Richard Wright: “Wet Dreams”


Por: Txema Mañeru 

 No era necesaria excusa para volver a presentarnos un trabajo de esta calidad con sonido claramente mejorado. El caso es que se ha reeditado en la fecha en la que Rick hubiera cumplido ochenta años y cuando coinciden los 45 años desde su publicación. Sí, ocurrió en los mejores tiempos de Pink Floyd, justo tras la gira del duro, pero muy bueno, “Animals”, y justo antes de meterse de llenos con “The Wall”. Fue el momento para un relax, y hacer discos más concisos con temas más breves, a cargo de los principales componentes de la banda.

Richard Wright reincidió en las dos décadas posteriores, pero está claramente demostrable que este “Wet Dreams” (Parlophone / Warner) fue su indudable cumbre en solitario. Más aún ahora con las siempre infalibles remezclas y remasterizaciones de Steven Wilson (Porcupine Tree) que amplia así su larga lista con este tipo de recuperaciones a sumar, por ejemplo, a las felizmente llevadas a cabo con King Crimson, Roxy Music, Tears For Fears o Marillion, por poner algunos ejemplos. 

Pero lo que importa son las canciones y el tono del disco original. Un trabajo que sigue vigente y que encantará a todos los seguidores de Pink Floyd, si todavía no se habían sumergido en este “Sueño Húmedo”. Comienza con la buena intro de excelente piano y teclados y saxo muy a lo “The Dark Side Of The Moon” titulada "Mediterranean C". Por cierto, que el buen saxo lo pone el prestigioso Mel Collins (King Crimson, Camel). Sube el nivel con el single y videoclip de "Against The Odds", uUn lento muy en la onda de su banda madre con la buena voz de Wright y la preciosa guitarrista de un Snowy White (Thin Lizzy, Roger Waters y hasta Pink Floyd en su currículum) que recuerda, en más de un momento, al mejor David Gilmour.  

La preciosa melodía y embelesador saxo de Collins definen "Cat Cruise", como lo hace la guitarra slide a lo Gilmour también, en una "Summer Elegy" con una exquisita y muy solemne harmonía donde el gran solo con las seis cuerdas es una delicia. "Waves" es un instrumental delicioso con saxo mágico y los destacados teclados de Wright que denotan lo bien que lo pasó grabando y componiendo este trabajo. "Holiday" es otra fiesta, y el único tema que supera los seis minutos, que da paso de nuevo a la exclusividad sonora de una "Drop In From The Top" donde se nos ofrece sus mejores ejecuciones con el órgano, y en la que White se marca unos excelsos punteos. Juliette Wright colabora en la letra de "Pink’s Song", otro gran lento con múltiples teclados y finas guitarras. 

El destacado final del disco fue para una "Funky Deux", que haciendo honor a su título destaca por sus interesantes ritmos funk que recuerdan un poco a los del clásico "Have A Cigar". Estamos ante uno de los mejores trabajos de cualquier miembro de los Floyd fuera de la propuesta grupal. Una pena que con las largas pausas entre discos de la banada no se hubiera prodigado un poco más con este tipo de discos el amigo Richard Wright.