Páginas

Entrevista: Los Radiadores


"Pienso más en el punk como una forma de expresión que como un estilo concreto"

Por: Kepa Arbizu.

Fotografías: Adri Castellanos.

Más punks que nunca e igual de versátiles que siempre podría servir como eslogan para definir el nuevo álbum de Los Radiadores. Porque la banda valenciana ha conseguido asentar su firma identificativa sin interrumpir una continua regeneración de su sonido. Una, ya longeva, trayectoria que nos sitúa ahora frente a "Sorbos de electricidad", un trabajo que conducido por su particular verbo ácido visita diversos enclaves asociados a los ritmos impetuosos, desde el rock and roll clásico hasta la vindicación de The Clash, Sex Pistols y, por supuesto, The Ramones. Imponente y trepidante repertorio que nos empuja a charlar con su principal autor, Raúl Tamarit.

“Sorbos de electricidad” es vuestro sexto disco dentro de una trayectoria con ya más de diez años. Teniendo en cuenta ese bagaje, a la hora de encarar un nuevo trabajo, ¿cambian los retos, las aspiraciones, las motivaciones?

Raúl Tamarit: Siempre que publicas un nuevo disco hay cierto entusiasmo a la hora de dar a conocer las nuevas canciones y el resultado final al que le hemos dedicado horas y horas de dedicación, ya sea en la composición como en los arreglos. Eso es algo inevitable. También somos conscientes del lugar en el que estamos y  los medios con los que trabajamos, pero una cosa no quita la otra. La aspiración máxima es que a la gente le llegue el disco. Eso y la satisfacción de haber hecho otro trabajo y continuar con la ganas de seguir ofreciendo material nuevo y tocando en directo.

También formas parte del proyecto Galavera, más intimista y con menos periodicidad en sus apariciones, ¿a la hora de componer una canción sabes de antemano para que proyecto la estás haciendo o eso es algo que dicta la propia canción?

Raúl Tamarit: Lo marca la propia canción, aunque es cierto que hay ejemplos en que lo que estaba destinado a ir para Los Radiadores  acabó en el repertorio de Galavera, y viceversa. En el caso del último EP de  Galavera, “El viento”, sí que fue más premeditado, ya que muchas de ellas se compusieron durante el confinamiento y hacía mucho tiempo que no sacábamos nada, además de que Los Radiadores acabábamos de editar “Bailes de verano”. Sin embargo, “Querido dolor”, una de las canciones de este disco, la probamos con Galavera pero no acababa de funcionar y ha terminado en este álbum. 

Ya con un claro estilo identificativo como banda, vuestros discos, y especialmente éste, cada vez tienen un sonido más punk, ¿es un estilo que ha ido tomando mayor presencia sin daros cuenta o ha sido un trayecto hacia ahí consciente?

Raúl Tamarit: Eso es algo que ha sucedido prácticamente sin darnos cuenta. Supongo que es la impronta de tocar en directo y trasladar esa sensación al local de ensayo, que, además, de alguna forma, supone un desahogo personal: Llegas, te enchufas, y para adelante. Echando la vista atrás, ese camino que comentas, se empieza a vislumbrar ya en el EP “Puño en alto”, y es que al final resulta que los puntos en común son muchos. 

El hecho de que casi desde el inicio de vuestra trayectoria mantengáis una formación estable, ¿os ha hecho ese camino de cara a construir una identidad propia más cómodo y fácil o habéis ensayado y trabajado mucho en común para alcanzarla?

Raúl Tamarit: Es que ya nos conocemos mucho, y al final trabajamos como una unidad, no hay individualismos. Aquí no es cuestión de que cada uno estire de la cuerda hacía sus planteamientos o posicionamientos musicales. Trabajamos al servicio de la canción y enfocándola hacia puntos en común. En el momento que alguno está en desacuerdo con algo o vemos que no acaba de funcionar,  inmediatamente se descarta y seguimos tan amigos. Supongo que eso es lo que hace que los cuatro rememos en una dirección y nos llevemos bien y no dejarnos llevar por devaneos que al final no llevan a nada, sólo a imponer un criterio propio por encima del grupo.

A pesar de ese ingrediente esencial del punk, el disco resulta de lo más versátil, hay rock castizo en “Querido dolor”, rock and roll clásico en “He visto cosas que no podrás creer”… Supongo que parte de ese espíritu punk es reconocer que se trata de un género que resulta la (r)evolución de sonidos anteriores que también os gustan...

Raúl Tamarit: Claro, nos gusta jugar con distintas tesituras y coquetear con diversos palos. Al final nos influyen muchas cosas, y como dices,  el punk surge como una evolución directa del rock and roll. Es un género mucho más bastardo de lo que pueda parecer a priori, se nutre de muchos elementos del rock clásico, pero también del pop o del glam. Y todo eso está ahí. 

