"Somos rock, pero no somos una banda de tres acordes que grita y chilla"
Por: Àlex Guimerà
Tras cancelar y aplazar su gira española desde 2020 en diferentes ocasiones, finalmente Yes visitarán Madrid (Sala Riviera) el próximo 2 de Mayo y Barcelona (Sala Paral·lel 62) el día siguiente, dentro de su actual gira “Classic Tales of Yes”, tras su paso por los EEUU, Canadá, y Reino Unido. Una gira en la que conmemoran el 50 aniversario del álbum '”Tales From Topographic Oceans” pero que no olvida su último trabajo, “Mirror To The Sky” publicado el pasado año.
Nos atiende al teléfono el único superviviente de la formación clásica, uno de los grandes guitarristas de todos los tiempos y uno de los artífices del nacimiento del rock progresivo, Steve Howe.
¡Hola Steve! es un honor para El Giradiscos poder hablar con una de las grandes bandas de la historia del rock, Yes. En 2015 antes de fallecer Chris Squire manifestó su voluntad de que Yes continuara sin él e incluso más allá. ¿Crees que la vida de la banda va a terminar algún día o que nuevos músicos van a ocupar los vacíos que haya?
Steve Howe: Bueno, no tengo ni idea... pero ya sabes, hasta ahora parece que la cosa ha ido tirando hacia adelante, moviéndose. Y cuando alguien viene con una buena idea ya estamos en marcha de nuevo. Entonces no lo sé. No puedo predecir eso. Pero tal vez no sea probable más allá de las vidas de todos los miembros reales de Yes. Aunque la cosa podría cambiar. Es una pregunta difícil de responder.
En el álbum "Mirror To The Sky" (2023) hicisteis un homenaje a Allan White, recientemente fallecido. ¿Sientes mucha responsabilidad por ser el único superviviente de la formación clásica y hacer perdurar el legado?
S.H.: No es un peso que tenga sobre mis hombros, en realidad es algo que podría dejar de hacer si quisiera. Así que soy completamente libre de hacer lo que me dé la gana.
Pero la cuestión es que sí, todavía hay una misión en marcha. Y como dijiste, soy uno de los supervivientes. Y básicamente, hasta que eso cambie, hasta que yo decida que no quiera, seguiré haciéndolo.
Después de algunas cancelaciones finalmente os veremos este mayo por Madrid y Barcelona para dar dos conciertos en la gira “Classic Tales of Yes”. ¿Qué podremos ver en esa gira?
S.H.: Nos verás tocando música, no es ningún secreto cuál ha sido el Setlist hasta la fecha en Estados Unidos. Entonces, ya sabes, los shows serán muy similares a los americanos. Lo que si que vamos a hacer es ordenarlos ligeramente.
Y también vamos a hacer dos sets diferenciados por un intervalo. vamos a tener un intervalo. Tocaremos una hora y luego otra hora, algo así.
También trataremos de hacer pequeños arreglos sobre las mismas canciones que hemos venido tocando. Son canciones que nos gustan y las seguimos ensayando y perfeccionando en este momento.
¿El concierto estará basado en el disco que cumple 50 años, "Tales from Topographic Oceans" (1973), o podremos escuchar canciones de otros álbumes?
S.H.: Bueno, vamos a hacer un show global. Pero lo que hemos hecho es editar “Tales from Topographic Oceans” en una pieza de 20 minutos que escoge distintos movimientos del propio disco. Pero ya podéis imaginar que en ese tiempo sólo cabe una cuarta parte del álbum, así que lo que hacemos es reproducir lo que consideramos que son las estructuras esenciales y las canciones principales de cada una de las caras del disco. Y luego lo unimos. Eso es el trabajo especial que estamos haciendo para la gira.
No vamos a tocarlo todo. Estamos reproduciendo una pequeña edición, si quieres llamarlo así. Es que no me gusta mucho la palabra popurrí porque no lo es, se trata más de una reinterpretación o simplificación. Creo que este álbum, “Tales from Topographic Oceans”, es muy especial. Y quizás en vuestro país sea menos famoso que “Fragile” y “Close to the Edge”.
