“Este disco es un batiburrillo de canciones al estilo de las “varietés” cabareteras del siglo pasado”
Por: Javier González.
Que Pablo Cuevas era un músico genuino, personal y apegado a la calle lo teníamos claro desde que cayera en nuestras manos el primer disco de Los Fusiles, banda con la que está sembrando una inmaculada trayectoria que ningún buen oyente debería perder de vista pues sus discos suponen un decálogo sobre lo que es el mejor rock en castellano que se factura a día de hoy en nuestra geografía.
La sorpresa llegó meses atrás al poder saborear su debut en solitario, “Los Cuatro Claveles”, otra estupenda colección de canciones donde se lanzaba en brazos de géneros mayúsculos como el tango, la canción de autor, el jazz y la chanson, entre otros, acercando el foco a una amalgama de personajes nacidos a pie de calle, cuyas vidas son abordadas con la habitual calidez que le caracteriza, elaborando unas preciosas historias que destilan orgullo de clase obrera.
Contactamos con Pablo Cuevas para conocer un poquito más de cerca toda la génesis de “Los Cuatro Claves”, a sabiendas que estamos ante uno de los grandes autores de canciones de la música actual de este país.
Pablo, mira que te tenemos controlado, ya sabes que de vez en cuando te escribimos para saber de tus andanzas, sin embargo, este disco nos ha pillado totalmente desprevenidos. ¿Desde cuándo y en qué forma empezaste a dar vida a estas canciones que conforman “Los Cuatro Claveles”?
Pablo: Fue a finales del 2022 cuando empecé a maquetar en el estudio de Quique Ruiz, guitarrista de Los Fusiles, un puñado de canciones que compuse ese mismo año con la intención de grabar un disco alejado del rock and roll, en cierta parte, con influencias igualmente importantes para mí como la canción de autor, la chanson francesa, el gypsy jazz, la música mediterránea o el tango. Me interesaba desarrollarlo a mi manera, claro, esto es desde un punto de vista no purista y variado. Un batiburrillo de canciones al estilo de las “varietés” cabareteras del siglo pasado.
¿En algún momento pensaste que las mismas podían formar parte de un disco de Los Fusiles o siempre tuviste claro que debías defenderlas bajo tu propio nombre?
Pablo: Siempre tuve claro que tenían que ser canciones que no tuvieran nada que ver con Los Fusiles. No tendría sentido un proyecto paralelo en solitario por mi parte que sonara igual que Los Fusiles. De ahí a defenderlo con mi nombre de pila, por más reparo que me dé. Una banda de rock and roll siempre da más cobijo a los que somos un tanto tímidos. Esto es otra cosa. Más de sala pequeña o bar. Hay que echarle aún más morro.
Sin embargo, el disco está grabado en los estudios “Bala Errante” de Sevilla, propiedad de Quique Ruiz, guitarra de la banda. ¿A qué se ha debido este hecho?
Pablo: Los dos últimos discos de Los Fusiles ya se grabaron en buena medida en el estudio de Quique. Grabar en “Bala Errante” nos ahorra mucho presupuesto ya que nuestros bolsillos de mileuristas no nos permiten meternos en estudios más lujosos. De todas formas, siempre rematamos la faena con Jesús Chávez y su estudio “El Pelícano” a la hora de las mezclas y últimos retoques. “Los Cuatro Claveles” siguieron el mismo patrón. Estoy muy a gusto grabando con Quique y mezclando con Jesús.
“Una banda de rock and roll siempre da más cobijo a los que somos un tanto tímidos”
De lo que no hay duda es que en tu cabeza retumban ecos de músicas diversas, ya en el último disco de Los Fusiles lanzaste “La Esquina de tu Casa”, un pasodoble rockerizado con reminiscencias a ska del sello 2Tone. ¿Sentías que era el momento de ir más allá del rock and roll más clásico?
Pablo: Más que sentir que fuera el momento fue el tener la ocurrencia. Como ya dije antes, siempre me interesaron otros géneros musicales más allá del rock and roll. Sí es cierto que con Los Fusiles hemos sacado tres discos en cuatro años. Eso es ir a toda mecha. Sentíamos que el cuarto disco debía hacerse esperar más tiempo por diferentes motivos. Pensé que era el momento perfecto para sacar este álbum en solitario, tocar con otros músicos y sentir sensaciones nuevas. Creo que ambos proyectos son más que compatibles.
Lo que no sé es si tu público podía esperar una paleta tan amplia en la que cabe el tango, la chanson, el soul y hasta palmas flamencas. ¿Cuánto esperas que estas canciones sorprendan a gente que ya tenga ubicada tu música?