Por otro lado ese rock castizo tiene una denominación de origen, y en nuestro caso podemos acercarnos a  lo genuinamente anglosajón pero también a todo aquello que se hace aquí, que también nos ha marcado mucho.  Y es una baza con la que podemos jugar con total naturalidad sin que resulte impostado. 

Incluso dentro del propio punk lo manejáis con diversos acentos, más "ramonianas" a veces, otras con coros al estilo de bandas del Rock Radikal Vasco, otras con gotas garageras… ¿A pesar de su fama de poco dúctil, el punk es un género mucho más elástico y dinámico de lo que puede parecer a priori?

Raúl Tamarit: Pienso más en el punk como una forma de expresión que como un estilo concreto. Eso sí, siempre con un determinado énfasis visceral. Sobre todo por la inmediatez. Y el garage también participa de todos esos elementos.  Fíjate si el término punk es elástico que pueden llegar a recibir la misma etiqueta grupos que han introducido el reggae, el ska, la música disco, sonidos latinos, el rockabilly o el pop en su expresión más amplia. A todos ellos en algún momento les han catalogado de punk. Va mucho más allá de canciones rápidas de tres minutos. Hay que valorar esa mezcla y quedarse con lo esencial. Esa es la magia de la música, y de estilos abiertos. Y el punk lo es, o al menos en su origen lo fue.

En ese mayor colorido que hay en el disco también interviene, aunque de manera puntual pero creo que muy trascendente, los teclados de Gilberto Aubán en "He visto cosas que no podrás creer" y "Han vuelto a llamar", ¿era un aporte que sentíais que iba a dar dinamismo al sonido del disco?

Raúl Tamarit: Cuando hice “He visto cosas que no podrás creer” tenía claro que tenía que haber un piano más clásico. El riff me recordaba un poco a lo que hacía Bo Diddley y al mismo tiempo quería enfocarla con el tratamiento que le dan los Clash a “Julie´s Been Working for drug Squad”. Luego las maracas también le dan un punto muy vital.  

Sin embargo en “Han vuelto a llamar” se me ocurrió una vez montada la canción. Con esa guitarra fuzz de El Joven y al mismo tiempo por el concepto más pop que tiene, pensamos en que le vendría bien ese carácter más setentero. Gilberto Aubán fue decisivo, es un gran teclista. Sin escuchar las canciones entró en el estudio y en un rato pilló la idea y lo grabó. Nos ha gustado mucho como han quedado. 

Los textos de este trabajo alternan un contenido más intimista y otro más social, ¿es un disco que pretende mirar tanto hacia dentro como hacia afuera?

Raúl Tamarit: Al final las canciones son  reflejo de lo que uno es y de lo que le rodea, su entorno más inmediato. Es importante observar pero también mirarse por dentro, porque todo acaba formando parte de ti. En las letras siempre hay un componente autobiográfico que sale cuando menos te lo esperas, a  veces ocasionado por una noticia que lees o por algo que te dice alguien, y acabas asumiéndolo como propio. Lo mismo sucede con el mensaje social, que también te pertenece. Es como un pensamiento o una reflexión en voz alta. En este caso convertida en canción. 

Aunque el título del disco, por lo que has comentado, esté tomado de una frase, reconvertida, de un libro de Ray Brudbury, varias canciones, especialmente “He visto cosas que no podrás creer”, muestran la perplejidad que causa observar cómo en el día a día el mundo y el ser humano sigue en caída libre, ¿la realidad sigue superando a la ciencia ficción?

Raúl Tamarit: Es que se ve cada cosa que es de flipar... Cada vez tiene más sentido la frase “El hombre es un lobo para el hombre”. La humanidad contra la humanidad. Lo que no tiene sentido es que todavía se niegue el cambio climático, que partidos políticos con un claro ADN de autoritarismo hablen de libertad y por otro lado recorten en derechos sociales y culturales excluyendo de sus políticas a las minorías. Los mismos que niegan la violencia machista sin asumir las evidencias o el acoso sexual. Por no hablar de periodistas que sacan noticias fake a sabiendas que no son verdad: es muy burdo pero vamos con ello. Todo se puede llegar a tergiversar a unos niveles insospechados por  intereses propios y económicos y da un poco de miedo. Un poco es lo que dices: seguimos en caída libre. Ya lo decían Siniestro Total en “Pueblos del mundo extinguíos”

Hay una parte del disco que parece tener en sus textos un tono nostálgico, donde se asume el paso del tiempo. Citando uno de vuestros versos, “Ya no quedan héroes que canten al salir el sol. Se quedaron completamente afónicos, cansados de que nadie ya escuchara sus melodías todas las mañanas”… ¿Cuesta para una banda como la vuestra no sentirse extraña en el presente?