Es cierto, en España es menos famoso que esos anteriores trabajos... Aunque "Tales from Topographic Oceans" fue en un disco que en su día vendió mucho no fue entendido por muchos fans y críticos. Se dijo que era un trabajo sobre excesos, cuando en realidad era espiritual. ¿Qué piensas tú de todo ello, después de 50 años?
S.H.: Bueno, trato de olvidarme de las críticas porque, ya sabes, ¿cuál es el objetivo? Quiero decir, sí, me gustó cuando salió. Fue lo mejor que pudimos hacer para poner en marcha ese proyecto.
Y por eso no me arrepiento. Sin embargo quizás las personas que lo criticaron se arrepientan ahora de haberlo hecho. Pero por supuesto tienen derecho a opinar.
Fue un disco largo, y eso a veces es difícil, siempre es complicado tener un álbum doble en tu haber. Incluso el “White Album” de los Beatles fue criticado por tener piezas musicales más ligeras o menores. Paul simplemente rasgando su guitarra y cantando “Why don't we do it in the road?”. Pero ese es el concepto de un álbum doble, contar con el espacio para desarrollarlo. Es cierto que me cansé de escuchar a la gente hablar de manera indulgente sobre el disco y todo ese tipo de palabras y opiniones. Simplemente hicimos lo que hicimos, y éramos diferentes al resto.
No éramos como las otras bandas, pero todas las bandas progresivas eran muy personales. Genesis, o ELP (Emerson Lake and Palmer), cada una era totalmente diferente. Quiero decir que ni siquiera se pueden comparar las bandas progresivas con otras de su mismo estilo. Así que tuvimos nuestros giros y vueltas. Como cuando ELP hizo lo de la orquesta una vez.
Y ya vimos lo que hizo Genesis cuando Peter Gabriel estaba allí. Mira la forma en la que apareció en escena. Entonces, existía una especie de exceso para demostrar las libertades creativas que teníamos, de demostrar que no estábamos sujetos a reglas ni relaciones.
“Tales” fue un disco muy influenciado por el pensamiento oriental místico que tú y Jon Anderson compartíais.
S.H.: Sí, sí, se basó en esas cosas. La dirección que tanto Jon como yo tomamos y seguimos tomando es que hay una vida espiritual y puedes sintonizarte un poco con ella.
Puedes aprender a relajarte, concentrarte y disfrutar de tus sentidos, intensificarlos En ese momento suceden muchas cosas. Tal vez esas temáticas aparecieron primero en “Tales from Tropographic Oceans”, pero creo que continúan apareciendo en nuestras letras. Como en “Mirror to the Sky”, la forma en que las canciones nacen, surgen sus temáticas y su contenido es vital.
¿Cómo trasladas a tus nuevos compañeros el espíritu de la banda de aquellos tiempos para los nuevos conciertos?
S.H.: Bueno, de hecho no lo hago, quiero decir, sólo hago mi trabajo de siempre y no hago nada más. No tengo ningún impulso para convertir el mundo al “howeismo”. Sólo estoy haciendo mi trabajo de siempre. Eso si, mis compañeros me buscan para que les dé consejos, recomendaciones y todo tipo de cosas. Así que estoy muy feliz de poder ofrecérselo. Y cuando hay puntos de vista o una discusión entre nosotros, funcionamos como un equipo.
Yo podría ser una especie de abuelo de ese equipo, y velar en cómo se hacían las cosas antes, pero eso no cambiaría sustancialmente cómo hacemos y tenemos que hacer las cosas ahora.
Mira, no puedo decir que mi vida no haya cambiado, pero, ya sabes, sigo siendo Steve Howe y sigo tocando la guitarra.
Considero que ver un concierto de Yes se asemeja más con ver a un concierto de Jazz o de música clásica que de rock. ¿Estás de acuerdo con ello?
