Por: Artemio Payá
Casi nos habíamos olvidado de ellos, parecía que su carrera había quedado finiquitada justo después de dos fantásticos trabajos como "Antihumanism" (2012) y "Everything" (2015), y aunque haya pasado más de un lustro, The Diesel Dogs aparecen con “The Shipwreck” bajo el brazo como si solamente dos años hubieran transcurrido. Hay cosas que han cambiado ya que Javi Diesel cuenta con nuevos compañeros de tripulación para esta travesía, pero hay otras que siguen igual: repiten bandera, Ghost Highway y también con Fernando Pardo en la batuta técnica, en este caso al alimón con Álvaro Escribano.
Las brújula les lleva por el mismo camino, lo cual se agradece porque en el momento musical que vivimos se echan en falta grupos que dedican su cuerpo y alma al rock and roll pero en cuyo ADN tienen nucleótidos punk y así lo demuestran nada más poner el vinilo en el plato porque van directos al mentón: en “When we were Young” les acompañamos en un recorrido de juventud por las calles oscuras en las que no sabías donde ibas a terminar con el objetivo de “partir la noche en dos” y en los que “todo era secreto” (como The Germs ) subidos en un taxi que acaba el tema siendo pilotado por Cheetah Chrome (esa parte final).
Las guitarras dobladas se apoderan de “Hold on” que casi va de la mano con la soberbia “Dried Roses”, medio tiempo en clave de rock americano, pero sin perder la chulería y el descaro. “Society disgust me, advertising sickens me, computers makes me puke” es una furiosa tempestad en el camino hasta “Drink the night away” que nos lleva a un semivacío garito con la cabeza apoyada en la barra, “pensábamos que podríamos parar el mundo pero aquí estamos antes de ponernos finos” nos cantan los Dogs en lo que podría ser el final infeliz de “When we were Young”.
Una de las cosas por las que se han conocido a la banda y por lo que merece la pena detenerse es por el cuidado extremo a sus letras: referencias, posición política y una reflexión de los tiempos que vivimos. En “Shipwreck” los temas son más terrenales hasta que en la apertura de la cara B nos topamos con la que fue la canción de adelanto del elepé y sin duda uno de los mejores momentos del mismo: “1929”. Una Cara B que solo aloja cuatro temas y que hacia el final nos deja dos momentos sublimes: “The Year John Ford Saved My Life”, que huele al clasicismo sureño de unos Drive By Truckers gracias al slide guitar de Juan Durán, y “Safe in the Arms of Rock and Roll”, una preciosidad en la que Javi canta junto a Nat Simons y todo ello mecido por el Steel guitar de Diego Serrano, una oda cargada de romanticismo a la música que tanto nos gusta.
El disco se llama el naufragio, pero creo que The Diesel Dogs están en una forma inmejorable y han llevado el barco a buen puerto e incluso han subido el nivel a sus anteriores ediciones. En estos felices años veinte de este siglo su mezcla de rock and roll, americana y punk está fuera de época pero así son los piratas. En el mar no hay leyes y hay pocos ondeando la bandera. Entre esos pocos, ahí están The Diesel Dogs.