Entrevista: Carlos Tarque


“Hay un punto combativo en estas canciones” 

Por: Javier González 

Si a la mejor voz de nuestro rock, le sumas unas guitarras afiladas y una base rítmica trepidante, nada puede salir. Y eso es lo que ocurre en “Vol.2”, el segundo round que nos propone Tarque en solitario. Un conjunto canciones escritas con un afán combativo, donde el veterano músico ha decidido cerrar los puños y apretar la mandíbula, contar a los cuatro vientos cómo ve el panorama, poniendo el foco sobre situaciones incómodas que en muchos casos parecen hablar de España, acercándose en sus reflexiones a cierta amargura cuya mejor cura parecen un buen puñado de riffs.

Nos ponemos en contacto con Carlos animados por el chute de energía que nos infunde la escucha casi obsesiva de su nueva colección, al otro lado del teléfono encontramos a un tipo orgulloso por el trabajo realizado con muchas ganas de quemar las noches presentando un artefacto musculoso que hará las delicias de los buenos aficionados al rock cañero, algo que podrán comprobar aquellos que se pasen los días 18 y 19 de enero por el Kafe Antzokia de Bilbao

Cinco años después de tu debut en solitario vuelves a la carga con “Vol. 2 “. ¿Qué tal sabor de boca te dejó la experiencia como solista? 

Carlos: Precisamente este “Vol. 2” viene del buen sabor de boca que me/nos dejó a la banda y a mí como artista la experiencia del primer disco. Nos colmó tanto que por eso estamos haciendo este segundo disco, queríamos continuar.

¿Te quitaste años teniendo que volver a picar piedra, recordando viejos tiempo, o más bien al revés, te cayeron encima cuando viste cómo andaba el panorama? 

Carlos: Las dos cosas, la verdad. El rock te devuelve mucha energía. Con M-Clan también hacemos rock, pero no tan cañero, pese a ser muy enérgicos, pero con el primer disco como Tarque sentí un pulso más potente. Lo de picar piedra ha sido entre comillas, como tú bien dices, el bagaje de M-Clan hace que venga más gente a verme y que no todo haya sido empezar de cero. 

Desde fuera, escuchando esta nueva colección, se te siente pletórico, lleno de fuerza, reivindicando tu yo más rockero y con un punto combativo, que si bien no es inusual en tus canciones, sí podríamos decir que vuelve con fuerza. ¿Lo ves así? ¿Qué te hace sentirte así? 

Carlos: Sin querer ser nunca un cantante reivindicativo, porque pienso que hay saber hacerlo y tener mucha elegancia, hay cosas que son parte de la vida y te indignan. Hay un punto combativo en estas canciones, envidio a la agente que tiene más arrojo y valentía para hacerlo de forma más clara. Además, no quiero que mi música sea vehículo de combate, ni mucho menos, pero sí me apetecía plasmar ciertas ideas en las canciones. Con M-Clan tenemos canciones como “Las Calles están Ardiendo”, hablando de cosas que no te acaban de gustar. Y luego creo que los temas son vehículos de comunicación, hay cosas que se pueden y se deben decir, no todo va a ser hablar de amor y de uno mismo. 

Has preparado una buena colección de riffs cuchilleros y una potente base rítmica. ¿Habéis tenido que trabajar mucho la preparación de cada tema para encontrar esa armonía tan rotunda? 

Carlos: Es verdad que el proceso del disco ha sido largo. Ha habido temas que han costado más y otros menos. A la hora de hacerlos sonar, la verdad que los músicos, tanto Carlos Raya como Chapo y Coke tienen claro cuál es su espacio y el trío funciona bastante bien. Hay canciones a las que hay que dar muchas vueltas, hay dos o tres para las que no hemos encontrado la resolución final y se han quedado fuera. Todo hay que trabajarlo, ya que un disco no se hace solo. 

“El arte tiene que estar presente y denunciar este mundo que es bastante complicado” 

“He vuelto para veros Arder”, “Piel de Toro”, “Bombas en Son de Paz”, los títulos te sitúan en la estela de los noventayochistas, con un dolor creciente sobre el mundo y particularmente acerca de nuestro país. ¿La madurez te ha dado más profundidad, mayor capacidad de análisis o más rabia?