Pablo: A los que me conocen personalmente no creo que les haya sorprendido demasiado porque saben de mis gustos musicales de siempre. A los que no me conocen en la intimidad pues supongo que sí les habrá sorprendido. Y no siempre para bien. En cualquier caso, el personal rockero tiene ya una edad y es muy educado. Cuarenta años atrás este tipo de giros artísticos eran apedreados entre los aficionados más cerrados. En cualquier caso, tengo que reconocer que el disco ha sido muy bien recibido por la crítica y por la mayoría de seguidores de Los Fusiles. Imagino, no obstante, que habrá bajas y altas para con este disco.
“Apelo a los genios con mono azul de faena en canciones sencillas que se ganan el jornal”
Elvis, Edith Piaf, Carlos Gardel, Roberto Goyeneche, Malevaje, Django Reinhardt, Adriano Celentano y Carlos, son algunos de los nombres que sobrevuelan por estas composiciones. ¿Eres consciente que pocos artistas de nuestro panorama pueden mirar a tanto genio a los ojos y no solo salir solo indemnes, sino que en tu caso sales totalmente triunfante?
Pablo: Agradezco tus palabras. Igual la clave para que el disco se haga ameno y amable es precisamente apelar a todos los genios que mencionas con mono azul de faena. Imagino que va con la personalidad de uno. Los Fusiles es una banda de rock de batalla y “Los Cuatro Claveles”, con un lenguaje lógicamente diferente, también está hecho desde la honradez y lejano a la suntuosidad. Son canciones sencillas, poco arregladas pero que se ganan el jornal. Creo que es creíble.
La fotografía de portada es obra de Manolo Ortega y Pablo Caravaca, la misma tiene unas reminiscencias a las portadas del mítico Alberto García-Alix. ¿Era el espíritu que buscabas?
Pablo: Tengo la suerte de tener muchos amigos y amigas que siempre están dispuestos a echarme un cable de manera altruista. Se dice “disco en solitario” pero solo no puedo ni cambiar las cuerdas de la guitarra sin perder la paciencia. Manolo Ortega ya diseñó la portada de los dos primeros discos de Los Fusiles. Para “Los Cuatro Claveles” se sirvió de la ayuda de Pablo Caravaca y allí que andaba yo posando y ellos disparando fotos de la manera más profesional que yo nunca he podido presenciar. Me sentía capitán general… Te digo yo que Alberto García-Alix no me saca mejor. Ortega y Caravaca, dos artistas.
“Me parece más interesante escribir sobre personajes precarios”
Arrancas con los aires marciales de “El Mandamás”, un relato mordaz sobre la condición social, apegado a la calle y en el disco hay otros temas como “Gines el de San Juan”, otro brutal retrato de la vida de un tipo de clase trabajadora. ¿Están tus letras hechas para honor de los desarrapados y de aquellos a los que Carlos Cano, cuya figura también sobrevuela estas tonadas, llamó cariñosamente “La Morralla”?
Pablo: Es que no puede ser de otra manera. Uno escribe de su entorno. Yo trabajo en Mercasevilla desde hace diecisiete años. Me levanto a las tres de la mañana y convivo con fruteros que cargan las furgonetas y van pagando como pueden. Aparte siempre me pareció mucho más interesante escribir sobre personajes precarios. Será porque somos mayoría. La canción de “Ginés el de San Juan” comienza con la frase “cómo intentar destacar una vida tan normal”. Claro que se puede destacar una vida tan normal. Cada persona es un universo.
Te dejas caer en los brazos del tango en “El Aroma Perfumado”, trayendo al siglo XXI un género que es rico en sus letras y apasionamiento. ¿Crees que el tango es el gran género por conocer y que merece ser amplificado de una mayor forma?
Pablo: En realidad mi afición por el tango se reduce a clásicos como Goyeneche, Julio Sosa o Gardel. No soy ningún entendido. En cualquier caso, el tango, como cualquier otro género autóctono, goza de la devoción local y poco más. Es difícil que trascienda fronteras sin la ayuda del mercado, como sí la tuvo el rock and roll. Lo que pasa es que cada equis años nace un prodigio de la talla universal de Gardel que convierte a sus canciones en patrimonio de la humanidad, eso pasa cada mucho tiempo. Pero vamos, a tú pregunta, sí, debería ser promulgado hasta el infinito.
“La Boda Civil” tiene unas sonoridades más cercanas a nuestro tiempo, quizás se acerque a “La Maestra” de tu último disco con Los Fusiles. ¿Qué te llevó a incluir esta canción que quizás se aleja un poco estilísticamente del resto de la propuesta?
