Derby Motoreta's Burrito Kachimba: “Bolsa Amarilla y Piedra Potente”


Por: Javier González. 

Pocos grupos de nuestro panorama despiertan tanto interés en cada lanzamiento como el que consiguen Derby Motoreta´s Burrito Kachimba; es cierto que les hemos visto aparecer, crecer y consolidarse como una de nuestras grandes bandas de rock, pero lo que muchos no vimos venir es que su bien merecido estatus pudiera trascender más allá del círculo de entendidos y amantes del género, llegando a ser motivo de conversaciones desarrolladas en reuniones familiares, donde no solo se valora la calidad de sus canciones, sino también lo interesante de sus producciones y la personalidad de las letras que tejen. Dejando bien claro que han conseguido cruzar una frontera a la que solo se invita a los elegidos. 

Bien es cierto que en dicho hecho colabora tener en el mercado ya tres trabajos como tres soles de grandes. Y es que el reciente “Bolsa Amarilla Piedra Potente” vuelve a ser una muestra de solidez y consistencia en la carrera de la banda, dejando claro que sus coordenadas sonoras son más que firmes, pero en el que no tiemblan a la hora de plantear una evolución y por momentos una mayor accesibilidad que quizás, solo quizás, hagan de esta colección no solo la más larga en cuanto a número de canciones, sino también la más equilibrada de principio a fin. 

Vaya por delante que es una colección exigente, a la que conviene enfrentarse desde la calma, prestando dedicación exclusiva y a poder ser enfundado en unos cascos que inviten a perderse en los matices que contiene corte a corte, pues será el conjunto el que sobredimensione las características de un álbum en el que los singles y hits pasan más desapercibidos hasta después de varias escuchas. 

Bajo dichas premisas, empezarán a brillar los DMBK de las letras poéticas y sentidas, se asomarán bajo palio los jefazos de la kinkidelia a mitad de camino entre la Semana Santa y las “30 Monedas” de Álex de la Iglesia con “Agua Grande; repartiendo doctrina con trallazos a base de riffs, “Pétalos” y “Manteca”, y ambientaciones cada vez más marcianas, aquí destacarán “Manguara”, donde es inevitable pensar en “Stranger Things”, aunque uno siempre tiende a recordar más a “La Cosa” y John Carpenter, y “Gun-Gun”, brillante y preciosa tonada. 

No dejarán de lado el blues rock pesado zeppeliano que suspira en “El Chinche”, con unas sorprendentes armónicas de fondo, ni los ramalazos heavy clásicos o el stoner o quiebros progresivos-psicodélicos marca de la casa que muestran en “Seis Pistones” (Makensy´s Dream); tampoco faltarán las ambientaciones árabe-andalusíes, presentes en “Prodigio” y “Daddy Papi”, una de las más colosales de la colección; la vena flamenca-psicodélica viene representada por “Ευλαλω (Ef Laló)”, dotada de una mántrica intro, aderezada con ese maravilloso fraseo que dice: mi corazón es un vergel/ pa que tú te recojas el pelo y te acerques a beber/ qué pena/ qué pena/ cuando se me murieron las azucenas; ese arranque colosal que supone “La Fuente” con una segunda parte que mira a los ojos a Enrique Morente hasta llegar al cierre que marca la épica “Tierra”, donde agitan lo mejor de su coctelera en una tonada evocadora (cuando te conocí/ ya no me asustaba el silencio/ yo quería salir/ y la noche estaba durmiendo/ no me llores/ tú no me llores/ que la aurora trae sus colores/ cuando me despedí/ me llevaba tu recuerdo amargo), preciosa en su letra y sinuosa en el desarrollo, para enmarcar el final entre puro ruidismo y psicodelia de esta aventura que nos acerca de nuevo al particular universo de estos sevillanos vestidos como Muppets a los que tanta admiración profesamos. 

Con “Bolsa Amarilla y Piedra Potente”, DMBK firman su particular tres de tres, entregando el trabajo más redondeado de la trayectoria que los contempla; siguen fieles a las directrices marcadas con anterioridad en cuanto a sonoridad y textos, introduciendo matices que amplían su paleta sin desviarse un ápice en el camino de baldosas amarillas que lleva tiempo haciendo de su propuesta una de las más interesantes del panorama estatal, condición que reafirman de manera más que notable una vez más.