Carlos: Es un poco todo. Al final los artistas, creadores y músicos queremos contar cómo vemos nuestra frustración, impotencia y lo que nos rodea. Hay dos canciones, “Bombas en Son de Paz” y “Piel de Toro” que hacen referencia a España, ésta última habla de corrupción política, pero jugando con el refranero. Me ha encantado que encuentres conexión con la generación del 98, te da esa sensación porque es verdad que está. Soy de aquí, tengo que hablar de mis sentimientos. No todo va a ser hablar de carreteras polvorientas de Texas. Hemos hablado de muchas cosas ya, a veces me da miedo tocar ciertas temáticas porque no quiero meterme con ciertas cosas, a pesar de tener mi opinión. No quiero ser juzgado ni que me veten, pero en ocasiones hay que arrogarse cierta responsabilidad. Pienso que el arte tiene que estar presente y denunciar este mundo que es bastante complicado. Me gusta que lo percibas. 

Por cierto, qué lástima que la ya citada “Bombas en Son de Paz” esté tan de actualidad, ¿verdad? 

Carlos: Estamos hablando de una canción que tiene un año y medio, la hicimos cuando estaba arrancando la guerra de Ucrania. Puse la atención en el conflicto bélico y el tema de los refugiados. Al hacer el plan de salida de los singles, en principio queríamos que fuera el segundo, pero finalmente la compañía decidió que fuera mejor alterar el orden y ponerlo el cuarto. Cuando comenzó este nuevo conflicto pensé que iba a salir a la vez de todo lo que está ocurriendo en Palestina. Había un sentimiento encontrado, no porque crea que nadie vaya a pensar que soy un oportunista, porque esta canción no va a ser un himno de nada. Mi sentimiento venía porque me dolía que estuviera tan de actualidad el tema, se me ha emborronado la salida de la canción. Aunque alguien vea oportunismo se trata de una canción de denuncia. Y si alguien lo ve como oportunista, me importa una puta mierda. 

¿Qué te susurró el diablo en “Pacto” en estos tiempos crudos para el rock and roll? ¿Te contó lo que ocurrió realmente entre Robert Johnson y él? 

Carlos: Me hubiera encantado saberlo. “Pacto” es una canción en la que hicimos un juego, tipo comic, con Carlos Raya. Pensaba que era un tema que ya estaba muy explotado, pero realmente era un corte que tenía un riff casi diabólico, me llevó al pensamiento y a la historia que tiene algo autobiográfico. Subirte a un tren, meterte en el mundo de la música de una manera un poco inconsciente. 

La reafirmación viene de la mano de “Credo”, donde parece esconderse un agradecimiento a una perfecta historia de amor, algunos vemos una descripción de agradecimiento para el rock and roll. ¿Por dónde van los tiros? 

Carlos:
Me encanta que cada uno tenga su visión. El otro día una amiga me decía que pensaba en su próxima maternidad. Estamos diseñando una camiseta en la que aparece la palabra credo, dos guitarras cruzadas y un corazón de rock and roll. Si a cada uno nos lleva a un amor incondicional es fabuloso. La canción parece que habla de una relación, pero no la escribí pensando en una persona, sí en una idea, en un amor más allá del bien y el mal. Hay que tener ese credo. Habrá quien piense que habla de Dios, tipo el credo católico, pero no es mi caso. 

De lo que no cabe duda es que en “Lluvia de Abril” cantas “mientras aquí, la música me salva”…

Carlos: La música y el arte, las sensaciones de aquello que nos puede hacer felices. Las cosas que dan sentido a la vida. 

¿Te planteas esta gira como una forma de asentar lo sembrado con tu anterior trabajo en solitario? 

Carlos: La gira que empezamos en salas es un reencuentro con amigos y fans que compran el disco. Y en un momento dado es un ritual, un exorcismo para que la gente deje en la puerta toda la mierda que lleva encima y seamos felices durante una hora y media. Nos tomaremos chupitos y a rockear. El cometido sería llegar a dicho punto. 

“No es un disco de fácil digestión, tiene un sonido fuerte y contundente” 

¿Qué diferencias encuentras entre jugar en primera división con M-Clan y tener que moverte en aforos más modestos con tu proyecto en solitario? 

