Aprovechando la ocasión que nos brinda el estreno de la película biográfica sobre Bob Marley, El Giradiscos quiere sacar lustre a sus canciones. Demasiados factores ajenos a la música han enturbiado la recepción y el auténtico aprecio que merece un artista único. La publicación póstuma de recopilatorios, directos y homenajes dedicados al jamaicano es apabullante, aunque, en muchos casos, no han prevalecido los criterios musicales en la difusión y recreación de sus temas. De hecho, “Legend” (1984), publicado tres años después de su fallecimiento es el disco más vendido del músico. En mi juventud una cinta de casete de “grandes éxitos” de Marley, que tanto proliferaron, sospecho que era pirata, trastocó mi vida, como a buen seguro les sucedió a muchos de mi generación y las posteriores. Aquella música exultante no la habíamos escuchado nunca. Nos decíamos los unos a los otros algo parecido a los versos de “En un Mercedes blanco”, la canción magistral de Kiko Veneno, “ponme esa cinta otra vez, pónmela hasta que se arranquen los cachitos de hierro y cromo”.
Con el paso de los años Bob Marley ha devenido en un producto cultural muy lucrativo, así hay que quitarle el precio y el envoltorio con que han pretendido venderlo como una mercancía, con el fin de admirar de nuevo una propuesta musical cuyo valor no tiene precio, y reconocer la matriz vital, social y política que dio lugar a sus indelebles creaciones.
No estamos seguros de que la citada película sirva para reconsiderar a Bob Marley como un músico prodigioso, de modo que preferimos el juicio desmitificador que ha hecho de él Diego Manrique. En definitiva Bob Marley fue un joven jamaicano que creció en una sociedad violenta y desigual, tomó decisiones discutibles, despertó tanta admiración como animadversión (atentaron brutalmente contra su vida y la de los suyos), y en un intervalo de tiempo demasiado breve, realizó grabaciones “luminosas” como también reconoce el veterano crítico musical. La estrella de Jamaica brilló (si tenemos en cuenta solamente las grabaciones en las que aparece por delante su nombre) durante apenas 8 años, entre 1973 y 1981. Hay que tener en cuenta que cuando murió, por culpa de un melanoma tratado de manera errática, solo tenía 36 años. No tuvo la oportunidad de grabar tantos discos
“Stir It Up” (1973)
Tres tipos de Jamaica se presentaron en Londres en el despacho de Chris Blackwell, querían grabar un disco…y lo consiguieron, se llamó “Catch a Fire”, ellos eran Pete Tosh, Bob Marley y Bunny Wailer. Era la última bala que les quedaba. Fue el comienzo de la fructífera relación que mantuvieron (Marley continuó en solitario) con Blackwell y Island Records. En 2022 se dio a conocer que Marley, a mediados de la sesenta, desesperado por la remuneración exigua que le procuraban sus canciones, había decidido emigrar a EE.UU., donde residía su madre. Ejerció de limpiador y portero hasta que fue expulsado del país, gracias a ello retomó su carrera musical, y más adelante puso a rumbo a la tierra prometida británica donde le esperaba el productor británico. Jamaica se había independizado de UK en 1962, pero la emancipación (musical) pasaba paradójicamente por marcharse a la metrópolis.
La comunidad antillana de Londres era pujante, pese al racismo que padecían los caribeños. Para conocer mejor el impacto que tuvo en ella el advenimiento de la música reggae es muy recomendable ver la miniserie de Steve McQueen, “Small Axe” (2020) (al igual que la canción de la primera etapa de The Wailers), que Oky Aguirre analizó con tanto acierto para esta revista.
“Stir It Up” además es una canción (que Bob Marley había compuesto tiempo atrás) en la que se hace notar el talento compositivo de Marley y los brillantes arreglos con que él y sus colegas musicales aderezaron sus temas en el estudio, lo que no se siempre se ha tenido en cuenta. Pertenece al disco inconfundible de la portada de Bob Marley con el canuto de la sagrada “ganja”, el alimento que Jah le ha concedido a su pueblo con el fin de agraciar su difícil vida.
“Them Belly Full (But We Hungry)” (1974)
Esta canción adoptada por Bob Marley es una puñetazo político, expresión de la indignación más que justificada por la miseria económica de las Antillas. Marley conoció la extrema pobreza de primera mano en su propio país y en la cercana isla de Haití. Por desgracia el estado de la población haitiana continúa siendo lamentable, es uno de los países con menor índice de desarrollo humano de la Tierra. Es el Estado fallido por definición y la prueba más palpable del fracaso del colonialismo. La desigualdad social y económica es una preocupación constante en la música del jamaicano. De todas formas, la fatalidad no tiene la última palabra, a tenor de la letra que canta con rabia el guitarrista jamaicano. Por poco que tengas, siempre puedes cantar (y bailar), y sobreponerte a la desgracia. “Forget your sorrows (and dance)/ Forget your sickness (and dance)”. La irrupción del coro femenino, bajo el nombre de I-Threes, formado por Rita Marley, Judy Mowatt y Marcia Griffiths, demostró ser decisivo para el futuro de la música de Marley a partir del disco del que forma parte esta canción.
