Esta es una historia de “Armarios y Camas”, enmarcada entre tonos azul cielo y verdes campestres donde resuena el rumor de fondo del mar Cantábrico. De un Agrimensor convertido en Dama delicada, alérgica a la sobreexposición mediática. Es el reflejo de una personalidad calada por el txirimiri norteño. De un niño criado en el prolífico y siempre talentoso barrio del Gros donostiarra amante de la música. Una aventura escrita entre referencias a Kafka y Tolkien. La crónica vital de un tipo que agarró con una mano el viento y con la otra sostuvo su libertad creativa. Un creador sin par: evocador, delicado y certero. “Un Regalo” que nos acerca en un puñado de páginas a mundo interior convertido en “La Tierra de los Sueños”.
Un maravilloso viaje capitaneado por Fidel Oltra, bajo la edición de los siempre acertados compañeros de Muzikalia, quienes vuelven a dar en el clavo al reivindicar a uno de los mejores compositores que ha alumbrado la historia del pop patrio. Y es que el nombre de La Dama se Esconde, aquel maravilloso grupo al que dieron vida Ignacio Valencia y Nacho Goberna, suele pasar desapercibida cuando alguien recuerda a las grandes bandas de nuestra música, un hecho a todas luces injusto, pues su bagaje musical se sustenta por sí solo y la particularidad de las letras que siempre defendieron con exquisito gusto, deberían hacerles merecedores de una reivindicación mayor por parte de cualquier aficionado a la música que se precie, una puesta en valor que jamás negaron nombres tan importantes para el indie patrio como Jorge Martí y Antonio Luque.
Muchos son los acontecimientos que se relatan en esta obra, siempre con tino y una bella lírica que roza lo poético. Abarcando la infancia de Nacho, quien habla con profundo amor de su madre, Inés Goberna, y padre, el mítico Pahiño, uno de los máximos goleadores en la historia del Real Madrid todavía hoy, señalado en la época por “rojo” debido a sus ideas políticas contrarias a la dictadura franquista, y también de la adolescencia, donde tanto le marcaron sus viajes a la otra orilla del Bidasoa, cruzando a la republicana Francia, para surtirse de material musical, pocos años antes de que diera forma a Agrimensor K y a La Dama se Esconde junto a su mejor amigo, Ignacio Valencia.
No fue fácil el traslado a Madrid, abandonar su tierra y verse en la capital, de la que no reniega -y donde sigue viviendo todavía-, encerrado horas y horas en su habitación, escribiendo y componiendo. Viviendo, sin participar de las luces de la “movida”, el progresivo crecimiento de La Dama se Esconde, desmenuzando cada trabajo, la forma de composición de sus canciones y los medios técnicos para desarrollar las grabaciones; la absorción de DRO por parte de Warner, sin que su libertad creativa se viera acotada, y desgranando la forma en que afrontaba el estrellato, con calma y sin afectación, dando a entender con orgullo que la banda llegó comercialmente donde debía, básicamente porque ellos tampoco hubieran disfrutado haciendo más alardes para obtener un mayor reconocimiento, defendiendo una actitud que le honra como persona y creador.
Llegando a los capítulos finales con parada en sus dos álbumes en solitario, “Transparente” y “Un Bosque de Té Verde”, éste último editado bajo su propio sello, “Closer Pornography”, donde publicaba bandas alternativas que consideraba interesantes, y en la web que desarrolla junto a su compañera, Emma Rodríguez, “Lecturas Sumergidas”, un proyectó independiente más que interesante, rematando con la casi certeza de que ni habrá más discos con La Dama se Esconde ni muy probablemente defendiendo su propio nombre.
Al leer “Los sueños de la Dama se Esconde” uno encuentra los porqués a la belleza que destilaba el bueno de Nacho en sus canciones; a cada página vuelve a aparecer aquella calma y sensibilidad, una evocación poética única que brilla en nuestras vidas desde hace cuarenta años, cuando siendo apenas niños nos topábamos con un tipo tan llamativo y distinto, quien parapetado tras su gorra hablaba de otros universos y mundos posibles acompañados de sonoridades relativamente acústicas, acompañadas de sintes y cajas de ritmos.
Qué suerte haber compartido espacio con Nacho Goberna y sentir que sus canciones nos han rozado, que nos acompañan desde la infancia. Y que doble fortuna haber podido cruzarnos con él alguna noche en el Costello de Madrid y haberle podido entrevistar años atrás. Artistas como él han mejorado el argumento de nuestras vidas y ahora que se ha abierto en canal en esta gran semblanza, emociona comprobar que la obra y el creador son dos caras simétricas de una misma moneda.