Pablo: Sí, también quería dejar constancia de este tipo de canciones más de cantautor al uso. Hago por oír a cantautores actuales como Nacho Vegas o Quique González, pero no los acabo de asimilar. Sí soy muy fan de Chencho Fernández. De todas formas, no lo puedo remediar, me interesan los del siglo pasado: Alfredo Zitarrosa, Serrat o el propio Gainsbourg. De “La Boda Civil” me gusta mucho su letra. Las bodas siempre me han parecido bonitas y tristes. Una novia díscola, un novio sin un duro, un suegro preocupado…tiene su miga.
“El fútbol tiene su encanto y su literatura”
¿Es “Mi Dimisión” tu particular “Impazzivo Per Te”?
Pablo: Salvando las distancias con el todopoderoso Adriano Celentano…me encantaría que lo fuera. “Mi dimisión” la escribí, como sevillista que soy, en este carrusel de despidos de entrenadores que estamos teniendo en los últimos meses. Con la salvedad de que ya no dimite nadie. Esperan a que los echen. El fútbol, aunque tiene particularidades indefendibles, también tiene su encanto y su literatura. Me gustaba imaginar el romanticismo de un entrenador que dimite entre dignidad y melancolía: “que venga otro a ver qué puede hacer.” Mención especial en este tema al saxofonista Javi Cambra con una línea de saxo muy al estilo “Diana” de Paul Anka.
El disco sale bajo el manto de Family Spree Recordings, donde editas con Los Fusiles, un sello siempre atento al rock estatal más underground, que esta vez se pone de tu lado para que vea la luz el que seguro sea el disco más acústico que han editado nunca. ¿Cómo de necesario es el apoyo de un sello tan especial para proyectos como el tuyo?
Pablo: Nunca tendré palabras de agradecimiento suficientes para Tony de Family Spree Recordings. El sello es fundamental a la hora de la edición física de los discos, ya te he hablado de la ruina personal de nuestras haciendas, así como de los contactos con prensa y radio a la hora de hacer eco. El problema de las disqueras es que la fabricación ha subido bastante y los discos físicos apenas se venden. Es la quintaesencia del romanticismo su ejercicio. Tony de Family Spree a la primera escucha de “Los Cuatro Claveles” ya me dio el “ok”. Siempre le estaré agradecido.
Después de este arriesgado y sorprendente paso en tu carrera, Pablo. ¿Qué podemos esperar en un futuro a medio plazo?
Pablo: Lo primero que me gustaría hacer es llevar al directo “Los Cuatro Claveles”. Con Los Fusiles también tenemos fechas en los próximos meses en Murcia, Tarragona y Sevilla. Ahora toca desarrollar los dos proyectos. Yo encantado, me gusta mucho salir fuera a tocar a pesar de que a veces sea una odisea compaginarlo con mi trabajo de lunes a viernes que, a fin de cuentas, es el que me paga las facturas. El tiempo dirá si lo próximo es otro disco de Los Fusiles u otro por mi cuenta. También me gustaría escribir canciones para que las cante otra persona. En fin, ya se verá.
¿Qué planes tienes para presentar este trabajo durante los próximos meses?
Pablo: Por lo pronto presentaré “Los Cuatro Claveles” en la sala Fun Club de Sevilla el uno de marzo. Iremos a banda completa, Javi Lobillo a la batería, Ricky Candela al bajo, Paúl Laborda a la guitarra y Chano Robles al acordeón. Aunque es posible que defienda las canciones a dúo con Paúl Laborda en baretos y salas pequeñas en un futuro cercano. Se puede jugar con varias combinaciones diferentes para este proyecto en función al presupuesto o las características de la sala o bar.
“Me veo como un pobre diablo que canturrea para espantar las ruinas”
¿Tienes conciencia de ser uno de los héroes del underground rockero y proletario de algunos de nosotros? ¿Cómo vives este hecho?
Pablo: Pues no tenía ni idea de mi supuesta heroicidad. Me veo más como un pobre diablo que trabaja con un bolígrafo en la oreja apuntando los kilos de los pimientos y de las lechugas y que canturrea para espantar las ruinas.
Mil gracias por todo, Pablo. Ya sabes que sentimos una devoción y un inmenso cariño por ti. Gracias por tu música y por regalarnos el sabor costumbrista de la calle en las mismas.
Pablo: Muchísimas gracias a vosotros por la entrevista. Un honor. Enhorabuena por vuestra labor.