“No Woman, No Cry” (1975)
En esta particular selección no pueden faltar algunos tema grabados en vivo. El género musical que difundió Marley por el mundo no se puede concebir sin el concurso del público, es idónea para la liturgia popular y fervorosa que despierta la música en Jamaica. La primera versión en directo de esta canción interpretada en el Lyceum de Londres durante la gira veraniega para presentar “Natty dread”, recogida en “Live!” (1975) es más limpia que la otra, grabada también en Londres, y que han elegido para la BSO de la película “One Love”. Es la del órgano memorable que suena al principio, anunciando la emociones que se avecinan. Otra razón para recuperar los directos de Bob Marley y The Wailers es que en este formato no estaban tan tutelados por el imperio musical británico, aunque estuvieran lejos de casa.
“Natural Mystic” (1977)
“Exodus” es la cumbre de nuestro rastaman, un disco exuberante en el que uno pierde la noción de dónde está y no echa en falta volver. Ya no están en los créditos los fundadores originales de The Wailers. Su popularidad esta vez es congruente con su indiscutible calidad. La base de Aston "Familyman" Barrett, quien, por cierto, ha fallecido hace unos días, lleva sobre sus espaldas todo el disco. Aunque en esta canción seduce especialmente la “lead guitar” propiedad de Junior Marvin, que nos atrae irresistiblemente desde la distancia, en un segundo plano.
El sentimiento religioso que influyó tanto en la vida del jamaicano está evocado en esta canción. El sincretismo religioso abrazado por el seguidor de Jah (abreviatura del Yahvé bíblico) está ligado a los orígenes africanos de la población afrodescendiente jamaicana. Por desgracia esta identificación religiosa resultó fatal al contraer la enfermedad culpable de su muerte.
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“Exodus” (1977)
Retiro lo dicho anteriormente, el álbum es una cordillera y el pico más alto, inalcanzable, es el himno religioso titulado de la misma manera, “Exodus”. Una canción que exuda ritmos africanos por todos lados gracias a unas percusiones formidables. La liberación del pueblo “elegido” de su esclavitud en Egipto sirve como referencia para cualquier movimiento de liberación. Los africanos han sabido reconocer la afinidad cultural que les une al reggae. En Gambia es el género más popular. Reconozco, no obstante, que “Waiting in Vain” me tentó hasta el final para incluirla.
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“One love/People Get Ready” (1977)
Esta canción que a la postre se ha hecho tan celebrada fue grabada por The Wailers por primera vez nada menos que en el año 1966. A mi juicio es mejor que la versión posterior, incluida en “Exodus”. El lector puede comprobarlo por sí mismo al final de este párrafo. No le pasarán desapercibidas la elocuencia del saxofón y las armonías vocales del grupo. Es la deuda americana del reggae. Es justa la atribución compartida con Curtis Mayfeld y The Impressions. El eco en la música y la letra de la magnífica “People Get Ready” es incuestionable. Hasta en las fotos promocionales los Wailers recuerdan a los Impressions. Clement “Coxsone” Dodds regresó a la capital de Jamaica de su viaje iniciático por EE.UU. con un botín de discos germinales que fueron fecundados más adelante por la música afrocaribeña. El huevo eclosionó en el Studio One, en el que grabaron The Wailers, naturalmente.
En ambas canciones confluyen la fe religiosa y la fe política. El tren de los derechos pasaba por delante de los antiguos esclavos y estos últimos no estaban dispuestos a perderlo. Ya estaban listos para tomar el tren.
“Is This love” (1978)
Esta canción está en la lista de “Kaya”. También podría haber sonado en el “sound system” que aparece en “Lovers Rock”, el increíble episodio de “Small Axe”, la serie a la que nos hemos referido antes. En aquellas discotecas móviles que causaban furor en las salas improvisadas de Inglaterra, como si el punk no existiera, sonaban hasta el amanecer éxitos del reggae romántico, entre las que podría estar por derecho propio este tema maravilloso. La fiesta que recoge el videoclip es mucho más inocente, en ella comparece el músico, exultante y rodeado de chavales que representan a la Inglaterra multicultural, y que conectan con el reggae con toda naturalidad.
“Redemption Song” (1980)
Pasamos por alto el álbum panafricano de Marley, “Survival”, que se me antoja el más anodino, el menos inspirado, musicalmente, del músico, y nos decantamos por este aparentemente sencillo “salmo” sobre la experiencia inefable de la esclavitud, que era demasiado reciente como para que Marley no se refiriera a ella en diversas canciones. Ninguna versión posterior por bienintencionada que sea ha sido capaz de mejorar la versión desnuda y primigenia de esta canción del álbum “Uprising”.
“Buffalo Soldier” (1983)
El disco “Confrontation” salió a la luz después del desconcertante fallecimiento de Marley. El rastaman y los soldados “búfalos” (afroamericanos) a los que está dedicada esta canción y que combatieron en el bando de la Unión en la Guerra de Secesión americana, ya se habían extinguido. Sin embargo, sus ideales de emancipación seguían y siguen vivos. El espíritu del búfalo no se ha marchado de las praderas. La temática estadounidense es la más pertinente para despedirnos provisionalmente de Bob Marley, quien dio su último concierto en tierras norteamericanas, en un estado de salud precario.
“Get Up, Stand Up” (1973)
En la mayoría de sus recitales se despedía con la canción de resistencia, “Get Up, Stand Up” (1973). Y así fue en su último concierto celebrado en Pittsburgh: “Despierta, ponte de pie para defender tus derechos, y no te rindas en la lucha…” Si el músico ya no puede hacerlo, tú, en cambio, sí que puedes. El sueño de pervivencia religiosa en el que Marley creía se ha cumplido de un modo diferente al esperado, al final sobrevivieron para siempre sus canciones en las que Bob Marley dio lo mejor de sí.