Carlos: No es fácil lo que hago. No es un disco de fácil digestión, es un sonido fuerte y contundente. Entiendo que no es una cosa masiva. Por lo demás, no hay muchas diferencias con lo que hacemos con M-Clan, ya que hace mucho que no hacemos presentaciones en salas- Hacemos otro tipo de bolos, muchos gratuitos, para miles de personas, para un público generalista, no tan fans, aunque funciona muy bien. El hecho de ir a una sala con menos gente, económicamente es más difícil, no imposible y lo tomo como delicatessen. El público está más entregado, es más musical, aunque también hay mucho público de M-Clan en los conciertos de Tarque. 

El eterno sabor de las salas… 

Carlos: Las salas generan algo que los espacios grandes no hacen. La cercanía, el sudor… es como lo más auténtico, los músicos lo sabemos y lo sentimos así. 

¿Qué sientes al ser la gran garganta profunda de nuestro rock and roll como creo te definió algún que otro compañero antaño? 

Carlos: (Risas) Siempre digo una cosa que parece como cliché. No le hago mucho caso, ya que es relativo. Hay mucha gente que canta muy bien y otros que cantan de forma especial. Para mí un artista no tiene que ser la mejor voz, tiene que tener personalidad y algo que guste a los demás. Me parece una gran responsabilidad y no quiero hacerle caso. No le hago caso, me halaga, no voy a mentir, pero no hago caso. A mí me hablan de mejores voces y pienso en otros que tienen más carisma. No es como el deporte que uno llega primero y otro segundo. No es una competición. 

Te entiendo, me sigue matando la voz de Jaime Urrutia e ir a ver a Ilegales, sintiendo que Jorge canta sosteniendo un hilo a medida que avanza el directo. 

Carlos: Estuve cantando “Divino Imbécil” y “Problema sexual” con Ilegales en La Riviera… Jorge es maleza. 

Qué alegría ver que los rockeros como tú y bandas como Los Zigarros estáis entregando discos tan potentes. 

Carlos: Me gusta mucho lo que hacen Los Zigarros, pero están siendo vilipendiados por el rockero acérrimos que dice “se han vendido con Leiva”. Lo primero que habría que decir es que a ver si venden. Y lo segundo, los grupos tienen que evolucionar, tienen que cambiar, explorar y moverse. Es un aburrimiento si no lo haces. La gente se queja si el disco es igual al anterior y también si es diferente. Nos quejamos si el grupo mola y es underground, se lo queremos presentar a nuestros amigos, que peten salas y cuando lo hacen, les acusamos de haberse vendido. 

“M-Clan hicimos algo comercial, de calidad, porque quisimos” 

Somos un pueblo muy cainíta… 

Carlos: Cainítas… es acojonante. Lo explicaba El Drogas en nuestro documental. Nosotros cambiamos el estilo, hicimos algo comercial, pero de calidad. Lo hicimos porque quisimos. La gente cree que tú cambias porque te obliga la compañía, eso es en las películas. Estarán más o menos de acuerdo, pero hacemos lo que queremos. A nosotros nos costó, porque la lapidación fue excesiva y con las redes sociales lees descalificaciones gordas. “Que si esto es una mierda”, mira, perdona, mierda será tu puta madre. Estamos equivocados con esa forma de hacer. 

Ya quisieran los que critican tener el bagaje en garitos que tienes tú, las noches en Siroco de Leiva con Pereza y de los hermanos Tormo con Los Perros del Boogie. 

Carlos: Hay mucha música, no solo existe la caña. Además, personalmente ya no escucho tanto rock duro. Alguna vez sí, pero en mi casa no pongo Motörhead a las nueve de la mañana, salvo que lleve tres o cuatro birras. (Risas) 

Por nuestra parte es todo, Carlos. Mil gracias y esperamos no habernos puesto muy pesados. 

Carlos: Ha estado muy bien, corto y conciso. Siempre hay que intentar tener entusiasmo en las respuestas. Llevas mucho tiempo currando en el disco y desde el otro lado te están ayudando. Gusta mucho responder, sobre todo cuando sabes que es gente a la que le encanta la música.