S.H.: Desde luego no puedo estar en desacuerdo, pero somos fundamentalmente una banda de rock. Eso es seguro.
Porque, ya sabes, somos una rama del rock. Pero a mí no me gusta mucho formular hipótesis sobre la importancia de las cosas. Pero está claro, Yes no es una banda de tres acordes que grita y chilla.
Nuestro sonido está fundamentado en muchas influencias. Y eso es lo que estábamos haciendo en los años 70. Y con suerte eso es lo que todavía estamos haciendo, darle vida a la música, tener una razón para hacerlo. Nuestro compromiso está con nuestra carrera, pero también con el trabajo en equipo.
Eso es lo que la gente olvida demasiado a menudo: la razón por la que alguien está en este mundillo es porque es capaz de aportar su parte del rompecabezas.
La gira, además, lleva una exposición del trabajo del artista Roger Dean, responsable de muchas de las portadas de los discos de Yes y de tu otra banda Asia. ¿Es esta una manera de hacer un homenaje por parte de la banda a Roger?
S.H.: Nos gusta tener a Roger involucrado con nosotros. Ha estado a nuestro lado casi todo el tiempo. Básicamente él es una parte integral de Yes. Así que le hemos permitido tener esa sensación de libertad y desarrollo al tener una especie de galería en los conciertos, para que los fans puedan navegar y echar un vistazo a su arte, que considero está muy ligado a la historia de la banda, aunque no es exclusivo nuestro, claro está. Él crea y construye otras cosas, y pone en marcha otros proyectos al margen del grupo.
Se te ha etiquetado como uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, sin embargo tus orígenes como guitarrista fueron en el terreno del Jazz.
S.H.: Sí... Bueno, no del todo... De hecho no era sólo guitarrista de Jazz, no sé cómo decirlo. Cuando era niño me gustaba la música popular y escuchaba Les Paul y escuchaba a gente tocar la guitarra de manera muy diferente a como luego se haría en la música rock.
Entonces, cuando apareció este género, pensé, “esto es bueno” y luego mi hermano y mi hermana, Phillip y Stella, me dijeron que debería escuchar jazz. Fue un gran consejo porque tan pronto como escuché a Kenny Burrell se convirtió en una de mis principales referencias. También escuché a Django, pero eso fue otra cosa. Es cuando escuché a Kenny cuando me di cuenta que ese sonido, esa manera de tocar la guitarra de jazz, realmente me emocionaba y me encantaba. También tenía otros referentes como Wes Montgomery o sobre todo Chet Atkins, con su estilo tan particular, o el propio Les Paul, que me influyó también por esa mezcla de country, Jazz y clásica. Así que fui absorbiendo y asimilando a todos ellos. Me encanta hacer eso, incorporar estilos.
Está claro que no sólo miraba hacia el Jazz, a veces me gustaba escuchar una guitarra rock and roll. Esa es la gracia de cuando hago música, que necesito enriquecerme de distintos estilos o texturas, así es como se me ocurren ideas. De hecho tengo todo el árbol familiar de la guitarra. Eso es lo que obtienes con Steve Howell: la familia de la guitarra. Y eso incluye también la clásica, que obviamente tiene unos orígenes tremendos en España con las grandes guitarristas, como Andrés Segovia. Por ese motivo tengo un inmenso respeto por cualquier músico clásico. Considero que hacen algo fenomenal. El propio Segovia, John Williams (el guitarrista británico, no el compositor de BSO), Julian Bream,…es una historia maravillosa que debemos retomar.
Como también me gusta mucho la guitarra de blues. Adoro a todos los músicos de blues. Es como si me gustara todas las gamas de estilos diferentes de guitarristas. Eso me ha ayudado mucho a inspirarme.
¿Crees que tu incorporación a la banda fue lo que acabó de definir el sonido clásico de Yes y el rock progresivo en general?