Raúl Tamarit: Esa canción se puede interpretar en varias direcciones. Por un lado actualmente hay mucha más oferta que demanda, eso es innegable, y seguramente ante tanta información nos estamos perdiendo, o nos hemos perdido, propuestas muy interesantes que han quedado enterradas ante el tsunami en el que estamos metidos, por no hablar de los que han acabado tirando la toalla. 

Y por otro lado, los que han visto que todavía hay un filón al que le pueden sacar rédito, resucitando propuestas agotadas, sin aportar nada nuevo y que se mantienen girando a día de hoy por un “One hit - wonder” que sacaron hace cuarenta años. Cuidado, no lo critico, me parece muy bien que puedan jugar esa carta. Lo que a veces sí que da un poco que pensar es en la nostalgia continua en la que se vive actualmente. Hace poco leía un artículo del periodista Nando Cruz que comentaba que en Estados Unidos un 72´6% de streamings reproducen grabaciones de catalogo; solo el 27´4 son novedades.  

En cualquier caso, no nos sentimos extraños. A una parte del público todavía les interesa el rock, pero hay que conseguir llegar a ellos. El esfuerzo seguramente es veinte veces más que cualquier otro que trabaja con más medios, pero en eso estamos, desafiando a las listas random y a los algoritmos. Nosotros somos así.

Sin embargo en otro tema cantas: “Ya no somos jóvenes, tendremos que asumirlo. Y tengo tantas cosas que decir..” Aceptando las lógicas consecuencias del paso del tiempo, ¿se trata de una reivindicación de vuestro derecho a seguir cantando y contando cosas…?

Raúl Tamarit: El paso del tiempo es algo que algunos momentos me obsesiona. Es algo que no se puede controlar, pasa por encima de nosotros sin ninguna opción de detenerlo. El miedo a envejecer o a enfermar se acusa a partir de ciertas edades, a perder a la gente que quieres, familiares, amigos…Ya son muchos los que se han ido quedando en el camino. Pero al mismo tiempo eres consciente de que no tienes veinte años, y que estás viviendo este momento, con otra edad, y que es distinto, pero es el ahora, y hay que vivirlo plenamente. La canción lo dice: “Ya no somos jóvenes, empieza un nuevo tiempo”. Con sus pros y sus contras, pero hay que vivirlo con la mayor intensidad con la que se pueda, aunque al mismo tiempo te planteas que tampoco quieres cambiar nada, que deseas seguir haciendo lo que quieres y lo que te gusta, y acabas aceptado el momento y sus consecuencias. 

¿En ningún momento habéis flaqueado y os habéis sentido predicando en el desierto y con ganas de tirar la toalla…?

Raúl Tamarit: Bueno, tienes momentos de bajón, y a veces piensas: "éste es el último". Y mientras lo estás pensando, estás apuntado una frase que se te ha ocurrido para una posible canción. Tengo un grupo de Wassap en el que estoy yo solo que se llama letras, y ya está atiborrado de ideas, frases y bocetos. Así que todo lo que diga es mentira. Es algo que está ahí y que me gusta, ya es una necesidad vital. Cuando hablamos el resto del grupo sobre esto,  la opinión es generalizada. Y nunca se hace mención a que se trate del último, e incluso recién salidos los discos, siempre hay algún comentario al respecto: pues en el siguiente tal o cual. Así que ahí seguiremos. 

Cada disco nuevo tiene su ritual a la hora de ser presentado en directo, pese a la trayectoria consolidada que tenéis es difícil veros en giras amplias a lo largo del Estado y no digamos en festivales. ¿De qué manera observáis o valoráis la difícil situación creada entorno a las posibilidades para actuar en directo, ya sea en salas o festivales?

Raúl Tamarit: A nosotros nos gustaría estar todos los fines de semana en algún sitio tocando, pero también es verdad que no podemos hacerlo. Somos un grupo que nunca ha tenido agencia de contratación para esos menesteres. Al principio lo hacíamos nosotros, pero es que lo nuestro es hacer música e interpretarla.

Respecto a los festivales… pues supongo que las agencias saben vender su catálogo a los promotores y les contratarán a varios artistas de su roster por un módico precio. Vete a saber. No sabría decirte. Además de que no es mi mundo. Eso sí, nosotros estamos ensayados y con las guitarras afinadas por si hay que salir mañana. De momento el día 6 de abril tenemos la presentación en Valencia, en 16 Toneladas. Y tenemos muchas ganas. Lo siguiente, pues se irá viendo.