lo largo del Estado? 

Edi: Hace ya bastantes años que estoy retirado de las actividades relacionadas con el trasiego de músicos y sus circunstancias nacionales y regionales… no tengo ni idea. 

¿Cuál es el papel que en ese sentido crees que juega la proliferación de festivales? 

Edi: Los festivales del siglo XXI se me asemejan a parques temáticos con la música como excusa comercial. Aglomeraciones indiscriminadas de milennials tatuados en shorts, con vasos XXL, donde prima la cantidad sobre ¿la calidad? 

Ahora que la venta de discos es irrisoria, las plataformas siguen robando a los creadores con porcentajes ínfimos por reproducción y en los festivales apenas se paga a los artistas más minoritarios, salvo honrosas excepciones. ¿Por dónde pasa la durabilidad de los proyectos y las carreras de larga duración? 

Edi: Supongo que puede ser una mezcla de fe, perseverancia y necesidad. Algo así como una vocación laica con ribetes de locura, sobremanera en el ámbito del rock. 

A la hora de disfrutar de la música como oyente, ¿prefieres acercarte a los clásicos con los que te hiciste melómano/a o bien prefieres escuchar propuestas novedosas? ¿Por qué? 

Edi: No estoy cerrado a las nuevas propuestas y confío que algo pueda sorprenderme, el problema es que casi todo suena a refrito, a revisitación de géneros y subgéneros, volvemos al concepto zombie... por lo que, al fin y a la postre, no me queda más remedio que volver una y otra vez a los clásicos, a los Padres Fundadores y a las Madres del Invento. 

Todo oyente tiene algún secreto no confesable de bandas y/o músicos que le emocionan y que no suelen estar bien vistas, ¿Cuáles serían los tuyos y por qué? 

Edi:
En plena Movida, en los primeros años ochenta, no estaba bien visto, no procedía, confesar que te pirraba el raca-raca inmemorial de Status Quo o la bronca macarra de Slade, por ejemplo. Ahora supongo que hasta puede resultar cool. 

¿Cuál fue ese primer contacto con la música que te empujó a dedicarte a ella? 

Edi: Los singles y EP´s de los Beatles. Mis primos mayores y yo, con diez-doce años los teníamos casi todos y los fines de semana los escuchábamos uno tras otro en un tocadiscos Kolster. 

Cita cinco nombres básicos en tu reproductor en los últimos meses. 

Edi: Frank Zappa, Joe Cocker, Rickie Lee Jones, Thelonius Monk y Kirsten Flagstaff. 

¿Qué artistas malditos, minoritarios o relativamente novedosos nos recomendarías encarecidamente no perder de vista? 

Edi: Un par de grupos ingleses de los primeros setenta: Amazing Blondel y Third Ear Band. Un par de solistas norteamericanos: Fred Neil y Karen Dalton. Y un grupo alemán: Ash Ra Tempel. 

Músico, historiador del arte, escritor, motero y fotógrafo aficionado con muy buena mano. ¿En qué faceta expresiva te has encontrado más a gusto a lo largo de tu carrera? 

Edi: Como músico, la adrenalina que produce un escenario arropado por una multitud vociferante es insuperable, pero el sosiego y la delectación a la hora de redactar un texto en solitario también tienen su aquél. 

Si tuvieras que rescatar un momento de tu trayectoria profesional. ¿Cuál sería? 

Edi: “Camino Soria”: la transformación de una idea diletante durante una noche de juerga en una obra redonda, imperecedera…, quizá maestra. 

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de nuestra revista digital? 

Edi: En mi caso me une una amistad con Javier González. Fuimos compañeros de Facultad, Filosofía B, en la Universidad Complutense, en mi segundo paso por allí, y conocía desde aquella época su buen gusto por la música, el rock y sus circunstancias. 

¿Qué valoración haces de nuestra evolución como web asentada dentro de la oferta de prensa musical, nacional y gratuita? ¿Qué es lo que más te gusta de El Giradiscos? ¿Y lo que más te irrita? 

Edi: Creo que lo más relevante de la información web es la inmediatez y en el caso concreto de “El Giradiscos”, la cercanía con la escena local. Lo más difícil es conseguir credibilidad, lo que antes se podían denominar filtros o filtradores estilísticos…, vamos los críticos solventes de toda la vida. 

Espacio libre para una felicitación, crítica o lo que venga en gana… 

Edi: El rock incordia y habrá que seguir molestando.