S.H.: Bueno, supongo que mientras estaba en Tomorrow (su anterior banda) tres años antes en la era psicodélica, estaba haciendo algo bastante parecido a lo que hago en Yes. En algunos aspectos era parecido, aunque sólo éramos un trío de guitarras y batería.
Quizás Yes me hizo salir del estancamiento, incorporando teclados. Estaba Tony (Kaye) que era fantástico en el órgano. Y ese primer álbum fue muy fácil para mí, significó cumplir los sueños que había tenido.
Posiblemente me sentía frustrado desde 1967, cuando no había podido sobresalir realmente en la guitarra. Entonces, cuando comencé con Yes, pensé: ahora aquí es donde puedo hacerlo porque todos estos muchachos son geniales. Y hubo mucho respeto entre nosotros.
Supongo que eso es lo que estaba buscando durante aquella época. Yes era como una orquesta donde había que respetar a los demás. Si uno de ellos no sirve, debes deshacerte de él. Porque un caballo no puede ser bueno con una pata coja.
Es en ese momento, cuando comienzo a disfrutar cuando trato de sumergirme y ayudar a crear el sonido de la banda.
Visto en retrospectiva, creo que fue más de lo que jamás imaginé, en el sentido de que lo que hice tuvo más efecto del que realmente pensé.
No es que no lo deseara, pero principalmente lo que quería ser era reconocible. Y cuando hice “Fragile”, me preguntaba si el papel de la guitarra acústica que estaba empezando a desarrollar en la banda era una forma de tocar que vería mucha gente. Así que estaba tocando y me quedaba pensando en que mi estilo fuera reconocido y diferenciado. Por eso me tuve que redefinir creando ideas muy particulares, como en el comienzo de “Roundabout”. Lo mismo hice en el principio de “And You and I” y en “Leaves of Green”, que está muy inspirada en el jazz clásico con su cadencia, que de hecho es un homenaje a la música de guitarra y laúd de Vivaldi, de John Dowland, y, por supuesto, de Villa Lobos, y toda esa tradición de la guitarra española con su gran cantidad de hermosas composiciones.
En nuestro país en los años 70 surgieron muchas bandas que siguieron el sonido de Yes. Pienso en Máquina, Atila, Imán o los más conocidos Triana que fusionaron el rock progresivo con el flamenco. ¿Conoces a alguna de estas bandas?
S.H.: Si, sé que hubo muchas bandas españolas de rock que nos seguían. Y sé que hay música muy emocionante en España, sobre todo desde que el gran Paco de Lucía la reinventó. A partir de él surgieron grandes músicos y los que hay por venir.
En Italia tengo a mi amigo Flavio Sala, que es un tremendo guitarrista y enseña mucho a los jóvenes, y también ha hecho muchas giras, bueno, eso fue antes de COVID. Tiene unos shows propios maravillosos. Con su gran habilidad para fusionar la música española y venezolana, y eso es algo a lo que tengo mucho respeto, a las personas que no se apegan a un estilo y son tan buenas como Flavio Sala y su guitarra clásica.
Si no me equivoco vuestra última visita a España es de 2018, y antes habíais tocado en los años 2003, 2000 y 2011 (creo que tu no estabas en la banda en la primera visita de Yes en 1984). ¿Qué recuerdos tienes de aquellos conciertos?
S.H.: Pues es difícil expresar eso con palabras, ya sabes, lo que pienso sobre un país que resulta un lugar muy agradable. Los recuerdos de los conciertos son una especie de reflejo de lo que es el país, una especie de eco. No recuerdo nada en concreto, pero por supuesto tengo en mente cómo es el público, y sé cómo se sienten, sé lo emocionales que pueden ser. El público español crea una determinada atmósfera, intensidad, un calor y un sonido especial. Cuando estás en España, notas un cierto sonido, lo mismo sucede en Argentina o Brasil.
Por último, muchas gracias y os esperamos para veros en directo los próximos 2 y 3 de mayo en Madrid y Barcelona.
S.H.: Muchas gracias a vosotros, hasta pronto.